Edición nº 5 - Noviembre/Diciembre de 2008

Vida y Destino, de Vasili Grossman

NOVELA

Vida y Destino
Vasili Grossman
Galaxia Gutember -Círculo de Lectores
2007 - 1.111 pág.

por Ana Alejandre


Vida y destino, es una novela monumental, no sólo en su gran extensión de más de 1100 páginas, sino en cuanto a la gran cantidad de personajes, más de doscientos, que intervienen y le dan vida; y de escenarios múltiples en los que se desarrolla la acción, aunque teniendo siempre como telón de fondo a la II Guerra Mundial, especialmente aquella monstruosa carniceria que fue la tristemente célebre battalla de Stalingrado, a orillas del Volga, entre junio de 1942 y febrero de 1943; pero, sobre todo, limitandose la narración de esta novela a un período más corto que va desde el otoño de 1942 hasta la caida del VI ejército alemán de Von Paulus que resistía entre las ruinas de Stalingrado. Esta batalla muchos historiadores, la consideran crucial para la determinación final de la contienda y para la formación de la nueva sociedad que se derivó de las consecuencias de dicha guerra mundial

.Estos datos que conforman el escenario de esta novela coral y testimonial, los conocía bien el propio autor porque vivió en primera persona los hechos que relata de la batalla de Stalingrado en la que participó como corresponsal del diario Estrella Roja, periódico ofical del ejército soviético. Por eso esta novela tiene mucho de veracidad y también de ficción, quizás más en lo relativo a los personajes, pero sin dejar éstos de tener rasgos, caracteres y personalidades que fueron conocidos por su autor durante las duras experiencias vitales que el propio escritor tuvo que vivir envuelto en la realidad cruel de la II Guerra Mundial.

Una nota predominante en toda esta inmensa novela -al igual que es lo más importante en cada obra artística, literaria o plástica, y el sentido último que todo autor quiere plasmar en su obra y para ello utiliza la trama argumental como mero artificio técnico y necesario para poder exponer la idea central--, es la idea primordial de Grossman de defensa de la bondad intrínseca del ser humano como única tabla de salvación, en último extremo, y que siempre puede surgir de la forma más inesperada y espontánea que revalida todo el sufrimiento y la propia valía del ser humano, a pesar de las terribles experiencias sufridas, como reacción ante la propia degradación del individuo sometido a extremas condiciones de crueldad, terror y muerte.

Grossman es, pues, un escritor que habla de lo que vivió, conoció y sufrió, sin perder por ella la esperanza en la fortaleza moral del ser humano para combatir y vencer a la barbarie, a la crueldad más extrema.Y esa idea subyace en toda la obra en la que desfilan sus innumerables personajes en los que siempre está reflejada la lucha por la supervivencia, la agónica resustencia ante el terror y la muerte, pero sin perder por ello de vista el significado último de la propia lucha contra el enemigo, el monstruoso andamiaje de guerra nazi y su poderío bélico que aplastaba países, ciudades y pueblos sin concesión alguna a la piedad ni a la más remota esperanza de salvación para éstos.

La mirada intensa, profunda y lúcida del escritor atraviesa los diferentes escenarios de esta epopeya humana sin perder la agudeza descriptiva de lo que ve: campos de concentración, campos de batalla como son los conocidos como el barranco Tsaritsa, la colina Mamaev Kurgan o la fábrica Octubre Rojo, por citar a los más significativos; ademas de barracones de los campos de concentración, los campos de trabajo del gulag soviético en la taiga siberiana; pueblos, campos y calles, las estepas calmucas donde el ejército ruso espera entrar en batalla, los siniestros barracones y las monstruosas cámaras de gas de los campos de exterminio nazi, los aeródromos de la aviación rusa, o la tétrica prisión moscovita de la Lubianka, etc. en los que pululan una miriada de seres humanos sometidos a la crueldad opresora nazi y en los que se puede entrever la mirada esperanzada de un escritor que conoció el alma desgarrada del pueblo ruso y a la que supo plasmar magníficamente en personajes diferentes, los cuales sólo aparecen en uno o dos escenarios de los múltiples existentes en la novela, pero entre los que existen nexos de unión imperceptibles, algunas veces, familiares, sentimentales o laborales que van entretejiendo los hilos sutiles que los une, unos a otros, en el marasmo de seres que habitan y palpitan en esta obra colosal en dimensiones físicas de los escenarios y en la psíquica de sus numerosos personajes.

