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Protagonistas de la Historia

 

Miguel Servet Conesa

Miguel Servet Conesa, médico español

MIGUEL SERVET CONESA (1511?-1553)

MEDICO ESPAÑOL DESCUBRIDOR DE LA CIRCULACIÓN MENOR DE LA SANGRE Y DESTACADO INTELECTUAL EN LA EPOCA DEL PROTESTANTISMO.

SU PENSAMIENTO PROVOCO DEBATES ENTRE CATOLICOS Y PROTESTANTES HASTA QUE CALVINO LO LLEVO A LA HOGUERA EL 27 DE OCTUBRE DE 1553.

HASTA EL SIGLO XX SU FIGURA NO FUE BIEN CONOCIDA Y ES ENTONCES CUANDO SU RECONOCIMIENTO HA PROMOVIDO ACTOS EN ZARAGOZA Y EN SU PUEBLO NATAL VILLANUEVA DE SIGENA (HUESCA).

Laura López-Ayllón

Nacido según la mayoría de sus investigadores en un Villanueva de Sigena (Huesca), en donde su padre era el notario del Monasterio, Miguel Servet fue lo que hoy llamaríamos un niño precoz pues desde muy joven dominaba los tres idiomas bíblicos (latín, griego y hebreo) y tenia grandes conocimientos de Filosofía, Matemáticas y Teología Escolástica.

No se sabe con certeza donde hizo sus primeros estudios pero sí que a los quince años le llevaron a Barcelona, donde entró en contacto con el fraile franciscano Juan de Quintana que le puso en contacto con las nuevas ideas –el momento era de tolerancia hacia las ideas de Erasmo-, y acercó a los problemas del momento como la rebelión de los moriscos.

Su padre le envió a Toulouse en 1528 para estudiar leyes donde comenzó a adentrarse en la Biblia pero al cabo de un tiempo salió le volvió a llamar Quintana, confesor de Carlos V, para ir a la coronación de Carlos V en Bolonia donde la exhibición de grandeza terrenal y boato le produjó una gran impresión por el contraste con la pobreza de Cristo.

Acudió con Quintana a la Dieta de Augsburgo y año y medio más tarde comenzó a escribir su primera obra “Sobre los errores de la Trinidad”, que le traería tantos problemas.

Acudió a Basilea a pedir ayuda a conocer y polemizar con Ecolampadio sobre la Trinidad, pero hostigado en la ciudad marchó Estrasburgo y poco después encontró editor. La obra, escrita en latín como todas las de Servet, le situó como hereje peligroso para ambos partidos, los protestantes y los católicos, pues revivía una polémica que llevaba siglos adormecida.

Para Servet las personas de la Trinidad son formas, maneras o aspectos de la divinidad pero no acepta la división de la esencia divina.

La Inquisición española encomendó a su hermano Juan que intentara traerlo a España pero no se obtuvo resultado. De modo que a los 21 años Miguel Servet era un perseguido en toda regla por las Inquisiciones de Francia y España. Pero él no se amilanó y, contra su seguridad, mantuvo viva la polémica y en 1532 publicó “Dialogos sobre la Trinidad”, en la que dos personajes dialogan sobre el contenido de su obra. En ningún momento se admite que el Hijo sea eterno como el Padre y persiste en la visión mística de Cristo.

Se mantuvo errante y sin dinero pasó año y medio en París como estudiante primero y profesor de Matemáticas después. Marchó de París y en 1536 volvió para estudiar Medicina y tuvo como condiscípulo al padre de la anatomía moderna Andrés Vesalio y también conoció a Juan Calvino con el que mantuvo una fuerte enemistad visceral y que después le enviaría a la hoguera.

De sus estudios de Medicina destaca la publicación del libro “Tratado de los jarabes” y de su paso por Lyon la publicación del libro “Declarationis Jesu Christi Dei Libri V”.

Pasó después doce años en “ Viena del Delfinado” bajo la protección del Arzobispo Palmier que son considerados como los mejores de su vida. Se le concedió la ciudadanía francesa y ocupó diferentes cargos.

