Ediición nº 18 -Enero/Marzo de 2012

LA CONTROVERSIA DE VALLADOLID

Fray Bartolomé de las Casas



A JUSTIFICACION INTELECTUAL DE LA CONQUISTA

POLEMICA SOBRE LA LICITUD DE LA GUERRA CONTRA LOS INDIOS AMERICANOS

por Laura López-Ayllón

Durante los meses de agosto y septiembre de 1550 se reunió en Valladolid una Junta del Consejo Real, formada por teológos y juristas, que discutieron sobre la licitud de la guerra antes de la predicación en el Continente Americano.

La Controversia provocada por este reunión se centró en dos figuras, Bartolomé de las Casas, que defendió a los indígenas, y Ginés de Sepúlveda, que, siguiendo una teoría de Aristóteles, apoyó un sistema de evangelización basado en la guerra, es decir, la previa incorporación de los aborígenes americanos. Ambas personalidades tenían el mismo fin, la evangelización, pero diferían en el método a seguir para conseguirla.

Para Sepúlveda la ampliación de los dominios imperiales no era fruto de la casualidad sino el resultado lógico de la superioridad hispana.

Ginés de Sepúlveda mantuvo que su posible conversión al cristianismo debería ser confiada directamente a los que participaron en el proceso que llevó a su dominio. Es decir, el sistema de encomiendas, cuyos beneficiarios, nombrados por el monarca y salidos de las filas de los conquistadores, pasarían a formar una especie de nobleza feudal que se ocuparía de vigilar la correcta evangelización de los indios, según explica en su biografía Francisco Castilla.

Como puede comprenderse los conquistadores encontraron atractiva su propuesta.

Ambas personalidades habían reflejado sus posiciones en documentos anteriores, pero en Valladolid Bartolomé de las Casas expuso su tesis en tres horas, mientras que Ginés de Sepúlveda defendió la suya, contenida en su obra "Demócrates", en siete sesiones.

Se encargó al dominico Domingo de Soto un informe, que fue favorable a Las Casas y en la siguiente sesión, en abril y mayo de 1551, fue aprobado un documento de 22 páginas en el que Bartolomé replicaba a las doce objeciones de su contrincante.

El Consejo de Indias declaró el fin de las conquistas y la ilicitud de la esclavitud de los indios, aunque no fuera luego seguido. No obstante se consiguió sin violencia la conversión en algunos casos como el proyecto La Vera Cruz, de Bartolomé de Las Casas o las Reducciones de los jesuitas

Es notorio que ambos contendientes se consideraron ganadores de la famosa controversia.



BARTOLOME DE LAS CASAS

Nació en Sevilla en 1474 y fue lo que se conoce como "autodidacta" pues inició sus estudios en la escuela catedralicia de su ciudad para completar luego a lo largo de su vida estudios teológicos, filosóficos y jurídicos.

En 1502 marchó a América junto con su padre con la expedición de Ovando y tras un breve viaje a Roma, el virrey Diego de Colón le concedió un repartimiento de indios. Más tarde y ya ordenado presbítero, participó en la conquista de Cuba que llevó a cabo Diego Velázquez, consiguiendo una encomienda.

Fue allí donde tuvo lugar un gran cambio en la mentalidad de Bartolomé de Las Casas tras ver la gradual extinción que sufrían los indígenas como consecuencia de los abusos.

De Las Casas conocía los intentos de la Corona Española por mejorar la situación que se plasmaron en las Leyes de Burgos de 1513, pero que no consiguieron de hecho más que consagrar la sujeción del indio al trabajo.

Además había escuchado el sermón de Antonio Montesinos en el que condenaba la encomienda y la esclavitud de hecho del indio. Todo ello le llevó a renunciar a su encomienda en Santo Domingo el año 1515. Sus tareas durante los siguientes años se centraron en intentar que fueran reformadas las Leyes de Indias, la evangelización y la puesta en marcha de planes de empresa y colonización. Su mayor preocupación se centraba en la encomienda, los repartimientos de indios y el procedimiento de conquista. En el proyecto presentado por él defendía la posibilidad de formar comunidades mixtas bajo la administración de españoles.

Cisneros envió a América como comisarios a tres frailes gerónimos, considerados neutrales frente a la actitud proindigenista de los dominicos y favorable a los colonos de los franciscanos, pero su llegada no resultó demasiado favorable para los indígenas porque accedieron al mantenimiento de la encomienda.

