Edición nº 1- Febrero/Marzo 2008
TRINIDAD ROMERO
Pintura y diálogo con los Grandes Maestros
por Julia Sáez-Angulo
(de la Asociación Internacional de Críticos de Arte)
Trinidad Romero, pintora sevillana residente en la comunidad de Madrid ha presentado su exposición “A la manera de... Síntesis pictórica” en la Casa de la Entrevista de Alcalá de Henares. Una nuestra singular en la que la autora ofrece un panorama de imágenes y modos de acceder a la pintura, tomando las referencias de las grandes obras de pintores célebres como elemento evocador e integrador en sus cuadros. Una exposición brillante de lienzos de gran formato, junto al contrapunto de sus bocetos en una tensión y diálogo llenos de sugerencias. La inauguración contó con la presencia de numerosos artistas y personalidades del circuito artístico y universitario. Trinidad Romero ha trabajado a fondo y con empeño esta serie pictórica durante cuatro años.
“El arte se nutre de la vida pero también del arte. Materia y forma se articulan a lo largo de los siglos en una cadena sin solución de continuidad. Desde las cuevas de Altamira y Lacaux hasta Van Gogh, Klimt, Picasso, Richter o Julian Freud el arte va bebiendo de sí mismo, de la misma fuente, dando vueltas de tuerca a la creatividad humana. En el arte, a diferencia de la ciencia –le gustaba recordar al teórico suizo Alberto Sartoris- no hay progreso sino metamorfosis, cambio de forma, evolución. Los niños del siglo XXI miran con igual naturalidad las obras de Velázquez que las de Picasso porque las han contemplado de modo simultáneo ante sus ojos; saben, intuyen que la forma participa de la esencia y el estilo”, se dice en el catálogo.
El apropiacionismo como práctica
Una memoria de menos de tres mil años no interesa, decía Goethe. Así es para un artista que va más allá del arte naïf, primitivo o ingenuista. Un creador plástico –como un buen crítico de arte- ha de conocer a fondo la Historia del arte, sus movimientos, autores, manifiestos y obras. A partir de ahí comienza su trabajo, su incorporación personal, su singularidad, su aportación particular a esa historia del arte.
En los movimientos artísticos recientes se ha manifestado un curioso movimiento llamado el apropiacionismo en el que los artistas han retomado lenguajes del pasado para reinterpretarlos a su modo y manera dentro del espacio del cuadro. Esta actitud es diferente al de los d´aprés de los franceses, en los que con el lenguaje de un célebre pintor se lleva a cabo una obra diferente que lo evoca y reconoce. Viene a ser un eco más que un epígono.
La pintora Trinidad Romero actúa de manera diferente: toma fragmentos de cuadros célebres de reconocidos artistas y los reconstruye en una nueva composición en el soporte del cuadro. En su exposición no hay manierismo a la italiana, en el sentido de exacerbar las formas de un determinado maestro y prolongar su escuela en el tiempo, sino una toma de elementos diversos y dispersos para una creación nueva.
Diálogo con la Historia del Arte
La pintora ha buscado hacer dialogar la iconografía del arte juntando sus imágenes en una nueva composición armónica donde la forma y el cromatismo se administran con dominio para un resultado artístico óptimo. Trinidad Romero aporta sus propios elementos para amalgamar los iconos y el resultado produce asombro. Un apropiacionismo sui generis que va más allá de una cita historicista, sin llegar al apropiacionismo crítico radical heredero de las práctica conceptual. En sus cuadros se genera la producción artística al tiempo que pone de manifiesto la práctica de la recepción. Algo querido y subrayado por la autora como actitud ante el destino de la obra de arte y el proceso de neutralización de su valor crítico-social.
“La práctica apropiacionista posmoderna no puede ser entendida simplemente como una frívola y acrítica estética referencial e historicista, comprometida exclusivamente con la búsqueda del placer de un lenguaje diferido, desplazado en el tiempo. No es el concepto de transmisión de las imágenes, estilos y pautas estéticas a través del tiempo el que opera aquí sino, sobre todo, el de su reubicación contextual. Y ésta orienta inevitablemente la reflexión sobre el arte hacia las esferas de lo social y de lo político”, escribe Juan Luis Martín Prada en su célebre libro La apropiación posmoderna. Arte, práctica apropiacionista y Teoría de la Posmodernidad”. Mónica Yoldi también ha abundado en este campo con su libro Apropiacionismo y citación en el arte de los 80. Mike Bidio, Louise Lawer, Sherrie Levine, Sigmar Polke, Richar Prince, David Salle y Cindy Sherman.
Hay un enfoque intencional y cierto acento lúdico o irónico en el trabajo artístico de la autora. El arte de los distintos siglos puede dialogar a la perfección, por separado y unido, en un mismo espacio a través del lenguaje, la habilidad visual y técnica de la pintora, que de modo puntual aporta también sus propios iconos. Primero miró y estudió la pintura de distintas procedencias, después la fragmentó en su mente para crear un concepto diferente al unirlas de nuevo en una renovada composición de obra única.
