Edición nº 9 - Octubre/Diciembre de 2009

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España también salvó a muchosjudíos del Holocausto

ESPAÑA TAMBIEN TUVO “SCHINDLERS” QUE SALVARON A MAS JUDIOS QUE EL PROTAGONISTA DE LA PELÍCULA DE HOLLYWOOD Y QUE HAN SIDO RECORDADOS EN UNA EXPOSICIÓN.

por
Laura López Ayllón
La exposición “VISADOS PARA LA LIBERTAD”, subtitulada ”Diplomáticos españoles ante el holocausto” ha recordado en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense y en Casa Sefarad a los siete diplomáticos españoles que, estando destinados en territorios bajo administración alemana o colaboracionistas de países ocupados, pusieron en marcha todos los recursos a su alcance para conseguir que entre 1939 y 1945 se salvaran judíos que de otro modo hubieran perecido, y eso a pesar de que la posición española del momento era la de mantener la amistad con Hitler.
Unos 200.000 judíos sefardíes estaban en el sur de Europa al comienzo de la segunda guerra mundial. Eran descendientes de los que fueron expulsados de España en 1492 cinco siglos después, pero la dictadura de Primo de Rivera había decretado que les concedía la nacionalidad española si deseaban adquirirla, aunque sólo lo hicieron unos 3.000.
España no tuvo leyes raciales antijudías, pero su situación política obligó a los diplomáticos a actuar por propia iniciativa y en circunstancias muy adversas. Es el caso de Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota en Francia, Santiago Romero Radigales en Grecia, José Ruiz Santaella en Alemania, Julio Palencia en Bulgaria, José de Rojas en Rumania y Angel Sanz Briz en Hungria.
Todos ellos aprovecharon la relación de amistad de España con Alemania para ampliar sus márgenes de actuación, hacer valer la protección consular española y ayudar al mayor número de judíos, lo que hizo que de los 35.000 judíos que se pusieron a salvo cruzando la frontera española, unos 15.000 lo hicieron de forma ilegal y los otros 20.000 tuvieron un visado expedido por un cónsul español.
Posteriormente, cuando fue aprobada en Alemania la Solución Final, la posición española se volvió más restrictiva y sólo aceptó conceder visados en tránsito con destino en su país de origen o hacia terceros países. Posteriormente y ya en 1943, ante la insistencia de diplomáticos españoles, se admitió la repatriación de los judíos de origen sefardí que tuvieran acreditada la nacionalidad española siempre que abandonaran España en cuanto fuera posible.
Una vez terminada la guerra y para congraciarse con los países aliados, el regimen español exhibió la labor de sus diplomáticos como si sus actuaciones hubieran respondido a una política oficial. Hoy varios de ellos como Angel Sanz Briz, Jorge Perlasca, Eduardo Propper de Callejón, José Ruiz Santaella y su mujer Carmen Schrader han sido distinguidos como “Justos entre las Naciones”, un título con el que Israel honra a las personas no judías que de forma desinteresada se arriesgaron para ayudar a salvar miles de vidas.

ANGEL SANZ BRIZ. Encargado de.Negocios en Hungria en el verano de 1944, y aunque España no se une a las protestas contra las deportaciones, se muestra dispuesta a la concesión de visados y a la emisión de documentos que puedan ofrecer protección a los perseguidos. Angel Sanz Briz consigue que las autoridades húngaras aprueben un cupo de 100 personas protegidas, ampliado a 300, a los que la Legación Española expide un pasaporte provisional que, en contra de lo inicialmente previsto, en algunos casos protegen a todos los familiares del titular.
El diplomático español expide cartas de protección esgrimiendo que el titular tenía familia en España y se encontraba bajo protección de la Legación y procede a alquilar ocho inmuebles en Budapest, con dos donados por organizaciones judías, advirtiendo que son parte de la Legación Española. En estas casas se alojaron hasta 5.200 judíos que encontraron en ellas techo, comida, asistencia médica y seguridad.
Cuando Sanz Briz tuvo que abandonar Hungria por mandato del Gobierno Español, su labor fue continuada por el italiano Giorgio Perlasca, colaborador del diplomático español, y por el resto del personal de la Legación. Perlasca se autoproclamó representante de España e hizo creer que la ausencia de Sanz Briz era temporal y que él representaba a España, llegando incluso a rescatar a numerosas personas de los trenes en los que iban a ser deportados.