Por ello, la unidad del relato se encuentra asegurada en las relaciones existentes entre personajes distantes geográficamente por diversos motivos, especialmente loa relacionado con la familia Sháposhnikov, sobre cuyos miembros parece descansar el gran peso de protagonismo de esta novela, como pueden ser los personajes como Abarchuk, que fue el primer marido de Liudmila Nikoláyevna Sháposhnikova, que es uno de los prisioneros del campo de trabajo ruso en Siberia; o Nikolái Grigórievich Krímov, que fue comisario del Ejército Rojo durante la batalla de Stalingrado, y después fue prisionero y torturado en la prisión de Lubianka quien estuvo casado con Yevguenia Nikoláyevna Sháposhnikova que fue amante, por su parte, del coronel Piotr Pávlovich Novíkov, héroe de la contraofensiva rusa en Stalingrado; Yevguenia, a su vez, es amiga de Sofia Ósipovna Levinton que era prisionera junto a Mijaíl Sidórovich Mostovskói, quien, por otra parte, estaba preso en un campo de concentración alemán. Marusia, otra de las hermanas Sháposhnikov, es la esposa de Stepán Fiódorovich Spiridónov, director de la central eléctrica de Stalingrado, y la hija de dicho matrimonio, Vera Spiridónova, es la novia del teniente Víktorov, piloto del escuadrón de cazas ruso que tiene como misión combatir contra la Luftwaffe. Como se puede advertir todo este nudo de personajes entralazados ayudan al lector, aunque también pueden confundirlo por la dificultad de recordar los nombres rusos y la identidad de cada uno --para lo que el autor, previsoramente, ha incluido una relación alfabética de los personajes, en diferentes cuadros según el escenario en el que se desenvuelven, a modo de guía y recordatorio--, a ir componiendo el grandioso mosaico que conforma esta obra literaria a la que algunos consideran similar a la Guerra y Paz, de Tolstoi, aunque el trasfondo de humanidad doliente de sus personajes, y su carga de esperanza, a pesar del sufrimiento y el terror en el que viven sometidos, recuerda más que a la novela épica anteriormente citada, a la obra de Chejov, el escritor que supo como ningún otro retratar las grandezas y las miserias del alma rusa, y, por ende, humana, pero siempre con la mirada puesta en la bondad intrínseca del ser humano que aletea siempre en su ánimo a pesar de todos los horrores que pueda vivir y protagonizar.

Es importante hacer mención de que esta novela, Vida y Destino, no es lo que se puede entender como novela épica o de guerra, aunque también lo es por ser la guerra su telón de fondo, sino que la II Guerra Mundial sirve a Grossman para poder expresar el canto de experanza en la condición humana y la idea de que todo no está perdido a pesar de los males que azotan a la Humanidad, porque en el corazón humano siempre está presente la semlla de la bondad, la decencia, el valor y el coraje que salen a flote en situaciones extremas en las que no queda muchas veces resquicios para la esperanza y la salvación. Esto aparece reflejado en algunos personajes que muestran su heroicidad, generosidad y valor para ayudar a sus semejantes en medio del horror que les rodea, pasando siempre de lo general a lo particular y viciversa, a través de las múltiples historias que se entrecruzan y que dan el resultado final de que al ser humano no lo salva ni lp dignifica lo que es colectivo, general, sino lo singular, personal e individualizado que intenta corregir con esos pequeños o grandes gestos de solidaridad, abnegación y sacrificio personales de un individuo hacia otro, el mal general representado por la guerra, propiciada por los Gobiernos y sin que tengan nada que oponer los individuos que la sufren como tales, no como colectivades confusas e indeterminadas. La salvación, parece decir Grossman, no está en lo colectivo, en los supraindividual, es decir, en lo que supera al individuo, sino en la propia forma de vivir la vida cada ser humano y la parcela de bondad, dignidad y esfuerzo que puede realizar y que le dignifica como individuo perteneciente a una especie que, colectivamente, parece haber enloquecido.

Lamentablemente, este libro no pudo ser editado en vida de su autor que vivía en el más absoluto ostracismo por el régimen comunista y que falleción en 1964; ya que el manuscrito de esta obra salió de la ahora extinta URSS en los años 80 microfilmado, publicándose en esas fechas y convirtiéndose en una obra de referencia para conocer el entremado del sistema comunista y sus desmoronamiento moral e ideológico, pero sobre todo, trata del poder del alma humana para combatir y soportar a cualquier dictadura del terror.

Esta novela, como toda otra de esta enorme extensión y complejidad, tiene momentos más logrados que otros y, por tanto, puede ofrecer instantes de confusión para el lector al pasar de unos personajes a otros, y de un espacio fisico al siguiente sin una relación causal aparente. Sin embargo, el lector, a medida que va adentrándose en la lectura de este libro singular, va comprendiendo los hilos que relacionan y unen unas historias con otras y en su imaginario va creando el tapiz final que le hace comprender la extensión y profundidad de la epopeya vivida por los seres humanos durante la II Guerra Mundial y que sumió al mundo en unos años de terror y destrucción que reviven en las páginas de este libro a través de sus personajes, ya que recrea la visión general de un hombre que, a pesar de lo que vivió y conoció en el escenario bélico, no quiso renunciar a lo único que salva al género humano y que no es otra cosa que la confianza en la propia dignidad y bondad que lleva siempre hacia el único camino de salvación que es la esperanza.



