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ELIOSSANA, LUCENA, AL-YUSANA

 

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ELIOSSANa, LUCENA, AL-YUSANA

Ciudad considerada “Perla de Sefarad”

Llamada “Ciudad de los judíos” o “MAQUM ISRAEL”. Casi una república independiente hasta el siglo XI poblada solo por judíos sin gentiles.

Los geógrafos árabes llamaron “ciudades judías” por su importancia a Lucena, Granada y Tarragona.

LA FAMILIA DE MAIMONIDES SE FORMÓ ALLI Y CUANDO SALIO

Laura López-Ayllón

Lacave nos dice que con el califato de Córdoba (X-XI) comienza la gran época de los judíos españoles y se considera que fue en esta época la comunidad judía española, y en ella especialmente Córdoba y Lucena, consiguieron el mayor bienestar social y cultural que hayan alcanzado los judíos fuera de Israel antes del siglo XVIII. Y Lacave considera también que en esta época el centro religioso y cultural del judaísmo pasó de Oriente a España.

Los judíos de esta ciudad dependían del califa establecieron relaciones comerciales con El Cairo, Bagdad, Fez o Constantinopla con el puerto de La Pechina en Almería como punto de partida. En el siglo IX existen pruebas de que uno de los sabios de Lucena, llamado Eleazar ben Samuel Hurga, mantuvo correspondencia con los sabios de Babilonia.

La descripción de la Lucena judía nos la ofrece el geógrafo Xerif al-Idrisi (1099) quien nos cuenta que el arrabal estaba ocupado por musulmanes pero sin murallas mientras que la villa contaba con buenas murallas rodeadas por un foso profundo, donde iban a parar las aguas de los canales de deshecho. Las tierras de esta ciudad eran amplias y ricas En l as murallas los judíos vigilaban con guardias a los enemigos.

En Lucena funcionar escuelas talmúdicas, centros de estudios superiores o Universidad hebrea de astrología o matemáticas, de lengua árabe, latín y castellano. En el siglo XI los que querían estudiar poesía, música, administración, medicina o ciencia procuraban pasar por Lucena.

Los gaones, que algunos califican de Institución de la España Medieval, eran magistrados supremos para leyes civiles y religiosas. Literalmente significa “Eminencia” y se aplicaba a los directivos de las academias rabínicas como las de Babilonia y Egipto. El nombre viene del árabe NASSIES. Como magistrados supremos mantenían la observancia religiosa de las leyes judías, siguiendo siempre el Talmud. Ninguna ley cristiana reflejaba esta figura y sus funciones pero si el Califato de Córdoba que los reconoció como líderes espírirituales.

Estudiar como alumnos de los GAONES o maestros de Lucena como fueron Ibn Ezra o Maimónides proporcionaba a los judíos preparación e instrucción envidiada por las otras aljamas de modo que se considera que su ambiente cultural era el mejor exponente de la autonomía y máxima riqueza personal y colectiva de la comunidad judía en Europa desde la destrucción de Jerusalen y Judea por Tito en el año0 70 hasta el XVIII. Como se sabe Maimónides, aunque vivió fuera de Al-Andalus cuando fueron expulsados de Lucena, se manifestó siempre hijo y heredero de las corrientes hispanomusulmanas.

En 1013 se produjo la expulsión de los judíos de Córdoba y muchos de ellos buscaron refugio en Lucena que posteriormente se integró en la taifa cordobesa mandada por el jefe bereber Zawi ibn Ziri. Fue en este momento cuando fue una ciudad hebrea en su práctica totalidad que recibió a los judíos que huyeron de la revuelta de Granada contra los descendientes de Nagrella.

Posteriormente Lucena obtuvo con los almohavides la más alta prosperidad económica y el mayor desarrollo cultural y fue, en este tiempo, el lugar del conocimiento e interpretación del TALMUD. En 1148 sin embargo y cuando llegó el movimiento almohade, los judíos lucentinos tuvieron que enfrentarse a la muerte o a la conversión al islam.

