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Crítica literaria por Julia Sáez-Angulo
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Edición nº 16 Julio/Septiembre de 2011
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“El gobierno de las emociones”(
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“El gobierno de las emociones” Victoria Camps Editorial Herder Barcelona, 2011(333 pags)
“El gobierno de las emociones” según Victoria Camps en su último libro
Julia Sáez-Angulo
Es una de las mujeres españolas más respetada. Victoria Camps (Barcelona, 1941) es catedrática de Filosofía moral y política de la Universidad de Barcelona y se la considera una intelectual de primer orden. Su paso por la política como senadora independiente enriqueció sin duda su visión de la vida y los hombres. La editorial Herder acaba de publicar su libro “El gobierno de las emociones”, fruto de una serie de conferencias en las fundaciones de La Caixa y Juan March.
El libro se abre con una cita de Nietzsche: “Nuestros pensamientos son las sombras de nuestros sentimientos, siempre más oscuros, más vanos, más sencillos que éstos”. Por su parte, José Pla afirma que lo primero que es necesario para sentir una pasión es saberla expresar. El volumen aporta una amplia bibliografía sobre la materia.
El índice del libro pasa por definir las emociones y detenerse en: “Aristóteles. La construcción del carácter; Spinoza. La fuerza de los afectos; Hume. El sentido moral; Sin vergüenza; La compasión frente a la justicia; La indignación y el compromiso; Las razones del miedo; La falta de confianza; La construcción social de la autoestima; ¿Tristes o enfermos?; La educación sentimental; Los afectos políticos, y La fuerza emotiva de la ficción.
“No hay razón práctica sin sentimientos”
“Este libro parte de la hipótesis de que no hay razón práctica sin sentimientos”, dice Victoria Camps. “Nadie que no se ajeno a la `psicología o a las neurociencias, discute ya esta tesis. Todas las vivencias sociales parten hoy del supuesto, exagerándolo a veces, de que somos seres emotivos y no solo racionales”.
“El gobierno de las emociones es el cometido de la ética”, dice la autora en otro momento. “Fue visto así desde antiguo, por los griegos y en especial Aristóteles, entendieron que la ética consistía en la formación del carácter de la persona y que el gobierno de las ciudades requería buenas leyes pero también buenas dosis de elocuencia y persuasión para que las leyes se aplicaran correctamente”.
Interesante la relación de ética y estética, la identificación y divergencia a la hora de teorizar. Camps termina el libro reconociendo que ha transitado por los filósofos porque ellos “nos enseñan que el deber ser o el ideal no se sustentan sólo en razonamientos intelectuales, sino en afectos y emociones. Sólo desde esa perspectiva la ley moral se muestra como algo digno de ser admirado y las inmoralidades y la vilezas, como lo indeseado”.
Ciertamente los políticos saben bien estos mecanismos del hombre y los utilizan con frecuencia para manipular las conductas, tanto en campañas electorales como durante los periodos legislativos.
Victoria Camps ha escrito entre otros libros “El siglo de las mujeres” (muy distinto de “El arte de tratar con las mujeres” de Schopenhauer); “El declive de la ciudadanía” y “Virtudes públicas”.
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Félix Grande
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Félix Grande Biografía (1958 – 2010) Prólogo de Ángel Luís Prieto de Paula Galaxia Gutgenberg/ Círculo de Lectores Barcelona (492 pags)
Félix Grande, Revisión biográfica (1958 – 2010) del poeta y su obra
Julia Sáez-Angulo
Es un poeta reconocido y premiado en el panorama lírico español. Félix Grande (Mérida, Badajoz, 1937) acaba de ver publicada su “Biografía (1958 – 2010)”, libro en el que ha añadido el estremecido poemario “La cabellera de la Shoá”, escrito en 2010, después de haber visitado los campos de exterminio nazi de Auschvitz en Polonia.