Excelente libro que hará emocionarse, reflexionar y entender al lector la verdadera dimensión de la hecatombe en forma de guerra que asoló, como otras anteriores, a buena parte de la Humanidad, pero siempre encontrará en sus páginas la verdadera imagen de la naturaleza humana, capaz de las mayores aberraciones y la más absoluta abnegaciín y bondad; y de todo ello se deduce la lección que los millones de seres anónimos y reales han dejado para la posteridad como el ejemplo mejor de que el mundo enloquece por las ideologías, los intereses económicos y políticos que subyacen detrás de cada guerra, de cada explotación de seres humanos, pero siempre dentro de ellos, de forma individual e indefectible, arde la llama de una humanidad frágil, doliente, y valerosa, a pesar de todos sus errores, capaz de todas las heroicidades.

NOVELA

Un grito de amor desde el centro del mundo, de Kyoichi Katayama

Un grito de amor desde el centro del mundo
Kyoichi Katayama
Alfaguara, 2008

porAna Alejandre

Esta espléndida novela ha conseguido conmover a millones de lectores de muchos países, alejados en mentalidad y cultura del autor de esta obra que, sin duda alguna, conquistará los corazones de los lectores españoles que quedarán deslumbrados ante esta hermosa historia de amor, escrita por la prodigiosa pluma de Katayama.

Un grito de amor desde el centro del mundo es, como su título indica, una historia de amor, pero no tiene las connotaciones peyorativas que dicha calificación puede inducir, ya que esta hermosa novela trata sobre el amor y sus grandezas y miserias, pero sin caer en los tópicos cursis que este tipo de tramas puede encerrar para un escritor sin la talla literaria y la magnífica prosa de Katayama que ha escrito una novela bellísima en la que el amor es el telón de fondo de la historia que narra sobre dos jóvenes, casi adolescentes, Sakutarô y Aki, que se conocen en el instituto donde estudian y la amistad que nace entre ellos se va convirtiendo en algo más profundo y arrebatador: una irrefrenable pasión amorosa que los lleva a vivir una historia que los conduce hasta los límites que separan la vida de la muerte, en un torbellino de sentimientos y sensaciones que les aturde los sentidos y los enajena de sí mismos como toda pasión provoca en los amantes.

No es extraño que esta obra sea la novela japonesa más leída de todos los tiempos y ha inspirado una película, además de una serie televisiva de gran éxito y, por si fuera poco, también ha sido llavada al cómic como serie de dibujos manga.

Esto indica la gran influencia que ha tenido esta novela en los lectores japoneses y cuyo eco ha llegado a Occidente, auroleada por su fama y por el amplio número de lectores entusiasmados por una novela de amor, tan poco usual en la cultura literaria de estos tiempos tan escasos en obras con el eje central sustentado en una historia de amor, pero que, en este caso, arrebata a los lectores que se sienten cautivados por el hondo lirismo y, al mismo tiempo, el intenso y actual lenguaje de este escritor que se ha convertido en un referente obligado de la literatura japonesa actual.

Una obra recomendable para todo tipo de lectores y, sobre todo, para los que quieran leer una novela de las llamadas modernas, con la prosa y el ritmo narrativo más actuales, pero con el patrón de las grandes narraciones de amor en las que la vida y el amor transcurre entre sus páginas, trayendo ecos de otras épocas menos prosaicas que la actual, en las que los sentimientos no se escondían o difuminaban en las obras literarias, sino que ocupaban un papel predominante en ellas, al igual que en las vidas de los seres humanos de todos los tiempos.

NOVELA

La historia que me escribe, de Fernando Trías de Bes

La historia que me escribe
Fernando Trías de Bes
Alfaguara, 2008

por Ana Alejandre

El autor de esta novela plantea una historia a modo de juego psicológico y un tanto inquietante, protagonizado por Walter Néspolo, un escritor que recibe el extraño y diabólico encargo de escribir un libro que devore a su propio autor. Naturalmente, el protagonista rechaza la extraña oferta, pero no por ello dejará e de verse inmiscuido en tan siniestra historia porque los personajes empezaran a aparecer en la propia vida del escritor como si de una maldición se tratara.

