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La Dertosa romana

La Dertosa romana

tortosa, portal de los judíos
tortosa, portal de los judíos
Tortosa, el paso del Ebro
Tortosa, el paso del Ebro
Claustro de la Catedral de Tortosa
Claustro de la Catedral de Tortosa
Plaza de la judería junto al Celio y la muralla de tortosa
Plaza de la judería junto al Celio y la muralla de tortosa
Tortosa, calle Vieja
Tortosa, calle Vieja

 

La Dertosa romana

LA DERTOSA ROMANA: OLVIDADA CIUDAD MEDITERRÁNEA DE TRES CULTURAS

M. Dolores Gallardo López

El hecho de que el río Ebro haya sido durante siglos la entrada natural desde el Mediterráneo al interior de la Península convirtió desde tiempos lejanos a Tortosa -actual capital de la región delBaixEbre (Tarragona)-en ciudad de paso y de encuentro de gentes y culturas diversas. Conviene recordar que el río Ebro (flumenHiberusen latín) es el que da nombre a la Península Ibérica.

Desde la antigüedad la privilegiada situación de Tortosa, al lado del río Ebro y cerca de su desembocadura en mar, condicionaron su devenir histórico. Las tierras de la desembocadura del Ebro pertenecían al territorio de Tortosa: hasta no hace mucho los libros escolares ponían que el río Ebro desembocaba en Tortosa; ahora dicen que desemboca en Deltebre, naturalmente no porque el río haya variado su curso, sino porque los territorios de su desembocadura se han segregado y se han constituido en municipio aparte. Tortosa, además de su puerto fluvial, tenía puerto marítimo.

LA ANTIGÜEDAD

Hacia el VII a.C. se asentaron en la zona pueblos íberos que, en el curso final del Ebro, fueron denominados Ilercavones. Fuentes históricas romanas (T. Livio) mencionan una ciudad de los íberos a la que denominan HiberaoIlerca, la cual podría haber estado ubicada en una de las colinas que ocupa la actual Tortosa:algunos consideran que podría ser la que actualmente ocupa el Parador Nacional, el castillo de la Zuda. Sin embargo la arqueología no ha podido aportar pruebas definitivas.

La victoria de los romanos en el 218 a.C. en la segunda guerra púnica impidió que Anibal cuando estaba en suelo romano pudiera recibir refuerzos que le eran necesarios.

El asentamiento militar romano se hizo en la zona baja de la colina mencionada anteriormente, en la estrecha llanura que la rodea. Ese asentamiento militar acabó convertido en la ciudad romana de Dertosa, cuyo nombre completo fue Hiberia Julia IlercavoniaDertosa. El Ebro favoreció su crecimiento y desarrollo. La ciudad controlaba la entrada la entrada fluvial al interior de la Península y fue un importante puerto militar y comercial.

TURTUXA O TURTUSHA, CIUDAD DE AL-ANDALUS

Después de romana Tortosa fue visigótica y esa ciudad visigótica, poco conocida, cayó en manos sarracenas entre los años 713-718. Una vez más el dominio de la desembocadura del Ebro facilitó a los nuevos dueñosel control de las comunicaciones hacia las tierras del norte y del interior de la Península. Durante el califato de Córdoba Turtuxa, ciudad fronteriza, fue un importante centro neurálgico. Durante los siglos XI y XII el curso inferior del río Ebro fue la frontera entre cristianos y sarracenos: al norte del río se encontraban los condados cristianos, al sur de la ribera derecha comenzaba el dominio musulmán andalusí.

Por la importancia estratégica de la Turtuxa musulmana se construyeron una fortaleza y también atarazanas para armar y reparar naves musulmanas.

