Edición nš 6 Enero/Marzo de 2009
Carta abierta a un escritor novel.
Enero de 2009
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por Ana Alejandre
Me dirijo a ti, escritor vocacional y apasionado por la escritura, aunque no hayas publicado nunca un libro. No se es escritor porque se publica, sino porque se escribe con fruición, sin descanso ni tregua, porque te es tan necesario como respirar, y porque es la única forma válida de vivir una existencia que sin la literatura no tendría sentido alguno para quien nació con tu capacidad creadora, ese don misterioso que no encuentra obstáculos capaces de borrarla de la mente de quien la lleva impresa en el alma como una seña de identidad en la que se reconoces y se manifiestas en su propia singularidad de persona irrepetible.
Esa vocación, más bien pasión, que te arrastra en pos de la expresión justa de todo ese caudal interior, nacido en tu imaginación y nutrido de tus lecturas y vivencias, es lo que te sostiene en ese frágil armazón de ilusiones, horas quitadas al sueño, infinitas páginas escritas con la tensión acumulada a costa de cafés, cigarrillos, en el caso de ser fumador, y falta de sueño, robándole muchas horas al descanso para poder vaciar tu mente de toda ese universo de historias, personajes y argumentos que bullen en tu mente, que discurren en tu imaginación en la que hallan el espacio y el tiempo para desarrollarse en ese mundo paralelo que está hecha de la materia sutil de todo sueño, tu sueño de ser escritor, de poder transmitir a los demás todo ese caudal que ahora, por no encontrar el cauce necesario para discurrir por él hasta llegar a ese mar de lectores que lo reciban, temes que puedan ahogarte en la quietud de las aguas `profundas de tu propia frustración por no poder publicar.
No te sientas abatido ni intentes tirar la toalla de la constancia porque, antes o después, encontrarás la forma de sacar a la luz tu obra, mientras sigues soñando con ganar ese premio literario, reservado de antemano a un nombre conocido y comercial, o de que el enésimo editor al que has enviado tu manuscrito te responda esperanzadoramente, dándote el sí que ansías para ver tu libro en las estanterías de cualquier librería, sintiéndote, por fin, que formas parte ya de los escritores publicados, sueño imposible para ti en estas noches de pesadillas y amaneceres frustrantes en los que no encuentras más luz para guiarte en el duro camino de escritor novel que la propia claridad de tu vocación decidida e irrenunciable de entregarte sin medida a esa exigente vocación de crear belleza a través de las palabras.
Sé que llevas tu anhelo creador, sea cual fuere el género en el que te expreses, inscrito y cincelado en tu propia piel, y eso te obliga a buscar, desesperadamente y a cualquier costa, la posibilidad por difícil, remota o dudosa que sea, que te permita ver tu obra publicada, pero debes tener cuidado en no alimentar la ambición sin escrúpulos de algunos a costa de tu esfuerzo y tu ilusión, por culpa de tu propia inexperiencia. Hay muchos lobos disfrazados de corderos en este mundo en el que prima la búsqueda de la ganancia fácil, con la trampa engañosa de prometerle al autor novel una publicación que muchas veces es sólo una estafa en la que el autor pone la obra, el dinero, las esperanzas y encuentra sólo la decepción de sentirse engañado, esquilmado y con su propia seguridad por los suelos, preguntándose si merece la pena seguir intentando publicar su obra y dudando si abandonar esa necesidad vital de dar rienda suelta a esa imperiosa necesidad de expresión que le ha sido otorgada a cambio de una capacidad creadora a la que sirve y de la que se esclaviza.
No abandones nunca esa lucha que en la que encuentras tu propia identidad, pero busca con calma y elige bien a tus aliados en este difícil mundo de la literatura donde abundan los tiburones en busca de presas fáciles y suculentas por su propia ingenuidad ilusionada. Hay muchos caminos que te pueden llevar a la meta de publicar, pero antes de embarcarte en esta aventura sopesa bien los pros y contras de cualquier oferta en la que tú seas la presa codiciada de cualquier estafador que se autotitule editor de escritores noveles. Los hay, y muchos, pero demasiados de ellos son sanguijuelas que se alimentan de quienes, como tú, han nacido para escribir, pero no para firmar un contrato leonino de supuesta coedición de la que sólo tiene el nombre, porque tú poner la obra, el dinero y el esfuerzo; pero el editor sólo poner de su parte, además de cobrar una excesiva cantidad de dinero por una mala edición, en muchas ocasiones y una nula o débil distribución, porque casi siempre te toparas con un supuesto editor que no es más que un descarado sinvergüenza que te robará el dinero, las ilusiones y te haga sentir deseos de abandonar la literatura por la desdichada sensación de haber sido estafado en aquello que más amas y esa sensación frustrante te sentenciará a muerte como escritor.
No desfallezcas, ni abandones tu lucha y no dudes en autoeditarte a tí mismo, lo que puedes conseguir pagando a una empresa de artes gráficas los precios módicos y ajustados a razón que te pedirán y, una vez publicado tu libro, podrás distribuirlo como mejor te parezca: a través de una librería de confianza, o entre tu círculo personal; pero todo antes y preferible a que alimentes, como tantos incautos bienintencionados e ilusionados por publicar, a los sinvergüenzas que pululan en el sector de las "editoriales para escritores noveles" que no te atratan como a escritor novel, sino como a un chivo expiatorio de su afán de lucro, su falta de escrúpulos y su cinismo a ultranza.
Con mis mejores deseos de éxito para el escritor que ya eres.
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