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Crítica literaria

 

Esta bruma insensata, Enrique Vila-Matas

Esta bruma insensata Enrique Vila-Matas Seix Barral Barcelona, 2019

Esta bruma insensata
Enrique Vila-Matas
Seix Barral
Barcelona, 2019

Ana Alejandre

Leer a Vilas-Mata siempre es un doble placer: primero, el de leer una novela que, además, siempre es una reflexión profunda y lúcida de la literatura y del oficio de escribir; y, segundo, por la trama original que narra y que siempre sorprende por su compleja arquitectura y la sencillez de su lectura. Este autor es el maestro del difícil arte de escribir novelas que no parecen serlo o, si lo parecen, también son otra cosa más allá del género novelístico. Tiene el difícil don de meter la literatura en una historia y una historia en la literatura, en una hibridación de la que siempre sale el lector perplejo, emocionado y con el paladar satisfecho de que ha catado buena, excelente literatura sin paliativos. El título de esta nueva obra proviene de una cita de Raymond Queneau: «Esta bruma insensata en la que se agitan sombras, ¿cómo podría esclarecerla?».

Esta vez la historia arranca en un caserón, a las afueras de Cadaqués, en el que Simon Schneider trabaja por encargo -es un distribuidor de citas para otros escritores-, de un autor que se llama Gran Bros y vive de forma encubierta en Nueva York desde hace muchos años. Entre dichos escritores se encuentra el célebre Pynchon, aunque el propio Simon lo ignore.

Cuando intenta recordar una determinada cita se bloquea y, decide salir del caserón y dar un largo paseo mientras intenta recordar la cita que se le resiste. Ser distribuidor de citas es un trabajo fatigoso y poco reconocido. Se dirige al borde del acantilado, próximo al caserón, y empieza a comprender que todo lo que creía cierto en su vida no lo era y le asalta el pensamiento de que una huida oportuna puede ser el puente que le lleve a la escritura, sin distorsiones ni concesiones, escritura que traspasa los límites de la propia vida, e imagina una geografía libre de todo lo superfluo, de todo aquello que exceda los límites imaginados, incluso los de su propio infortunio.

Vila Matas parece sentir un cierto desdén por el interés que despierta el paradero desconocido que rodea al mítico Thomas Pynchon, el escritor estadounidense, aunque no se sabe bien quién es. Afirma que los escritores ocultos, o escondidos, son síntomas de una evidente vanidad, de un falso humilde que juega al escondite para llamar más la atención. A dichos escritores los considera una casta peligrosa y no sin razón.

El tal Pynchon tiene una verdadera identidad, la de Rainer Schneider, que inició una carrera literaria sin pena ni gloria en Barcelona y se marchó a Nueva York, pero permanece en dicha ciudad oculto, alcoholizado y de difícil trato, con el pseudónimo de Gran Bros, pero detrás de su fachada de hombre de éxito se esconde su víctima que es su propio hermano, Simón Schneider, su distribuidor de citas, y lo único verdadero de su triunfo que es tan falso como su identidad. Aunque la angustia de su hermano por no saber dónde está es auténtica y desestabilizadora, y su propio anonimato literario, también.

En esta obra, su autor hace hincapié en la posibilidad de la suplantación, en el difícil juego de jugar a ser otro y permanecer siendo el mismo, aceptando el vacío que se abre ante los pies de quienes quieren huir de su propia realidad. Pero deben hacerlo desde la realidad que no admite más escapatoria del propio yo que la que otorga un nombre falso y una localización imposible para propios y extraños. Ya hay antecedentes similares en su escritura como son los títulos “Historia abreviada de la literatura portátil” y “El mal de Montano”.

El “procés” es escenario en el que se va desarrollando la acción. Los tres día de octubre de 2017 en los que se declaró de forma simbólica la nueva República catalana. Es un mero telón de fondo en el que se unen el caos y la incertidumbre política y el drama personal en el que vive inmerso Simon Schneider, la voz narradora de la novela.

