Edición nº 9 Octubre/Diciembre de 2009



Obra de Pablo Carneto

PABLO CARNERO, EN LA MEJOR
TRADICIÓN DE LA ESCUELA ESPAÑOLA

Julia Sáez-Angulo


Si la Escuela de pintura española alcanzó la cumbre de la Historia del Arte –como muestra el Museo del Prado-, fue de la mano del realismo, donde la imagen y la pincelada convergen con plenitud en el territorio del lienzo, la tabla o el papel. Velázquez fue el gran maestro que asombró al propio papa Inocencio X cuando contempló el retrato que le hizo el artista sevillano.

El cordón umbilical del realismo español no se ha roto desde el siglo XVII sino que se ha ido trasmutando con la sabiduría que viene de una larga experiencia y del continuo aprendizaje. El pintor Antonio López ha venido a ocupar el lugar señero de este estilo en el siglo XX. Merecedor del Premio Velázquez, uno de sus cuadros ha alcanzado, hoy por hoy, la cotización más elevada del arte español. Lo mismo ocurre internacionalmente con un cuadro de Lucien Freud, cabeza de la escuela realista inglesa.

El realismo sigue vivo, presente y con fuerza en nuestros días, como sucede con el trabajo artístico de Pablo Carnero. Después de su amplia exposición retrospectiva en Madrid, el artista polivalente -pintor, escultor, dibujante y grabador-, presenta ahora en Ciudad real sus últimos trabajos en los que pone de manifiesto su gusto por el paisaje y las estancias interiores.

Además de su precisión en el dibujo, la firmeza en la forma y el dominio en la aplicación del color, de la obra del artista se desprende una poética singular, no exenta de melancolía. Los espacios evocados, los personajes representados, nos hablan de su particular visión del mundo, de su manera de ver y asumir la pintura, que lo acercan a su maestro Antonio López.

Maestría de ejecución

Pablo Carnero es un excelente pintor realista con sensibilidad y oficio, un artista que trasciende la interpretación del modelo para plasmar una pintura que lleva sus propias señas de identidad, que conlleva su buen saber hacer.

El artista se recuerda siempre como pintor, con vocación de artista: “A estas alturas de la vida, creo que no comenzó en ningún momento preciso, sino que debí nacer con ella. Muchas veces he tratado de precisar cuando decidí dedicarme profesionalmente a la pintura y creo que no existe un momento concreto, sino que se ha ido gestando con el tiempo. Incluso a veces comento la posibilidad de que haya sido la pintura la que me ha elegido a mí y no al revés. La verdad es que no estoy seguro si una vocación como la artística se puede escoger o te viene dada desde el principio y eres tú el que tiene que hacer el esfuerzo por descubrirla, y tomar la decisión de despertarla o dejarla dormida durante toda tu vida, con todo lo que ambas decisiones suponen por igual: angustia, desasosiego, sufrimiento, alegría, serenidad, libertad. Es necesario un esfuerzo muy grande tanto para desarrollarla como para arrinconarla. Si optamos por desarrollarla surge la angustia por crear, por vivir de ello, por saber si es correcto lo que estás haciendo, y a la vez la alegría de sentirte lleno con lo que haces. Si la enterramos aparece la angustia por pensar que has dejado de hacer algo que quizás deberías haber hecho porque para eso te han regalado ese don, y a la vez la alegría de sentir que te has quitado un peso de encima”.

“Antes de ayer y pasado mañana. Lo que puede ser la pintura hoy” Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa MACUF. La Coruña Mayo – Octubre de 2009

“Antes de ayer y pasado mañana.
Lo que puede ser la pintura hoy”
Museo de Arte Contemporáneo
Unión Fenosa MACUF. La Coruña
Mayo – Octubre de 2009


EXPOSICIÓN-DEBATE SOBRE LA PINTURA EN EL MACUF DE LEON

Julia Sáez-Angulo
Comisariada por el profesor David Barro, “Antes de ayer y pasado mañana. Lo que puede ser la pintura hoy” es una exposición que reflexiona sobre el desbordamiento de la pintura, desde su viejo soporte en el cuadro a otros planteamientos diferentes en los que las líneas, las formas y el color se dan cita. Lo que realmente no ha cambiado a lo largo de la historia -incluida la prehistoria de Altamira y Lascaux- es el término de Pintura, para dar acogida a cierta creatividad plástica. La muestra se acompaña de un espléndido catálogo de doscientas páginas para desarrollar la tesis.

