Edición nº 16 Julio/Septiembre de 2011
La Atlántida
LA ATLÁNTIDA, OTRA VEZ
M. Dolores Gallardo López
El pasado día 13 de marzo el canal National Geographic Society emitió un documental especial de una hora de duración titulado Finding Atlantis. Pretendía mantener -una vez más a lo largo de los siglos- que la mítica isla denominada Atlántida por el filósofo griego Platón existió realmente y desvelaba dónde, en opinión de los investigadores de la National Geographic Society, estuvo ubicada.
Estos investigadores creen que la antigua ciudad de Atlántida, compuesta por varios anillos, yace enterrada en lo que hoy son las marismas del Parque Natural de Doñana y que la destruyó un tsunami (término muy en boga últimamente a raíz de sucesos desgraciados, como el recientemente ocurrido en Japón, pero en castellano debemos decir maremoto).
Platón desarrolló el mito de la Atlántida en dos diálogos, el Timeo y el Critias, escritos alrededor de 360 antes de Cristo. Estos diálogos son la única fuente de información conocida acerca de la emblemática isla y la no menos emblemática ciudad.
Platón ubicó la enorme isla, que él llamó Atlántida, en el estrecho de las Columnas de Hércules, es decir en el estrecho de Gibraltar y escribió que “en un solo día y de noche … desapareció en las profundidades del mar”.
El debate acerca de si la Atlántida existió realmente y su búsqueda dura largo tiempo, sin embargo en la segunda mitad del siglo XIX la leyenda de la Atlántida adquirió una especial fascinación que llega hasta hoy.
Utilizando las detalladas referencias de Platón acerca de la Atlántida, las búsquedas de esta civilización perdida desde mediados del siglo XIX se han centrado en el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, considerados lugares que cuentan con más posibilidades para la ubicación de la mítica ciudad:
En el capítulo IX de Veinte mil leguas de viaje submarino, en 1869, Julio Verne describe un alucinante encuentro de los protagonistas con los restos de una sumergida Atlántida. En 1883 el americano Ignatius Donnelly publicó Atlántida: El Mundo Antediluviano (Atlantis: The Antediluvian World). El libro de Donnelly tuvo gran acogida de público (fue reeditado hasta 1976). Tanto fue así, que el gobierno británico organizó una expedición a las islas Azores, lugar donde el escritor situaba la Atlántida.
Actualmente un grupo internacional de investigadores -con el respaldo de la National Geographic Society de Estados Unidos- al frente del cual está Richard Freund, historiador de la Universidad de Hartford, Connecticut, dice haber hallado la ubicación la capital de la Atlántida.
El equipo, formado por geólogos y arqueólogos y dirigido por el profesor americano, ha invertido dos años de trabajos, ayudándose de fotografías de satélite, radares capaces de penetrar la tierra, cartografía digital y tecnología submarina. Han llegado a las conclusiones arriba expuestas: en marismas del maravilloso Parque Natural de Doñana está enterrada la mítica ciudad de Atlántida, compuesta por varios anillos, y un tsunami (un maremoto) acabó con ella.
El equipo utilizó una foto de satélite de una supuesta ciudad sumergida para ubicar el sitio justo: al norte de Cádiz.
Por otra parte, R. Freund ha “descubierto” en el interior de España una serie de “ciudades monumento”- extrañas según él- construidas posiblemente -sigue siendo su opinión- a imagen de la Atlántida por personas que lograron escapar después de la destrucción de la capital de los atlantes, destrucción probablemente provocada –dice- por un tsunami. Los residentes de la Atlántida que no perecieron en el maremoto -según él- huyeron tierra adentro y construyeron nuevas ciudades.
Según Freund "resulta bastante difícil entender que un tsunami (maremoto) pueda arrasar hasta más de 90 kilómetros tierra adentro pero de eso, más o menos, es de lo que estamos hablando". Por otra parte dice que los tsunamis (maremotos) en la región están documentados desde hace siglos; que uno de los más grandes fue una gran ola de 10 pisos que se estrelló contra Lisboa en noviembre de 1755.
Freund, reconociendo la dificultad de saber con certeza que el emplazamiento de la Atlántida estaba en España, dijo que el giro definitivo de su trabajo consistió en encontrar ruinas de ciudades parecidas a la que -en su opinión- quedó enterrada en las actuales marismas en la costa sur de España.
El equipo patrocinado por la National Geographic ha anunciado su intención de volver para realizar excavaciones en España, tanto en la zona del Parque Natural de Doñana como en las en las “misteriosas “ciudades- replica situadas más hacia el interior a fin de estudiar más de cerca las formaciones geológicas y existentes fechar los posibles restos.