Joan Tarrida destacó la obra poética y narrativa –una decena de libros- de Félix Grande, del que Galaxia Gutgenberg/ Círculo de Lectores ha publicado varios libros. Un prólogo del crítico Ángel Luís Prieto de Paula centra al lector de la poesía del poeta de manera serena y analítica.
Prieto de Paula señaló en la presentación del libro que hay que poner el dedo índice en el poema libro “La cabellera de la Shoá” para que no pase desapercibido en el volumen de la poesía completa. También destacó la incorporación de algunos sonetos algo escondidos. “Félix Grande es poeta de un libro unitario”, con una “originalidad absoluta de confesionalismo, que se lee como una biografía”. “Es un niño de la guerra porque nació en 1937. Su educación tuvo lugar en Tomelloso, “la Atenas manchega”, que ha dado notables escritores y artistas”.
Grande obtuvo el premio Adonais de poesía en 1963 y con Las rubáiyatas de Horacio Martín” en 1978, el Premio nacional de literatura, “cenit de su producción según el presentador. Con “Blanco Spirituals” ganó en La Habana, el Premio Casa de las Américas 1967. “Es un poeta confesional y patético porque su obra se nutre del sufrimiento y la compasión; poeta más allá de la influencia de Luís Rosales, Cesar Vallejo y Antonio Machado”, según Prieto de Paula.
Félix Grande, con su habitual oratoria sentimental y doliente (Paco G. Pavón me enseñó: “cuando hables en público mueve a la gente el corazón porque si no, moverán el culo”, dijo), señaló que sus “maestros musicales” fueron Rubén Darío y Bécquer; su consuelo, Antonio Machado y su aprendizaje polisémico, Cesar Vallejo, al que admira como el mejor de los poetas de la vanguardia.
“Un libro lleno de madre y de espanto”
Durante la presentación, el poeta de Mérida/Tomelloso declaró: “todo el contenido de este libro está lleno de madre y lleno de espanto; de indignación y piedad”. Señaló que su madre fue una “mujer nacida para sufrir y propagar el terror”, víctima viva de la guerra civil en la que vivió con terror de perder a su marido y quedó traumatizada y de los nervios, amenazando siempre con tirarse a un poco o ahorcarse, angustiando de modo terrible a sus hijos.
Frente al poeta Antonio Ramoneda, que idealizó a su madre viuda de la guerra civil, Félix Grande aludió al espanto padecido ante la suya, sentimiento que ha superado con la compasión y la piedad a través del tiempo. Confesó que se ha sometido al psicoanálisis. Ambos poetas, Ramoneda y Grande, van a hablar en León, de la respectiva postura personal y poética ante sus madres.
Finalmente Félix Grande se detuvo a hablar sobre la poesía y el lenguaje. “Poesía es un estado de gracia, de coraje e inocencia para que las palabras vengan y se queden a convivir con el poeta”, dijo. “Las palabras si no son sagradas, sí son prodigiosas”, añadió. “Las palabras viene de lejos, de milenios, y la inmortalidad del escritor está en la felicidad de escribirlas. Las palabras tienen una duración según la cantidad de dolor que hay en ellas”. “El lenguaje es una necesidad de la especie para combatir el espanto de saberse finita”, dijo en otros momentos.
Félix Grande recordó la afirmación de Unamuno: “Tened fe en las palabras porque ellas son cosas de vida”, “son criaturas vivas y autónomas”, añadió al recordar que tardó cuarenta años en volver a escribir poesía, después de “Las rubáiyatas de Horacio Martín” en 1978. La visita al campo de exterminio nazi le motivó de manera terrible y transformadora. Reniega de la frase de Adorno: “Después de Auschvitz ya no se puede escribir poesía”. Pese a que se conoce el holocausto judío por libros, documentales y películas, verlo de cerca fue una sorpresa de horror para el poeta. Al ver el montón de cabelleras femeninas cortadas y amontonadas, “allí me temblaron las piernas y comprendí que tenía que dar memoria a esa mendicidad”. “Adorno no tenía razón; sus palabras son un “adorno. Nunca la especie humana había llegado a tales cimas del mal y del desprecio como con los nazis y el GULAG de los soviéticos, que se comienza a estudiar ahora. Ambas barbaries han sucedido en el siglo XX ”.