En “Esta bruma insensata” aparecen esos elementos y otros muchos, desde la propia localidad de Cadaqués, antes citada, en la que el narrador vive su propia soledad en la que recuerda, añora, lamenta y teme. Pero también hay un homenaje final a Raymond Chandler, el famoso escritor estadounidense de novela negra, en una frase única. Pero, también, aparece el deseo del regreso de una mujer, Siboney.

Vila- Matas, intenta jugar al laberinto que es cada historia, pero no desde la contemplación pasiva de todo observador, sino desde el propio ejercicio de la escritura que, al ir avanzando, va perfilando nuevos contornos, vueltas y revueltas, para llegar a la salida, para encontrar la clave de toda obra literaria, que se encuentra siempre en sí misma.

Ya dice el propio autor que el lenguaje no refleja la realidad, sino que la crea y recrea desde la propia subjetividad del escritor, lo que conlleva una carga estética y, a veces, política, muy extrema.

La literatura, según Vila-Matas, es llenar un hueco inmenso, el que tienen todos los seres humanos en sus propias biografías. En lo que concierne a los dos hermanos, intentan llenarlo con el ejercicio de la literatura para así llenar o cerrar los vacíos de sus propias vidas, de la memoria, de las ausencias, de su reencuentro y de la propia desdicha. El don de la palabra como paliativo, en eso están de acuerdo, pero también en el desprecio mutuo que sienten, el uno por el otro, opuestos entre sí, cada uno situado en un plano existencial diferente, el éxito para el desaparecido y el fracaso para el que queda, sin saber qué hacer con su vida de escritor oculto, desconocido, casi inexistente.

Pero todo esto no debe hacer pensar al lector que es una obra amarga porque se equivocaría. La ironía matiza toda la obra, una ironía ante el absurdo de la vida, para quitarle drama a todo aquello que hiere pero no se comprende, se asume pero no se acepta, se vive pero en una muerte lenta de la propia esperanza.

El arte abstracto, siempre tan presente en la obra de Vila-Matas, no podía faltar en esta ocasión y le hace extender su mirada hacia todo lo que le rodea, pero siempre bajo el prisma de la más absoluta profundidad conceptual y de una siempre exuberante y rica exhibición lingüística por el dominio del leguaje que ofrece en todo momento.

Esta novela viene a sumarse a la larga lista de obras de Vilas-Mata que pone de manifiesto su maestría literaria para escribir novelas que son más que eso y nada menos que una muestra de excelente narrativa, ejemplo de la mejor literatura.

 

Leyendas de otoño, Jim Harrison

Leyendas de otoño
Jim Harrison
Traducción: Luís Alvear
Errata Naturae


El libro publicado hace cuarenta años en EE.UU. y que vuelve a ser editado para recuperar así una obra que trae el eco de la Norteamérica más profunda donde habitan la violencia, el deseo y la venganza.


Ana Alejandre

El conjunto de las tres novelas breves que forman este volumen fue publicado hace cuarenta años, por lo que la editorial Errata Naturae ha conmemorado el cuadragésimo aniversario con una edición de lujo, porque no hay que olvidar que este libro está considerado una de las grandes obras de la narrativa norteamericana del siglo XX.

El volumen está compuesto por tres novelas de corta extensión que llevan los títulos, la primera, “Venganza”, la segunda, “El hombre que olvidó su nombre; y, la tercera, el que sirve de título al libro. Todas tienen el nexo común de que en ellas prima el deseo, la venganza y el instinto salvaje.

“Venganza” narra una historia del clásico trío amoroso. Un hombre se enamora de la mujer de un amigo que es el capo de un violento cártel mejicano. El hombre y la mujer inician una relación adúltera, incitante y sensual, pero siempre peligrosa. Sin embargo, y a pesar del ambiente en el que se desarrolla la narración, no está ajena al mundo de la literatura, porque se intercambian citas de Lorca y otros poetas de la generación del 27, en un contrapunto insólito al sórdido mundo del contrabando de estupefacientes, en el que la poesía y el arte estaba muy lejos de las preocupaciones de quienes se movían siempre entre las fronteras, el desierto, los burdeles, el mexcal y la heroína. Todo este cóctel es mezclado, agitado y servido por el talento narrativo de Harrison, proporcionando a los lectores una auténtica narración que no les deja un momento de respiro por la tensión argumental y el suspense, entre la violencia y el deseo.