Las atarazanas estaban en el extremo norte de la ciudad, el recinto estaba amurallado y defendido por 17 torres. A la actividad de esas atarazanas favoreció la proximidad de la desembocadura del Ebro y la posibilidad de abastecerla con la madera procedente del cercano macizo de ElsPorts. Después de que los cristianos conquistaran la ciudad el espacio de las atarazanas fue cedido a los judíos y, por tanto, se convirtió en la judería. La lápida fundacional de estas atarazanas, realizada por el escultor Abdallah b. Kulayad, se conserva y hoy está en la llamada Sala del Prior del Museo de la Catedral.

La fortaleza o alcazaba, actual castillo de la Zuda, convertido en Parador de Turismo, se construyó en el siglo X, en época de Abd al-Rahman III (primer califa omeya independiente de Córdoba). Fue residencia de los gobernadores militares o caids de la taifa de Turtuxa.

También sirvió de prisión. El poeta al -Gaziri, que estuvo preso allí en tiempos de al -Mansur o Almanzor (caudillo andalusí de la época del califa Hisham II y muerto en 1,002), se refería a ella con estas palabras:

En la cima de una descarnada altura, donde/ nadie puede esperar encontrar un asilo confortable. / Los cuervos que graznan se posan sobre su cima,/ y en ella se pueden oír soplar todos los vientos./ Aquellos que han hecho su ascensión una /vez en su vida se quejan a menudo/ de haber sentido desfallecer el corazón.

Con la ocupación cristiana sirvió también como cárcel y desde la época del rey Jaime I el Conquistador fue utilizada como residencia real. A partir del siglo XV sufrió grandes modificaciones para adecuarla a los requerimientos de defensa de los tiempos. Con la guerra civil del pasado siglo XX -1936-1939- toda Tortosa, epicentro de la terrible Batalla del Ebro, sufrió horriblemente y el castillo de la Zuda sufrió una gran destrucción. Restaurado fue reconvertido en Parador Nacional deTurismo.Del periodo islámico se conservan aún en la actualidad la base del castillo y el trazado de las murallas.

En el siglo X en la medina se construyó una mezquita mayor que geógrafo y cronista al –Himyari describió como un edificio de cinco naves y un atrio. Naturalmente tras la conquista cristiana la mezquita se convirtió en templo cristiano hasta la construcción de la catedral románica (hoy también inexistente).

Turtuxa o Turtusha fue capital de un importante reino de taifa, incluso acuñó moneda propia.

LOS JUDIOS EN TORTOSA

La presencia de los judíos en Tortosa está atestiguada desde el siglo VI d.C.: de esa época se encontró una lápida con el texto inscrito en latín, griego y hebreo. Pertenece a la sepultura de una joven llamada judía llamada María. Se halló incrustada en una pared de una casa de la calle de Santa Anna y Garidells. Actualmente tan precioso testimonio está depositado en la llamada Sala del Prior, dedicada a epigrafía, de la exposición permanente de la Catedral de Tortosa.

Los judíos vivían en aljamas regidas por un consejo de ancianos. Con la llegada de los musulmanes las comunidades judías hispanas disfrutaron de prosperidad y cierta permisividad en su culto a cambio de del pago de tributo. Se produjo por todoello un aumento de la población judía y los estudios talmúdicos tomaron impulso. Lo mismo sucedió en Tortosa, además su posición fronteriza entre los territorios cristianos y musulmanes–mas arriba hemos insistido en ello- y su floreciente comercio la convirtieron en un lugar importante. Sin embargo el primer dato concreto de la existencia de una judería en Tortosaposterior a la conquista cristiana. Fue cuando el conde Ramón Berenguer IV a través de una carta de franquicias les donó las atarazanas sarracenas, ubicadas en el extremo norte de la ciudad, como hemos visto mas arriba para que construyeran 60 casas. Es lo que se llama Judería vieja, de la que poca cosa queda, a excepción del trazado de las calles ubicadas más al sur y algunos topónimos. La actual calle Major de Remolins la separaba de la llamada Judería nueva.

