Edición nš 4 - Septiembre/Octubre de 2008
Elevación - Juan Moral
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Los Villares - Mural - Juan Moral
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Mural - Juan Galán
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Torre de los Tiempos
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Juan Moral
Fotografía de Juan Moral, por Alberto Fanago.
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Juan Moral
JUAN MORAL, ARTE INTEGRADO.
Espacios públicos, arquitectura y paisaje.
Julia Sáez-Angulo
El escultor Juan Moral (Torre del Campo, Jaén, 1941) tiene instalado su gran taller en Torrelodones (Madrid) desde hace casi treinta años y en él gesta toda la creatividad de sus maquetas y grandes piezas en las que el acero cortén y la piedra son los elementos decisivos. En las últimas obras expuestas al público y al aire libre, muestra sus dos líneas respectivas de investigación y trabajo: el litospacio y el vacío.
Recientemente la Universidad de Jaén ha presentado el libro Juan Moral. Arte Integrado en el transcurso de un acto en el que se dieron cita numerosos arquitectos y personalidades del mundo de la educación y la cultura. El libro ha sido patrocinado, además de por la citada Universidad, la Diputación de Jaén y el Ayuntamiento de Torredelcampo.
El libro, bien editado con pastas duras, recoge el trabajo del escultor adaptado a los espacios públicos y la arquitectura y llevado a cabo en su trayectoria artística de treinta años. Desde el monumento El copo en Algeciras, hasta Elevación en el campus jienenense, pasando por el Monumento a los pueblos iberoamericanos en Coslada (Madrid), Los tres pasos (2000) en el municipio de Linares o la Torre de los tiempos en Torredelcapo (2007) .
La publicación pone de manifiesto el granado oficio y arte de un escultor que trabaja la piedra sobre armazones metálicos, jugando con el color y las texturas naturales en alusiones metafóricas, dentro de una abstracción o depuración de formas que arranca de la naturaleza.
Juan Moral ha desarrollado una obra coherente, por series claramente delimitadas: Litospacios; Tensiones, Geometrías Orgánicas, Estelas Íberas, etc. Las actuaciones, casi instalaciones, con la vegetación de parques o jardines es otra faceta digna de encomio del trabajo de Moral. El escultor introduce el agua como elemento escultórico líquido y adaptado a sus fuentes o corrientes líquidas, con el añadido de su caída o rumor. Su célebre casa ecológica en Torrelodones es modelo de este trabajo artístico/paisajístico, así como el de las casas Samper (Madrid) o Los Villares (Jaén).
Los murales de piedra, con reflejos cromáticos de distintos materiales, se encuentran en lugares públicos como institutos, colegios mayores o plazas públicas. Una manera artística de interpretar el muro, de enriquecer y paliar su dureza, de aplicar la ornamentación firme a un espacio sólido como es la arquitectura.
Sobre la obra de Juan Moral han escrito en el libro diversos arquitectos como Pedro Moleón, Rafael Sáiz, Gonzalo Jiménez, Eloy Minguito y los profesores Gabriel Ureña, Pedro Galera, Eugenio González Merino, etc.
Escultura “Elevación”
En el campus de la Universidad de Jaén se inauguró su escultura monumental titulada Elevación, de nueve metros de altura, no lejos de otra gran obra suya que se erigió en 1998 titulada Torre del Saber. La primera, un litospacio (piedras sobre un bastidor metálico) de nueve metros de altura, se torsiona en un equilibrio audaz y majestuoso, en medio de una lámina de agua. Elevación es una pieza hecha con dos planos separados en el arranque que se van uniendo en su verticalidad curvada, elevándose en el espacio. Es una obra que respira la filosofía de Brancusi en la columna sin fin, todo un símbolo del saber universitario.
