Kristina, la Reina nórdica

Kkristina, la Reina nórdica

Kristina de Noruega

KRISTINA

LA PRINCESA VIKINGA QUE VINO DEL NORTE PARA SER INFANTA

Laura López-Ayllón
En el siglo XIII, la hija de Haakon IV de Noruega, joven y guapa, viajó a Sevilla para convertirse en infanta del reino de Castilla.
Kristina atravesó Europa en un viaje largo y difícil para desposarse con el hermano de Alfonso X, el infante Felipe.

El año 1952 el párroco del Monasterio de San Cosme y San Damián de Covarrubias, Rufino Vargas, encontró la momia de Kristina que estaba perdida. Abierta la tumba, apareció la momia de la infanta vestida con ricos ropajes.

El viaje de Kristina fue negociado por una embajada enviada por Alfonso X que aspiraba al trono de Emperador Imperio Romano Germánico por ser hijo de Beatriz de Suabia, del linaje de los Hihenstaufen.

La Embajada de Alfonso X devolvía otra que había recibido del rey Haakon IV de Noruega, que intentaba mejorar las relaciones con el rey.Este viaje y el que realizó la princesa a Castilla fueron narrados en una crónica escrita por el islandés Sturl ya Thordarson en 1264, poco después de estos viajes.

La princesa vino acompañada por nobles y religiosos de su país como el obispo Peder Til Hamar o el noble Torlaug Bose y su padre no escatimó gastos para el viaje y la envió con una espléndida dote. La comitiva pasó por la corte inglesa y luego por la francesa y entró en la península por Gerona.

Alfonso X la recibió en Palencia y poco después ya en Valladolid le presentó a sus hermanos para que la infanta eligiera según establecía el acuerdo de su padre, y el rey sabio le fue mostrando la personalidad y las características de cada hermano.

Destaca sobretodo las cualidades de Felipe, obispo electo de Sevilla, aunque poco inclinado a ser clérigo. “Le gusta cazar con halcones y perros y es el mejor para luchar contra osos y jabalíes”. Está siempre de buen humor y es muy cortés.

Kristina y sus consejeros eligen a Felipe y la boda tiene lugar en la colegiata de Valladolid. Ante el ofrecimiento de un regalo, kristina elige que su marido le construya una iglesia en honor a san Olav, su antepasado. Ya en Sevilla e instalados en el palacio de Vigg Arragel, Kristina murió en 1262 y no se sabe la causa, unos dicen que su salud estaba quebrada por el calor de la ciudad de Sevilla o el envenenamiento que no tiene mucho fundamento. Pero una nota encontrada en el ataúd “receta para el mal de oído”, nos lleva a una posile infección. Tras el fallecimiento, el cuerpo de kristina fue embalsamado y trasladado a Covarruvias donde fue enterrado en un sepulcro tallado en la iglesia de San Cosme y San Damián, templo del que había sido abad su marido antes de abandonar la vida religiosa.

 

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