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Numancia, Viriato y Celtiberia

 

Numancia

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Numancia

NUMANCIA

UNA CIUDAD FRENTE A ROMA

NO LA CONQUISTARON, LA CONSUMIERON POR HAMBRE

LOS QUE SALIERON ERAN MUERTOS VIVIENTES Y HABIAN COMIDO A SUS COMPAÑEROS

Laura López-Ayllón

La ciudad de Numancia, que en el momento de comenzar el asedio contaba con 16.000 personas, es el referente de la rebelión en este país. Resistió mucho tiempo y al final solo la vencieron por hambre. Era una ciudad bien fortificada, una de las primeras ciudades llamadas “oppidas” y estaba situada en el cerro de la Muela, en un punto estratégico delimitado por las montañas del Sistema Ibérico, desde el macizo de Urbión hasta el Moncayo y rodeada por los fosos del rio Duero y su afluente el Merdancho. Su muralla tenía varios torreones, con cuatro puertas de entrada.

Las casas, de unos cincuenta metros cuadrados, tenían tres habitaciones, una en donde hacían la vida cotidiana, otra era la despensa y en la tercera se hacían las actividades textiles y por ella se accedía a la despensa. Los hogares eran de piedra, pero había elementos de madera, adobe, barro y paja. El techo estaba construido con trenzados de centeno y el suelo era de tierra apisonada.

Las calles, empedradas, se orientaban este-oeste para protegerse del frío y, cuando llovía, los desagües vertían en la calle. La agricultura era ejercida por jóvenes y viejos, es decir, los que no podían ir a la guerra, y para ello usaban azadones, legones, layas, alcotanas, aguijadas o gavilanas.

En la ciudad se celebraban asambleas en las que participaban las personas mayores y probablemente sacerdotes, mientras que los jóvenes convocaban también asambleas para temas guerreros.

El primer contacto con la guerra fue para los numantinos la ayuda que prestaron a Segeda, no sólo dando cobijo a sus mujeres e hijos sino aportando ayuda militar. Volviendo a Numancia, el 23 de agosto de 153 a. Cristo, el ejército del cónsul Nobilio sufrió una severa derrota en campo abierto, pero pocos días después, el cónsul romano volvió a estrellarse contra las murallas de Numancia en la batalla conocida como el enfrentamiento de los elefantes. Uno de los diez elefantes resultó herido y se desbandó, lo que provocó el desorden de las filas romanas.

En el año 152 a.Cristo, el cónsul Claudio Marcelo llegó con 8.000 infantes y 500 jinetes y obtuvo varias victorias, llegando a asediar Nertóbriga, y tras él hubo un periodo de tranquilidad en esta zona de la península hasta que llegó Quinto Cecilio Metelo y se enfrentó a los arévacos, quizá por las victorias de Viriato en el sur. Hubo sucesivos cónsules que llevaron la guerra con escaso éxito, hasta que en 138 y 137, Cayo Hostilio Mancino sufrió una grave derrota que le obligó a firmar un tratado humillante para salvar su ejército. Roma no lo admitió y el cónsul fue ofrecido a las puertas de Numancia como muestra de que Roma no reconocía pactos como aquel firmados por sus generales. Siguieron otros cónsules que no tuvieron éxitos notables y la guerra se enquistó.

Finalmente se nombró cónsul a Publio Cornelio Escipión Emiliano Africano, que doce años antes había destruido Cartago. Publio, al que le dieron sólo cuatro mil soldados y no muy preparados, comenzó disciplinando el ejército y expulsando de los campamentos a los mercaderes y prostitutas. Limitó los vehículos al mínimo y redujo la impedimenta. Para poner en marcha al ejército estableció marchas y trabajos de fortificación y asedio, escavando campamentos y zanjas que luego volvían a llenar y obligando a marchar en formación cuadrada.

Cuando el ejército estuvo preparado, comenzó a marchar sobre Numancia. Su primera medida fue aislar la ciudad por el oeste, desde donde recibía provisiones de los vacceos En este momento recibió refuerzos, pues le llegaron arqueros, honderos y elefantes enviados por el rey númida Yugurta.

