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Las habitaciones del Emperador

Las habitaciones del Emperador

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Las habitaciones del Emperador

María Dolores Gallardo López

Visitar Granada y subir a la Alhambra siempre es un goce para los sentidos.

Dentro del recinto de la Alhambra es sobradamente conocido el magnífico palacio de estilo renacentista mandado construir por Carlos V.

En él, por ejemplo, tuvo lugar la magna exposición “El poder de la Alhambra” que cerró la conmemoración del I milenio del reino nazarí, por no hablar de la exposición permanente allí ubicada ya que desde 1958 este palacio es sede del museo de Bellas Artes de Granada y también del Museo de la Alhambra.

Lo que ya no es nada fácil es tener acceso a las llamadas “Habitaciones del emperador”, puesto que normalmente permanecen cerradas al público.

En 1526, el joven Carlos y su flamante esposa, Isabel de Portugal, tras su enlace en Sevilla, visitaron Granada y vivieron varios meses en la Alhambra, se supone que en las llamadas “Habitaciones del emperador”, incluso una leyenda granadina presume de que allí fue engendrado el futuro Felipe II.

Según la Guía oficial de la Alhambra, las mencionadas habitaciones se construyeron entre el palacio de Comares y el de los Leones, en el lugar donde había habido unos jardines.

Quienes el pasado mes de marzo hayan visitado la Alhambra han tenido la suerte de ver las habitaciones del emperador Carlos V. Este año 2017 l programa “Espacio del mes” ha dedicado el mes de marzo a las llamadas “Habitaciones de Carlos V”.

Entre las dependencias que el pasado mes de marzo pudieron visitarse estaba el llamado “Despacho del emperador” presidido por una gran chimenea, sin embargo lo excepcional de la estancia es el artesonado de madera, de cuarterones, que cubre la estancia, realizado por Pedro machuca en 1532 (autor también del proyecto del palacio de Carlos V al que nos referiremos después).

También se pudo visitar la llamada “Sala de las frutas” así llamada por los dibujos de su magnífico techo de madera: las frutas que producían los huertos que rodeaban la Alhambra. Obra de Julio Aquiles y Alejandro Mayner, de 1537.

Estas estancias que acabamos de mencionar, cerradas habitualmente, se conocen también con el nombre de “habitaciones de Washington Irving pues en ellas se alojó en 1859 el famoso autor de “Cuentos de la Alhambra”. El primer Patronato de la Alhambra en 1914 colocó sobre la puerta de entrada una placa conmemorativa de este hecho.

La impresión que causó a los flamantes esposos reales el entorno de la Alhambra fue tan extraordinaria que encargaron la construcción del palacio de Carlos V que hoy conocemos, se dice que con la intención de fijar en él su residencia .

El proyecto de este palacio fue encargado a Pedro Machuca (Machuca murió en 1550 y lo sucedió al frente de los trabajos su hijo).

Carlos V nunca llegó a vivir en ese palacio.

En 1561 su hijo y heredero, Felipe II, trasladó su corte a Madrid, que después se convirtió en la capital de España.

El último palacio del conjunto de la Alhambra nunca cumplió la función para la que fue construido.

 

 

 

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