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Morada del conocimiento
Morada del conocimiento
Morada del conocimiento, obra de susan Nash
Morada del conocimiento
.Susan Nash.
Mi instalación en el Palacio de la Mosquera se centraba en la naturaleza dual de la educación, sea ésta entendida como la adquisición de información y habilidades, o como el proceso de conversión en persona civilizada.
El palacio ha estado siempre estrechamente ligada a la cultura y al aprendizaje; también, durante la mayor parte de su historia (primero como lugar de exilio ilustrado del Infante Don Luis, después como seminario), a uno u otro tipo de reclusión.
Desde el Génesis, y pasando por Freud, se ha hecho sentir siempre el dolor que traen consigo el conocimiento y el proceso civilizador. El conocimiento y la autorreflexión parecen llevar a un grado mayor o menor de autoexilio. El aprendizaje conduce inicialmente a una nueva torpeza, a una etapa de inhabilitación y restricción; la persona no dispone de sus propias manos, por lo menos de momento. El acatamiento de las normas (los libros sobre los que está encaramado el torso son manuales de derecho encontrados en el palacio) jamás deja de experimentarse como un hecho cruento. Esta morada corre paralelo a los baños; el aprendizaje de las normas de higiene es fundamental como rito de paso a la vida civilizada (con su suavidad de toalla, y su aspereza de lana de acero). Con suerte y habilidad, se produce cierta reconciliación del lado caliente, fluido y sin forma (rojo) con el frío formador (azul), y parece ser de forma lateral, más bien fuera de nuestro campo de visión, como se lleva a cabo esta componenda.
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