Pero con todo lo recibido, Escipión no presentó batalla aunque los numantinos salieron a propósito para enfrentarse y se dedicó a fortificar dos de los campamentos romanos, probablemente los de Castillejo y Peña Redonda, y siete fuertes menores, al mismo tiempo que exigía tropas auxiliares a los pueblos celtíberos menores. De este modo llegó a tener 60.000 hombres, mientras que los numantinos no superaban los 9.000 combatientes.

Con estos combatientes, Escipión puso en marcha un foso y una empalizada de nueve kilómetros, con una torre cada cien metros dotada de plataformas para artillería. Puso en marcha asimismo un sistema de señales mediante banderas rojas de día y fuego de noche para avisar de las salidas de los numantinos. Puso asimismo impedimentos en el río para que no pudieran pasar nadadores o barcas.

Los numantinos intentaron varias veces salir pero el sistema de señales se lo impedía. Ante uno de los intentos, Escipión cortó las manos de 400 jóvenes de la ciudad de Lutia que pretendían unirse a los numantinos. Numancia se rindió sin condiciones.

Los numantinos se quedaron sin comestibles y llegaron a comer carne humana cocida de los que habían muerto o de los enfermos o débiles hasta el punto que se volvieron “salvajes de espíritu”.

Fernando Quesada nos cuenta que se mataron los que quisieron poner fin a sus vidas, y del modo que eligieron, y los que quisieron sobrevivir acudieron al tercer día al lugar convenido con el cuerpo sucio, llenos de porquería, con las uñas crecidas, cubiertos de vello y despidiendo un olor horrible. Pero esta situación no les había quitado de sus rostros la cólera, el dolor, la fatiga y la conciencia de haberse devorado los unos a los otros.

Escipión eligió a cincuenta para llevárselos, vendió a los restantes y arrasó hasta los cimientos la ciudad. Así cuenta Apiano la rendición de Numancia.

Cuatro años después de tomar Numancia, Escipión murió de un ataque al corazón y no hubo investigación ninguna.

Tras la conquista de Numancia, se creó una comisión formada por diez senadores que reorganizó la región de Celtiberia, que quedó anexionada a la provincia de Hispania Citerior.

Lo sucedido en Numancia inspiró numerosas obras literarias de diversos autores griegos y romanos y Miguel de Cervantes escribió la tragedia “Numancia”.

 

 

Viriato

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Viriato

VIRIATO

PRIMER GRAN CAUDILLO LUSITANO

DURANTE ONCE AÑOS VENCIO A LOS ROMANOS

LE TACHARON DE PASTOR Y DE BANDOLERO PERO FUE UN GRAN CAUDILLO MILITAR.

Laura López-Ayllón

La Hispania Ulterior había contado con otros jefes, pero no como Viriato, que mantuvo en jaque a los romanos, cuyo senado, al conocer su muerte, en 139 antes de Cristo, dijo “Roma no paga a traidores”.

Nacido en lo que Roma llamó Lusitania, entre España y Portugal, Viriato era en un principio “de humilde linaje” un pastor como lo eran muchos lusitanos ya que debían cuidar de sus rebaños, pero poco después fue jefe militar. Al parecer, era de la parte de Lusitania próxima al Oceano”, que se extendía desde el Duero hasta la desembocaduras del Guadiana y el Guadalquivir.

Su nombre Viriato era frecuente y deriva de la palabra “viria”, nombre de los brazaletes de oro o plata que lucían los guerreros, según cuenta Plinio el Viejo. Desde su juventud destacó por sus cualidades físicas fortalecidas por el ejercicio y la vida al aire libre. En su vida personal era muy sobrio, no dormía mucho y no retrocedía ante ningún peligro.

Su primera acción fue en el año 147 antes de Cristo contra el ejercito del gobernador romano Gayo Vetilio, y en ella mostro rasgos de prudencia y audacia pues empleó la táctica de “moverse separados y combatir juntos”, ya que dejó a mil jinetes como fuera móvil de retaguardia y empleó lo que hoy llamamos la” emboscada”.

