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Crítica literaria

 

La peor parte.Memorias de amor, de Fernando Savate

Tus pasos en la escalera Antonio Muñoz Molina Seix Barral Barcelona, 2019. 322 páginas. 

Tus pasos en la escalera
Antonio Muñoz Molina
Seix Barral
Barcelona, 2019. 322 páginas.

“Tus pasos en la escalera”. Una novela de suspense, mitad intimista y mitad distópica, en la que su autor plasma la angustia de todo ser humano ante un futuro incierto, tanto personal como colectivo.

Ana Alejandre

En esta obra vuelve a novelas como las de su primera etapa en la que publicó los títulos “Beltenebros” o “Un invierno en Lisboa”, y en esta última se encuentran, por una parte, una novela intimista, psicológica y, por otra, una narración distópica que enumera los desastres y calamidades que azotan al planeta. En lo que concierne al plano intimista, se ponen en evidencia en esta novela los límites que separan lo real de lo puramente imaginario o delirante en cualquier relación amorosa.

Tus pasos en la escalera”, se aleja de las que acostumbraba a escribir Muñoz Molina por su carácter de novela intimista, pues en sus obras de narrativa más importantes como son “El jinete polaco”, “Sefarad” y “La noche de los tiempos,” presenta una especie de fresco o mosaico de amplios territorios narrativos en los que abarca desde lo personal a lo colectivo, mientras que en esta última novela su espacio narrativo se limita al territorio personal, íntimo y psicológico, el del propio narrador, que lo hace con un ritmo lento, pausado, obsesionado por el detalle, y por cuya lentitud el lector intuye un cierto desequilibrio mental que le resta veracidad a lo que cuenta, porque puede ser verdad o un delirio de su mente trastornada.

El argumento de esta novela tiene como eje central una espera. El narrador es Bruno que cuenta, en primera persona, que se ha trasladado de Nueva York, donde ha vivido diez años, a Lisboa. Allí espera reunirse con su esposa, Cecilia, la mujer que ama y con la que está obsesionado. Mientras espera preparando el nuevo domicilio en la capital lusitana y se preocupa de que no falte ningún detalle preferido por ella, comienza una vida rutinaria, con la única compañía de su perra.

En el plano íntimo y psicológico predomina el sentimiento que tiene de soledad y fracaso por haber sido despedido de la empresa neoyorkina donde trabajaba, sin que el lector llegue a saber los motivos. Por otra parte están las reflexiones que hace sobre el mundo caótico y alienante de la sociedad actual, dominada por el capitalismo, las continuas crisis tanto de valores como económicos, políticos y la degradación del medio ambiente.

Además de protagonista, Bruno, está la figura de Cecilia, la coprotagonista que no tiene presencia “física” en la novela, sino solo a través de la mente de Bruno.

El lector llega a preguntarse si es un personaje real o imaginario. Ella es el contrapunto de Bruno, pues si él es un fracasado, Cecilia es una triunfadora, neuróloga que hace experimentos en los cerebros de ratones, buscando los impulsos de la memoria y el miedo, lo que le hace reflexionar al autor sobre temas que son del interés de todos. Ella asiste a un Congreso tras otro de su especialidad, viajando por todo el mundo y ganando mucho dinero, Esta contraposición de triunfador y perdedor, hace posible la reflexión del tema tan actual del éxito de toda mujer como factor de desequilibrio dentro del matrimonio o la pareja.

También aparecen los recuerdos de Nueva York que va contando Bruno, y también los descubrimientos que hace en Lisboa en su vida cotidiana, ponen un punto de interés para el lector, siempre de la mano del talento narrativo que hace destacar los detalles interesantes de ciudades que tan bien conoce el autor.