La leyenda de la Atlántida
Atlántida (en griego antiguo Ατλαντίς νῆσος, Atlantís nēsos, ‘isla de Atlantis’) es el nombre de una isla legendaria de enormes dimensiones -más grande que el conjunto de los territorios del norte de África y Asia Menor, por ello algunas veces es llamada “continente”- desaparecida en el mar, mencionada y descrita por el filósofo griego Platón en los diálogos Timeo y el Critias. Estaba ubicada más allá del estrecho formado por las Columnas de Hércules (el actual estrecho de Gibraltar).
En el diálogo Timeo el personaje llamado Critias –uno de los discípulos de Sócrates- habla de la Atlántida en el contexto de un debate acerca de la sociedad ideal. Critias relata una historia que de niño escuchó a su abuelo y que éste, a su vez, había escuchado al sabio Solón, venerado legislador ateniense. A Solón se la habían relatado los sacerdotes de la ciudad egipcia de Sais (ciudad del delta del Nilo). Critias, en su relato, ubica la isla y los extensos de los dominios de los atlantes en el mar Mediterráneo; refiere cómo los atenienses, con una heroica victoria, detuvieron el avance de los belicosos atlantes y cómo, finalmente, la Atlántida se hundió en el mar.
En el diálogo llamado Critias, el relato se centra en la historia, geografía, organización y gobierno de la Atlántida, para luego comenzar a narrar que Zeus decidió castigar a los atlantes por su soberbia. Relato que se interrumpe abruptamente y la leyenda queda inconclusa.
Los atlantes tenían una avanzada civilización; poseían abundantes materias primas y era tal su riqueza que las fachadas de los edificios estaban cubiertas de metales preciosos. Los atlantes navegaban por todos los mares, en principio fueron pacíficos; posteriormente se corrompieron, intentaron conquistar el mundo y acabaron chocando con los atenienses, quienes los derrotaron. Como castigo a la impiedad que llegaron a demostrar los atlantes. Zeus hundió su isla, la Atlántida, en el mar.
La capital de la Atlántida es descrita con una estructura anillada en la cual se alternan canales de agua y masas de tierra hasta la isla central.
La leyenda de la Atlántida, localizada por Platón cerca el estrecho de las columnas de Hércules, es decir cerca del estrecho de Gibraltar, procede- como hemos visto- de relatos egipcios trasplantados a Grecia. ¿De alguna manera los egipcios fabularon sobre lo que había en nuestra península en torno al 2600 a.C.? ¿Es casualidad?
Lo que existía en esa época en nuestras tierras era el período Calcolítico, con ciudades protoestado como la ubicada en el cerro llamado Los Millares, del término municipal de Santa Fe de Mondújar (Almería): una ciudadela amurallada, rodeada por tres murallas reforzadas con torres de planta semicircular y bastiones; además en las elevaciones cercanas cuenta con numerosas defensas exteriores (se han localizado hasta 15 fortines), muchas de ellas fuertemente defendidas mediante murallas concéntricas.
¿Restos de ciudades similares a la ubicada en el cerro de Los Millares –no es la única, aunque sí uno de los yacimientos más importantes del período Calcolítico- son las “misteriosas ciudades monumento” a las que se refería R. Freund en el documental?
Si se observan las imágenes idealizadas de la capital de Atlántida -de estructura anillada, como hemos dicho más arriba- y la reconstrucción de la ciudad del cerro de Los Millares, es posible ver un cierto parecido. Pero, desde luego, ciudades como la ubicada en los Millares no las construyeron los hipotéticos supervivientes de la legendaria Atlántida. Quizás sería conveniente que R. Freund y sus ayudantes se dieran un paseo por el nuevo y excelente Museo Arqueológico de Almería.
La leyenda de la Atlántida ha servido de inspiración para numerosas obras de fantasía y ciencia-ficción, tanto literarias (más arriba nos hemos referido a Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne) como cinematográficas.
También ha inspirado obras musicales, entre ellas destacamos la partitura para solistas, coro y orquesta con la que Manuel de Falla puso música al poema L'Atlàntida escrito en 1876 por Jacinto Verdaguer, con el que el autor, a los treinta y dos años de edad, consiguió premio extraordinario de la Diputación de Barcelona y alcanzó su consagración como poeta.
La muerte Falla en 1946 hizo que la partitura, tras veinte años de trabajo, quedara truncada. Ernesto Halffter, discípulo de Falla, la completó y finalmente en 1976 la estrenó.
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