Servet tiro esta vida tranquila por la borda al enviar el manuscrito de su “Restitución del cristianismo” a Calvino, incluyendo las treinta cartas que le había escrito. Pero lo más importante es que incluyó un texto en el que anunciaba el descubrimiento capital de la circulación de la sangre en los pulmones, es decir, la circulación menor.

En este libro Servet solo admite dos sacramentos, el bautismo y la cena y se reniega del culto externo que le parece resabio pagano y pide la destrucción de las imágenes y de las iglesias.

Calvino no se le enfrentó pero urdió una conspiración para acabar con la vida de Servet de manera hipócrata y taimada y no vaciló en denunciarlo incluso a la Inquisición Católica.

La justicia civil francesa lo declaró culpable de herejía escandalosa y Servet acudió a Ginebra , donde al ser detenido pidió ser decapitado pero no se lo concedieron, todo lo contrario, le condenaron a muerte en la hoguera pero en la forma más cruel, con leña verde que era más lenta y producía más sufrimiento.

Hoy existe un monumento en el pueblo francés de Annemasse, a cinco kilómetros del sitio donde fue quemado vivo el 27 de octubre de 1553 tras un malévolo proceso.

. Al pie del monumento un epitafio dice “Miguel Servet, geógrafo, médico, fisiólogo, ha merecido la gratitud de la Humanidad por sus descubrimientos científicos, su devoción a los enfermos y a los pobres y la indomable independencia de su inteligencia y de su conciencia”.

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El profesor Angel Alcala, gran estudioso de su figura, le considera el precursor de la tolerancia intelectual pero ese aspecto no nos lo habían contado bien, sólo lo conocemos por su descubrimiento de la circulación de la sangre.

Su biografía la ha publicado recientemente Fernando Martinez Laínez con el título de “Miguel Servet. Historia de un fugítivo”. En ella destaca como su heterodoxia teológica y su carácter audaz le valieron la enemistad de sus contemporáneos tanto reformistas como católicos y que su pensamiento fue una amenaza contra los intereses políticos. Por eso le condenaron a morir quemado en la hoguera a los cuarenta y dos años y con leña verde para que su suplicio fuera más lento.

Ricardo García Cárcel por su parte dice que se le recuerda como el pionero de una cadena de pensamiento político que conduce a la moderna democracia.

SU ORIGEN JUDIO

Impactados por su expresión de sufrimiento en la estatua levantada en la Alta Saboya, Teresa Ancín y Francisco González Echevarría comenzaron a investigar y encontraron una edición del Dioscórides de Servet que fue presentada en el Patio de la Infanta, único resto del edificio construido en Zaragoza por su antepasado Gabriel Zaporta.

Tras la publicación de varias obras sobre medicina y sobre farmacia, publicaron una variante de la Biblia editada en 1542, y estudiaron en sus obras “Sobre los errores de la Trinidad” y “Sobre los diálogos de la Trinidad”, donde encontraron que utilizaba el hebreo en muchos usos y fuentes rabínicas en su obra “Restitución del cristianismo” impresa en 1553. Esta obra fue la que le costó su muerte y en ella su nombre aparece en portada en caracteres hebreos. Además de la circulación menor de la sangre, Servet describe autobiográficamente la circuncisión.

Los investigadores partieron de su cuarto apellido, Zaporta, es decir el segundo de su madre, Catalina Conesa Zaporta, hija de Beatriz Zaporta, hermana de Gabriel Zaporta, cuyo origen no admite dudas por la importancia que tuvo este banquero judio converso en el siglo XVI.

Beatriz Zaporta contrajo matrimonio dos veces y por tanto dio pie a protocolos censales donde figura su familia. De su segundo matrimonio la abuela de Servet tuvo varios hijos, entre ellos Catalina. Este origen sitúa a Servet en la gran familia de ilustres conversos del siglo XVI, aunque su relación sea más lejana que la de otros.