Esta novela, pues, entra dentro de subgénero tan en moda de la auto ficción, pues muchos detalles inducen a pensar en que está narrando vivencias personales, y esto se debe a la perfecta unión del intimismo psicológico y la descripción del mundo externo, es decir, de la mezcla de realismo y el subjetivismo o mundo interior del personaje, con lo que consigue un libro sumamente emotivo y una amarga y cruda reflexión sobre la soledad y sus estragos.

Esta última novela es una vuelta de tuerca más a la continua búsqueda de respuestas, por parte de su autor, de la vida y sus muchos enigmas, pero sobre todo de esa parte misteriosa que presenta siempre como sustrato de la realidad, convirtiéndola en algo incomprensible, tanto que puede llegar a trastornar la mente de cualquier individuo.

La obra tiene un ritmo lento que diluye bastante la tensión argumental que promete. Eso puede ser un obstáculo para lectores impacientes que necesitan llegar al final en un continuo suspense.

 

tus pasos en la escalera,, Antonio MUñoz Molina

Tus pasos en la escalera Antonio Muñoz Molina Seix Barral Barcelona, 2019. 322 páginas.

Tus pasos en la escalera
Antonio Muñoz Molina
Seix Barral
Barcelona, 2019. 322 páginas.

“Tus pasos en la escalera”. Una novela de suspense, mitad intimista y mitad distópica, en la que su autor plasma la angustia de todo ser humano ante un futuro incierto, tanto personal como colectivo.

Ana Alejandre

En esta obra vuelve a novelas como las de su primera etapa en la que publicó los títulos “Beltenebros” o “Un invierno en Lisboa”, y en esta última se encuentran, por una parte, una novela intimista, psicológica y, por otra, una narración distópica que enumera los desastres y calamidades que azotan al planeta. En lo que concierne al plano intimista, se ponen en evidencia en esta novela los límites que separan lo real de lo puramente imaginario o delirante en cualquier relación amorosa.

Tus pasos en la escalera”, se aleja de las que acostumbraba a escribir Muñoz Molina por su carácter de novela intimista, pues en sus obras de narrativa más importantes como son “El jinete polaco”, “Sefarad” y “La noche de los tiempos,” presenta una especie de fresco o mosaico de amplios territorios narrativos en los que abarca desde lo personal a lo colectivo, mientras que en esta última novela su espacio narrativo se limita al territorio personal, íntimo y psicológico, el del propio narrador, que lo hace con un ritmo lento, pausado, obsesionado por el detalle, y por cuya lentitud el lector intuye un cierto desequilibrio mental que le resta veracidad a lo que cuenta, porque puede ser verdad o un delirio de su mente trastornada.

El argumento de esta novela tiene como eje central una espera. El narrador es Bruno que cuenta, en primera persona, que se ha trasladado de Nueva York, donde ha vivido diez años, a Lisboa. Allí espera reunirse con su esposa, Cecilia, la mujer que ama y con la que está obsesionado. Mientras espera preparando el nuevo domicilio en la capital lusitana y se preocupa de que no falte ningún detalle preferido por ella, comienza una vida rutinaria, con la única compañía de su perra.

En el plano íntimo y psicológico predomina el sentimiento que tiene de soledad y fracaso por haber sido despedido de la empresa neoyorkina donde trabajaba, sin que el lector llegue a saber los motivos. Por otra parte están las reflexiones que hace sobre el mundo caótico y alienante de la sociedad actual, dominada por el capitalismo, las continuas crisis tanto de valores como económicos, políticos y la degradación del medio ambiente.

Además de protagonista, Bruno, está la figura de Cecilia, la coprotagonista que no tiene presencia “física” en la novela, sino solo a través de la mente de Bruno.

El lector llega a preguntarse si es un personaje real o imaginario. Ella es el contrapunto de Bruno, pues si él es un fracasado, Cecilia es una triunfadora, neuróloga que hace experimentos en los cerebros de ratones, buscando los impulsos de la memoria y el miedo, lo que le hace reflexionar al autor sobre temas que son del interés de todos. Ella asiste a un Congreso tras otro de su especialidad, viajando por todo el mundo y ganando mucho dinero, Esta contraposición de triunfador y perdedor, hace posible la reflexión del tema tan actual del éxito de toda mujer como factor de desequilibrio dentro del matrimonio o la pareja.

