Edición nº 9 - Octubre/Diciembre de 2009

Haga clic aquí para obtener acceso a la Galería.

VARIAS PERSONALIDADES OPUESTAS DE MUJER “CONVIVIER

VARIAS PERSONALIDADES OPUESTAS DE MUJER “CONVIVIERON” EN EL PALACIO REAL DE MADRID ALREDEDOR DE ALFONSO XIII.

por
Laura López-Ayllón
La convivencia de su madre, Cristina de Habsburgo, de la rígida corte austriaca, con su mujer, la princesa inglesa Victoria-Eugenia y sus tías Isabel “la chata”, viuda joven que se mantuvo en la Corte toda su vida, Eulalia, considerada hoy una de las primeras feministas europeas y Paz, que estuvo menos por estar casada con un príncipe de Austria.

VICTORIA EUGENIA DE BATTEMBERG, (1887-1969).Nieta de Victoria de Inglaterra, última en la escala de las princesas inglesas de su edad, no sólo por ser hija de su hija más pequeña, Beatriz, sino porque su abuela por parte de padre, Julia Hauke no era de sangre real. La jovencita, dos de cuyos hermanos sufrían hemofilia, enamoró al joven Alfonso XIII despechado por su prima Patricia de Connaught.
Llamada por su nombre escocés de Ena en el ámbito familiar, la jovencita se había criado junto a la reina Victoria porque su madre decidió quedarse con su madre aunque no siempre la trataba bien, pero al morir su abuela se puso de manifiesto la precaria situación económica en la que quedó su madre, viuda con tres hijos y una hija.
¿Quien es esa joven rubia de ojos azules?, preguntó Alfonso XIII al verla en uno de los bailes organizado con motivo de su visita a Inglaterra?, y ahí empezó un relación que acabó en boda. Nadie sabe exactamente si el conocía la posibilidad de que ella transmitiera la hemofilia a la descendencia, pero hoy se sabe que la información llegó a la Casa Real a través de varias vías como la de su tía la infanta Eulalia, y su otra tía, la infanta Paz, cuyo marido además de príncipe era médico y conocía su importancia, pero el Rey, aunque advertido, era caprichoso, dijo que tendría suerte y continuó.
Victoria Eugenia de Battemberg no lo tuvo fácil y la fuerte atracción del rey se vino abajo cuando se operó al primer hijo de fimosis y los médicos tuvieron la evidencia de la enfermedad, ya que no paraba de sangrar.
A partir de entonces, el rey sólo buscó en ella un príncipe sano, pero la pareja dejó de tener complicidad.
Ena, en un palacio sin calefacción y cuyas costumbres estaban organizadas por la suegra, no lo tuvo fácil. Además de tener que convertirse a otra religión en una ceremonia difícil de comprender hoy, y sufrir un atentado el día de su boda con muchos muertos, no tuvo alrededor a nadie que le ayudara a comprender las costumbres españolas, de modo que fue siempre a los toros, en los que los caballos morían con frecuencia por ir sin protección. con prismáticos puestos al revés y nunca le gustó el cocido, guiso con el se alimentaba entonces gran parte del pueblo español.
Sencillamente, Ena era anglosajona y había sido educada en la rígida tradición de la monarquía inglesa, mientras que Alfonso XIII era un mediterráneo con carácter vivaz y dicharachero y además un Borbón que tuvo varios hijos naturales, todos ellos sanos.
Victoria-Eugenia no obstante, fundó con la duquesa de la Victoria la Cruz Roja Española e intervino en otras instituciones, entre ellas una dedicada a luchar contra la tuberculosis.
Algunos autores consideran que Victoria-Eugenia de Battemberg, a pesar de sus defectos, fue en cierto modo lo que hoy llamamos “una mujer maltratada”.
El matrimonio de Ena con Alfonso XIII emprendió caminos separados al poco de salir de España con la proclamación de la
República. Hoy reina en España su nieto Juan Carlos, hijo de Juan, el hijo sano de Victoria-Eugenia.

CRISTINA DE HABSBURGO-LORENA,(1858-1929) la madre del rey, austriaca de origen, ejercía mucha influencia en su hijo ALFONSO XIII, al que había tenido que educar sola al haber muerto su padre cuando todavía no había nacido, y que mantenía la corte de Madrid bajo una rigurosa etiqueta, la austríaca.
Cristina era de una rama segundona de la casa de Austria y había sido nombrada abadesa del convento de las Damas Nobles de Praga, puesto para el que no revestía carácter monástico. La Institución era en cierto modo como la creada en Toledo por el cardenal Siliiceo, y en ella residían treinta nobles de Bohemia de más de 24 años, que asistían a los actos de la Corte, pero salían cuando se casaban.
La archiduquesa fue elegida por Alfonso XII cuando necesitó un nuevo matrimonio al quedar viudo de María Mercedes de Orleans, y Cristina se convirtió en Reina de España. El matrimonio tuvo dos hijas, pero estaba embarazada cuando el rey murió y su hijo era ya rey en el momento de nacer.
Cristina se hizo cargo de la regencia hasta la mayoría de edad del nuevo rey y lo hizo al parecer muy bien desde el punto de vista de la política del momento, pero los autores hablan de que la educación de su hijo no fue la más apropiada, no en vano era rey ya desde el nacimiento.
Desde el punto de vista personal, la archiduquesa, que no se había casado por amor, acabó enamorada de su marido, que le fue infiel y tuvo varios amores y algunos hijos ilegítimos.

EULALIA DE BORBON, hermana de Alfonso XII, a la que casaron sin amor y que por sus ideas avanzadas algunos consideran una de las primera feministas de Europa. La casaron con un primo suyo al que no quería y pasó gran parte de su vida viajando por las cortes de Europa. Por su actitud está considerada la oveja negra de la dinastía y se le llama “la infanta republicana”.
Eulalia abogó por el divorcio y la emancipación de la mujer y fue desterrada durante alguños años por su sobrino el rey Alfonso XIII. Su actitud vital contrasta con la de su hermana mayor, ISABEL DE BORBON, conocida por el pueblo por el apelativo de “LA CHATA”.
Isabel acudía a ver las fiestas populares de Madrid y era muy popular, aunque muy poca gente sabía que en la Corte era defensora acérrima de la etiqueta. La infanta ayudó mucho a su hermano Alfonso XII, haciendo frente a los deberes reales en Madrid cuando volvió la monarquía en la Restauración y no pudo hacerlo su madre Isabel II.
Cuando su sobrino el rey tuvo que salir de España, Isabel estaba muy enferma, pero se empeñó en seguir a Alfonso XIII aunque la República le ofreció quedarse en su palacete madrileño.

Copyright 2009. Todos los derechos reservados