Blanquina March Almenara

Blanquina March Almenara

Juan Luís Vives (no se conocen imágenes de su madre)

De la madre de Luis Vives, Blanquina March Almenara, no se sabía mucho hasta que descubrió su proceso en 1941, aunque después se perdió sin catalogar en el Archivo Histórico Nacional.

Laura López-Ayllón

Nació en 1473 y contrajo matrimonio con Lluis Vives, de una familia de mercaderes en paños, es decir, de burguesía media, con contactos internacionales. Falleció en 1508 en Llosa de Ranes, una aldea junto a Jativa, donde se había refugiado la familia por la peste.
Tuvo cinco hijos, entre ellos Luis Vives, que se casó con la hija de la familia Valdaura, con la que fue a vivir su hijo en Brujas a los 17 años y que tenía parentesco con su propia familia.

Veinte años después de su muerte se le instruyó a Blanquina un proceso (1528-29) por criptojudaismo cuyo fallo hizo que el Santo Oficio de la Inquisición la quemara en efigie en Valencia.

Blanquina fue acusada ya a los catorce años por una vecina ante el Tribunal de la Inquisición porque en su casa habían costumbres judías. Sus padres le acompañaron al Tribunal y salió absuelta y libre, pero después de un tiempo se arrepintió y acusó a su madre, Isabel, de cocinar el viernes la comida del sábado y de obligar a sus hijas a cumplir el ayuno del Yon Kipur. A sus hermanas, Violante y Leonor, también las acusó de lo mismo y de leer textos hebraicos. Seis meses después abjuró de sus errores.

Es necesario recordar que la judería entera de Valencia sufrió un ataque en 1391 y todos los judíos se convirtieron oficialmente, aunque mantuvieron sus contactos y matrimonios durante cien años.

El marido de Blanquina fue acusado por el Tribunal cuando se descubrió una sinagoga clandestina en casa de su tia y en el proceso cayeron muchos miembros de su familia. Fue quemado y sus hijas privadas de sus propiedades.

Las acusaciones antiguas se unieron a otras nuevas y Blanquina fue tras su muerte, declarada culpable de herejía y apostasía y el Tribunal estableció que sus huesos fueran desenterrados y quemados y sus bienes confiscados.

No fueron identificados sus huesos, pero su estatua fue quemada en siguiente Auto de Fe. Eso siendo su hijo el mejor discípulo de Erasmo y de los sobresaltos sufridos por sus tres hermanas.

Su hijo renunció, quizá influido por los sucesos ocurridos a su familia, a la cátedra que le ofrecieron después en Alcalá de Henares.

 

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