También aparecen los recuerdos de Nueva York que va contando Bruno, y también los descubrimientos que hace en Lisboa en su vida cotidiana, ponen un punto de interés para el lector, siempre de la mano del talento narrativo que hace destacar los detalles interesantes de ciudades que tan bien conoce el autor.

Esta novela, pues, entra dentro de subgénero tan en moda de la auto ficción, pues muchos detalles inducen a pensar en que está narrando vivencias personales, y esto se debe a la perfecta unión del intimismo psicológico y la descripción del mundo externo, es decir, de la mezcla de realismo y el subjetivismo o mundo interior del personaje, con lo que consigue un libro sumamente emotivo y una amarga y cruda reflexión sobre la soledad y sus estragos.

Esta última novela es una vuelta de tuerca más a la continua búsqueda de respuestas, por parte de su autor, de la vida y sus muchos enigmas, pero sobre todo de esa parte misteriosa que presenta siempre como sustrato de la realidad, convirtiéndola en algo incomprensible, tanto que puede llegar a trastornar la mente de cualquier individuo.

La obra tiene un ritmo lento que diluye bastante la tensión argumental que promete. Eso puede ser un obstáculo para lectores impacientes que necesitan llegar al final en un continuo suspense.

 

 

“Las guerras privadas del clan Bonaparte”,

“Las guerras privadas del clan Bonaparte”
Madame de Rémusat
Arpa
Barcelona, 2019, 320 pp.

«Napoleón no llegó solo a Francia. Lo hizo rodeado de un clan familiar hambriento y ambicioso de poder». (Stefan Zweig).

Ana Alejandre

Las memorias de Claire,fueron escritas después de la caída del emperador y cuando los Rémusat se hallaban instalados cómoda y satisfactoriamente en la Francia de Luis XVIII, ofrecen un perfecto retrato pleno de fina ironía y sacan a la luz la verdad de la corte de Bonaparte y las mezquinas querellas familiares entre los Bonaparte y los Beauharnais

Napoleón Bonaparte, cuando creó su corte, nombró a Madame de Rémusat dama de compañía de la emperatriz Josefina. Este nombramiento no era un capricho de Bonaparte, sino que lo hizo por las cualidades de dicha señora, autora de esta obra, ya que hacía gala de su ingenio, inteligencia y bagaje cultural. Por estas características tan envidiables pasó también a ser la conversadora favorita de Napoleón, así como también fue la acompañante predilecta de la emperatriz Josefina, de la que pasó a ser amiga y confidente desde el principio.

De esta forma, Madame de Rémusat se convirtió en un testigo privilegiado de aquellos años convulsos, los primeros del siglo XIX en Francia. Por ello, estas memorias están repletas tanto de juiciosas y sensatas ideas políticas, como de comentarios, muchas veces críticos y mordaces, sobre la vida de la extraña familia Bonaparte, que los convierte casi en una crónica de la vida secreta de Napoleón y a esta obra en un verdadero tratado de psicología cargado de humor.

La autora escribió esta especie memorias después del derrocamiento de Bonaparte, y cubre el período de de 1802 a 1808, cuando los propósitos que tenía Napoleón sobre España iniciaron los primeros desacuerdos entre el Emperador y Talleyrand.

Las guerras privadas del clan Bonaparte”, libro inédito hasta ahora en España, es más una especie de colección de vivencias a modo de reportaje periodístico, realizado en el seno del clan Bonaparte, cuando aún no existía el periodismo amarillista, ni la fotografía, ni los reporteros gráficos llamados actualmente “paparazzi”. Por ello, el relato de la coronación en Notre Dame y sus imprevistos sería objeto de un reportaje adecuado a la mejor revista del corazón.