La judería nueva parece haberse iniciado en el primer tercio del siglo XIII cuando se otorgó una carta de franquicia a 25 judíos para construcción. En algunos sitios esta judería conserva casi intacta la estructura urbanística, de calles tortuosas y laberínticas. El llamado Portal de los judíos, por el que actualmente se sigue saliendo sale fuera de la muralla, al campo,en un es el único de los portales de la judería tortosina que se ha llegado a nuestros días.

La judería de Tortosa fue una de las más importantes de España. En el siglo XIV destacaron personajes como los banqueros Isaac y JafudáMarçili y Abraham Mair que participaron en la financiación de las empresas de la Corona de Aragón.

TORTOSA CRISTIANA

Entre 1122 y 1223el Papa Calixto II publicó una bula en virtud de la cualdeclaraba cruzada el sitio de la ciudad musulmana de Tortosa. Sin embargo la conquista de la ciudad aún tardó algún tiempo. En 1148 Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona lo consiguió apoyado por los templarios, la familia Montcada y el poder naval de la República de Génova; el Papa Eugenio II también firmó una bula para el ejército cristiano. El 31 de diciembre de 1148 caía la fortaleza de la Zuda.

Comenzó un nuevo período para la ciudad. La ya larga coexistencia pacifica de judíos, musulmanes y cristianos sufrió un cambio definitivo. Tortosa se consolida como capital de la Veguería que lleva su nombre.

Gaufred, abad del monasterio de S. Rufo, en Avignón, fue el primer obispo de Tortosa después de la conquista. Él fundó la Canónica agustiniana, algunas de cuyas estancias, unidas a la actual catedral gótica por el claustro, se han conservado casi integras y actualmente albergan la exposición permanente del fondo artístico de la Catedral. La diócesis de Tortosa acabó convertidaen la más extensa de España. Adriano de Utrech, educador de Carlos I de España y V de Alemania, fue arzobispo de Tortosa, después fue elegido Papa.

La importancia de Tortosa también la indica el hecho de que los dominicos, instalados en Tortosa desde el siglo XIV, crearon en su convento el Estudio y la Universidad de S. Jorge y Santo Domingo (1578) dedicada al estudio de la teología. Devastado por los bombardeos franquistas (1937-1939) solo permanece su portalada renacentista de dos cuerpos. En el cuerpo superior está el escudo de Felipe II y bajo el escudo se puede leer la inscripción DOMUS SAPIENTIAE, “casa de la sabiduría”. Hoy es sede de la Escuela Oficial de Idiomas.

También crearon los dominicos el colegio de S. Jaime y S. Matías, fundado por Carlos I cuyo escudo aparece en la portalada. Estuvo dedicado a la educación de los hijos de los conversos como parte de la estrategia de la corona a fin de evangelizar y asimilar culturalmente a los moriscos. El patio de este colegio de S. Jaime y S. Matías, de estructura italiana y de marcado estilo renacentista, presenta una rica iconografía que exalta a la monarquía, obra des escultor Francisco de Montehermoso. En el antepecho de la segunda galería aparecen las efigies y los escudos de los reyes de Aragón desde Ramón Berenguer IV y su esposa Petronila hasta Felipe III y su esposa Margarita de Austria. En las enjutas de la primera galería se muestran bustos que podrían ser de judíos y moriscos, de acuerdo con la finalidad que hemos dicho que tuvo la creación de este Colegio. Por su belleza y armonía este patio está considerado único en Cataluña.

CONVIVENCIA DE LAS TRES CULTURAS

Los tiempos de la Baja Edad Media se caracterizaron por la convivencia de las tres culturas -judía, árabe y cristiana- en algunos lugares de la Península. También en Tortosa.

Después de la conquista de Tortosa por los cristianos en 1148 la morería y los judíos ocupan un plano inferior en la sociedad y viven separados de la población cristiana, en lo que hoy es el barrio de Remolins.

Se acostumbra a presentar el paso de los tiempos bajomedievales a la Edad moderna en la península Ibéricacomo el tránsito de una época de tolerancia, en la que conviven tres poblaciones cada una con una religión distinta, a una época de intolerancia. No es momento de entrar ahora en la distorsión que esta idea conlleva (¿olvidamos, por ejemplo, las periódicas matanzas de judíos que hubo en la Baja Edad Media, que tantas bajas causaron a las aljamas hispánicas?).