Esto explica el extraño título de esta novela que capta la atención del lector desde el primer momento, debatiéndose siempre entre la duda de qué es la ficción y qué es la realidad, o lo que llamamos vida real es una mezcla siempre de estos dos polos opuestos, pero interralacionados entre sí por hilos invisibles.

Trías de Bes ha intentando plantear una pregunta, quizás sin haber hallado la respuesta posible, sobre cuál es la naturaleza de lo que llamamos realidad y la sutil frontera que la separa de la ficción. Por ello, el argumento de esta novela es la anécdota sobre la que basa su autor la pregunta o duda sobre la realidad de ambos conceptos, exigiendo para su respuesta una obra de mayor calado y profundidad que la que se puede encontrar en las páginas de esta obra original y de especial suspense, pero que deja al lector con la sensación de que sigue teniendo las mismas preguntas que al principio del libro, sin que quepa hallar en esta obra su posible respuesta a tan inquietante enigma.

Es de destacar el suspense que preside toda la novela que no permite al lector dejar de leerla hasta su final, envuelto en las extrañas peripecias que sufre su protagonista y la inquietante atmósfera dual de realidad-ficción que, por ser una obra de ficción, envuelve doblemente a los personajes que deambulan por esta obra que no dejará indiferente al lector, aunque sin conseguir aclarar las dudas que la propia naturaleza de la realidad ofrece.

Es, por tanto, una novela indicada para los lectores que no quieren una historia a la usanza, sino para los que buscan una historia fuera de lo común, en la que el lector pueda encontrar siempre la propia incógnita de su existencia, debatiéndose entre la realidad-no realidad como el binomio que encuadra todo que aquello que existe, piensa y vive en un mundo en el que todos, antes o después, pensamos que alguien ajeno a nosotros mismos nos ha escrito una historia de la que somos protagonistas pero no autores del guión.

La historia que me escribe es, por tanto, el paradigma de tantas historias reales de las cuales los lectores forman parte y son también protagonistas. Es por eso que les será muy fácil sentirse identificados con la historia que ha escrito Trias de Bes.

Edición nº 5 - Noviembre/Diciembre de 2008

Chateaubriand, un espíritu incorrecto., de Mario Soria

ENSAYO

Chateaubriand, un espíritu incorrecto.
Mario Soria
Criterio Libros
Madrid, 2001
484 págs.

por Ana Alejandre

Este excelente libro sobre la figura del vizconde, François René de Chateaubriand, al que su autor define como “ministro, periodista, par de francia, embajador, aristócrata, apologista, viajero, amante, politólogo, polemista, politólogo, historiador y ensayista” (pág. 56)t además de ello, pionero del romanticismo, es un estudio exhaustivo, documentado y muy esclarecedor de la figura de Chateaubriand en sus facetas literarias, política, diplómática y, sobre todo, humana, en el que se reflejan las contradicciones inherentes a un hombre que vivió en una época políticamente convulsa y prolífica en lo relativo a las artes y el pensamiento.

Mario Soria ha diseccionado el libro en varios apartados o capíitulos, diez en total, a los que ha añadido una tabla cronológica como introducción y dos apartados, a modo de epílogos, que tratan, uno, sobre la Casa Real de Francia en el periódo comprendido entre 1589 y1848, y un Indice Onomástico que, junto a los innumerables pies de página, conforman un estudio exhaustivo y riguroso de una época decisiva en la historia de Francia y en la de la Europa de aquellos años en los que vivió Chateaubriand y que fue decisiva en la configuración de la Europa actual, tanto en los límites geográficos de cada país como de la propia organización política de cada uno de ellos.

En el Capiítulo II, ya que el primero es introductorio, el autor ha querido presentar a una de las obras emblemáticas de Chateaubriand, como es la titulada Memorias , haciendo un inteligente análisis de la importancia que la misma tiene en la obra total del autor francés, además de la importancia que en la literatura francesa ha tenido siempre, especialmente en la época en la que aquél vivió, la escritura de obras basadas en la relacción de los hechos y experiencias vividas por el autor correspondiente. A esta obra, de Chateaubriand, Soria la califica de “polémicas, evocadoras, tristes, satíricas, vindicativas, jactanciosas, doctrinales, tienen las Memorias su punta de cinismo acá y allá” (pág. 53); refiriéndose a la obra Memorias de Ultratumba del escritor bretón que es considerada una de las obras claves de este pensador.