Roca-Ferrer, filólogo clásico, traductor de Horacio y notario, manifiesta claramente que la “ingratitud”de la autora hacia su benefactor se puede deber a un “olvido consciente” del hecho de que su marido y ella fueron personajes importantes y vieron muy felices gracias a Napoleón durante más de tres lustros

Cuando Napoleón fue derrotado en la batalla de Waterloo, Madame Rémusat y su marido se adaptaron perfectamente a la restauración borbónica y, aunque su marido perdió su puesto en el funcionariado imperial, recibió el privilegio de ser nombrado, por Luis XVIII, al entonces conde de Rémusat al entonces conde de Rémusat, en 1815, prefecto del Haute-Garonne y, más tarde, en Lille prefecto del Norte, hasta 1822, un año antes de su muerte.

La obra de Madame de Rémusat no fue conocida hasta después de su muerte, cuando su nieto, Paul de Rémusart, publicó su “Memoires”, seguidas por parte de su correspondencia con su hijo Charles de Rémusat.

Madame de Rémusat, Claire, cuando era soltera, había perdido a su padre y a su abuelo en la revolución de 1789, por haber estado implicados en la conspiración de Saint Lazare, dirigida por el general Beauharnais, quien fue el primer marido de Josefina Bonaparte, por lo que fueron guillotinados. La muerte y la confiscación de los bienes de la familia dejaron a la familia, compuesta por la madre y las hijas, Claire y su hermana Alix, en la ruina, hasta que casó con Agustin Laurent de Rémusat que, por entonces era viudo.

Sin embargo, las memorias de Madame de Rémusat no serían conocido, ni se hubieran publicado, según el prologuista de esta obra, si la figura de Talleyrand, personaje fundamental en en esa época de la historia de Francia. no hubiera tenido tanta importancia en la vida del matrimonio Rémusat. Talleyrand era un personaje de expresión fría y distante, silencioso y hermético, quien impresionó a Claire a pesar de la diferencia de edad, pues ella era 26 años más joven, y de la cojera del personaje,

Ambos se conocieron al coincidir en iun viaje a Bruselas en 1803, durante el Consulado. Dos años más tarde Talley rand coincidió con el marido en Austerlitz y después en Viena. Sin saber el motivo, comenzó s hablarle mal de Bonaparte, de los defectos de carácter que tenía, aunque tenía confianza en que tenía cualidades para acabar la Revolución de Francia y crear un gobierno estable y tenía confianza en que podría dirigirle en lo relativo a Europa. Todas estas confesiones por parte de Talleyrand consiguieron anular la admiración del Claire hacia Bonaparte.

De todo ello, se deriva que Madame de Rémusat deja de llamar “el emperador”, para denominarle “Bonaparte” y su falta de admiración hacia el personaje, se advierte en su descripción física poco amable, aunque sea certera, ya que lo calificaba como: «Bajo y desproporcionado, de cabellos ralos, mentón corto y mandíbula cuadrada», propenso a unos ataques de cólera «violenta y positiva», y añade: «falto de educación y de formas».

“Las guerras privadas del clan Bonaparte” es una interesante y anotada selección de los mejores pasajes de las memorias de Madame de Rémusat, e inéditas en castellano hasta el día de hoy.

Obra interesante para todo amante de la Historia, escrita por una testigo de excepción de todas las vivencias que relata, tanto como testigo directo de los hechos, o que llegó a saber en su condición de confidente principal de los personajes centrales como fueron Napoleón Bonaparte y su esposa, Josefina Bonaparte, que la eligieron como su confidente y amiga predilecta, y por ello entró en el círculo íntimo y familiar de la egregia pareja y pudo ser testigo de todos las intrigas palaciegas que el propio título de la obra define como “Las guerras privadas del clan Bonaparte” .











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