Aunque fue calificado de “jefe de bandoleros”, Viriato fue un jefe capaz de derrotar ejércitos romanos enteros, incluso de rango consular, como sucedió de 145 a 141 antes de Cristo. Tuvo para hacerlo una gran capacidad estratégica y táctica y un notable carisma.

El cónsul de Roma Quinto Fabio Máximo, nos dice en el año 145 antes de Cristo que rehusó mantener con Viriato una batalla campal.

Se dice que Viriato podría haber dirigido una “cofradía militar” de raigambre indoeuropea, que son bandas en cierto modo ajenas a la sociedad ordinaria. Pero Viriato llegó a mandar miles de combatientes, lo que nace abandonar el concepto de “banda y la idea de “guerrilla”.

Viriato rehuía la batalla abierta y lanzaba ataques relámpago de pequeños grupos de guerreros que luego huían para volver a atacar en otra ocasión, pero siempre por sorpresa.

Su ejército no estaba compuesto sólo de lusitanos, sino que incluía también a vetones, turdetanos, basetanos y otros. Pero tenía capacidad para derrotar en campaña abierta a miles de romanos y de atacar fortificaciones, tomar ciudades y penetrar profundamente en la Bética.

Su táctica no obstante era la movilidad de sus tropas para desbordar a los romanos o para romper el contacto como hizo el año 140 antes de Cristo en su enfrentamiento con el procónsul Cepión.

En cualquier caso, utilizaba su capacidad para romper el contacto y replegarse al norte recorriendo grandes distancias cuando se veía en inferioridad. Su táctica fundamental fue el ataque, la estrategia ofensiva aunque no se quedaba con el territorio, lo saqueaba. Unas veces su estrategia consistía en cansar al adversario impidiéndole abastecerse y otras eliminarlo mediante una emboscada o una huida aparente

Su maniobra más utilizada era la emboscada, donde se mezclan rapidez y la sorpresa. Se efectuaba generalmente en un desfiladero o en pasos angostos donde los soldados romanos se veían obligados a marchar en columna alargada y estrecha y eran un objetivo fácil de atacar. Otras veces atraía al enemigo, a los comboyes y forrajeadores. Sus hombres huian después, pues era un gran conocedor de los caminos.

Su armamento era apropiado para este tipo de guerras pues consistía en un escudo pequeño y redondo, una espada con vaína y cuchillo, una lanza de hierro larga con punta en forma de gancho, y un casco de cimera con crines volantes y corazas de lino. Los soldados lusitanos tenían varios tipos de guerreros, los que tenían caballo que usaban coraza y casco metálico y los infantes que llevaban armas ligeras.

Dionisio Sículo no cuenta que en el reparto del botín no tomaba nunca una parte mejor que los otros y que la suya la repartía entre los que más lo necesitaban. Esta imagen es la que llevó a Viriato a ser llamado bandolero.

Casó con la hija de un hombre rico, Astoplas, que puso vajilla de plata y regaló alajas y vestidos, pero Viriato no comió y, en cuanto pudo, cogió a su mujer, a la que pretendía desde joven, y se la llevó. Algunos dicen que era muy bella, blanca y de pelo negro.

Hoy distintas comunidades se creen la patria chica de Viriato y existen monumentos en su honor como Coimbra y Viseu en Portugal y en España la Sierra de la Estrella y lo que llamaríamos su cuarte general lo tuvo en la ciudad de Arsa, ubicada en la betunia celta. Su edad no se ha establecido con exactitud, pero se fija en el año 170 antes de Cristo .

Los momentos históricos de Viriato don los siguientes:

--150 a.Cristo. El gobernador romano Galba dio muerte a 10.000 lusitanos separados en tres campamentos y esclavizó a unos 20.000 lusitanos, que fueron luego vendidos como esclavos. Lograron escapar mil y Viriato estaba entre ellos.

