Ediición nº 22 Enero/Marzo de 2013

Los catalanes prefieren leer en castellano

Libros en catalán y castellano.

por Ana Alejandre

Si el libro es el soporte físico por excelencia de divulgación de la cultura y el conocimiento, el idioma en el que está escrito es el instrumento que permite expresar las ideas, los conceptos que transmite y, por ello, el idioma es tan importante para todo escritor porque es su herramienta de trabajo para plasmar a través de él su propia obra que no es otra cosa que la creación hecha palabras de una idea y de la historia que la sustenta.
Por eso, el idioma pasa a ser el vínculo que se establece entre las ideas que se manifiestan en cualquier libro, cualquiera que sea el género o la materia en el que se encuadre, y el lector que descifra así las claves de esos conceptos que encierra el libro, descifrando el criptograma que es cada lenguaje.
Todo esto viene a cuento porque el panorama que se plantea en Cataluña a los castellanoparlantes es más una ficción política que una realidad, puesto que, teniendo en cuenta que en Cataluña se editan cinco de cada diez libros publicados en España, pero el 70% de los catalanes prefieren leer en castellano y de ese porcentaje quienes hablan el catalán como lengua materna dividen sus lecturas en un 50% entre ambos idiomas.
Barcelona es sede de algunas de las más importantes editoriales españolas: Salvat, Espasa Plaza&Janés, Seix Barral, Destino, Edhasa, Lumen, Tusquets, Anagrama Planeta, RBA, Ariel, además de un gran número de editores independientes: alba, Libros del Asteroide, etc.
A pesar de todo estos datos y de que existe una fuerte presión de imposición del catalán en todos los ámbitos, entre los que destaca el apoyo al libro en catalán desde las instituciones autonómicas catalanas, no impide por ello que merme el número de lectores en castellano, a pesar de la fuerte crisis económica que afecta a editores y libreros y la consiguiente bajada en la venta de libros y en Cataluña afecta a los editados en ambas lenguas, pero las estadísticas demuestran que el alto porcentaje de los lectores catalanes prefieren los libros en castellano (el ya mencionado 70%)..

Hay un dato que confirma esa tendencia hacia los libros en castellano, porque el Premio Ramón Llul, uno de los dos galardones literarios de más prestigio en Cataluña junto al Josep Pla, y el mejor dotado económicamente porque ascendía el premio a 90.000 euros, ha sufrido una profunda transformación debida a la crisis que ha afectado a las ventas de libros, por lo que la Fundación Ramon Llul se ha desvinculado de dicho premio y ahora convoca dos nuevos premios: uno a la labor de un profesional o institución que tenga una extensa carrera "catalanista" y con un montante de 8.000 euros; otro a la traducción al catalán de una obra escrita en otros idiomas con un importe de 4.000 euros, y un tercer premio honorífico a una personalidad relevante de la cultura catalana.
Cada año se publican en Cataluña 34.000 nuevos títulos, y una cuarta parte de ellos, alrededor de 8.000, se editan en catalán y estas cifras no aumentan en los últimos cinco años. La explicación puede radicar en que el libro publicado en castellano para los países hispanoamericanos es el producto estrella de las editoriales catalanas, lo que se traduce en unas cifras importantes: 1.400 millones de euros que facturan dichas empresas anualmente por los más importantes grupos editoriales con sede en Barcelona: Random House, Planeta y RBA. Todo ello hace pensar que una supuesta secesión catalana podría provocar una huida de los territorios catalanes de esos grandes grupos editoriales hacia el resto de España, como ya han anunciado fuentes de Planeta que avisaron de que si Cataluña se hiciera independiente dicha empresa se marcharía del territorio catalán. Y eso haría desequilibrar la balanza cultural catalanista, puesta hasta ahora sólo el teatro y las exposiciones prefieren el catalán como idioma. (un 52% y un 72,1%, respectivamente); aunque el castellano sigue siendo el idioma preferente en la música, 49% frente al 11% en catalán, y un aplastante 84% eligen el castellano en los videojuegos. Sin embargo, donde la balanza se inclina más por el castellano entre los catalanes es en el cine con un 87% de espectadores que han elegido el idioma castellano para acudir a una sesión de cine, aunque hay que tener en cuenta que los datos se refieren a 2011 y que durante más de seis meses no se doblaron ninguna película al catalán como protesta ante la polémica Ley del Cine Catalán que ha sido posteriormente reformada.
Las cifras de las preferencias de lectura en castellano han sido facilitados por Barómetro de la Comunicación y la Cultura en el pasado mes de julio, por lo que quedó claro que el 69% de los encuestados habían leído el último libro en castellano y sólo el 27% lo habían hecho en catalán.
Todos estos datos hacen pensar que los intentos de las fuerzas políticas catalanas por hacer del catalán el idioma exclusivo y excluyente dentro de Cataluña chocan de frente con las preferencias, hábitos y gustos de los lectores y consumidores finales de la cultura que siguen prefiriendo el castellano, en una amplia mayoría, como lengua de expresión cultural en muchos de los ámbitos de expresión artística, entre los que el libro y el cine siguen siendo mayoritariamente preferidos en castellano. Estos datos los deberían tener en cuenta los políticos que se empecinan en ir contra la opinión y los deseos de un pueblo educado en las dos lenguas, pero que elige la de Cervantes como forma de expresión cultural porque en ella se define, se reconoce y se encuentra con sus propias raíces que comparte con otros cuarenta millones de españoles y otros cientos de millones de hispanohablantes y ese hecho cultural no hay político que pueda borrarlo de un plumazo.

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