La segunda novela del volumen es, como ya se ha dicho, “El hombre que olvidó su nombre”. Su protagonista es un hombre inteligente, rico y audaz que ,en un determinado momento de su vida, decide romper con todo, deshaciéndose de bienes, rompiendo relaciones y ataduras y quedándose en ese punto en el que parece que, quitando todos los lastres, se vuela más alto, libre, ligero y sin temor, aunque se termine en un lugar cualquiera, haciendo algo trivial, pero sintiendo que la libertad es lo único que, al desposeerse de todo, ha conseguido recobrar. Sin embargo, no es todo tan fácil, y en esta imposibilidad de recobrar la libertad total es cuando la violencia social empieza a tratar de impedir la realización de ese sueño utópico de llegar a ser libre y despojado de todas las ataduras que el sistema de vida occidental impone.

La tercera y última novela que da nombre al libro, relata la experiencia de tres hermanos cuando parten a caballo, desde su rancho de Montana, para alistarse al Ejército canadiense, siguiendo un fuerte impulso moral, durante la I Guerra Mundial, experiencia traumática que los dejará marcados de por vida, especialmente en el caso del Tristán, el más rebelde y libre de los tres hermanos. La tragedia que conlleva la contienda bélica será la que le impulse a iniciar una vida errante y violenta que le llevará a convertirse en una leyenda y a ser considerado el último de los fugitivos de la Ley.

Aunque los textos de Harrison se leen con facilidad, por su lenguaje claro y sencillo, sin embargo no son fruto de la causalidad o la improvisación, pues lo tenía todo pensado antes de ponerse a escribir, por lo que no aceptaba bien las sugerencias de los editores de que reescribiera algunos pasaje.

Su prosa es sencilla y desprovista de artificio, por lo que se puede hallar en ella la genuina voz ruda y directa como un puñetazo, pero, en ocasiones, con un toque de cierta sencilla espiritualidad no religiosa, que se advierte en los planteamientos que se hacen algunos de sus personajes sobre la vida y el propio destino.

Sí hay que advertir que en estas tres novelas cortas, como en toda la obra de Harrison, existe una evidente inspiración cinematográfica que las dota de una “visualidad” que las hace muy atractivas a los lectores por su ritmo muy parecido al montaje de las películas. En estas narraciones se encuentra el eco de la Norteamérica salvaje en sus inmensas praderas, el galopar de los caballos, los pistoleros y sus fechorías, como nos ofrecen las películas del más viejo cuño americano. Pero, también, habitan en ellas el miedo, la falta de esperanza y el deseo nunca confesado de redención de sus personajes, atrapados en un destino aciago y en un mundo indómito y salvaje en el que prima la ley del más fuerte. Por ello, no se explica que las adaptaciones al cine de algunas de sus obras contenidas en este libro no hayan hecho justicia al mismo.

Hay que agradecer a Jack Nicholson que le prestara 30.000 dólares a Harrison para que escribiera tres relatos que fueran apropiados para convertirse en buenas películas. Harrison aceptó la propuesta y terminó de escribir “Venganza” en diez días. Dos semanas después terminó “Leyendas de otoño”. La segunda de la tres, “El hombre que renunció a su nombre”, le costó más tiempo terminarla.

El conjunto de estas tres narraciones ofrece al lector una auténtica dosis de sensaciones que se desprende de la lectura, en la que el mundo físico que rodea a los protagonistas parece surgir del papel e impregnar de olores, sonidos y colores los sentidos. Y todo ello viene siempre acompañado por un propósito final que es no solo es el de contar una historia, por interesante que sea, sino reflexionar sobre lo que más importa conocer, es decir, cuál es verdadero sentido de la vida.

El conjunto de las tres novelas breves que forman este volumen fue publicado hace cuarenta años, por lo que la editorial Errata Naturae ha conmemorado el cuadragésimo aniversario con una edición de lujo, porque no hay que olvidar que este libro está considerado una de las grandes obras de la narrativa norteamericana del siglo XX.