Además, el autor ha querido incidir en la personalidad contradictoria, compleja, pero siempre apasionante, de un hombre que vivió en el Paris de los primeros años de la Revolución Francesa, negándose a unirse tanto a los realistas como a los revolucionarios radicales. Por ello, en el Capítulo Segundo, titulado “Viajes, Espacio y Dios”, relata el realizado a Estados Unidos, al que realizó como emigrado en 1791, con la intención de buscar el Paso del Noroeste, aunque sólo viajó por la costa Este y llegando hasta el Norte, visitando las cataratas de Ontario para volver por Albeny a Nueva York

El autor de este documentado y riguroso estudio define la actitud viajera de Chateaubriand, a la luz de las obras de aquél como son Memorias de ultratumba, o Viajes a América, libro este último en el que hace una extensa relación de la flora y fauna americana, además de reflexiones trascendentales sobre lo que ve en el pais del Nuevo Mundo, pero siempre fuera del utilitarismo que sobre la Naturaleza se advierte en obras de otros escritore, algunoss coetánesos suyos como son Daniel Defoe, en su Robinson Crusoe, o en las obras posteriores de Julio Verne; ya que Renato hace reflexiones sobre lo que ve en el Nuevo Mundo y que son de trascendencia espiritual, haciendo una similitud entre aquella naturaleza salvaje y primigenia con el Edén, pues en la pureza de aquellos bosques, llanuras y desiertos siempre encuentra la presencia permanente e invisible de Dios. Además, realiza un exhustivo análisis de ciudades, bosques, praderas, ríos y demás accidentes geográficos, a los que detalla en su Diario sin fecha que va reflejando sus impresiones ante el espectáculo de una Naturaleza ante la que el escritor francés queda extasiado.

Sin embargo, no deja de critircar de manera contundente, la situación de los indígenas. Aunque reconoce la labor meritoria de los predicadores católicos, benéficos y bienintencionados en su mayoría, enjuicia duramente la influencia negativa de la cultura europea sobre las autóctonas y las maléficas consecuencias que de ello se derivan, especialmente las injusticias y explotación a la que son sometidos los indios por la dominación europea de cualquier origen.

Sin embargo, en contraposición de los aristócratas franceses de generaciones anteriores que hicieron el mismo viaje para ayudar al pueblo americano a encontrar la librertad, Chateaubriand llegó a un país ya libre, y buscando en él la paz que no encontraba en la convulsa Francia; violencia que vuelve a encontrar a su regreso a su país en 1792, donde luchó con la Armée des émigrés. Meses después, herido y enfermo, huyó a Inglaterra (1793).

En el Capítulo IV, titulado “Apologética. El Cristianmismo redescubierto en el hombre”, Mario Soria analiza la defensa que Chateaubriand hace en todas sus obras del catolicismo al que considera que posee una superioridad moral sobre todas las otras religiones; sin embargo, eso no obsta para que en la vida de dicho autor se encuentren las contradicciones de quien cree firmemente, pero su vida no se ajusta al ideal de pureza que dicha fe pregona. Sus continuos devaneos amorosos, amantes e infidelidades pregonan una naturaleza exaltada, pero en la que la fe es como el yunque sobre el que golpea la propia vida de Chateaubriand, quien reconoce sus culpas pero no reniega de una fe que le da sentido a su existencia. Asi, el autor de este extraordinario estudio afirma: “Respecto de las pasiones, acertadamente afirma Chateaubriand el freno que a las mismas impone el cristianismo, pero también la irritación que al contenerlas produce. Aumenta la religión literariamente la importancia de las mismas, pues llama la atención sobre ellas, las sublima, trasciende y embrolla; las represa e incita a embravecerse fuerzas que antes fluían en libertad”. (pág. 211).

En este apartado, Soria analiza la importancia de las costumbres eróticas de su tiempo, según las describe Próspero Joly de Crebillon, así como se encuentran en las Memorias de conde de Tilly, paje de Maria Antonieta, además de en Chamfort, Louvet, Casanova, el príncipe de Ligne, Choderlos de Lacios, Diderot y otros escritores o memorialistas de la época, entre los que se cuenta también Rousseau que hace igual demostración de estar a tono con su época en sus Confesiones. Ësto le hace afirmar a Soria, en la obra de referencua, que: ”El libertinaje de entonces, cuyo testimonio escrito asusta por su obscenidad, un centenio despues, a persona tan poco gazmoña como Jorge Sand, cae de ordinario en la impiedad, como en los opúsculos de Diderot, los célebres papeles de la duquesa de Orleans (madre de Felipe Igualdad), etc., o por lo menos, raya en la blasfemia insípida, según se ve en ciertos ripios del conde de Provenza, mas tarde Luís XVIII”. (pág. 215)

Es por ello que Chateaubriand, hombre de su época, se debate continuamente entre sus apetencias carnalas y la exigencia de una fe que profesa sinceramente, pero a la que encuentra harto difícil poder dar cumplimento en su vida privada. Sin embargo, no deja de proclamar alabanzas al sacramento del matrimonio que vienes a ser una antítesis de las costumbres imperantes antes de la Revolución, aunque es el propio escritor bretón el que hace tabla rasa de dichas proclamas viviendo en perpetuo adulterio con amantes sucesivas. Se proclama un teórico de las nuevas costumbres, pero sin ponerlas en práctica en su esfera personal.

