La Semana Negra
Edición nº 16 Julio/Septiembre de 2011
La Semana Negra
LA SEMANA NEGRA
José Luis Muñoz
La Semana Negra de Gijón el, sin duda, festival de novela negracriminal más importante del estado español, y del mundo, me atrevería a decir, cumplirá este año, si las cosas no se tuercen, 24 años.
Fue en 1987 cuando el astur mexicano Paco Ignacio Taibo II, escritor, editor, periodista y, sobre todo, agitador cultural, sacó de la nada ese macrofestival que, desde entonces, iba a estar tan unido a la ciudad de Gijón hasta el punto de convertirse en su fiesta mayor.
A esa primera edición, a la que tuve la fortuna de ser invitado, fue lo más granado de la literatura negra de los dos continentes: rusos, norteamericanos, cubanos, italianos, mexicanos, italianos, franceses, suecos... En el original recinto del puerto del Musel, con el apoyo del entonces alcalde de Gijón, y luego presidente de la comunidad, Vicente Álvarez Areces, y sobre cuadriláteros de ring los escritores policiales de medio mundo discutimos sobre nuestra propia forma de abordar el género y hablamos, de paso, de nuestras diferentes realidades sociales, porque desde un principio quedó claro que la literatura negra era también social.
Desde entonces la Semana Negra de Gijón se ha convertido en un referente internacional para otro tipo de eventos literarios y para las muchas jornadas, relacionadas con el género, que han ido surgiendo año tras año en la geografía nacional: BCNegra, Mayo Negro de Alicante, Salamanca Negra, Getafe Negro, a la vez que el género se iba afianzando en los gustos de los lectores e iba ganando el respeto de la reacia crítica. La lista de autores que han pasado por la Semana sería interminable, pero han estado los mejores de todos los continentes, los archiconocidos y los no tanto sin que los primeros miraran a los segundos por encima del hombro, porque esa ha sido otra de las características del evento: la ausencia de todo divismo.
Con el devenir de los años, tanto junto al estadio de fútbol de El Molinón o sobre la propia arena de la playa de sus dos últimas ediciones, la Semana Negra fue incorporando nuevos géneros, los llamados populares como la ciencia-ficción y la novela histórica e instaurando prestigiosos premios a cada uno de ellos como el Dashiell Hammet a la mejor novela negra, el Spartacus a la mejor novela histórica, el Celsius a la mejor obra de ciencia ficción, el Rodolfo Walsh al mejor ensayo criminal o el Silverio Cañada, homenajeando al editor asturiano cuya colección Etiqueta Negra estuvo tan vinculada al evento desde sus inicios, a la primera novela negra publicada, todos ellos concedidos por jurados formados por autores especializados y sin más bolsa que el prestigio internacional.
El brusco cambio de poder en el mapa autonómico de España el pasado 22 de marzo y, en concreto, en el Principado de Asturias y en el ayuntamiento de Gijón, dos entidades que siempre apoyaron la Semana Negra de Gijón, hace peligrar la continuidad de este festival único en el mundo. Sería lamentable para la buena salud del género negro, y para la cultura en general, que por banderías políticas y personalismos este evento que, año tras año, revalida su éxito no cumpliera sus bodas de plata, y las de oro, porque la Semana Negra no sólo es Paco Ignacio Taibo II y sus abnegados colaboradores de las dos orillas del charco que la hacen posible con su esfuerzo, sino toda la comunidad literaria que, de un modo u otro, nos involucramos en ella y convertimos Gijón, en esa semana que dura diez días, en luz y referente de lo negrocriminal.
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