El volumen está compuesto por tres novelas de corta extensión que llevan los títulos, la primera, “Venganza”, la segunda, “El hombre que olvidó su nombre; y, la tercera, el que sirve de título al libro. Todas tienen el nexo común de que en ellas prima el deseo, la venganza y el instinto salvaje.

“Venganza” narra una historia del clásico trío amoroso. Un hombre se enamora de la mujer de un amigo que es el capo de un violento cártel mejicano. El hombre y la mujer inician una relación adúltera, incitante y sensual, pero siempre peligrosa. Sin embargo, y a pesar del ambiente en el que se desarrolla la narración, no está ajena al mundo de la literatura, porque se intercambian citas de Lorca y otros poetas de la generación del 27, en un contrapunto insólito al sórdido mundo del contrabando de estupefacientes, en el que la poesía y el arte estaba muy lejos de las preocupaciones de quienes se movían siempre entre las fronteras, el desierto, los burdeles, el mexcal y la heroína. Todo este cóctel es mezclado, agitado y servido por el talento narrativo de Harrison, proporcionando a los lectores una auténtica narración que no les deja un momento de respiro por la tensión argumental y el suspense, entre la violencia y el deseo.

La segunda novela del volumen es, como ya se ha dicho, “El hombre que olvidó su nombre”. Su protagonista es un hombre inteligente, rico y audaz que ,en un determinado momento de su vida, decide romper con todo, deshaciéndose de bienes, rompiendo relaciones y ataduras y quedándose en ese punto en el que parece que, quitando todos los lastres, se vuela más alto, libre, ligero y sin temor, aunque se termine en un lugar cualquiera, haciendo algo trivial, pero sintiendo que la libertad es lo único que, al desposeerse de todo, ha conseguido recobrar. Sin embargo, no es todo tan fácil, y en esta imposibilidad de recobrar la libertad total es cuando la violencia social empieza a tratar de impedir la realización de ese sueño utópico de llegar a ser libre y despojado de todas las ataduras que el sistema de vida occidental impone.

La tercera y última novela que da nombre al libro, relata la experiencia de tres hermanos cuando parten a caballo, desde su rancho de Montana, para alistarse al Ejército canadiense, siguiendo un fuerte impulso moral, durante la I Guerra Mundial, experiencia traumática que los dejará marcados de por vida, especialmente en el caso del Tristán, el más rebelde y libre de los tres hermanos. La tragedia que conlleva la contienda bélica será la que le impulse a iniciar una vida errante y violenta que le llevará a convertirse en una leyenda y a ser considerado el último de los fugitivos de la Ley.

Aunque los textos de Harrison se leen con facilidad, por su lenguaje claro y sencillo, sin embargo no son fruto de la causalidad o la improvisación, pues lo tenía todo pensado antes de ponerse a escribir, por lo que no aceptaba bien las sugerencias de los editores de que reescribiera algunos pasaje.

Su prosa es sencilla y desprovista de artificio, por lo que se puede hallar en ella la genuina voz ruda y directa como un puñetazo, pero, en ocasiones, con un toque de cierta sencilla espiritualidad no religiosa, que se advierte en los planteamientos que se hacen algunos de sus personajes sobre la vida y el propio destino.

Sí hay que advertir que en estas tres novelas cortas, como en toda la obra de Harrison, existe una evidente inspiración cinematográfica que las dota de una “visualidad” que las hace muy atractivas a los lectores por su ritmo muy parecido al montaje de las películas. En estas narraciones se encuentra el eco de la Norteamérica salvaje en sus inmensas praderas, el galopar de los caballos, los pistoleros y sus fechorías, como nos ofrecen las películas del más viejo cuño americano. Pero, también, habitan en ellas el miedo, la falta de esperanza y el deseo nunca confesado de redención de sus personajes, atrapados en un destino aciago y en un mundo indómito y salvaje en el que prima la ley del más fuerte. Por ello, no se explica que las adaptaciones al cine de algunas de sus obras contenidas en este libro no hayan hecho justicia al mismo.