Con la llegada de Carlos V a España fueron destituidos los jerónimos y se encargo a Las Casas un proyecto para remedio de Las Indias. El proyecto montado por De Las Casas propuso la colonización por medio de labriegos castellanos que vivieran con los indios y recomendó la importación de negros, lo que fue admitido enseguida. Al parecer pensaba que los gastos debían ser financiados por los españoles, ya que se habían beneficiado del oro y las perlas.

Las capitulaciones de estas empresas fueron firmadas en La Coruña el año 1520 y en ellas Las Casas se comprometía a evangelizar y colonizar una franja de costa de 300 leguas, donde serían creadas tres ciudades con privilegios para los colonos, pero en la elección de las gentes fue inadecuada.

Fracasado el proyecto Las Casas profesó como dominico en 1523 y se dedicó al estudio de la teología, escribiendo su "Historia de las Indias" y su "Apologética Historia".

Un último proyecto le llevó a conseguir en una empresa pacífica la conquista de un territorio en tierras de Guatemala, en el que la encomienda fue sustituida por la obligación de un tributo que debían pagar los indios al Emperador, pero al final el tributo pasó a convertirse en un medio de sujetar al indígena al servicio personal en caso de no poder pagarlo.

Regresó a la península en 1540 en busca de misioneros y logró cédulas reales del Consejo de Indias en favor de su empresa. pero las cosas no le fueron bien por existir un clima de abierta polémica.


JUAN GINES DE SEPULVEDA (1490-1573)

Nacido en Pozo Blanco (Córdoba), Juan Ginés de Sepúlveda estudió en Alcalá y Siguenza, además de en Bolonia, u realizó frecuentes estancias en Italia. El año 1535 entró al servicio de Carlos V como capellán y formó parte del grupo de preceptores del príncipe Felipe. De ambos escribió sendas crónicas, en las que prevalecía la imitación de los modelos clásicos sobre la parte histórica.

Juan Ginés de Sepúlveda destacó pronto como latinista y traductor de Aristóteles, del que fue ferviente admirador, y participó en la polémica entre Erasmo y Lutero, apoyando al primero en su postura frente al segundo, aunque más tarde polemizaría también con el propio Erasmo.

Según autores del momento el concepto de servidumbre dista de estar clara en Aristóteles y mientras los juristas consideran que la servidumbre es el producto de una situación a la que conduce el derecho civil y el derecho de gentes, los filósofos estiman que la servidumbre se relaciona con la naturaleza humana y sus costumbres.

Consideraba Sepúlveda que los indios se transformarían en un nuevo tipo de hombres bajo el dominio de los españoles, dejarían de ser bárbaros y se aproximarían a la civilización verdadera.

Habría que entender lo que fue el humanismo renacentista para entender la posición de Sepúlveda.

La postura de Sepúlveda se basa en que el orden natural impuesto por Dios no es igualitario sino jerárquico y por tanto el marido debe dominar sobre la esposa, el adulto sobre el niño y el padre sobre el hijo. Hay por tanto señores y siervos por naturaleza y naciones civilizadas y bárbaras, con las primeras dominando a las segundas.

Sepúlveda está considerado uno de los mejores traductores de su tiempo y su actividad en este campo fue reclamada por importantes personajes de su tiempo como Alejandro VI. Tiene también obras propias que quedaron el parte olvidadas por la repercusión de su postura en la Controversia de Valladolid.


DOMINGO DE SOTO



El autor del informe nació en Segovia en 1495, hijo de una familia de labradores acomodados. Tras cursar estudios en la Universidad de Alcalá, adonde volvió tras una estancia en París. En 1524 recibió el hábito de dominico. Fue profesor en Salamanca durante varios años y sus libros sirvieron de texto en esta y otras universidades. Participó en el Concilio de Trento, recibió consultas de la Inquisición y se le encargó el informe de la Controversia de Valladolid.

Su crítica a la esencia del colonialismo establece se quebrantaría el decoro de la justicia si se sometiera a los pueblos indígenas a leyes únicamente encaminadas al provecho de los españoles considerándolos esclavos.



Memorias de Alcalá Zamora

Niceto Alcaá Zamora, Primer Presidente de la II República española.