En los siglos finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI se dirigieron a Lucena conversos cristianos del judaismo.

En Lucena existieron tres figuras importantes:

---Isaac ben Yacob Al Fasi (1013-1103), famoso por haber fundado la academia, cuya dirección ejerció mucho tiempo.

--- Yose‘p ben Meir ha Levi ibn Meigas, su sucesor (1103-1141)

---Isaac ibn Gayyat (1050-1088)

La organización interna de Lucena era la misma que las alhamas del resto de la península con ordenanzas y leyes rabínicas. Algunos judíos, generalmente los ricos y cultos, ocuparon puestos relevantes de la cultura general y del saber rabínico. Los menos favorecidos eran los llamados “menudos” como mendigos, huérfanos o viudas, pero de ellos se ocupaba la aljama…... La solidaridad interna de las comunidades judías no era entendida por otras comunidades como la cristiana.

Existieron también las COFRADIAS tanto económicas(similares a los GREMIOS) (zapateros, sastres….) o benéficas (dotes de huérfanos, asistencia a los enfermos etc).

Un Consejo de Ancianos de siete componentes eran nombrados entre los miembros de la oligarquía dominante, que a su vez nombraba a los ADELANTADOS para ejercer el poder ejecutivo. Otros personajes fueron los RABINOS O MAESTROS DE LA ESCUELA RABINICA, CARNICEROS (entonces con alta consideración social), ESCRIBANOS Y NOTARIOS. En justicia figuraba el NAGIB O NASI, que representaba a los judíos ante el emir o califa como fueron en su momento HASDAY IBN SAPRUT en Córdoba o SAMUEL IBN NEGRELLA en Granada.

La escuela se nutría de impuestos de los judíos de la alhama, de donativos a las RESPONSAS o respuestas planteadas por los gaones de otras alhamas y de los mismos estudiantes de Lucena.

La alhama como institución se encargaba de que los judíos cumpliesen sus normas internas y así se ocupaban de castigar al que hacía cosas prohibidas los sábados, no comían según las leyes rabínicas o se peleaban con otro miembro de la alhama. Las faltas más graves eran castigadas con el “herem”, que impedía al resto de la comunidad tener contacto con el judío castigado.

Cuando los almohades obligaron a los judíos a convertirse o a salir del territorio de Al-Andalus (Yusuf ibn Yusuf y Abd-AL-Mumin) en 1146, los judíos del norte acogieron a los del sur, que fueron obligados a convertirse al islamismo (apostasías), sufrieron martirio o eligieron huir al norte.

En Lucena destaca el famoso gimnasio o academia de Isaac ben Yacob AlFasi (el de Fez)(1013-1103) , el más famoso talmudista después de Maimónides, que elaboró un compendio del Talmud, el “halakot”. Bajo su dirección Lucena se convirtió en el lugar de máxima atracción para estudiosos y eruditos. Su obra se considera el punto de partida de la obra desarrollada por Maimónides. Alfasi falleció a los 90 años y fue enterrado en Lucena en 1103.

Yosef haLevi Meir ben Migas, (1077-1141)continuó su labor al frente de la academia durante 38 años hasta su muerte, llegando su fama hasta Egipto y Babilonia .Fueron discípulos suyos su hijo Mair, su sobrino del mismo nombre y Maimon, el padre de Maimónides. A su llegada a Toledo mantuvo su actividad y la ciudad se convirtió en el centro de estudios islámicos más importante de España y su figura se le considera uno de las creadoras de la actividad traductora.

