Ediición nš 12 - Julio/Agosto de 2010

MEMORIA DE LOS MORISCOS

Imagen de una página de una obra sobre la escrita aljamiada.

MEMORIA DE LOS MORISCOS: ESCONDER LIBROS ALJAMIADOS ANTE LA EXPULSION


por
Laura López-Ayllón

La exposición, “Memoria de los moriscos.Escritos y relatos de una diáspora cultural” nos ofrece todo el verano la posibilidad de conocer 64 manuscritos y documentos aljamiados –escritos en letra árabe pero de contenido castellano- en la Biblioteca Nacional.

Los textos, que permanecerán hasta finales de septiembre, fueron en su mayoría escondidos en sus casas por los moriscos o secuestrados por la Inquisición y se exponen ahora al cumplirse el IV Centerario de su expulsión de España por Felipe III, el rey que tuvo que dejar marchar al médico que le había salvado la vida.

El material, que ha sido reunido por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales SECC procede de muchos sitios, entre ellos la propia Biblioteca Nacional, la Biblioteca de Castilla La Mancha, el CSIC, la Real Academia de Historia etc.

Para el comisario Alfredo Mateos Paramio, los manuscritos reúnen por primera vez la belleza de las ilustraciones que los adornan y muestran la tradición escondida por los moriscos, desde comentarios del Corán hasta leyes musulmanas de la vida cotidiana pasando por recetas para, curar el dolor de cabeza o conjuros para enamorar.

La mayoría de los textos proceden no de Andalucia sino del Valle del Jalón, en Aragón, donde aparecieron entre los muros, envueltos en lino y con piedras de sal o manojos de espliego. Al estar escritos en árabe, fueron en principio los arabistas los que intentaron saber su contenido, pero no pudieron porque a pesar de su grafía árabe el texto eran palabras españolas antiguas, es decir, “escritura aljamiada”.

El material reunido nos acerca desde la traducción del Corán, como hemos dicho, hasta la poesía del poeta morisco Mohamad Rabadán, los escritos en los que el llamado Mancebo de Arévalo recogió sus entrevistas a judíos y moriscos del siglo XVI, o el primer mapa topográfico de Aragón, donde figuran toda vía las poblaciones moriscas expulsadas poco después.

En la Castilla del siglo XV la convivencia de “las tres religiones del libro”, es decir, cristianos, musulmanes y judíos fue tal que un alfaquí mayor de la alhama de Segovia, Iça de Gebir, fue comisionado por un clérigo cristiano para traducir el Corán. El alfaquí también tradujo los principales mandamientos musulmanes en su “Breviario Sunní” porque consideró que debían estar escritos “en lengua que lo entiendan”.

Algunos moriscos buscaron nueva patria ya antes de su expulsión como demuestra el itinerario de fuga que recomienda preguntar en Venecia por los judíos sefarditas y pasar por Salónica, lo que revela que existió colaboración entre ambas comunidades, la judía y la morisca.
No obstante, lo general fue una fuerte oposición a la marcha como puede verse en una anotación hecha en una de las guardas de un libro de la exposición “Nosotros no partiremos, antes morremos, que por ese paso vamos”.

Entre los manuscritos ahora expuestos figuran los encontrado en Almonacid de la Sierra, aparecidos al reparar una casa antigua en 1884. Al parecer estaban escondidos en el espacio existente entre un piso ordinario y un falso piso de madera, donde habían permanecido tres siglos hábilmente escondidos. Creídos sin valor, fueron arrojados a la basura o usados por los niños para hacer hogueras hasta que una persona entendida pasó por el pueblo y advirtió su valor, lo que permitió rescatar parte de lo encontrado. Se habían destrozado ochenta volúmenes. Era una biblioteca.

Gustavo Durán

Comandante Durán. Leyenda y tragedia de un intelectual en armas, Javier Juárez, Editorial Debate, Madrid, 2009.

GUSTAVO DURAN, MUSICO, MILITAR Y DIPLOMATICO IDENTIFICADO CON LA GENERACION DEL 27.


por
Laura López-Ayllón
Gustavo Durán, una de las figuras de la guerra civil española, fue un comandante del ejército republicano cuya imagen ha sido rescatada ahora tras la publicación de su biografía, llevada a cabo por Javier Juarez con el título “Comandante Durán. Leyenda y tragedia de un intelectual en armas”.