Hay que agradecer a Jack Nicholson que le prestara 30.000 dólares a Harrison para que escribiera tres relatos que fueran apropiados para convertirse en buenas películas. Harrison aceptó la propuesta y terminó de escribir “Venganza” en diez días. Dos semanas después terminó “Leyendas de otoño”. La segunda de la tres, “El hombre que renunció a su nombre”, le costó más tiempo terminarla.

El conjunto de estas tres narraciones ofrece al lector una auténtica dosis de sensaciones que se desprende de la lectura, en la que el mundo físico que rodea a los protagonistas parece surgir del papel e impregnar de olores, sonidos y colores los sentidos. Y todo ello viene siempre acompañado por un propósito final que es no solo es el de contar una historia, por interesante que sea, sino reflexionar sobre lo que más importa conocer, es decir, cuál es verdadero sentido de la vida.

 

 

Jung y la creación de la psicología moderna Sonu Shamdasani Traducción de Fernando Borrajo. Atalanta, 2019. 656 páginas

Jung y la creación de la psicología moderna
Sonu Shamdasani
Traducción de Fernando Borrajo.
Atalanta, 2019. 656 páginas.

Una exhaustiva obra que analiza al más singular de los discípulos de Freud e investiga el rastro de los autores, libros y teorías científicas y filosóficas que influyeron notablemente en su pensamiento.

Ana Alejandre

Sonu Shamdasani, autor de este interesantísimo libro, Director del Centro de Estudios Psicológicos de la University College londinense, ha realizado un profundo estudio -quizás el más completo que se ha llevado a cabo sobre Jung, hasta la fecha-, sobre los fundamentos del pensamiento junguiano y los factores que coadyuvaron a la formación del mismo.

Para ello, realiza una búsqueda rigurosa en una etapa histórica en la que existen nombres insignes, pero hoy ya casi olvidados, a fin de poder llegar a los principios del psicoanálisis y su profunda relación con los debates psicológicos, antropológicos y científicos de la época estudiada.

Para ello, el autor analiza escrupulosamente los más importantes conceptos junguianos y a la pléyade de autores que los influenciaron. Esto pone de manifiesto las geniales aportaciones de otros autores con los que, tanto Jung como su maestro Freud, están en deuda.

Sin embargo, y a pesar de centrarse en una etapa temporal, no utiliza la cronología para crear el armazón narrativo de la obra, sino que elige una estructura cubista (así lo confiesa el propio autor) lo que exige al lector un mayor esfuerzo para no perderse en la profusión de datos que ofrece la obra.

Shandasani pone de manifiesto el esforzado empeño de Jung por crear una psicología científica y en la que se contemplaran todas las distintas facetas paradójicas del ser humano. Este esfuerzo por su parte fue duramente criticado por los psicoanalistas más ortodoxos de su época y, también, por otras disciplinas científicas, como es el caso de la antropología, cuyos representantes no aceptaban la indudable deriva espiritual, alquímica y mística junguiana, a la que contemplaban atónitos.

En esta magna obra, no tanto por su extensión, sino por su contenido, se halla la introspección y extropección de Binet, la filosofía pragmática de James, la criptomnesia de Flournoy, en relación con el resurgimiento de recuerdos olvidados, las investigaciones oníricas de Janet y Kraepelin, la memoria orgánica de Semon, y así un largo etcétera de nombres del pasado que contribuyeron a la creación de una nueva psicología.

También, es importante destacar la dramática ruptura entre el maestro, Freud, y el discípulo, Jung, respecto a la interpretación del inconsciente, el método de la asociación libre, la lívido y los sueños, sin olvidar la referencia al cisma protagonizado por Freud y Adler.

Jung y la creación de la psicología moderna” también ofrece el trasfondo filosófico que consolidaron los fundamentos de las teorías junguianas, desde las lecturas de Kant, al que el propio Jung llama “mi filósofo”, a Schopenhauer, de quien decía ser la primera persona que hablaba su lenguaje; pasando por Von Hartmann, Carus, Nietzsche o Bergson.