Abraham ben Daud (1110-1180), considerado el introductor del pensamiento aristotélico en la cultura judía con “La fe sublime”, huyó de la ciudad a Toledo, donde también se refugiaron como los hijos del rabino de Lucena y el escritor Abraham ben Meir ben Ezra. Daud escribió en esta ciudad “Libro de la tradición”, (1161) donde aparecen generaciones de líderes espirituales judíos. Se le asocia también con la actividad traductora de Toledo. Era nieto del talmudista y astrologo Issac ben Baruk ben Albalia y se educó con su tío materno Baruk ben Isaac discípulo de Isaac el Fezi, director de la academia. Daud, al que algunos consideran que es el traductor conocido como Avendauth, defiende en su obra que Israel conserva la auténtica interpretación de la verdad y ofrecer a los judíos una conciencia de su propia historia.

Otras familias como la de Maimónides(1135-1204) se dirigieron a Oriente. Maimónides fue la gran figura de la cultura judía y universal. Su padre fue discípulo de Al-Fasi en Lucena y él sintetizó toda la materia legal de la Misná en su libro “El luminar”, donde aparecen las trece principios o dogmas esenciales de la ley judía, que en castellano dio lugar a la frase “mantenerse en sus trece”. Es autor asimismo de otra obra, “Segunda Ley”, en la que sintetiza el Talmud por temas.

Otra de las figuras relacionadas con Lucena es Issac ben Chiquitilla, entre otras cosas por ser el maestro de Yehuda ben Daud, e Isaac ben Gayyat, rabino y maestro en Lucena donde nació en 1038 y murió en 1089. Fue en filosofía neoplático y seguidor de la mística judía y autor de 400 poemas. Fue maestro de Moises ben Ezra, que acudió desde Córdoba a estudiar en Lucena y pasó después a varias comunidades cristianas, aunque no se adaptó a ninguna. Formaban un grupo de amigos (con Halevi y otros). Vivían como refleja este epigrama:

Un figura hermosa, un vaso de vino, un jardín, el canto de los pájaros

Y el murmullo de las aguas en la acequia,

Son bálsamo del enamorado, alegría del cuitado, canción del viajero,

Riqueza del pobre, medicina del enfermo.

Yosef ben Saddiq (1075-1149), que siendo de Córdoba se formo en Lucena como alumno de Gayyat como toda una generación de alumnos como Migas como Migas y como poeta fue amigo de Ezra y Halevi con quienes intercambió poemas. Compuso tanto poesía sinagogal y también poesía secular (amor, elegías….). De sus composiciones poéticas, dos tercios son moaxajas, y dos terminan en jarchas romances. Como filósofo siguió la línea neoplatónica de Ibn Gabirol

Otros emigrados tras la invasión están las familias Ibn Tibon u Quimri , ambas emigradas a la Provenza francesa.

Aunque después algunos volvieron, nunca hubo un esplendor similar en A-Andalus.

Fue precisamente el poeta ibn Ezra quien cantó la ruina de las alhamas judías del sur:

“!Ay! Sobre Sefarad descendió una calamidad desde los cielos;

Mis ojos, mis ojos vierten lacrimosas aguas.

El llanto de mis ojos, como llanto de avestruz, es por la ciudad de Lucena,

….vino su día, huyó su gente y ella quedó como viuda,

Huérfana de ley, sin Escrituras, sellada la Misná,

el Talmud estéril se tornó y todo su esplendor perdió,

Sicarios y hombres de violencia recorren acá y acullá¸,

El lugar de la oración y de la loanza en caso de orgia se convirtió”.

En la recepción y protección de los judíos que en aquel momento huyeron al norte destacó Yehuda ibn Ezra, uno de los sobrinos del famoso poeta. Su familia había venido del sur unos años antes y el rey Alfonso VII le había nombrado primero almojarife y en 1147 era responsable de la intendencia del castillo de Calatrava, desde el que se aprovisionaba al ejército cristiano de la frontera.

Yehuda convirtió el castillo en una ciudad refugio de refugiados que subían de Al-Andalus. A sus expensas, cuenta ibn Daud en su obra Sefer ha Cabbala” Yehuda “consolaba a los oprimidos rescataba los cautivos, rompía sus cadenas y coyundas, ofrecía a aquellos pobres emigrantes su casa y su mesa, subvenía a los famélicos, apagaba la sed de los sedientos y vestía a los desnudos. Conducía a los flacos en acémilas hasta Toledo, rodeados de todo honor, merced a la pujanza y prestigio del que Yehuda gozaba. Una vez en Toledo, un Consejo judío decidía hacia que aljama del norte debían ser enviados”.