RECUPERADAS LAS MEMORIAS DEL PRIMER PRESIDENTE DE LA II REPUBLICA ESPAÑOLA, NICETO ALCALA-ZAMORA.(1877-1949)

LAS MEMORIAS DESAPARARECIERON VARIAS VECES Y AHORA HA SIDO PUBLICADO EL PERIODO COMPRENDIDO DE ENERO A ABRIL DE 1936 CON EL SUBTITULO DE “LOS DIARIOS ROBADOS DEL PRESIDENTE DE LA SEGUNDA REPUBLICA”.


por
Laura López-Ayllón

Los historiadores consideran que la actuación de Niceto Alcalá-Zamora se caracterizó por una fidelidad absoluta a los preceptos de la Constitución de 1931, aunque en algunos puntos no fuera acorde con su pensamiento.

El libro, ahora publicado por La Esfera de los Libros, incluye asimismo cartas inéditas y documentos que obligan a replantearse episodios como las actas de los votos obtenidos por los distintos grupos en las elecciones a Cortes el 16 de febrero de 1936, ya que al parecer pueden demostrar cómo se tejió en aquel momento lo que hoy se describiría de golpe de Estado parlamentario.

Niceto Alcalá-Zamora se convirtió al terminar la guerra en un personaje incómodo para ambos bandos y murió en Buenos Aires el 18 de febrero de 1949 a los 71 años de edad, sin saber cual había sido el paradero de sus memorias.

Los diarios de Niceto Alcalá-Zamora ha sufrido durante 75 años hasta tres desapariciones y hasta ahora no han podido ser difundidas para poder articular a fondo la historia de España de aquella época.

El primer robo tuvo lugar el 13 de febrero de 1937 cuando, a instancias del gobierno, fueron sacadas de la caja fuerte alquilada por la mujer de Niceto Alcalá-Zamora en el banco Crédit-Lyonnais.

Setenta años después con motivo de la publicación de las memorias de Queipo del Llano, emparentado con Alcalá-Zamora por el matrimonio de la hija mayor del militar con el hijo mayor del presidente de la República, una llamada al programa de radio donde las presentaba su autor Jorge Fernández-Coppel puso en contacto con un arquitecto que explicó y demostró que las tenía en su poder.

Una gestión con el arquitecto ejecutada en colaboración con la Brigada de Delitos Contra el Patrimonio de la Guardia Civil permitió saber que el padre del arquitecto, soldado de la República cuando el gobierno estaba en Valencia, se las encontró en un saco cuando comenzó la desbandada.

Pero las memorias recuperadas no pudieron pasar a los descendientes de Niceto Alcalá-Zamora sino al Ministerio de Cultura que las retuvo y la familia tuvo que recurrir a un abogado que consiguió que fueran puestas a su disposición y ahora puedan ser publicadas.

Para el historiador Juan Pablo Fusi, autor del prólogo, las memorias son las anotaciones políticas y personales que fue haciendo el jefe del Estado Español al hilo de la grave crisis que sufrió el país en aquel momento y que fue una de las más graves y trágicas de la historia española. Aproximan a conocer “el fracaso” de la Segunda República Española en los años anteriores al levantamiento militar del año 1936.

Son 500 páginas en las que pueden seguirse los avatares de una República agonizante que contrasta con la visión que se ha tenido en los últimos años y se reflejan no sólo los odios personales sino el intento del presidente por crear un partido que reuniera las fuerzas del centro e hiciera de bisagra entre los extremismos existentes en aquel momento.

Sofosniba anguissola

Sofosniba anguissola, pintora italiana y dama de la corte española.

SOFONISBA ANGUISSOLA,(1535-1625)LA AUTORA DEL FAMOSO CUADRO “LA DAMA DEL ARMIÑO”

UNA PINTORA ITALIANA, DAMA DE LA CORTE ESPAÑOLA, ALGUNO DE CUYOS CUADROS TODAVIA ESTAN PENDIENTES DE SER RECONOCIDOS COMO SUYOS
.

por Laura López-Ayllón

Sofonisba nació en torno a 1535 en Cremona (Italia) en el seno de una familia renacentista cuyo padre, Amilcare Anguissola, hombre culto y bien relacionado, aunque sin excesivos recursos monetarios, preparó a sus hijas minuciosamente e incluso les puso nombres del mundo clásico (Elena, Europa, Minerva….).