Hay que reconocer que el lector de esta ingente obra, ha de tener un genuino interés para iniciar su lectura, porque en ella va a encontrar una gran profusión de ideas, teorías psicológicas y psicoanalíticas, corrientes filosóficas y antropológicas que precisan una lectura un tanto esforzada.

Se advierte la ausencia de unas notas más humanas, como son las biografías de algunos autores, que sirvieran de alivio a las muchas y diversas teorías que circulan por la obra. Se podría decir que la parte más amena para el lector es cuando se llega al final del libro, por que allí se encuentran las referencia a los viajes de Jung por Äfrica y Nuevo México, conde tuvo un memorable encuentro con “Lago de la Montaña”, un sabio indio de los pueblos indígenas, viajes que realizaba en una continua investigación psíquica y antropológica que continuó durante toda su vida.

Estas experiencias son las que proporcionan una imagen más cercana, humana y amable de Jung y, sobre todo, más acorde con la que tenemos de ese gran investigador de la psique humana. Realizó un intento continuado de desvelar el misterio de lo que esconde el insondable universo de la mente, aunque siempre insatisfecho con sus descubrimientos. Por ello, siguió incansable en su honesta búsqueda de la verdad hasta su muerte.

 

El regalo de Carlos III a George Washington

El regalo de Carlos III a George Washington. El periplo de Royal Gift
José Emilio Yanes
Ediciones Doce Calles

Ana Alejandre

Crónica histórica peculiar, divertida, rigurosa y documentada, escrita por el veterinario zamorano José Emilio Yanes, (Camarzana de Tera, Zamora, 1958), licenciado en Veterinaria por la Universidad de León, miembro de los Servicios Veterinarios Oficiales y profesor asociado de la Universidad de Salamanca en el área de Producción Animal.

Este libro ha sido publicado en la editorial Doce calles, que lleva tres décadas publicando libros de investigación o referencia, sobre la memoria histórica del patrimonio científico y social español e iberoamericano.

El título ya adelanta, en cierta forma, su contenido que no es otro que el viaje que realizaron dos burros, seguramente zamoranos, con los que obsequió Carlos III a George Washington, tras adquirirlos en las localidades zamoranas de Morales del Vino y Roelos de Sayago, lo que indica que eran de la raza asnal zamoranoleonesa que, en la actualidad, se encuentra en peligro de extinción.

Naturalmente, el libro trata más de las vicisitudes durante el viaje de los dos burros y de los problemas que tuvieron que solventar para hacerlos llegar a su destino, aunque solo uno de ellos llegó a territorio americano y fue “Royal Gift”, que da nombre a la obra.

El autor también ha incluido en la obra las descripciones de los personajes que fueron parte de los preparativos y gestiones para hacer posible tan insólito regalo, y lo ha llevado a cabo con tal acierto y amenidad que, la historia del traslado transoceánico de los dos burros, ha servido de pretexto para hacer un repaso, ameno y riguroso, de la historia de Estados Unidos y España.

Pero no crea el lector que una obra de esta clase es más fruto de la improvisación, ya que su autor ha investigado durante tres años para poder documentar los hechos y personajes que intervinieron en ellos, y ha destacado que se trata de una obra única en su género. Afirma, además, que este libro es único, ya que en EE.UU. se ha escrito una gran cantidad de libros dedicados a la figura de George Washington, pero ninguno trata de esta historia tan singular del periplo de los dos burros, camino de tierras americanas.

La Historia y sus avatares parece muy aburrida, en muchas ocasiones, a quienes no son proclives a ese tipo de textos, sin embargo, el que sirve de referencia es, además de ameno, instructivo, divertido, sorprendente y muy singular en su contenido y en la forma de abordar un tema tan, aparentemente, poco importante pero que pone de manifiesto las intrincadas relaciones entre EE.UU y España en esa época, y las muchas y complicadas tareas diplomáticas y administrativas que se tenían que realizar para llevar a buen término una decisión real de ese calibre: nada más y nada menos, que hacer llegar como obsequio del Rey español Carlos III al entonces General Washington, dos burros de origen zamorano, de los que solo llegó uno y la historia de las peripecias que vivieron ambos hasta finalizar el largo y complicado viaje.

 

 

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