En todo caso a mediados del siglo XV, con más o menos problemas, todavía convivían los tres pueblos, cada uno con su religión y sus costumbres. Durante la segunda mitad de ese siglo la atmósfera se fue haciendo cada vez más enrarecida. Finalmente la situación desaparece, al menos de derecho, a primeros del siglo XVI.

FIN DE LAS COMUNIDADES JUDÍA Y SARRACENA

El 7 de febrero de 1413 se inicio en la Catedral de Tortosa la llamada Disputa de Tortosa, el más importante debate religioso entre judíos y cristianos en la España medieval.

Unos cuantos años antes, en 1391, había tenido lugar una revuelta antijudía que se inició en Sevilla y se extendió a las ciudades más importantes de los reinos de Castilla y Aragón. Costó la vida a muchos judíos.

Esta Disputa constó de 67 sesiones y se inició en la Catedral de Tortosa. Allí llegaron algo más de veinte rabinos de los condados catalanes y del reino de Aragón, bajo presión de fuerte multa si no acudían. La última sesión tuvo lugar el13 de noviembre de ese mismo año en la iglesia arciprestal de S. Mateo, en la comarca de Castellón.

Este mal llamadodebate” fue promovido por el papa Benedicto XIII (conocido como el papa Luna, uno de los papas del cisma de Aviñon, que vivía en el castillo de Peñíscola) a iniciativa de su médico, el converso Jerónimo de Santa Fe, autor de Azote de los judíos.

De hecho se forzó a los judíos a reconocer que Cristo había sido el Mesías y que, por tanto, su religión erraba. Todos los rabinos que participaban, excepto dos, abjuraron de su fe. Los resultados fueron nefastos para la comunidad judía. Los bautismos forzados se multiplicaron y finalmente en mayo del 1415 se publicó una bula papal con severas disposiciones contra los judíos.

Fue un duro golpe contra la comunidad judía; la separación fue cada vez más fuerte entre las comunidades judía y cristiana.

Después, a mediados de siglo, estalló en Toledo un movimiento contra los conversos judíos y se impuso el primer estatuto de limpieza de sangre, impulsada por Pedro Sarmiento. Los problemas continuaron, en época de los Reyes Católicos se creó la Inquisición y, finalmente, en 1492 los Reyes Católicos dictaron la expulsión de los judíos. Los judíos tortosinos abandonaron la ciudad para embarcar hacia Barcelona y desde allí dispersarse hacia Europa.

En cuanto a los sarracenos, aunque en los primeros tiempos después de la conquista de Tortosa se les permitió conservar sus costumbres y una relativa libertad de culto, la tolerancia fue disminuyendo progresivamente.Como vencidos ocupaban un plano inferior en la sociedad. La población sarracena disminuyó y en parte emigró a núcleos rurales cercanos. Sin embargo no hubo demasiados conflictos durante el siglo XV.

El permanente enfrentamiento entre musulmanes y cristianos a lo largo del siglo XVI en el Mediterráneo -con acciones tan importantes como la conquista de Orán en 1508 o la victoria de Lepanto, pero con desastres como los de Djelbes en 1510 y Argel en 1541- hacía que también los moriscos fueran mirados con recelo. En la segunda mitad del siglo XVI la lucha contra el islam en el Mediterráneo se había recrudecido. Dentro de la Península la rebelión de los moriscos de las Alpujarras-tres años de duros enfrentamientos que incluso requirieron la presencia de D. Juan de Austria, el hermano de Felipe II, al frente de un formidable ejército para obtener la victoria- parecía mostrar al rey Felipe II el potencial peligro que podía causar un pueblo que tenía fuertes rasgos diferenciadores. Obtenida la victoria, Felipe II ordenó la dispersión de los moriscos de las Alpujarras hacia otros lugares dela Corona de Castilla. El recio capitán que fue D. Juan de Austria por orden del rey, su hermano, debió ejecutar esa medida y la describió en una estremecedora carta a príncipe de Éboli:

“Hoy ha sido el último envío de ellos y con la mayor lástima del mundo porque al tiempo de la salida cargó tanta agua, viento y nieve que por el camino se quejaba a la madre la hija, a la mujer su marido, y a la viuda su criatura, y desta suerte, y yo de todos los saqué dos mil millas mal padesciendo. No se niegue que ver la despoblación de un reino es la mayor compasión que se puede imaginar. En fin, señor, esto es hecho” (1).

Pero lo peor para los moriscos hispanos estaba por venir: Años después, reinando ya Felipe III, el Consejo de Estado comenzó partir de 1608 a considerar la opción de expulsar del territorio hispano a los moriscos y en 1609 recomendó al rey tomar dicha medida.El 9 de abril de 1609 se tomó la decisión de expulsar a los moriscos. Se comenzó con la expulsión de los moriscos de Valencia.

En septiembre de 1610 se produjo la de expulsión de los moriscos catalanes que se llevó a cabo desde el puerto de ElsAlfacs -hoy día en la localidad de San Carlos de la Rápita-, aunque en algunos lugares de la comarca de las Tierras del Ebro la expulsión no fue contundente gracias a que la pequeña comunidad morisca estaba bastante integrada y a la intercesión en su favor del arzobispo Pedro Manrique (arzobispo de Tortosa de 1601 a 1611, después arzobispo de Zaragoza y finalmente ejerció como virrey de Cataluña. Murió en 1615).

Así acabó la convivencia de tres pueblos bien diferenciados.

Aunque en Tortosa no se han conservan demasiados vestigios materiales de las minorías étnico-religiosas que vivieronen el sector seteptrional de la ciudad, con la ayuda de los fondos documentales es posible rastrear sus huellas. Curiosamente hoy día recorriendo las calles, estrechas y tortuosas muchas de ellas, de esa parte de la ciudad, el barrio de Remolins, donde vivieron después de la conquista judíos y sarracenos, se observa como en ellas conviven nuevamente gentes de culturas diferentes a la cristiana y es que en Tortosa hay un alto grado de población emigrante, mucha de la cual vive en esa parte de la ciudad, que sigue siendo un tanto marginal.

Como recuerdo de las tres comunidades culturales que convivieron en la ciudad, en las Fiestas del Renacimiento, que actualmente -desde1996- se celebran cada año, se pasean tres parejas de gigantes, una por cada comunidad: Rufo y Rubí, la pareja de cristianos, tiene de 4 metros de altura y fueron realizados en cartón piedra en 1957 pues la pareja anterior fue destruida durante la guerra civildel pasado siglo, en la que tanto sufrió la ciudad de Tortosa; Nabil y Zoraida, la pareja de sarracenos, tiene de 3,80 metros de altura y fue realizada en 1958 en cartón piedra, la anterior se perdió en la guerra civil del pasado siglo. A estas parejas tradicionales en 1999, con motivo de la celebración del 850 aniversario del otorgamiento de la carta de población cristiana y de las de seguridad judía y musulmana, se añadió la pareja de judíos, Caxixa y Bonjhuà, que tiene 3,65 metros de altura; fue construida en fibra de vidrio y llevan vestidos que imitan la indumentaria que usaban los judíos catalanes.

Las tres parejas están depositadas en la lonja. En 1933 lo que perdurabadel antiguo recinto (el porche del trigo, del s. XIV) fue trasladado desde su ubicación original al parque municipal Teodoro González, donde permanece. Esta lonja es la más antigua de las conservadas en el antiguo territorio de la Corona de Aragón.

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Notas.

D. Juan de Austria a Ruy Gómez de Silva, 5 nov. 1570. Citado por Manuel Fernández Álvarez, Casadas, monjas, rameras y brujas, Espasa 2002, p.268

 

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