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Crítica de Arte

 

Exposición de Fermín García Villaescusa

Fermín García Villaescusa expone en el Club Financiero Génova de Madrid

Carmen Valero
Fotos Juan Jiménez

Fermín García Villaescusa expone en la Sala Minerva del Club Financiero Génova de Madrid, su serie pictórica titulada Patios. Casi una veintena de cuadros al óleo, que representan patios andaluces con la poética de la más estricta intimidad. La muestra permanecerá abierta hasta diciembre de 2016.

La inauguración contó con la presencia de empresarios, financieros, informadores de televisión, artistas y periodistas, además del propio pintor y su galerista María Aguilar, que tiene su espacio expositivo en Santi Petri (Cádiz) y participa próximamente con Fermín García Villaescusa (Jerez de la Frontera. Cádiz, 1950) en Alemania y Austria.

Patios de Jerez, Puerto de Santa María, Cádiz, Triana, Sevilla o Sanlucar, son los representados en las obras de Fermín García Villaescusa, que gusta, según su propia declaración de patios familiares, sobrios, nobles, íntimos y no competitivos. La obra refleja un gran dominio del dibujo.

“No me interesan los patios llenos de flores de color, llevados a cabo para competir y deslumbrar a turistas”, dice el pintor, quien asegura que prefiere “los colores sobrios y contenidos, que invitan al silencio y recogimiento”.

María Aguilar, que cumple dieciocho años de existencia, “la mayoría de edad”, se siente orgullosa de sus artistas y por tanto de Fermín García Villaescusa. “Mañana viajo a Zaragoza y me encontraré con la pintora Isabel Guerra, la monja, que expone habitualmente con nosotros.

 

Exposición "Cruel Realidad·, de Rosa Gallego

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Exposición "Cruel Realidad·, de Rosa Gallego

Rosa Gállego, autora de la exposición de Arte Visual “Cruel Realidad” sobre la violencia de género

Julia Sáez-Angulo
Fotos: Marga Núñez

Rosa Gállego es la autora de la exposición de Arte Visual “Cruel Realidad” contra la violencia de género, por el Ayuntamiento de Madrid -Dirección general de Igualdad entre Mujeres y Hombres. Área de gobierno de Equidad, Derechos Sociales y Empleo – Distrito de Retiro, para conmemorar el día 25 de noviembre Día internacional contra la violencia de género.

La muestra quiere poner de manifiesto un compromiso divulgativo de solidaridad con las mujeres. Contra los hechos acontecidos últimamente, evidentes y deshumanizados en pleno siglo XXI en España en Violencia de Género.

La exposición tiene lugar en el Centro Cultural Distrito Retiro.

Julia Sáez-Angulo ha escrito para el catálogo:

“El arte es concepto y pensamiento, además de lenguaje y estética. El arte es comunicación y, en manos de las artistas, durante este siglo XXI, se ha hecho especialmente sensible a los problemas de la mujer, entre ellos aquel que estadísticamente acaba con muchas de sus vidas: el maltrato familiar y doméstico, la que se ha dado en llamar violencia de género.

Con buen criterio en México y otros países latinoamericanos se denomina feminicidio a esas muertes de mujeres por parte de los hombres, simplemente por el hecho de ser hembras y no plegarse a la dictadura del macho. Una cuestión de maldad y fuerza física. Una tragedia ciertamente planetaria, que requiere atención globalizada. Un problema que nace de dos lacras terribles y constatadas contra la mujer: la pobreza femenina y la misoginia global. Las estadísticas aterran.

Fotógrafa y Pintora

Rosa Gállego del Peso, fotógrafa y pintora, con una trayectoria profesional sólida, ha querido abordar el tema de los malos tratos y el feminicidio en su última serie, para plasmar y comunicar con su lenguaje plástico unos hechos que deben avergonzar a la humanidad. Ella expone y denuncia desde la forma y el color, desde la geometría y la figuración, en un diálogo sutil, capaz de plasmar la tragedia y el dolor, que se atisban más que verse, porque la realidad es impúdica y vergonzante. El arte no la suaviza, la plasma de otra manera, con su lenguaje simbólico que queda prendido en las retinas y trasciende la inmediatez de lo concreto. Como decía el crítico de arte Robert Hughes, el lenguaje inmediato es el oral y escrito, pero el que permeabiliza la sensibilidad es el del arte.

