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Una historia de mi infancia
Una historia de mi infancia
Masnuela Malasaña
Antonio Machado Sanz
Jean Malesange, había nacido en Mialet, diócesis de Clarmont (Francia), el 8 de febrero de 1759 de padres franceses que emigraron a Vallecas. En aquel pueblo próximo habían regentado una panadería.
El lunes 25 de abril había amanecido muy temprano para él, había dormido poco, como todos los días, para poder acudir a su trabajo en el horno de la calle de San Andrés, esquina con la calle de El Divino Pastor, obrador que estaba próximo a su casa.
Cuando Jean se casó con la madrileña Marcela Oñoro, se mudó a una vivienda de la calle de San Andrés. Hoy en el número 24 existe una placa que recuerda ese suceso.
El matrimonio tuvo una niña a la que impusieron el nombre de Manuela, que con diecisiete años trabajó como aprendiza en un taller de costura.
Aquella tarde, Jean, en compañía de Manuela acudió como tantas veces a la Plaza de Toros que existía junto a la Puerta de Alcalá.
Adquirió dos entradas por ocho reales, para disfrutar de una legendaria media corrida, (en siglo el XIX en media corrida sólo se lidiaban seis toros). El cartel estaba compuesto por dos afamados toreros, “Curro Guillén” y D. Pedro Romero, que obtuvieron un clamoroso éxito
Era una sencilla plaza de asientos de madera, que mandó construir el Rey Fernando VI y que donó a dos Reales Hospitales, el General y el de la Pasión, para que la administraran y con sus beneficios hicieran obras de caridad. Fue inaugurada en 1749.
Existen dudas sobre el autor de los planos, pues aunque en Mayo de 1749 los hay firmados por Juan Bautista Sachetti, la obra fue dirigida por Ventura Rodriguez según consta en documentos con fecha de marzo de ese mismo año.
Fue demolida en 1874 con motivo del “Plan Castro”, para la creación del Barrio de Salamanca, negocio urbanístico del Marqués del mismo nombre.
Entre los más habituales asistentes a los palcos de la plaza, se encontraba D. Francisco de Goya y Lucientes, que el once de mayo de 1801 dejó en el último grabado de la serie Tauromaquia “La cogida y muerte de Pepe-Hillo por el toro Barbudo”.
A la salida, padre e hija bajaron por la calle de Alcalá y al llegar al palacio de la Duquesa de Sevillano, edificio demolido en 1905, fueron interceptados por unos soldados franceses. Continuaron su camino hasta la calle de la Cruz del Espíritu Santo, donde nuevamente fueron abordados por otra patrulla gala.
Llegaron a su portal haciendo planes para el lunes siguiente, en el que el triunfador, D. Pedro Romero, se encerraría, él solo, con seis toros en la ya mencionada Plaza de la Puerta de Alcalá.
La Historia nos cuenta que aquel lunes, dos de mayo, no se celebró corrida alguna y pero sí hubo carreras de las gentes de Madrid y de los soldados gabachos.
La Tradición nos dice que tanto Juan, como su hija Manuela Malasaña, apellido Malesange castellanizado, murieron en las cercanías de su casa, junto al Cuartel de Artillería de Monteleón.
Se desconoce cómo fue el fallecimiento del padre.
Sobre el de Manolita hay por lo menos tres conocidas leyendas. Por disparos hacia su balcón desde el que arrojaban las mujeres objetos contundentes a los invasores, por un tiro que recibió junto a su padre mientras éste defendía el arco de entrada al cuartel o que por llevar unas tijeras, propias de su oficio de costurera, la aprehendieron, fue violada y ejecutada por las tropas napoleónicas.
Por esos cuentos que me relataron cuando de niño jugaba en la Plaza del Dos de Mayo, me he permitido novelar el lunes anterior a la gloriosa fecha de 1808.
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