Su vida se centró en tres actividades, pues fue músico, militar y diplomático, y siendo un joven músico de talento, fue discípulo de Turina, intimó con los miembros más jóvenes de la Generación del 27 –Lorca, Dalí, Pepin Bello, Alberti o Buñuel y vivió posteriormente en París con su compañero sentimental, el pintor canario Nestor de la Torre, con el que inició una relación en 1923 y del que fue modelo de varias de sus obras.

Criado en un ambiente familiar difícil en el que la madre fue internada en un centro psiquiátrico a instancias del padre y su amante instalada en la casa familiar, Gustavo Durán desarrolló una personalidad singular con excepcional inclinación por el orden y la organización, a las que se unieron su facilidad para los idiomas y su memoria prodigiosa. Tras estudiarlo, Javier Juarez considera que en él existió un deseo de evadirse de su entorno asfixiante.

Su vocación musical se afirmó en su etapa de estudiante en el Real Conservatorio de Música y Declamación, donde estudió seis cursos a la vez por libre y en la recien creada Residencia de Estudiantes, donde contactó con los jóvenes intelectuales del momento pues entre otras cosas estaba dotado de imaginación plástica dotada para la abstracción hasta el punto de que Dalí le retrató y Buñuel intentó sin éxito que apareciera en “Un perro andaluz”.

Intimó con los músicos relevantes del momento como Bacarisse, Bautista, Halffter o Pittaluga, y tras iniciar su relación con Néstor de la Torre, con el que descubrió París, fue alumno de Paul Dukas y conoció a Hemingway.

Se considera que su biografía representa al siglo XX español, pues al estallar la guerra civil el intelectual toma conciencia de su ideología y forma parte del ejército popular, donde se reveló como un extraordinario comandante militar y estratega.

Su inteligencia y su valor inspiraron a varias figuras del siglo XX, pues si Hemingway lo incluyó en “¿Por quien doblan las campanas? Y Malraux en “La esperanza”, Rafael Alberti le dedicó poemas y trató con Ilya Ehrenburg.

Al terminar la guerra civil, vivió con Hemingwy en La Habana y estuvo al servicio de la diplomacia americana en países como Argentina, donde vivió el momento en el que se intentó evitar el regreso de Perón, fue después al Congo de Lumumba y terminó sus días en Grecia, donde se hizo amigo del poeta Gil de Biedma.

Durante sus años en Estados Unidos fue perseguido por McCarthy durante la “caza de brujas”, de modo que en él se dio la contradicción de ser hostigado por la Campaña en Norteamérica al mismo tiempo que desde España por el franquismo.

Cuando salió libre de la “caza de brujas”, proceso que le produjo importante declive físico, y estando en Grecia a punto de disfrutar su retiro, falleció por culpa de un infarto.

Al margen de ser amigo de numerosos intelectuales, entre ellos Juan Ramón Jiménez, destacó durante la guerra civil por el talento con el que realizó sus operaciones en distintos frentes, entre ellos Teruel o el Jarama y fue director del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) en la demarcación de Madrid, cargo del que fue destituido por Indalecio Prieto por considerar que había incluído a demasiados comunistas.

Pero si es cierto que simpatizó con el PCE, y que hubo mucha gente lo consideró comunista, no es cierto, pero lo que al parecer llamó muchísimo la atención a los que lo habían conocido antes de la guerra, es que se convirtió en uno de los mejores jefes militares de España.

Años después cuando tuvo que declarar ante las comisiones de Estados Unidos, declaró que sus sentimientos respecto al comunismo evolucionaron de una simpatía inicial a una hostilidad en los meses finales como consecuencia de la actitud que percibió en sus militantes.

Salió de España en el buque de guerra británico Galatea en un embarque pactado con el Foreing Office para Casado y su séquito, y en el que se vieron obligados a embarcar en un bote pequeño desde la playa de Gandía, donde horas después entró la quinta columna y un mercante franquista con hombres armados.

En Inglaterra, su primera etapa de exilio, conoció a Bonte Romilly Cromton que sería su mujer y con la que tendría tres hijas y recuperó su faceta de músico de la mano de Cowan.

Su primera hija nació tras un puesto como director musical del departamento cinematográfico del MOMA, pero Javier Juarez nos cuenta que siempre profesó un recuerdo entrañable y nostálgico de España, mientras releía cada año El Quijote. Poco después comenzó su entrada en la diplomacia, oficio en el que estuvo hasta su muerte.








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