También estudió en Lucena con Migas Maimon ben Yosef ha-Dayyan, que llegó a ser rabino y “dayyan” o juez de Córdoba. Cuando se produjo la invasión almohade abandonó Córdoba y se dirigió a Fez donde escribió la “Espistola de la Consolación”, en la que anima a los que son obligados a convertirse al Islam y mantienen en secreto sus propias normas. Posteriormente se dirigió con su familia a Palestina

El Cementerio de Lucena rescatado en parte en el año 2007. El judío por sus costumbres de pureza necesitaba ser enterrado en tierra virgen, en un media de dos metros cuadrados y no les valía cualquier terreno porque el difunto debía estar orientado a la Tierra Prometidas. La losa sepulcral o MASSEVOT no tenía la función de identificar al difunto, sino marcar la existencia de una tumba para mantener su pureza y no pisarla. En ella se ponían piedras encima, pero estaban prohibidos los mausoleos. Se decía que los judíos dejan en paz a sus muertos.

El Cementerio de Lucena esta en un espacio de 3.700 metros cuadrados y en él estaban depositadas 346 tumbas encontradas en las obras de la Ronda Sur, explica luis Fernando Palma, cronista oficial de esta villa. A estas tumbas, descubiertas en 2006 en la zona sur, se añadieron otras 50 en una zona colindante. En 2011 la colaboración del Ayuntamiento de Lucena y la Federación de Comunidades Judías de España permitió llevar a cabo nuevo sepelio a 117 restos humanos aparecidos. Los restos óseos se han datado en el periodo medieval de la ciudad entre el año 1000 al 1050.

Como los Reyes Católicos autorizaron reutilizar las piedras de las juderías para construcciones posteriores, se encontraron fragmentos de inscripciones hebreas en varios edificios de la ciudad. El cronista de Lucena nos dice que tradicionalmente se ha considerado la parroquia de Santiago como la antigua judería pero hoy se sabe que no estaba en el centro de la ciudad y que en su construcción se emplearon materiales del antiguo templo de San Mateo.

La Sinagoga mayor estaba siempre en el centro de la judería con tres paredes dando al exterior y a veces con plazuela, por donde estaba la entrada. Las mujeres accedían por otra puerta y contaban con un espacio adjunto para seguir las ceremonias.

Según Hawqal, fue en Lucena donde probablemente se castraban a los esclavos eslavos para los serrallos de los califas.

En Lucena estuvo desterrado por el califa durante año y medio el gran Averroes, hasta que el califa Yusuf le volvió a llamar.

 

 

ISABEL BARRETO DE MENDAÑA, ALMIRANTA DE FLOTA.

Isabel Barreto de Mendaña, Almiranta de flota.

Almirante de flota
Descubridora
Gobernadora


Laura López-Ayllón

Isabel era hija de Francisco Barreto, miembro de la primera generación española de familias de abolengo en las desconocidas tierras de ultramar que llegó a ser gobernador en las llamadas Indias Portuguesas. Se cree que Isabel nació en Pontevedra, pertenecía a la nobleza y marchó a Lima junto a sus hermanos Lorenzo, Diego y Luis, con los que siempre mantuvo mucho contacto.

Era el momento en que la escasez de mujeres españolas en el Nuevo Mundo era excepcional, pero las que se trasladaban contaban en las nuevas tierras con mayor independencia ya que pasaban del patio familiar a la encomienda o hacienda caribeña.

Isabel Barreto sabía leer y conocía el latín, lo que le permitía acceder al mundo cultural. Fue acompañante de la virreina del Perú, la marquesa de Cañete, y en ese ambiente conoció al que fue su marido Álvaro de Mendaña y Neyra, que había nacido en El Bierzo,( León) y marchó a América ayudado por su tío, Lope García de Castro, Presidente de la Audiencia de Lima.

