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Ideario (continuación)

 

Nostalgia de Anteo (XXI)

XXI

Nostalgia de Anteo

Mario Soria.
La tierra, desde siempre, ha significado fuerza, redención, paz, belleza, regeneración, afecto a las cosas sencillas, parcas necesidades satisfechas, admiración del gran espectáculo natural, del que son teloneros el sol y la luna, candilejas las estrellas, decorado el aire y la distancia azul, actores montañas lejanas y flores vecinas. Siempre ha estado dotada de vislumbres paradisíacos. Tuvieron que crecer y multiplicarse mucho las ciudades para que se perdiera ese relente sobrenatural, a la vez que espontáneo. Por esto, hasta el siglo XVI se creía subsistir el Paraíso, morada feliz de los justos, residencia ansiada ( 1 ). Mediante el anhelo horaciano: Hoc erat in votis, hablaba la voz de un agricultor a lo divino, sin saberlo el poeta. Lo mismo que por boca de Virgilio, añorador de sus dulcia…arva. El retour a la nature era a la vez higiénico y teológico. Podían los burlones reírse de la granja y los rebaños de María Antonieta, porque no advertían la enorme seriedad del asunto. De otra parte, el campesino brutal y miserable no es el auténtico fruto de la tierra, sino expresión de injusticia o explotación, o bien de localización equivocada, en desiertos y estepas inclementes. Ininte-ligencia. NotaAnselmo Stolz, O. S. B.: Teología de la mística, pags. 29 ss. Madrid, 1952.





 

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