Barro ya había llevado a cabo otras exposiciones en las que la pintura es el tema de estudio como “Sky Shout. La pintura después de la pintura” o “La pintura sin gesto”. “La selección de obras de la muestra trata precisamente de deconstruir la historia reciente de la pintura (…) y lo hace mirando hacia el futuro sin dejar de mirar nunca por el retrovisor”, dice el comisario en el libro/catálogo.

Entre los artistas seleccionados: Adriana Verajao; Juan Uslé; Manuel Villariño; Baltasar Torres; Eve Sussman; Christine Streuli; Savid Sale; Anri Sala; Manuel Ocampo; Amselm Reyle; Fiona Rae; Julian Opie; Álvaro Negro; Frank Nitsche; Nano 48 14; Vik Muniz; Miquel Mont; Michel Majerus; Ángela de la Cruz; Olafur Eliasson; Peter Halley; Atephan Hirsig; Cisco Jiménez; Gunter Forg; Bernard Frize; Helmut Dorner; Cecily Broun; Ghada Amer; Pedro Barbeito o Helena Almeid.

De pintura nunquam Satis dirían los latinos, nunca se hablará lo suficiente porque es lo bastante poderosa y ha sido lo increíblemente hegemónica como para ocupar ella sola casi toda la Historia del Arte y el espacio de los museos, por ello ha tenido que pasar por el purgatorio de tener que renovarse, abandonar el formato del cuadro, descender del caballete y prolongarse por los muros de la arquitectura, el dinamismo de los videos o los juegos de las instalaciones y performances.

Recordemos la afirmación del teórico Arthur D. Danto y es una convención, no por todos aceptada de que el arte moderno termina en el expresionismo abstracto –última vanguardia- y en los 60 y comienza el arte contemporáneo con el arte pop, ese arte que toma la imagen cotidiana del cine o la publicidad para devolverla repetida en el arte, en la pintura. Pues bien, a partir de esta fecha comienza, de manera rotunda, a cuestionarse la pintura como lenguaje obsoleto, como género del pasado.

La idea de la muerte de la pintura, del arte en general (también de la muerte de Dios se hablaba en los 70) se acompaña de la muerte de los museos, denostados y descalificados por unos cuantos artistas que deseaban lugares alternativos al museo para exponer sus obras. Museos contestados más adelante, en los 90 por las mujeres o por aquellos que exigían la presencia de más arte figurativo en sus salas. El conceptual había invadido con sus nuevas ideas plásticas.

La pintura no solo sigue sino que se desparrama de su habitual soporte el cuadro e invade otros géneros. La pintura, en suma, no puede morir, porque es una actitud antropológica del hombre. La exposición del Macuf lo pone de manifiesto: lo pictórico en muchas de las piezas sin que tenga que ser forzosamente pigmento sobre lienzo.

TEXTILES PARACAS DEL PERÚ

TEXTILES PARACAS DEL PERÚ, EXPUESTOS EN EL MUSEO DE AMÉRICA

Julia Sáez-Angulo

El Museo de América de Madrid presenta la exposición “Textiles Paracas del Antiguo Perú: Mantos para la Eternidad”, un proyecto que surge de la colaboración entre el Ministerio de Cultura de España y el Instituto Nacional de Cultura del Perú. Una cuidada selección de 82 piezas pertenecientes al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia de Lima presentarán en el Museo de América y por primera vez ante el público español la riqueza técnica, estilística y cromática de los tejidos Paracas, entre los que destacan: mantas, camisas, esclavinas, turbantes o faldas… Además, cerámicas, adornos de oro y otras ofrendas que acompañaban a los fardos funerarios de la necrópolis de Wari Kayan completan la muestra e invitan a la reflexión sobre la espiritualidad en las antiguas culturas precolombinas de los Andes Centrales.

La muestra ha sido organizada por el Ministerio de Cultura a través de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes y Museo de América Su comisaria, Ana Verde Casanova, conservadora del Museo de América.