Durante la presentación estuvo presente la poetisa Paca Aguirre, esposa de Félix Grande, a la que el poeta reconoció como su salvación.
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“El canto del pueblo judío asesinado”Sin nombre)
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“El canto del pueblo judío asesinado” Itsjok Katzenelson Traducción de Eliahu Toker Editorial Herder Barcelona, 2011 (150 pags)
“El canto del pueblo judío asesinado”, un poemario sobrecogedor
Julia Sáez-Angulo
Este furioso y dolorido poema traducido ahora al español por Eliahu Toker, ya ha sido traducido del original en yidish al hebreo, al inglés, al francés, al alemán, al italiano y a muchas otras lenguas. Un poema conmovedor, demoledor, que lleva a una reflexión sobre una cultura europea, capaz de un holocausto sobre el ser humano por una cuestión de raza.
“¡Canta! Toma el violín vaciado y huec/ y arroja sobre sus delgadas cuerdas tus dedos/ pesados como corazones doloridos. Y canta el último/ canto/ acerca de los últimos judíos en tierra europea,” dice el poeta al comienzo de “El canto del pueblo judío asesinado.”
Primo Levi escribió; “Ante el “cantar” de Itsjok Tatzenelson al lector no le queda otra alternativa que detenerse turbado, respetuoso. No hay una obra comparable a esta en toda la historia de la literatura; es la voz de “morituro”, entre los cientos de miles que van a morir, atrozmente consciente de su destino singular y del destino de su pueblo”.
-¿Cómo cantar? Cómo abrir la boca siquiera...?
“Fue el poeta brasileño Haroldo de Campos, quien acuñó el término “transcreación” para denominar la delicada y compleja tarea de trasladar un texto poético de una lengua a otra, de un universo de imágenes, sensaciones y sobreentendidos a otro”, dice Eliahur Toser al final del libro en “Acerca de la transcreación al español de esta elegía”. Dicho esto, cabe decir que la “transcreación” al castellano suena muy bien.
-¿Cómo cantar? Cómo abrir la boca siquiera/ habiendo quedado completamente solo,/ sin mi mujer, sin mis dos pequeños. ¡Es un espanto/ El horror me habita... Escucho un canto a lo lejos...” dice la segunda estrofa de Itsjok Tatzenelson.
“El canto del pueblo judío asesinado”, editado por Trotta, se compone de quince cuartos de quince cuartetos. “El poeta presenta al último hombre de su pueblo, “que conserva aún su condición de hombre, porque ¿no representa acaso lo que queda de humano en el hombre cuando junto con los suyos, ha sido apartado de la humanidad? La voz que se hace poesía”, dice en el epílogo Philippe Mesnard que lo titula “Reconocer la voz de ese Cristo”.
El libro reproduce la foto facsímil de la escritura diminuta en un cuaderno del poeta herido y lastimado, que en sus últimos versos, escritos en 1944, dice a modo y con lenguaje de salmos: “¡Ay de mí, no queda nadie ya! ¡Hubo un pueblo.../ y ya no más! Fue cierto cuentito que comenzó/ en la Biblia, en el jumeshl, y llegó hasta aquí.../ Un cuento triste ¿Quién dice hermoso? Un cuento/ desde Amalek y hasta alguien peor aún: el alemán.../ Oh, cielo lejano, ancha tierra, mar enorme:/ no se anuden en un puño para aniquilar a los malvados/ de la tierra; ¡que ellos mismos se aniquilen!