Autores citados
Por esta razón, por el dominio de Trinidad Romero pueden convivir en el cuadro Miguel Ángel y el Aduanero Rouseau; Monet; Gauguin; El Greco y el Bosco; Marc Chagall, Trinidad Romero y Van Eyk; Matisse y Magrite; Degas, Max Ernst, Barjola y Bacon; Velázquez y Franz Kline; André Derain, Van Dongen y Picasso; Edvard Munch, Turner y Duchamp...
El resultado es una serie de combinaciones atrevidas, audaces, iluminadoras... sorprendentes. Una obra pictórica nueva en una serie que juega con los grandes maestros, con las escuelas, los movimientos... Un apropiacionismo respetuoso y valiente que señala, como el dedo de Duchamp que la pintura sigue siendo poderosa por su capacidad ilusionística y su poder de simultaneidad.
“El tiempo también pinta”, decía Goya refiriéndose a la pátina que iban tomando los cuadros. La frase, extrapolada, cabría aplicarla ahora a la obra de la pintora que nos ocupa. El tiempo nos ha dado un rico legado de iconos y conceptos que Trinidad Romero ha fagocitado y hechos suyos en su propia pintura. Retina, memoria y pensamiento han jugado al alimón para enriquecer el patrimonio artístico de todos.
Anacronismos y ucronías voluntarios se dan la mano en esta obra plástica de Trinidad Romero que actúa de directora escénica en el mundo de la pintura, que entra y sale con desenvoltura en la Historia del Arte porque la conoce bien y sabe como reorganizar sus piezas a base de composiciones muy diferentes en las que entra el ritmo de la geometría al utilizar en unos cuadros la sugerente diagonal barroca; en otros, el triángulo invertido que eleva; el círculo danzante en algunos; la línea demarcadora de la proporción áurea.
Exposición de Hortensia Núñez Ladeveze, El Cantar
EXPOSICION ARTÍSTICA
Hortensia Núñez Ladeveze y “El Cantar de los Cantares”
Por Julia Sáez-Angulo
Es una de las escultoras más señeras del panorama español, que también cultiva la pintura. Actualmente expone doce grandes obras de las cuarenta de que consta su brillante serie sobre el libro más amoroso y sensual del Antiguo Testamento. En la madrileña galería Annta se presenta una obra colorista y jovial, donde el amor de la amada por el Amado es toda una entrega de pasión y un intensa metáfora sobre el amor divino.
Hortensia Núñez Ladeveze, nacida en Canarias y residente en Madrid, figuraba entre las escultoras más acendradas en España, junto a Marisa Roësset, Elena Laverón, Elena Asíns y otras, en una exposición que tuvo lugar recientemente en Matadero de Madrid. Con terminología de ahora podríamos decir que es una “amazona del arte”. Sus esculturas también se han expuesto de modo individual en el aeropuerto de Barajas y en la galería EME 4 de Madrid.
Mujer menuda y de frágil apariencia revela una gran potencia en sus obras de gran formato, que llegan hasta el monumento público. Las obras de Núñez Ladeveze figuran hoy en Museos de Arte Contemporáneo como el de La Mujer de Washington, el de Bilbao, Murcia, Villafamés, Bata...además de encontrarse en numerosas instituciones culturales y colecciones de renombre.
El poeta y crítico de arte José Hierro, con el que Hortensia Núñez sostuvo una buena amistad a lo largo de su vida, ha dicho de la escultora que es una “creadora Jano, de dos caras, una que mira a la escultura, a la pintura la otra, y en cada una de ellas, aliadas, la fuerza y la delicadeza, prueba que se trata de una misma artista, una moneda única, cuyo anverso y cuyo reverso se identifican”.
El “Cantar de los Cantares”, la obra que más a inspirado el amor sagrado a los místicos españoles, ha inspirado a su vez a esta escultora/pintora, que ha sabido ofrecer una gran sinfonía resuelta en 40 movimientos: 40 cuadros que reflejan la alegría y el gozo de amar; el beso, el abrazo, la danza, la admiración, la devoción, el canto, la música... Una obra que bien merece figurar o exponerse en el Museo Sefardí de Toledo.
Núñez Ladeveze es una artista que ha interpretado obras de gran sentido religioso y bíblico. Sus audaces interpretaciones de la Trinidad o del misterio de Belén dejan asombrado al espectador. Sus maternidades cobra el valor icónico de la Madonna.
La exposición en la galería Annta permanecerá abierta hasta el 31 de marzo de 2008.
Página de la pintora y escultora Hortensia Núñez Ladeveze
http://www.hnladeveze.com
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