Hay belleza en la fotografía de Rosa Gallego; hay una estética clara a través de un lenguaje, donde los colores cobran su simbolismo. Hay drama y dolor en sus cuadros, toda una serie gradual que parece hablarnos de los distintos momentos de la violencia de género, de ese maltrato que hay que atajar y que, sin embargo, parece extenderse, por más que los medios informativos se hagan eco de ella. Una serie artística titulada con fuerza: Cruel Realidad. Una obra que rezuma la tensión por el tema, sin hacerlo evidente por respeto a los rostros y los cuerpos de las mujeres maltratadas.

Una fotografía que utiliza el rojo como color pictórico dominante, el color de la sangre y de la vida; el violeta como color feminista por excelencia… Unos cuadros que la autora sabe manejar con rectángulos y cuadrados, con un ritmo acelerado, implacable, junto a formas orgánicas de flores o ramas, para transmitirnos la idea de un encuentro y desencuentro trágicos. “Tragando las espinas” titula uno de sus cuadros en que una gran rosa blanca se tiñe de tragedia.

En ciertas fotografías y en las instalaciones fotográficas, la autora afronta presencias más reales como la muñeca, el collar, la mano o las cortinas ensangrentadas. Son figuras u objetos que hablan, por evocación de la ausencia, de las víctimas, de las mujeres que se han ido, porque les han arrebatado la vida.

Rosa Gallego, con una sólida trayectoria artística detrás, nos presenta Cruel Realidad, una serie fuerte y hermosa, con un lenguaje plástico poderoso. Sus fotografías laminadas conllevan composición, color, figura, geometría…, son obras de arte que permanecerán en el tiempo.

 

Obras de Rosa Moreno de Castro

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Exposición de Rosa Moreno de Castro

Rosa Moreno de Castro, Paisajes y Retratos en su exposición del Club 567 de Madrid

Julia Sáez-Angulo

Paisajes, marinas y retratos han sido los géneros artísticos que Rosa Moreno de Castro presentó en su reciente exposición en el Club 567 de Madrid. Una pintura colorista en la que late el buen dibujo de una artista con larga trayectoria a sus espaldas.

En su mayoría grande y mediano formato, Rosa Moreno de Castro (Jaén, 1969) se ha decantado en esta ocasión or el paisaje de modo mayoritario, después de sus antiguas escenas de género, vistas callejeras de terrazas animadas de gente, que representó en su muestra anterior.

Paleta de colores fríos y calientes en una acertada alternancia para dar cuenta de un repertorio variado, con vistas de Madrid, reflejos de agua en costas y piscinas… paisajes urbanos fundamentalmente, con la calidez cromática llena de viveza que nos recuerda que aquellos cuadros son, por encima de todo, pintura. Buena pintura.

No faltan los bosques y la representación de la nieve en estas obras que se tiñen de acentos fauvistas para dar salida al color que apresa la luz en los paisajes, retinas y pinceles de la artista.

Maestra del retrato, en esta exposición ha mostrado solo dos ejemplares, una niña y una mujer, que recuerdan la gran maestría de la autora en este campo.

Pinceladas sueltas y precisas para una pintura sutil, abierta, segura de sí misma.
Moreno de Castro es profesora de arte en un Instituto madrileño. Sus alumnos son unos privilegiados.

https://goo.gl/photos/rQH2M2DYebaJzKFC6

 

 

Pedro Sandoval, Medalla de Oro en la Bienale de F.

Chromodinamic,de Pedro Sandoval

Pedro Sandoval, Medalla de Oro en la Bienale de Florencia

Julia Sáez-Angulo

El pintor hispano venezolano, residente en Madrid, Pedro Sandoval ha sido premiado en la Bienale de Florencia con la Medalla de Oro a la Mejor Obra, por la técnica, la calidad pictórica y la estética contemporánea. La Bienale Ha tenido lugar del 17 domingo al 25 de octubre de 2015.

El pintor participaba con un gran tríptico, de espacio intermedio, titulado Chromodinamic en el que geometría y gesto se dan la mano.
Color, Geometría, Forma y Ritmo
Los que seguimos atentamente la trayectoria pictórica de Pedro Sandoval, celebramos cuando retoma las ricas raíces constructivistas de su país natal, Venezuela, en las que él ha vivido desde niño, y que ha dado nombres tan señeros como Alejandro Otero, Jesús Rafael Soto o Cruz Díez. La geometría late en otras series de Sandoval, porque el pintor sabe que, en ella, toda nueva elección de color, escala cromática o movimiento de líneas, confiere una nueva forma, a la vez que le acompaña un pensamiento matemático y pasional. La geometría ofrece sucesivas series combinatorias de color y de forma, que generan sorpresa al creador y al espectador.