Servio Galba, gobernador de la Hispania Ulterior, tuvo a los guerreros lusitanos entre dos fuegos y se rindieron con la promesa de reparto de tierras donde vivir en paz. Galba los dividió en tres grupos y tras hacerles entregar las armas, ordenó a los legionarios acabar con ellos. Entre los que pudieron escapar figura Viriato.

--147 a.Cristo. _Tras rechazar una oferta del gobernador Vetilio, Viriato es elegido jefe del ejército lusitano y empieza la “Guerra de Viriato”.

Viriato penetró en Turdetania por el valle del Guadalquivir, pero fueron cercados en Osuna por las tropas de Cayo Vetilio que ofreció negociaciones, pero Viriato recordó a sus tropas que Roma no cumplía los pactos.

Fue nombrado jefe del ejército y elaboró un plan para salir del cerco. Ordenó que solo quedaran con él unos mil y que los demás huyeran en direcciones distintas y que se encontraran todos después en la ciudad de Tibola. Las tropas de Viriato pudieron entonces volver.

--146 a.Cristo. Viriato vence a Quinto Plaucio y toma Segóbriga. Vence a Claudi Unimano, gobernador la Hispania Ulterior.

--143. A. Cristo. Viriato alienta la revuelta de los celtíberos contra Roma. Comienza la “guerra de Numancia”.

--142-141 a.Cristo. Quinto Fabio Máximo Serviliano viene de Africa con tropas y vence a Viriato, pero después el caudillo lusitano le da una severa derrota.

--140 a. Cristo. Fin de la guerra con los lusitanos mediante la firma de un tratado de paz. Viriato recibe el título de “amigo de los romanos”.

--139 a. Cristo.Viriato muere a manos de tres de sus lugartenientes (Audax, Ditalco y Minuro) compradoss por el gobernador romano Servilio Cepión que le atacaron probablemente en el cuello, pues dormía con la armadura.

Su muerte contó con unos funerales de honor, su cadáver fue engalanado y quemado. Se realizaron sacrificios en su honor, ofreciendo caballos. Su ejército con todo su armamento y lanzando alabanzas desfiló alrededor del cadáver hasta que el fuego se extinguió.

Los historiadores consideran que Viriato. Junto a Sertorio y Anibal, eran hombres de honor.

 

 

Celtiberia

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Celtiberia

Laura López-Ayllón

Entre los pueblos que estuvieron presentes en la península ibérica, los celtas, que vienen del centro de Europa, aparecen más desdibujados y es necesario rastrear su historia a veces sólo por los restos arqueológicos. Su cultura era más pobre y atrasada que la de otros pueblos –tartesios, íberos, fenicios, cartagineses y griegos- . De hecho fueron más tardíos que los íberos en la utilización del torno.

Sus invasiones comenzaron probablemente en torno al año 800 antes de Cristo y continuaron después, ocupando probablemente lugares donde existía población aborigen y, aunque en un principio debieron ser casta dominadora, se asimilaron pronto.

Los primeros procedían de los llamados “Campos de URNAS”, procedentes del Rin y llegaron a Cataluña y Aragón. Más tarde llegó otra oleada, probablemente con los pelendones y berones de Soria, los turones de Teruel, los germanos de Oretania…Otra oleada, ya en el Siglo VI antes de Cristo, se asentó en el valle del Duero. De esta oleada derivan, entre otros, las tribus de los arévacos, autrigones, caristios y belos.

Los celtas actuaron en España en tres áreas geográfico-culturales, nos dice Ubieto, el celtíbero, el de la Meseta, y el situado al norte del valle del Duero.

El celtibero está a caballo sobre la cordillera Ibérica y es el que alcanza mayor desarrollo cultural con calles estrechas en las ciudades rectangulares y fortificadas como Numancia, cuya heroica destrucción el año 133 antes de Cristo, marca el final de las guerras y está considerada el paso de la protohistoria a la historia hispánica.