EDUARDO PROPPER DE CALLEJON, estaba destinado en Burdeos cuando los judios entraron en París y muchos de los refugiados acudían a los Consulados para obtener documentos que les permitiera transitar por territorio español hacia Lisboa. Propper recurrió entonces a expender “visados especiales”para obviar los normales y concederlos en “tránsito” tras consultar con el Embajador Español en París, José Félix de Lequerica.
Las demandas de estos visados especiales se incrementaron notablemente y siete meses después Eduardo Propper de Callejón fue apartado del cargo y trasladado a Larache, en Marruecos.

BERNARDO ROLLAND DE MIOTA, Cónsul General de España en París de 1939 a 1943, consiguió que unos 2.000 judíos sefardíes fueran excluidos de la aplicación de las medidas antijudias de octubre de 1940, y pudo evitar la confiscación de sus bienes. Al año siguiente, 1941, Rolland de Miota se interesó por catorce judíos españoles de los 7.000 que fueron detenidos en el campo de tránsito de Drancy y más tarde comenzó a organizar la repatriación de 77 judíos españoles que fue culminada por su sucesor Alfonso Fiscowich.
Fiscowich tuvo que intervenir también cuando se produjeron nuevas detenciones de judíos españoles y logró la liberación de los internados en Drancy.

SEBASTIAN ROMERO RADIGALES, Cónsul General de España en Atenas los años 1943 y 1944.Cuando Alemania propuso a los países neutrales repatriar a los judíos nacionales de cada país que se encontraran en territorio alemán o en otros ocupados y fijó una fecha límite, España no actuó y se decidió aplicarlos las leyes antijudías. El cónsul Romero Radigales defendió entonces desde su puesto la repatriación de los sefardíes y trató de organizarla por los medios que tenía a su alcance por mar y por tierra.
A pesar de las protestas del Ministro de Asuntos Exteriores, pues el general Jordana escribió al Embajador en Berlín para que se parase el exceso de celo de Romero Radigales, Sebastián Romero insistió y advirtió de las consecuencias de no hacerlo, proponiendo que si no era posible llevarlos a España se les permitiera ir a Marruecos. Gracias a sus gestiones, se calcula que entre marzo y junio de 1943, fechas en que fueron llevados a Auschwitz 48.000 judios, Romero Radigales intervino y consiguió liberar a parte de ellos, además de trasladar a 150 judíos sefardíes de Salónica a Atenas, en aquel momento bajo ocupación italiana.
Como el gobierno español seguía sin responder a la repatriación, Alemania propuso que fueran internados en Bergen-Belsen 367 judíos sefardies, pero seis meses más tarde el grupo pudo llegar a España.

JULIO PALENCIA Y TUBAU
.Ministro de la Legación de España en Sofía. Cuando el gobierno de Bulgaria dictó en 1940 una legislación antisemita, Julio Palencia solicitó a Madrid mayor elasticidad para la concesión de visados y permiso para intervenir a favor de los judíos, unos 50.000.
Más tarde, cuando empezaron las deportaciones volvió a insistir, recomendó el traslado a España en grupos. No lo consiguió, pero adoptó a los dos hijos del judío León Arie para sacarlos del país y que pudieran reunirse con su madre e intercedió por la liberación de otros como el empleado de la Legación Santiago Béjar, lo que le valió la calificación de “fanático anti-alemán y amigo de los judíos” según escribió a su ministerio el Embajador de Alemania en Sofía.
Palencia fue declarado persona non grata en Bulgaria y se vio obligado a regresar a Madrid, donde se le amonestó por intervenir en los asuntos de política interna de otro país.