Después de Amazonia, su anterior serie, en la que no faltaron los tondos, el artista ha vuelto a la geometría, como veta infinita, como campo fértil y abonado para su última serie titulada con acierto Chromodinamic, -cromatismo y dinámica- cuya obra exponencial, camino de la Bienal de Florencia, lleva el rótulo de “New York City Lights”. Un tríptico de gran formato, parpadeo incesante de los neones de la ciudad del Hudson, a través de la geometría y el gesto del pintor.

Como buen observador, el artista venezolano se deja empapar por los impactos visuales de ritmo y color que ofrecen las grandes avenidas neoyorquinas al declinar la tarde. Un movimiento incesante de la publicidad que reclama la atención de los viandantes para invitar a los teatros musicales o para anunciar marcas comerciales que se quedan prendidas en el subconsciente del espectador. Hasta el chorro de Coca Cola que cae, reaparece, como magia, metamorfoseado en la citada pintura Chromodinamic.

De la mente y las retinas del pintor, los destellos cromáticos pasan a la geografía del cuadro en una especie de transmutación alquímica, que la geometría traduce con brioso abecedario plástico sobre diversos fondos, que retrotraen a anteriores lenguajes del autor: abstracción gestual, lírica, drippings, pinceladas matéricas, boscajes de ramas en blanco y negro…

Sandoval da un paso más allá y juega con la transparencia del metacrilato sobre los fondos para seguir pintando en ellos, cuadrados, rectángulos o triángulos que conforman una dinámica tridimensional con el consiguiente espacio intermedio. Con frecuencia aparece, junto a los polígonos, el trampantojo de sombras que interrogan al espectador sobre la autenticidad de las mismas. En algunas piezas, añade barras metálicas que enriquecen la sensación tridimensional con acentos cinéticos.

El color, con sus gamas y escalas, es siempre protagonista clave en la pintura del autor, al aportar diversos matices musicales y rítmicos. En Chromodinamic el restallido de los colores puros se ve acompañado de nuevos tonos rosa, naranja o malva. El pintor recuerda que, a poca atención que se ponga, desde que despertamos, vivimos inmersos en el color: el azul del cielo que se hace reflejo en el mar, el verde en cada brote en la naturaleza; el amarillo, luminosidad por excelencia, prestada del sol; el rojo, color de la vida, de la energía; el blanco, idea germinal para llenarlo de tonos. Hasta el negro se hace color en el trabajo artístico de Sandoval, porque “el negro también está presente en la existencia y ofrece un sinfín de grises, hasta llegar de nuevo al blanco como soporte del volver a empezar”.

La rueda del color es fundamental para el artista venezolano, porque sabe armonizarlo en su obra con contrastes audaces y en apariencia imposibles. Recordemos una vez más la cita de André Bretón: Solo un artista latinoamericano sabe conjuntar dos rojos en armonía. Para Pedro Sandoval el color es alfabeto, palabra, concepto, lenguaje creador de ritmos y de la propia forma.

El autor es exigente con el soporte; no le gusta pintar directamente sobre tabla ante la sensación de crudeza y lo hace sobre linos exquisitos adaptados con pulcritud a la madera, porque en la tela, el pincel revela mejor el pulso y temblor de la mano del artista. En la última serie, Sandoval ha utilizado más el pincel que la espátula, para lograr la precisión que requiere la geometría. El artista se desenvuelve con gusto en el gran formato, por lo que acude con frecuencia al díptico, tríptico o políptico de grandes dimensiones.

En Chromodinamic ha creado un mundo plástico sugerente de color, danza y alegría; ritmos de modernidad que reflejan el dinamismo de la joie de vivre. En suma, un paisaje musical. Medio centenar de piezas que despliegan una sinfonía polimorfa. Una soberbia vuelta de tuerca en el arte constructivo, un quiebro con ciertos guiños a Josef Albers, Kandinski o a sus admirados Hans Hofman y Gerhard Richter.

Sandoval sabe mezclar de modo ágil los lenguajes de la geometría o el gesto y hace derivar las obras de Chromodinamic, desde la tridimensionalidad de grandes piezas en la pared hasta los monocromos del cuadrado y el triángulo. Una coherencia perfecta en un artista que sabe deslumbrarnos, en cada etapa, con sus experiencias cruzadas, con la perenne mutación de la vida y el arte.

 

 

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