Edición nš 7 - Abril/Junio de 2009



Carta a un lector incipiente



por
Ana Alejandre




Me imagino que eres joven, si te sientes aludido como un lector principiante, en esa frontera que separa la adolescencia de la juventud primera en la que se hacen los primeros y más importantes descubrimientos, entre los que se cuentan las primeras lecturas que emocionan, interesan y apasionan y de las que, como semilla que germinará en un futuro, irá apareciendo el lector adulto que se irá decantando por unos determinados autores, unos géneros predilectos, unas determinadas corrientes literarias; pero sean cuales fueran esas primeras preferencias en tu hábito lector, sea éste mucho o poco desarrollado, te pondrá en contacto con ese amigo fiel, enriquecedor y dialogante que es siempre el libro, el mejor amigo del ser humano, porque a través de él conocerás al mundo y a tí mismo, en ese viaje inagotable e interminable que es la aventura fascinante de leer y que es como vivir a través de la magia prendida en las páginas de un libro.

No trato de aconsejarte nada en cuanto a lectura, ya que sería un gesto pedante de quien también tiene mucho que leer todavía, que aprender y que encontrar en ese maravilloso viaje interior que es la lectura; pero si me permites una sugerencia, por ser una incansable y apasionada lectora que, además, escribe, te recomendaré sólo que leas, que leas mucho, dejándote llevar por tus estados de ánimo, tu curiosidad, tu necesidad, en un momento dado, de encontrar ese dato, esa respuesta o, simplemente, ese ambiente creado y recreado por un escritor determinado, el que tu elijas, prefieras o tengas más a mano, porque con cada libro que leas te habrás enriquecido interiormente, ya que no son los datos, meros y escuetos, los que se encuentran aguardando en un libro, de ficción, de filosofía, de historia, de ensayo,et., sino esa otra posibilidad que te ofrece de poner a trabajar tu propia imaginación, tu sensibilidad y tu perspicacia para poder encontrar las claves, las sugerencias infinitas y recrear en tu mente, lo que es otra forma de creación, la obra que el escritor en cuestión ha escrito e imaginado, a la que tú le añadirás nuevos y peculiares puntos de vista, porque no existe un libro ni una historia cerrada definitivamente, ya que cada lector, tú en concreto, le puedes aportar múltiples matices que el escritor sugiere, en un guiño cómplice, para que el lector pueda completar con su propio y peculiar talento para aceptar ese reto de creación-recreación compartida que es toda obra literaria.

No hay géneros mejores que otro, sólo hay diversas formas de entender y plasmar el mundo en un libro, con una técnica determinada y un enfoque peculiar, lo que consigue, por eso, dividir las diferentes obras en los distintos y variados géneros literarios llamados de ficción: novela, relato, drama, literatura infantil y juvenil, etc. además de la poesía; y de no ficción que comprende las biografías, memorias, epistolarios, ensayo, tratados de historia o de filosofía etc., además de los diversos estudios o manuales de cualquiera de las distintas ramas científicas y técnicas. Además, están los diferentes estilos: novela intimista, de costumbre, novela negra, de aventuras, de acción, histórica, de terror, policíaca, de ciencia-ficción y un largo etc; pero en cualquiera de dichos géneros y estilos hallarás una infinita variedad de escritores que siguen diversas tendencias o escuelas literarias, amén de las diversas generaciones, ficción que trata de agrupar a escritores de una determinada época, estilo y coincidencias en su concepción del lenguaje y de su estilo narrativo.

Por todo ello, tienes a tu alcance millones de títulos de todos los autores, géneros y estilos y, en muchas ocasiones, gratis como en el caso de internet, bibliotecas virtuales, además de las físicas: municipales, universitarias y de instituciones varias que permiten el acceso gratuito a quienes tienen deseos de leer y no demasiados recursos, aunque lo único que se necesita para leer son las ganas de hacerlo. No hay mejor forma de saber si algo gusta o no es hacerlo, probarlo, sin juzgar a priori lo que no se conoce desde la propia experiencia personal.

La lectura, una vez saboreada, sin prisas, agobios, ni exigencias, se convierte así en un hábito que te hará pasar los mejores ratos de tu vida, en un diálogo incansable a través de los libros y que te ayudarán a pasar y comprender esos malos momentos en la vida que todos tenemos, a entender mejor el mundo que te rodea y en el que vives y las claves para conocerte mejor a ti mismo. Los libros son el depositario de la cultura, los conocimientos y el arte de la Humanidad, de la que tú formas parte, por lo que leer a gusto y por gusto, eligiendo el momento, el autor, la obra y el tema será una fuente inagotable de placer para ti, de conocimiento y de autorrealización, porque a través de un libro pasarás a otro y después a otro, en una cadena infinita de obras y autores que te harán comprender que nada de lo que te sucede, de lo que sientes, o piensas, es raro, incomprensible y fuera de lo normal, porque a través de la lectura encontrarás las claves, las respuestas y la comprensión de este mundo que te parece muchas veces indescifrable; pero del que tú eres, no solo un individuo más aislado en su individualidad, sino parte de esa misma Humanidad, frágil y vulnerable, pero extraordinaria en su capacidad imaginativa, creativa y pensante que se hace múltiples preguntas e infinidad de interrogantes y, así, comprenderás que otros muchos miles, cientos de miles de seres que pensaban, se preguntaban y dudaban, se hicieron antes, ahora y se harán siempre las mismas preguntas, ofreciéndote en las páginas de un libro, de todos los libros, las múltiples respuestas a tus interrogantes y las claves para conocer mejor la realidad que habitas y la otra realidad, más desconocida aún para ti, y que no es otra que tú mismo y tu propio universo interior aún por explorar.

Los libros te ofrecen su compañía silenciosa, plagada de respuestas, sugerencias, datos y, también, te plantearán nuevas e infinitas preguntas y cuestiones para que pienses e intentes encontrar la llave que te abra la puerta de la comprensión, del conocimiento y así vivir, cada día, nuevas y excitantes aventuras a lomos de un libro que es el propio universo en miniatura.

Por eso, lector joven y poco iniciado en la lectura –los planes de estudio de ahora no incitan ni estimulan a leer, en una búsqueda absurda y demencial de la ligereza de la enseñanza de la que sois víctimas, por la ineficacia de quienes deben velar por vuestro aprendizaje del pensamiento que es la meta de toda enseñanza-, sólo te invito a que leas lo que prefieras, gustes o sea posible para ti, pero lee siempre y de todo, hasta los prospectos de los medicamentos, los folletos publicitarios, la prensa , los comics y, por supuesto, todos los libros que tengas a tu alcance, porque, a través de ellos, encontrarás nuevas puertas que te conducirán a otros lugares, otros temas para ti desconocidos y te crearán otras interrogantes y sólo así te sentirás vivo a tope en esta sociedad de la comunicación en la que sobran los medios para comunicarse; pero muchas veces el mensaje se confunde con el mensajero y termina diluyéndose en la nada de la vaciedad más absoluta que es cuando se considera que la lectura es aburrida, quizás porque nunca se ha leído o se ha hecho a la fuerza y por obligación a causa de los estudios mal enfocados y peor asimilados.

Hay muchos libros que te aguardan impacientes para dialogar contigo; pero ahora y siempre, en uso de tu libertad personal y tu propia capacidad de decisión, sólo tú tienes la palabra.

De lectora a lector, te envío un cordial saludo y mi mejor deseo de que tengas buenas y continuas lecturas que serán una forma apasionante de vivir, pensar y experimentar nuevas aventuras que encontrarás siempre a lomos de un libro.






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