En 2007 el municipio de Torre del Campo, su ciudad natal, ha visto con alegre sorpresa otra obra del escultor torrecampeño titulada Torre de los Tiempos. La pieza, un tronco de pirámide de acero cortén que sintetiza las torres que dieron nombre a la ciudad, va adosada a una muralla alusiva a la ciclópea íbero-romana existente en el cerro cercano. En esta gran torre se abre un vació que recorta la silueta magnificada del célebre idolillo de marfil de la cueva del Cerro Miguelico (siglo XXV antes de Cristo).
Se da la circunstancia de que esta pequeña joya arqueológica, que se encontró a primeros del XX, desapareció del Museo de Jaén, si bien se conservan fotografías del ídolillo. Juan Moral ha llevado a cabo una evocación de su ausencia en el gran vacío que trasvasa el acero cortén y curiosamente presenta –como el original- una morfología masculina de cara y femenina de espaldas.
Escultura “Torre de los tiempos”
La escultura monumental Torre de los Tiempos, de nueve metros de altura, se sitúa en el centro de una amplia glorieta de la autovía que une el municipio con Jaén. En sus paredes se reflejan las fechas claves de Torre del Campo que van desde el Calcolítico (Edad del Bronce), época a la que pertenece el idolillo, hasta el 2007 en que se inauguró el monumento. Entre medias: el siglo I después de Cristo, en que se data la muralla íbero-romana; el siglo VIII, primer núcleo de población; 1243, cuando Fernando III reconquista la ciudad; 1492 cuando los Reyes Católicos impiden la segregación del municipio de Jaén, y 1804, fecha en que Torre del Campo adquiere jurisdicción propia.
“Mi sino es habitar los lugares con torres. Nací en Torredelcampo, hice el bachillerato en Torredongimeno y vivo en Torrelodones (Madrid). Jaén fue frontera entre árabes y cristianos durante casi doscientos años, por eso hay diversos municipios que nacen en torno a las torres vigía de los asentamientos. La idea de torre me gusta y la he utilizado para algunos de mis monumentos en Jaén y en Torrelodones junto al Centro Cultural.
Es sobre todo en estas torres en las que el escultor trabaja el vacío como elocuencia de las formas. En el vacío se hace más notorio el dibujo y el espacio, bien sea para presentar las letras de un alfabeto, como sucede en su serie de Estelas Íberas (2000 – 2003) o las alusiones a culturas, objetos o personajes como en el Monumento a la Historia (Torrelodones. Madrid) o en la Torre del Saber en la Universidad de Jaén.
“El vacío es un poderoso recurso plástico que ha dado un enorme juego en la escultura de los siglos XX y XXI”, señala el escultor. Juan Moral subraya la belleza del color rojizo que cobra el acero cortén al aire libre. “Con el tiempo adquiere una pátina sorprendente”.
En Elevación, al igual que la escultura llevada a cabo en Coslada (Madrid) titulada Monumento a los pueblos iberoamericanos (1990), el autor no juega con el vacío sino con la piedra sobre soporte metálico. Es el mismo proceso y materiales que el artista utiliza en los murales arquitectónicos. Piedras y mármoles de Carrara, Macael (Almería) Jadraque (Guadalajara), Calatorao (Aragón), Bélgica, Grecia, Marruecos o Brasil, recubren de modo fragmentado las superficies siguiendo el cromatismo requerido por el artista, de modo que la coloración natural de la piedra ofrezca el revestimiento definitivo del plano.
Juan Moral vive en una bella casa ecológica, bien integrada en la sierra madrileña, lugar que merece periódicamente la atención de los diversos medios informativos. Torrelodones es un lugar en el que reside una rica comunidad de escultores, entre ellos Cristina Iglesias, autora de las nuevas puertas del Museo del Prado.
“Es un lugar donde la piedra parece tener una llamada benéfica y telúrica ”, explica Juan Moral en medio de su amplio taller. “La ejecución de las grandes esculturas la llevo a cabo en los talleres de los Hermanos Galán en Alcorcón, porque trabajan muy bien y me permiten controlar la obra en todo momento. Eso es clave para conseguir un buen acabado de la pieza. Soy exigente, ellos lo saben, y todos nos coordinamos para conseguir lo óptimo”.
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