También en este capítulo se encuentra la exaltación de la biblia que realiza el autor bretón, pero desde un punto de vista sólo estético, exaltando el estilo sublime de los libros proféticos de aquella. Es decir, su análisis de las Sagradas Escrituras está basado más en la emoción estétiica del lenguaje que en la propia verdad revelada que ésta contiene, pero sin obviar que “…la Biblia, atendiendo también a los sentimientos del hombre, tiene especialmente por objeto la grandeza de Dios, exaltarlo a Éste mediante los fenómenos naturales más impresionantes, situacionwa paradójicas, hipérboles, reiteraciones; derrochar una fantasía que presenta imágenes asombrosas, terribles o magníficas; expresar el poder divino; sugerir la pequeñez de la criatura; señalar la trascendencia de las cosas naturales, haciendo surgir a Dios lo mismo de lo más notable o aparatoso que de la contigencia más común, inesperadamente.” (pág. 223)

En el Capítulo V “Novelas y Epopeyas”, Soria habla de los libros de Chateaubriand: Atala, Renato, y Los Natchéz, son producto de la obra titulada Viaje a América

También realiza un análisis de la obra titulada Atala. A esta obra de caracteres, personajes, situaciones y lenguaje para muchos un tanto ficiticia o irreal, Soria la defiende, alegando en ella su cualidad de abstracción, como toda obra literaria, en la que lo importante es la idea y que en esta obra es una demostración de gratitud, pena, compasión y admiración ante la propia Naturaleza que la inspira.

En la novela Renato, es el protagonista francés que en Atalas, asistía mudo al relato del indígena Chactas, y se convierte en protagonista, trasunto del propio autor, y se ve integrado enntre los Natchez y obligado a casarse con una nativa, aunque no vive con ella, en una posible y última imagen de la última esposa del escritor, Celeste Buisson de la Vigne. En esta obra, Chateaubriand hace que su protagonista represente a todo soñador con una gran capacidad de fantasía y su hallazgo final de la inutilidad de la búsqueda de lo permanente, de la perfección nunca lograda. La novela termina con la muerte de su protagonista y sus amigos, pero esto sólo se sabe después, como una muerte lejana a la que el lector no asiste directamente, añadiendo una nota de tristeza a la propia historia en la que la melancolía de la inutilidad de toda búsqueda significa parece presidirla.

Soria contrapone las dos epopeyas Los Natchez y Los Mártires, y si en la primera la falta de acción es predominante, en la segunda es la acción la protagonista definitiva, convirtiéndola en una novela épica, y realizando un estudio exhaustivo de la obra que es imposible reproducir en este comentario.

En el capítulo VI, titulado: “Bonaparte y los Borbones. El hondero David”, soria analiza el periplo político y diplomático de Chateaubriand que se inicia cuando Napoleón lo nombra secretario de legación en Roma, a su regreso a Francia con un nombre falso. Sin embargo, en 1804, el escritor y diplomático se vuelve contra el Emperador por la ejecución de Luis, duque de Enghien, en 1804, y dimite del último cargo sin haber tomado posesión del mismo. En este apartado Soria explica los avatares del viczconde en Roma en su cargo diplomático que son de sumo interés. Es en esta época, en 1802, publica el libro El genio del Cristianismo que alcanza un notable éxito.

En este periodo faltan aún algunos años para que alcance misiones más importantes, lo que sucede en 1815, cuando ya fueron restaurados los Borbones al ser nombrado Par de Francia., y en ese periodo que va desde 1814 hasta 1830 es cuando Chateaubriand ocupa los más altos cargos políticos embajador en Gran Bretaña en 1822 y ministro de Asuntos Exteriores en 1823-1824). hasta la abdicación de Carlos X y es a partir de entonces cuando se retira a la vida privada.En esta época escribe obras como Bonaparte y lso Borbones (1814), Reflexiones políticas (1814), La monarquia con arreglo a la constitución (1816), así como diversos textgos en El Debate, el Conservador y después de la abdicación de Carlos X, publica obras como De la restauración y la monarquia electiva (1831) y de igual año el Destierro de Carlos X y su familia; El congreso de Verona ( 1838).Murió el 4 de julio de 1848, en París

Esta obra, pues, además de ser un estuio biográfico, literario e histórico de la figura de Chateaubriand, es también una plataforma desde la que su autor puede exhibir sus conocimientos literarios, políticose historicos de la época que le tocó vivir a su protagonista.