El grupo de la Meseta, incluye las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora, Salamanca, Ávila, Burgos y parte de Soria y construye sus ciudades sobre cerros de fácil defensa con necrópolis de incineración y esculturas grandes que conocemos como verracos.

La otra zona está situada al norte del valle del Duero y son ciudades bien defendidas con casas redondas que no guardan organización de calles y plazas. Sus manifestaciones artísticas se limitan a joyas de oro. El historiador Ubieto nos dice que en esta zona los poblados más importantes son el de Coaña, en Asturias, Santa Tecla, en Pontevedra y Briteiros en Portugal. Sólo en Galicia existen unos 5.000 poblados.

El historiador Ubieto nos dice que el nombre “celtas” no corresponde a una unidad racial, sino a una unidad cultural que comparte una lengua de origen común. Esta unidad cultural incluye una serie de comunidades independientes que comparten la lengua. Su llegada a la península no es el resultado de una sola invasión ni de grandes oleadas sino el paso continuo de grupos integrados por familias que buscaban tierras para establecerse, generalmente en zonas cercanas a los ríos para la agricultura y altas para la ganadería.

Las áreas de asentamiento indoeuropeo, como se conocen a los celtas, son varias:

--Area del Ebro y Cataluña. Aquí los poblados estaban formados por varias casas unidas por muros medianeros y situadas a ambos lados de una calle central. La casa es de planta rectangular con un vestíbulo cuadrado, en el que a veces hay un molino y un horno. En la casa hay un sitio para el ganado y pocas habitaciones, entre ellas un hogar central con un banco corrido.

--Valles del Jilón y del Jiloca y parte del margen derecho del Ebro. Son tribus celtíberas que por ocupar los pasos estratégicos del valle del Ebro a la Meseta, recibieron influencias de los íberos de Levante.

--Alta cuenca del Duero y la llanura del Tajo, que ocuparon tribus celtíberas como los arévacos, que poblaron entre otras ciudades Segontia (Siguenza).

--Valle medio del Duero, ocupado por los vacceos.

--Zona occidental entre el Duero y el Tajo, sitio donde se establecieron los lusitanos en ciudades como Coimbra, Coria, Evora y Cáceres.

--Noroeste penínsular, donde habitaron bajo el nombre de galaicos 38 tribus distintas. Se situaron en Galicia, parte de Asturias y norte de Portugal.

--En la zona levantina, aunque no se establecieron directamente, aparecen huellas de penetración céltica.

Los rasgos generales que contaron los romanos sobre esta cultura serían su agrupación en gentilidades, centurias y tribus. Varias tribus contaban con una unidad superior, el estado, que actuaba como unidad soberana en caso de guerra y hace los pactos o los rompe. Practican la hospitalidad u hospitium y reflejan en las “tesseras”, planchas de bronce o plata que partían para que cada uno se quedara con una mitad. Destaca también el clientelismo y elegían en asambleas con ancianos a los jefes o caudillos.

Estrabón nos cuenta que comían sentados en bancos construidos en la pared y que en ellos se sitúaban según la jerarquía y nos dice también que era la mujer la heredera y la encargada de casar a sus hermanos.

La agricultura era de azada en el norte y noroeste, y de doble arado de dos ruedas en la Meseta, donde cultivaban cereales y legumbres. La caza era ejercida con arcos y flechas, trampas y redes, y desde los caballos con jabalinas y perros para atacar jabalíes, rebecos, ciervos y caballos salvajes.

Su alimentación era fundamentalmente de pan, carne, legumbres, quesos y cerveza.

Su cerámica se realizaba a mano en un principio y era de aspecto tosco y masa gruesa, pero más adelante fue de un gris negruzco y pasta fina.Con el torno las piezas pasaron a ser rojizas o amarillentas y con dibujos.

La metalurgia de armamento que utilizaban llamó la atención de los romanos y en la zona noroeste se elaboraron joyas como broches de cinturón en bronce. En la Meseta destacaron también las fíbulas de plata, bronce o hierro con las que adornaban sus vestidos.

 

 

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