Álvaro de Mendaña tenía 25 años cuando emprendió un viaje desde El Callao (Perú) hacia el oeste de América, llegando hasta una isla que llamaron Guadalcanal. Pero tras un intento de establecerse en las islas que llamaron Salomon tuvieron que huir por el enfrentamiento de los indígenas.

A la vuelta de la expedición Álvaro de Mendaña volvió a España y fue recibido en El Escorial por Felipe II, que le concedió una Real Cédula para un segundo viaje a las Islas Salomon con la concesión de privilegios sobre lo conquistado –gobernación, alguacilado (justicia), almojarifazgo o cobro de las rentas, embarque de esclavos y esclavas negras y reparto de indio e indias. En la expedición, que comenzó en 1577, se embarcaron también mujeres, en su mayoría solteras, para comenzar la nueva sociedad.

Isabel y Alvaro se conocieron en 1580, año en que llegaron a Lima los nuevos virreyes, García Hurtado de Mendoza y Teresa Castro, lo que supuso un nuevo ambiente fundamentalmente para las mujeres. Se cuenta que Isabel era una mujer enérgica, ambiciosa y de gran carácter y quiso salir del ambiente y embarcarse en los sueños de Álvaro, con quien se casó en 1586, aunque era muchos años más joven.

La expedición salió de El Callao con destino hacia las islas Salomon el 6 de junio de 1595.Estaba formada por cuatro navíos con 368 personas, hombres, mujeres y niños, entre ellos Lorenzo, el hermano de Isabel y Pedro Fernández Quirós, que fue la pesadilla de Isabel porque era un viejo marino que nunca admitió la autoridad de una mujer. Quirós se enfrentó a ella también por su carácter, que le hizo guardar agua para su ropa cuando la tripulación pasaba sed o querer ejecutar a un marino que bajo a tierra para conseguir leche para su hijo.

Cuentan que Isabel asumió desde el principio el gobierno activo de la expedición, mientras Alvaro se mantenía al margen. Isabel tuvo enfrentamientos con el maese de campos y el contramaestre, impuso la fuerza para hacer cumplir sus decisiones frente a motines, conspiraciones, hambre y sed y sobretodo, pérdida de rumbo.

Llegaron en primer lugar a las islas marquesas, llamadas así en honor de los virreyes, y partieron hacia las islas Salomon, que no aparecían en el mapa, cuando se perdió la nave Almiranta y aparecieron infecciones. Tampoco progresó un intento por construir un campamento en una isla que fue llamada Santa Cruz.

El 17 de octubre de 1595 Alvaro de Mendaña falleció tras hacer un testamento en el que nombraba a Isabel general y gobernadora de la expedición, así como heredera universal de sus bienes y de sus títulos. Al poco tiempo falleció su hermano Lorenzo.

Ante la falta de encuentro de las islas Salomon la expedición emprendió el camino hacia Manila, donde llegaron el 11 de febrero de 1596 y allí se fundó su leyenda y fue llamada reina de Saba y recibida como gobernadora recibiendo los honores correspondientes.

En Manila Isabel conoció al que sería su segundo marido, Fernando de Castro, pariente del gobernador, marino aguerrido de galeones , con el que se casó en noviembre de 1596. Un año después la pareja se lanzó a otra expedición y tras cuatro meses de travesía a bordo de la nave San Jerónimo, llegaron a Acapulco. Tras conseguir las ayudas se dirigieron a Guanaco, en Argentina, donde Isabel recuperó una parte de la herencia de su primer marido.

Tras una disputa con Quirós que consiguió organizar otra expedición a las Islas Salomon, Isabel Barreto y su segundo marido Fernando de Castro volvieron a España con sus dos hijos reclamaron de nuevo las Islas Salomón. Isabel Barreto falleció en 1616.

 

 

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