El análisis que hace Mario Soria de las diferentes obras citadas es exhaustivo y realiza una rigurosa exposición de los motivos, circunstancias, sucesos y avatares diversos que llevaron al escritor al escribir dichas obras y explica permenorizadamente cada una de ellas con gran cantidad de datos históticos, políticos, sociales y personales del propio autor.

En el capítulo VII, titulado: “Liberalismo. Otros hechos controvertidos”, el autor de la obra referenciada, analiza el espíritu político de Chateaubrian, citando al prologuista de varias obras políticas del autor bretón, Juan Pablo Clement, que afirma:” Parte Chateaubriand de negar dos absolutismos: el del régimen antiguo y el de la soberanía nacional” (pág. 338) con cuya afirmación Soria está de acuerdo al calificar el talante político de dicho escritor. Acepta la definición de liberal dado al escritor bretón, pero haciendo puntualizaciones y critica, o matiza, ciertas actitudes de Chateaubrian en determinados sucesos de la política expañola y francesa entre otras, entre las que se pueden citar la votación que hzo del fusilamiento del Mariscal Ney por alta traición, o la defensa de la invasión de España, en 1823, para derrocar el gobierno jacobino.y afirma Soria de Chateaubrian: “Y en 1830, hablando de las instituciones aristocráticas,, es decir, del senado aristocrático y de su papel en las revoluciones, exhorta a sus miembros poco menos que a encauzar la subversión: “pasar del Capitolia al Foro y así salvarse”. Pero poco después recrimina a Carlos X no haber resisitido con las armas el levantamiento de julio- aunque escribe Renato- el triunfo de la corona hubiera sido contrario al curso (pente) de la civilización”. (pág. 343)

Soria se pregunta: “¿cómo se puede conciliar el liberalismo, ideología esencialmente secularizadora, con la interpalación amistosa que dirige Renato a un hipotético deísta?, así hace mención de lo que afirma el apologista: “el deísta de buena fe hallase forzado a creer en la desobediencia bíblica, que causa la corrupción moral en el mundo del intelecto y la depravación de la materia en el físico.” (pág. 344) Es la concepción de Chateaubriand del hombre lo que le distingue del liberalismo, según manifiesta el autor en este lúcido análisis de la figura del escritor y político bretón.

Por último, en los capítulos IX y X, el autor de la obra objeto de referencia, se dedica a analizar en el primero de ellos los escritos, conferencias y obras de carácter político de Chateaubriand, y en el último de los capítulos habla de la última obra de este último y que trata de la biografía de Rancé, titulado Vida de Ranc, haciendo de todas ellas el análisis de las mismas desde los aspectos históticos, sociales, políticos y literario, explicando las circunstancias de su escritura y haciando un análisis completo de dichos textos que aclaran al lector las posibles dudas que de su lectura puedan derivarse.

Al final de la obra se encuentra, a modo dearbol genealógico, un apartado dedicado a la Casa Real de Francia (1589-1848) que sirve para conocer los avatares en la sucesión dinástica de los Reyes de Francia.

Es por todo lo dicho anteriormente, una obra fundamental para el conocimiento de una figura ran notable en la literatura y la política del siglo XIX como es Chateaubriand, y no sólo está acompañado el texto de todo tipo de datos históricos, bibliográficos, biográficos y literarios, sino que Mario Soria realiza una perfecta y cronológica disección de la historia de Francia en la época que le tocó vivir a este pensador que, además de ser precursor del romanticismo, también fue una figura controvertida, compleja, contradicotria, pero siempre imprescindible para comprender aquella etapa histótica en la que moría el viejo régimen absolutista después de la Revolución Francesa y se instauraba un nuevo orden político y social en el que el vizconde tuvo un papel fundamental para su consolidación, con la influencia indiscutible de su prestigio como escritor y político.

A esta interesante figura nos acerca, pues, la obra de Mario Soria que aporta no sólo los datos suficientes para encuadrarla histótica, literaria, política y humanamente, sino el análisis profundo de las muchas contradicciones de este pensador original que alumbró con su vida y obra un nuevo concepto del cristianismo, del poder y la política que anunciaba la nueva visión de una sociedad democrática que ha llegado hasta nuestros días.

Sin embargo, se puede aducir como única pega que poner en este excelente libro, la conntinuada, eshaustiva y abrumadora de sustantivos, adjetivados o no, sean o no sinónimos, para definir o describir a un personaje, situación, paisaje, o hecho, con todas las posibles definiciones que permite el lenguaje, lo que puede llegar a cansar al lector, porque hay una excesiva utilización de sustantivos y adjetivos que ponen de manifiesto el deseo del autor de no dejar ninguna definición posible fuera del texto para así ayudar mejor al lector a comprender el alcance osignificado de lo que describe. (ej. pág. 56) Esto se encuentra en algunos otros pasajes del libro.