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“Leve Sangre”
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“Leve Sangre” Poesía Jeannette L. Clariond Editorial Pre-Textos Valencia, 2011(83 pags,)
Poemas misteriosos de Jeannett L. Clariond, en el libro “Leve Sangre”
Julia Sáez-Angulo
Ha focalizado su atención en el mito como elemento estructurador del ser y la cultura. Jeannette L. Clariond (Chihuahua. México 1949) es una mujer comprometida con la poesía, como poeta, traductora y editora. Todo su empeño se vuelca en la poesía propia y ajena, también a través del ensayo. Su obra ha sido igualmente traducida a diversas lenguas. La editorial Pre-Textos ha publicado recientemente su poemario “Leve Sangre”.
El índice del libro acoge los apartados: La tarde; Recordación; El buen orden del mundo; Somos la herida: Un altar la ausencia y Nuestra descreencia. Seguidamente un título latino Mysterium Térrae.
“La poesía es ausencia de agua, puerta/ que abre otra puerta y una más./ Nada entraba en mis ojos o en mi lengua/ que no fuera belleza./ Tomé un cuaderno, un lápiz afilado,/ encendí una vela en plena luz./ Salí a caminar por calles oscuras, el horizonte se abrió lento ante mis ojos”, dice la autora en su primer poema.
Entre los libros publicados por Jeannette L. Clariond se encuentra; “7 visiones”, “Amonites”, “Desierta memoria”; “Los momentos del agua”; “Todo antes de la noche” (también publicado en Pre-Textos); “Mujer dando la espalda” o “Nombrar en vano”. Poesía de numerosos registros que van desde lo sacro a lo profano, de la mística al erotismo. Sus aforismos son de gran interés y belleza.
“Creí con la creencia de los santos,/ me pregunté/ qué cosa es el amor./¿Y la soledad y el dolor, esos pájaros nocturnos/ que nos lanzan/ a la hiriente/ boca/ de la hiena?/
“Amé creyendo en el abandono,/ vi los cisnes dejar su estela,/ el lago congelarse./ Vi encenderse / los lirios/ bajo el fresno desnudo/ desnuda yo/ sobre la tarde”, dice otro de sus poemas.
“Voz, eras el mar/ y el descenso, la herida”
Como traductora, Jeannette L. Clariond ha vertido al castellano la obra de Alda Merini (Milán, 1931 -2009), “La Tierra Santa”, publicada por Pre-Textos; “Balada no pagadas” y “Cuerpo de amor”, de la misma autora; “A una hora incierta” de Primo Levi” o “Una breve historia de la sombra de Charles Wright.
“Voz, eras el mar. / Y el descenso, la herida. / Te vi desde el ojo del buey, Oh Niobe,/ en tu negro aposento. / Tus manos sujetan el raído eslabón, / llamándome”.
Las flores negras del pantano/ son voces de hojas caídas. / Todo lo oscuro, / toda la ruina / permanece”.
Jeannette L. Clariond es una poetisa culta, erudita y sensible. Su gran acumulación de datos no le impide descender a lo esencial de la emoción y el sentimiento del hombre. Su temática recorre los grandes temas del amor, la muerte y el enigma de la vida. La autora reside actualmente en Laredo (Texas. Estados Unidos de América), desde donde dirige su refinada editorial “Vaso roto”. Su voz poética es bien conocida en la crítica española.
“Nadie puede sostenerse en la vida sin algo del afuera, sea religión, mito, paisaje, o elementos catalizadores del entorno. Por mito entiendo la historia que cada quien elaboramos de nuestros recuerdos, los que la memoria suele elegir por ser lo que nos marcó. En ocasiones me pregunté si era adicta al dolor para luego darme cuenta que la herida permanece abierta, y de ella nos valemos para nombrar la madre, la ausencia o el mar, aunque casi todo es lo mismo”, declara Jeannette. “No estoy muy capacitada para el habla, tampoco se me da bien el Internet, me faltan la voz y la mirada”.
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