Dentro del desarrollo cultural de la costa sur del Perú los testimonios materiales de Paracas, fundamentalmente los textiles, destacan por su belleza, cromatismo, iconografía, tamaño y estado de conservación. Sin duda por ello han acaparado la atención no sólo de estudiosos, investigadores y coleccionistas, sino también de todo aquel que ha tenido la posibilidad de conocer y visualizar estos materiales que no nos dejan fríos ante su belleza y colorido y nos impulsan a querer saber acerca del significado de las imágenes representadas y el pueblo que los elaboró.

Del Museo de Antropología e Historia del Perú

Las 82 piezas que componen la exposición, en su mayoría textiles, constituyen una selección de los fondos que el Museo de Arqueología, Antropología e Historia del Perú alberga de la milenaria cultura Paracas. Fue Julio C. Tello, considerado el padre de la arqueología perunana, quien la descubrió en la costa sur entre 1925 y 1927. Él le asignó el nombre y comenzó el estudio de la misma tras desenterrar más de 400 fardos funerarios en la necrópolis de Wari Kayan, ubicada en Cerro Colorado, Península de Paracas. En base a las características de los materiales culturales descubiertos y del tipo de enterramiento, estableció dos fases culturales: Paracas - Cavernas (400 - 100 a.C.) y Paracas - Necrópolis (100 a.C. - 200 d.C.)

En Paracas - Necrópolis se desarrolló un elaborado proceso ritual mortuorio para el tratamiento de difuntos y, en especial, de los miembros de la élite que devenían en antepasados o ancestros. Este proceso daba como resultado la construcción de los llamados fardos funerarios, en los que el muerto era sometido a un proceso de preparación, envoltura y posterior colocación en la necrópolis. Junto a ellos se colocaban ofrendas para su existencia post mortem. Además de comida, armas, y objetos de orfebrería, aparecen diferentes prendas de vestir como turbantes, tocados, camisas, faldas y mantos, cuyo tamaño abarca desde el de las prendas reales, hasta el de miniaturas y prendas gigantescas.

La iconografía de los mantos presenta personajes que llevan cuchillos y cabezas cortadas, báculos, abanicos y serpientes bicéfalas. Destacan también las representaciones naturalistas de animales y las figuras geométricas. Están realizados en telas llanas de algodón, que constituyen la primera evidencia de esta producción en el continente americano y bordados con fibra de camélido en diferentes grupos de color que se alternan. Conectan con la naturaleza y el mundo sagrado y encuentran su origen en mitos y creencias, por lo que tienen un carácter simbólico que nos habla de la cosmovisión Paracas.

Excavaciones a primeros del XX de J.C. Tello

Aunque es la primera vez que en España se realiza una exposición relativa a Paracas, debemos recordar que tras el descubrimiento del sitio por Julio C. Tello y de la excavación entre 1927 y 1928 de más de 400 fardos funerarios, uno de los primeros lugares en los que fueron mostrados a la visión del público fue en nuestro país, ya que algunos fueron expuestos en la Exposición Iberoamericana que tuvo lugar de mayo de 1929 a junio de 1930 en la ciudad de Sevilla. En la actualidad y procedente de esa exhibición, el Museo de América expone una de estas momias con parte de su ajuar y uno de sus mantos de estilo linear y con la representación del “Ser oculado” y del “Felino oculado” tan característica de Paracas, como se puede apreciar en los textiles de esta exposición.
Dada la fragilidad de los tejidos su exhibición no hubiera sido posible sin un tratamiento previo de conservación y restauración que, iniciado por Tello en su momento, ha sido continuado en la actualidad por Carmen Thays (2007), restauradora responsable del los textiles del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, y el equipo de restauradoras del mismo, mediante el método de la “anastilosis”. Este trabajo, ha permitido la recuperación de bordados y diseños en los que los Paracas plasmaron su cosmovisión y sistema de creencias, constituyéndose así en una fuente de documentación para los investigadores que buscan ahondar y desentrañar el conocimiento del antiguo Perú. Por todo ello, los mantos Paracas - Necrópolis alcanzan altos niveles de expresión artística y técnica constituyéndose como uno de los grandes tesoros del Perú precolombino que hoy tenemos la oportunidad de contemplar.

Información :
Museo de América:
Avenida de los Reyes Católicos, 6
28040 Madrid
Web: http://museodeamerica.mcu.es

Horario:
De martes a sábado de 9:30 a 15:00 h.
Domingo y festivos de 10:00 a 15:00 h.
Apertura los jueves de 16:00 a 19:00 h.
Cerrado todos los lunes del año, 24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero.









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