Por todo ello, es una obra recomendable para los conocedores de Chateaubriand, por aportar nuevos e interesantes datos y matices al estudio de su figura, y también para aquellos que quieran conocerla a través de esta obra de aménisima lectura, rigurosidad en su platenamiento y originalidad en el desarrollo de la misma que la hacen accesible a todo tipo de lectores interesados en la figura del gran pensador que fue Chateaubriand.

ENSAYO

Después del imperio Paul Gilroy Tusquets, 2008

Después del imperio
Paul Gilroy
Tusquets, 2008

por Ana Alejandre

En este interesante libro, su autor habla de la crisis nacida en Europa, convertida ya en una sociedad multicultural, y la que parece deberse a la “guerra contra el terrorismo global”, en la que todeos estamos inmersos, de una forma u otra.

Además, esta crisis de valores y económica se ve agravada por los distintos discursos nacionalistas, xenófobos, además d el fanatismo religioso que encuentra en los países europeos un escenario adecuado para extender la ola de terror que propugnan ciertas ideologías radicales.

Esto nos lleva, según el autor de este interesante libro, a la conclusión demoledora de que es imposible conciliar la sociedad multiculturalal con la convivencia pacífica y enriquecedora para todos los que la conformamos, al entrar en colisión los diferentes e irreconciables puntos de vista de unas y otras culturas, que se convierten así en arietes contra la paz y la conciliación entre los pueblos.

Por ello, Paul Gilroy incide en este inteligentísimo ensayo el necesario y nunca acabado debate sobre el binomio globalización/diversidad cultural, y defiende la renovación necesaria de la ética social y política para hacer factible la posibilidad de una convivencia real y pacífica entre miembros de diversas culturas y que, además, pueda servir la nueva y necesaria visión social para encontrar soluciones a los gravísimos problemas como son las desigualdades sociales, las diversidades culturales, todas ellas respetables en cuanto tales, el reparto de los recursos económicos más justos y solidarios y la siempre necesaria y urgente defensa de los derechos humanos constantemente vulnerados.

Después del imperio, este lúcido e interesante ensayo, nos hace reflexionar desde un punto de vista nuevo y esclarecedor sobre los diferentes asuntos de trascendencia universal como son la emigración, el racismo y la Europa poscolonial y sus nuevos desafíos.

Este libro nos hace pues buscar respuesta a las pregunta que suscita y que se resumen en la posibilidad, o no, de poder aunar la convivencia multicultural con la tolerancia a las diferencias esenciales, la diversidad de opiniones y el tan necesario respeto a las diferencias. Esta respuestas tenemo que encontrarla entre todos para poder llegar a resolver los graves dilemas que, por la ausencia de soluciones al respecto, se plantean diariamente en la sociedad del bienestar y que ahora está alcanzando niveles peligrosos de crisis económica, paro, amenazas terroristas y racismo exacerbado, mientras el número de inmigrantes va aumentando en los paises europeos que se encuentran inermes ante los gravísimos problemas aún por resolver y que demandan una solución conjunta y una nueva y esclarecedora visión de ellos.

POESÍA

Antología de, Jose Hierro,Visor, 2008

Antología
Jose Hierro
Visor, 2008

por Ana Alejandre

Esta antología poética recoge los diversos poemarios publicados por este poeta surgido en el panorama literario español después de la guerra civil y al que, al principio se le encuadró en la llamada “poesía social”, aunque posteriormente la crítica lo encuadró más bien como “poeta puente” entre la primera promoción de poetas de la posguerra, o sea la llamada “generación de los cincuenta”, y los poetas posteriores; uanque también hay otros críticos que lo encuadran como intermedio entre la llamada generación del 27 y la poesía actual.

De todas formas, no hay que olvidar que Hierro más que ser un poeta encuadrado en la “poesía social”, es un poeta que habla de lo sencillo y en él se encuentran resonancias claras de Gabriel Celaya o Blas de Otero, sin olvidar las notables influencias de Gerardo Diego.

Desde 1946 en la que apareción su primera obra “tTierra sin nosotros”, parecía encuadrarse su temática en lo puramente reivindicativo o testimonial, y por ello su definición por algunos como poeta “social”, sin embargo, poco a poco se fue decantando su poesía por un tono más existencial y metafísico.

Es necesario, por ello, para conocer la figura de este poeta insigne, leer esta Antología que comprende casi toda su obra, en la que el lector podrá ir notando la transformación paulatina de su estilo poético, desde el puramente social hasta lo existencial, pero sin perder por ello la pureza de una de las voces poéticas más deslumbrantes en su serena claridad y en la sencillez rotunda de sus versos.










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