JOSE RUIZ SANTAELLA Y SU MUJER CARMEN SCHRADER. Era ingeniero agrónomo y fue nombrado Agregado en la Embajada de España en Alemania. José Ruíz y su mujer Carmen Schrader lograron ocultar y salvar a tres mujeres judías a las que proporcionaron trabajo en su casa. Contrató a Ruth Arndt y a su madre, enviando a su padre, que permanecía escondido, ayuda y alimentos. Esta familia consiguió sobrevivir oculta cuando José Ruiz fue destinado a Suiza ante el avance de las tropas aliadas.

JOSE ROJAS MORENO. Embajador de España en Bucarest, 1941-1943, consiguió que fueran revocados los decretos de expulsión que el primer ministro había dictado contra un grupo de judíos españoles. Consiguió también la promesa de que en el futuro no se expulsaría a más, proporcionandoles documentos en los que se explicaba que como españoles no estaban sujetos a las medidas de excepción acordadas contra los judíos.
Rojas intentó asimismo, aunque Madrid se opuso, que los que quisieran pudieran venir a España y posteriormente a Palestina, medida en esta ocasión rechazada por Gran Bretaña.

OS ANDALUSIES GUARDARON LIBROS

LOS ANDALUSIES GUARDARON LIBROS DE LA CULTURA ESPAÑOLA EN TOMBUCTÚ DURANTE SIGLOS.


por
Laura Lóez-Ayllón

Libros de la cultura española andalusí fueron llevados hasta Tombuctú y otros lugares del Níger por exiliados españoles que, en ocasiones como los del Fondo Catí, fueron enterrados para protegerlos de los franceses, que conocían su existencia y los buscaron durante un tiempo. Hoy estos libros están guardados por los descendientes de estos exiliados, hoy negros, que los tratan con sumo cuidado y los valoran muchísimo, pues entre otras cosas son su herencia familiar.
Uno de estos guardianes, Ismael Diadié Haidara, presentó a finales del siglo XX sus libros en España, contó como su familia había guardado los fondos y reunidos los dispersados entre las diversas partes de la familia y los ha dado a conocer tras años de ser conocidos sólo por referencias bibliográficas e históricas, aunque muchos especialistas internacionales descartaban su existencia.
Los libros de Kati fueron sacados en gran parte de Toledo en 1468 por su antepasado Alí ben Ziyad , autor de una cita en los márgenes del Corán que dice “Hace dos meses que ha salido de Toledo. Voy hacia la tierra de los moros, donde espero encontrar la paz y la tranquilidad”..Ahora son sus descendientes, de la familia Banu al-Quti, los que conservan manuales de medicina, filosofía, matemáticas o poemas amorosos, hasta un total de 3.000 vitelas, manuscritos y cartas de la historia de España en árabe, hebreo y castellano aljamiado.
Alguno de estos documentos son también actas jurídicas y testimonios de la vida de los exiliados de Africa o detalles del comercio de esclavos, libros, sal o especias. Figura asimismo un Corán almohade en piel que se terminó en 1198, así como “El libro de Alabanzas del Profeta”, en cuyos márgenes se anotó un censo del siglo XVI sobre exiliados de la curva del Níger.
Diadié, negro y musulmán, considera que su familia es toledana, y su familia es conocida como los andaluces blancos, recuerda que sus tatarabuelo decía “hoy hemos perdido el color y la lengua, pero seguimos guardando la memoria.” Entre los andalusíes que figuran en lo libros de Tombuctú figuran el arquitecto Es-Saheli “el granadino” y el poeta cordobés Fazzazi al-Qurtubi, nacido en Córdoba en 1229. Uno de ellos fue también cadí y fue consultado por los Reyes Católicos.
Hoy estos libros cuentan con una Biblioteca, financiada en parte con dinero español, en los que están protegidos de las llamas y las termitas, aunque su conservación es difícil y algunos de los libros pueden ser apadrinados desde fuera. Existe también una página Web del Fondo Katí.
Tuve ocasión de conocer a Ismael Diadié en Toledo y ver su impresión al intentar comprender el paisaje de su antepasado.

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