Edición nš 7 - Abril/Junio de 2009

AISHA

la alhambra, Granada

AISHA(Fátima) y ZORAYA (Isabel de Solís). Segunda mitad del S.XV.

Las dos mujeres de Muley Hacen, (Abú-l-Hassán Ali) el padre de Boabdil, el último rey de Granada. Sus orígenes completamente dispares y las intrigas que protagonizaron en La Alhambra contribuyeron a acelerar la caída del reino de Medinat Garnata (Granada), el último baluarte musulmán en España.

Los historiadores consideran que las intrigas y las discordias entre Aisha hija de Muhammad IX el Zurdo y esposa legítima de “Muley Hacen” (Abu-L-Hassan Ali), e Isabel de Solís, hija del comendador Sancho Jiménez de Solís y convertida en la mujer favorita con el nombre de Zoraya, fueron determinantes para entender el final del reino de Granada, pues una empujó a su hijo Boabdil contra su padre, dicen que por despecho al marido, y la otra provocó su ira al quitarle el protagonismo del que había gozado durante años.
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AISHA, también llamada FATIMA.
De la casa de los Banu Nasr,

Aisha era una importante y poderosa mujer emparentada con la nobleza granadina antes de casarse con Muley Hacen, y además era su prima por parte de padre según la costumbre de las clases altas del islam que elegían para esposa legítima siguiendo el vínculo patrilineal.

Fue una mujer enérgica y de carácter fuerte. Conocida como la “Horra”, palabra que para unos era “la honesta” y para otros “la fría o sexualmente indiferente, porque al parecer padecía virilismo hipofisario que podía verse en su voz grave, en su desarrollo muscular o en el pelo que le crecía en las mejillas.

En cualquier caso tuvo un genio “viril” y sus decisiones influyeron en la evolución política del reino, pues ayudó a su hijo Boabdil (AbuAllah Muhammad) en su lucha contra el padre, que le había quitado el papel protagonista de la corte de Granada para dárselo a una cristiana.

Sus celos y su rencor hacia la cristiana que la había desbancado le hizo luchar por sus derechos y los de sus hijos de manera poco usual, sobretodo en el mundo musulmán del siglo XV, en el que la mujer tenía un papel familiar y doméstico. Con ella tomaron partido toda la familia real y la corte.

Aixa vivió en La Alhambra, donde las intrigas con la segunda mujer oficial de su marido Muley Hacen fueron tan fuertes que llevaron al sultán a situar a su favorita en una torre del Albaicín y a ella a ser repudiada después de veinte años.

Boabdil, llamado El Chico, no sólo tuvo que luchar contra su padre, Muley Hacen, sino contra su tío El Zagal y contra los Reyes Católicos, Isabel y Fernando,decididos a conquistar el reino de Granada.

La leyenda y la pintura de Padilla nos muestran a Aisha diciendo a su hijo Boabdil, que contempla Granada por última vez desde el “Suspiro del moro” , la conocida frase “Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre” .

Aisha acompañó a su hijo tras la conquista, primero a su señorio de Andarax y luego a Fez en octubre de 1493.

ISABEL DE SOLIS/ Zoraya



ISABEL DE SOLIS/ZORAYA O TURAYYA

Hija del comendador de Beznar, Sancho Jiménez de Solís, fue cautivada en una razzia y entregada al sultán. Se convirtió al islamismo con el hombre de Zoraya (Lucero del Alba) y pasó a ser la esposa favorita y la segunda mujer de Muley Hacen, de quien fue también confidente y consejera. Los cronistas hablan de su encanto, hermosura e inteligencia, cualidades con las que dicen que conquistó al sultán, muy aficionado a la belleza femenina.

Tuvieron dos hijos varones, Nasr ben Ali y Saad ben Ali, que tras la conquista pasaron a llamarse Juan y Fernando de Granada. Algunos dicen que de ellos descienden importantes casas nobles castellanas como la de los marqueses de Campotéjar.

El sultán construyó para ella el palacio de Dar al-Horra (Casa de la reina), en el Albaicín, conocida posteriormente como Torre de la Ladrona, Torre de la Sultana y Torre de la Cautiva. Isabel La Católica convirtió posteriormente este palacio en convento de monjas de clausura.

Al parecer, Zoraya se relacionó en Granada con la élite de la ciudad y alternó con intelectuales y literatos conocidos como Ibn Zamrak.

El sultán se retiró con ella de Medinat Garnata (Granada) a Illora, Almuñecar y el castillo de Mondújar, pueblo donde hoy se le ha erigido una escultura de Pilar Soto y , casi ciego al final de su vida, renunció a favor de su hermano Muhammed XII, al Zagal.

En cualquier caso, Zoraya fue la única persona de la familia real nazarí que consiguió huir de la ira de los nuevos soberanos y se refugió en Sevilla, donde siguió usando el título de Reina de Granada hasta el fin de sus días.

La historia de Isabel de Solís inspiró posteriormente a escritores como Martínez de la Rosa que escribió la novela histórica “Doña Isabel Solís, reina de Granada” y Lawrence Vidal que hace unos años rememoró su vida en “Los amantes de Granada”.

Sobre la historia de Isabel de Solís han aparecido muchas “leyendas”, una de ellas insiste en que fue enviada “como agente” a Granada por el arzobispo de Madrid en 1470 para agilizar la caída de la ciudad. Es decir, como anzuelo ante el rey nazarí siempre ávido de mujeres bellas.

Otra leyenda cuenta que en una noche de pasión loca, Muley Hacen accedió a su petición de decapitar a sus hijos, y que de esta decisión sólo se salvaron Boabdil y su hermano Yusuf, puestos a buen recaudo por su madre Aisha desde la Torre de Comares. Esta leyenda le atribuye también la muerte de su marido.












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