En ese ambiente Sofonisba estudió y fue preparada para ejercer el arte cuando en esa época únicamente aprendían a pintar las hijas de los artistas, pero su caso no fue el único.

Su primer maestro fue Bernardino Campi, con el que estuvo a los catorce años en su casa durante tres años como una especie de estudiante y que le enseñó las labores básicas del oficio como prepara un lienzo o una tabla para pintar o la obtención de los pigmentos.
Cuando su familia se asentó en Milén, continuó con Bernardino Gatti, con quien estuvo otros tres años y que la introdujo en las técnicas de Parmigianino y Correggio.

Hija mayor de su familia, fue la encargada de transmitir los conocimientos a sus cinco hermanas excepto Elena, que estudió con ella y luego fue monja, y para ella el entorno familiar fue siempre muy importante.

El padre procuró que sus hijas fueran conocidas en las cortes de la Península Italiana y que las personalidades artísticas del momento, entre ellas Miguel Angel, tuvieran conocimiento de ellas e incluso les enseñaran.

La llamada que le hizo la corte española fue consecuencia en parte de estas gestiones y supuso para su familia importantes rentas, de las que estaba muy necesitada.

Su primer cuadro importante “Partida de ajedrez”, con su propia familia como tema, refleja su formación como retratista pero también su inclinación a reflejar la instantánea cercana y el estado de ánimo –risa o llanto- propia de la pintura milanesa del momento, así como la preocupación lombarda por la luz. En el cuadro puede verse también un jardín al fondo.

Su visita a la corte española, consecuencia de las gestiones de su padre, la puso en contacto con personalidades artísticas y literarias que acudían a ella.

En ella, donde estuvo quince años, Sofonisba fue dama de Isabel de Isabel de Valois, gran aficionada alas artes, tuvo estrecho contacto con sus hijas, Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, y fue después también dama de su última esposa Ana de Austria.

En la corte residieron también personalidades como Juana de Portugal o María de Austria, la princesa de Eboli, o las pintoras Isabel Sánchez Coello o Catalina de Mendoza, hija del marqués de Mondejar.

Los especialistas que se han acercado a su figura tienen dificultades porque su posición aparece siempre como dama de la reina y no firmó los retratos de esta época.

Con Isabel de Valois compartió amor a las artes pero sobre todo a la pintura, que enseñó a la reina, y la música, pues ambas tocaban la espineta.

Se sabe que en aquella época practicaron la pintura no solo en talleres y conventos, sino también en la corte.

Su primer retrato conocido de esta época fue el de la reina Isabel de Valois y después otro de doña Juana, mujer muy culta a quien se deben Las Descalzas Reales”.

En la corte española se la busco marido, que ella quiso italiano, y que fue al fin Fabrizio de Moncada, que residía en Sicilia. Con él se casó por poderes dotada por la Corte Española.

Antes de partir realizó retratos de Felipe II, la reina Ana y ambas infantas.

Mantuvo siempre contacto con la corte de Madrid, que la invitó a volver al enviudar, pero no lo hizo y en el viaje de vuelta hacia su patria chica mantuvo un idilio con el capitán del barco, Orazio Lomellino, más joven que ella que fue su segundo marido y con el que se trasladó a Génova y posteriormente a Palermo, donde fue enterrada.

Fue en esta étapa cuando pintó otro retrato de Isabel de Valois, el único firmado que se conserva, así como otro de Isabel Clara Eugenia.

En general sus retratos mezclan como ocurrió en aquel momento, las tradiciones flamenca e italiana, es decir, parecido físico pero imagen de majestad idealizada, lo que dejaba escaso margen para la invención y la originalidad.

A pesar de ello su pintura recurre a pequeños detalles como un mechón desprendido del peinado o un botón desabrochado para aligerar la rigidez del protocolo.

Su retrato de Felipe II, a quien muestra sobrio no distante, fue atribuido a Sanchez Coello hasta que en 1990 los análisis técnicos demostraron que no pertenecía a este pintor.

En el caso del famoso cuadro “La dama del armiño” parece que también es de Sofonisba, muy cerca de Catalina Micaela.

Son también famosos sus autoretratos, pues hizo varios.









Los textos expuestos en esta web están protegidos por el Copyright. No está permitido su reproducción, total o parcial, en ningún tipo de soporte o medio, sin la expresa autorización de sus autores.
© Editanet 2008-2011.Reservados todos los derechos.