 

 

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Elena Sanz, gran amor de Alfonso XII

ELENA SANZ Y MARTINEZ DE ARRIZALA, GRAN AMOR DE ALFONSO XII

I
MPORTANTE CANTANTE DE OPERA

GRAN AMOR DE ALFONSO XII POR QUIEN ABANDONO EL CANTO Y CON QUIEN TUVO DOS HIJOS

LA REINA ISABEL II LA LLAMABA “MI NUERA ANTE DIOS”

Laura López-Ayllón

Elena nació en Castellón en 1844, quedó huérfana muy pequeña y fue acogida y educada en el Colegio de Niñas de Leganés, fundado en el siglo XVII por Ambrosio Espínola, (el del cuadro Las Lanzas de Velazquez) y en su época regentada por su descendiente el Marques de Alcañices.(famoso por ser acompañante del rey en las dos películas sobre Alfonso XII)

Al parecer Espínola estableció como condición que todas las alumnas fueran de reconocida belleza para protegerlas del mundo y Elena Sanz poseía además de belleza una magnífica voz de contralto, lo que hizo que Isabel I le concediera una beca para estudiar en París, lo que provocó una magnífica relación entre ellas.

La historiadora Isabel Margarit nos cuenta que Elena, varios años mayor que Alfonso, le visitó en 1872 por encargo de su madre en el colegio Theresianum donde estudiaba en Viena cuando se encontraba en esta ciudad enrolada en la compañía de Adelina Patti.

Elena Sanz, a quien se conoce como “La favorita” tenía, según Castelar, “la color morena, los labios rojos, la dentadura blanca y la cabellera negra y reluciente como el azabache, la nariz remangada y abierta con una voluptuosidad infinita, el cuello carnoso y torneado a maravilla, la frente amplia, como la de una divinidad egipcia, los ojos negros e insondables, cual dos abismos que llevan a la muerte y al amor, hacían una de aquellas mujeres meridionales por cuya belleza perece Antonio, de Roma olvidado, en la embriaguez del placer”.

La relación, que fue paralela a sus dos matrimonios, se inició varios años más tarde y de ella tuvo Alfonso dos hijos, Alfonso, nacido en París el 28 de enero del año 1888, y Fernando, que vino al mundo en Madrid el 25 de febrero de 1881. Elena, que ya había tenido un hijo llamado Jorge de padre desconocido, falleció en 1898.

Carlos Dardé, en su biografía de Alfonso XII, considera que su relación comenzó poco antes de que el rey acudiera a la entrevista con María Cristina en Arcachon pues hay una carta que el ayuda de cámara le escribe a Elena en estas fechas.

El rey quiso que Elena dejara de cantar cuando esperaba su primer hijo, y para ello le concedió una pensión mensual de unas 5.000 pesetas de la época y le puso un piso en la cuesta de Santo Domingo, cerca del Palacio Real. En cualquier caso, se sabe que en su dedicación al canto, Elena llegó a ganar muchísimo más, 200.000 francos al año.

María Cristina conoció esta relación e intentó expulsar de España a Elena Sanz, pero el rey la hizo volver y al final cedió. No obstante en algunos momentos se habló de crisis en la pareja y en 1883 se interpretó un viaje de la reina a Viena como el inicio de una separación.

Carlos Dadé nos cuenta también que el final de la relación de Elena Sanz con Alfonso XII, que se mantuvo hasta la muerte del rey, tuvo un desagradable epílogo, pues en diciembre de 1885 se le suspendió la pensión
y le aconsejaron amenazar con hacer públicas 110 cartas que dejaban claro la paternidad de Alfonso XII.

Elena fue víctima de María Cristina que, tras la muerte de Alfonso XII fue más mujer que reina con las dos personas que ella consideraba responsables de los excesos del rey, el duque de Sexto y Elena Sanz, más bella que ella y que le había dado dos hijos varones a Alfonso XII.

El administrador de Palacio llegó un acuerdo con Elena Sanz. A cambio de la destrucción de las cartas, se estableció un acuerdo por el que se le pagaron 250.000 pesetas (400 millones de pesetas)y se estableció que otros 500.000 se invertirían en un fondo de valores públicos que los dos hijos cobrarían a la mayoría de edad, pero cuando el hijo mayor lo reclamó, el fondo se había evaporado.

En 1907 los hijos plantearon un pleito ante el Tribunal Supremo solicitando el reconocimiento de paternidad y los beneficios económicos anejos pero el Tribunal falló en contra.

Elena falleció en 1898.

 

 

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