Ediición nº 22 Enero/Marzo de 2013


"Octubre en Cabo Cod" (1946, Edward Hopper.

Una subasta millonaria

En épocas de crisis como estamos atravesando, noticias como esta que se expone a continuación sorprenden, aunque son el mejor indicador de que la crisis económica no afecta a todos y a los ricos los hace más ricos, a los que no lo son tanto los empobrece y a los pobres los hunde en la miseria más absoluta. Los coleccionistas de arte son excelentes inversores que, además de comprar un instante de belleza plasmada en un lienzo, saben que el alto precio que pagan le será devuelto con creces cuando decidan vender la codiciada obra de arte que se irá revalorizando con el tiempo. No es sólo amor al arte lo que mueve el millonario negocio que ha crado a su alrededor, lo explota y lo rentabiliza hasta sumas jamás pensada por ningún artista por cotizado que fuera en su época.

La obra del pintor estadounidense Edward Hopper, con el título "Octubre en Cabo Cod" (1946), ha sido vendida en una subasta celebrada en Nueva York, por el precio más alto jamás pagado vía online, que asciende a 9,6 millones de dólares (equivalentes a 7,4 millones de euros).

La subasta ha sido organizada por la famosa empresa de subastas Christie's de Nueva York, el pasado 28 de octubre, aunque se desconoce la identidad del comprador.

Esta obra es una de las últimas del artista y le pertenecía a un coleccionista privado estadounidense desde hace más de una década.

En Cabo Cod el artista tenía una casa y un estudio. La casa pintada en esta obra recién subastada muestra una pequeña casa y un granero paralelos a una carretera, y la obra ofrece una perspectiva como si la escena pintada fuera observada desde la carretera por un observador que circulara por ella.

A pesar del altísimo precio pagado por esta obra, el récord de este artista, en cuanto al importe pagado por sus obras, lo tiene por su cuadro "Ventana de Hotel", vendida por 26,8 millones de dólares, en 2006, en una subasta celebrada en la otra firma prestigiosa de subastas como es Sotheby's.

¿Quién era Edward Hopper?

Este artista que con su obra llevó al realismo americano hasta sus más altas cotas, reflejando su visión llena de sensibilidad y autenticidad del siglo XX en Estados Unidos, época a la que define en su obra con los elementos que la caracterizaban: al aislamiento del individuo, la soledad que las grandes ciudades propiciaban, aunque también se veía reflejada en el mundo rural y la melancolía como sentimiento primordial por un mundo ya perdido e irrecuperable.
Edward Hooper nació el 22 de julio de 1882 en Nyack, estado de Nueva York. Aunque sus comienzos artísticos fueron a través del dibujo, pues lo había estudiado en una escuela de diseño comercial en Nueva York entre 1889 y 1890, dejó esta técnica para dedicarse de lleno a la pintura. Estudió en la Escuela de Arte de dicha ciudad hasta 1906, especialmente con Robert Henri.
Realizó tres viajes a Europa, entre 1906 y 1910, aunque no se dejó influenciar por el arte experimental cubista que practicaban los artistas franceses españoles. Sin embargó, si recibió una fuerte influencia de pintores como Diego Velázquez, Francisco de Goya, , Edouard Manet y Honoré Daumier
Sus primeras obras muestran un estilo realista y algunas de las características peculiares que seguirá teniendo a lo largo de su trayectoria artística y que se `pueden resumir en las siguientes: composición fundamentalmente en formas geométricas grandes y sencillas en su trazado; áreas de colorido plano y la constante utilización en sus obras de elementos arquitectónicos que le permiten así poder insertar en cada obra líneas verticales, horizontales y oblicuas o diagonales Un ejemplo de ello es Le pavillon de flore (1909) que se encuentra en el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York.
Hasta 1925 su obra consiguió poco éxito y aceptación y tuvo que dedicarse a trabajar como ilustrador publicitario o comercial. En 1925, pintó La casa cercana a la estación, obra que se encuentra en el Museo de Arte Moderno, MOMA, de Nueva York, y que se considera una obra fundamental del arte estadounidense y que demuestra la madurez de su estilo. su estilo directo de marcar rotundamente línea y ángulos y la utilización armónica de luces y sombras sigue paralelo a su etapa anterior, pero introduciendo un tema nuevo y esencial que distingue la obra de este pintor y que será ya permanente en toda su obra posterior: la sensación angustiosa de soledad, de aislamiento en el interior de una habitación, casi siempre de hotel, y la figura del viajero que viene a marcar así la fugacidad del tiempo, de las propias vivencias y de la irrefutable soledad del individuo que resulta sobrecogedoramente angustiosa. su obra Habitación de Hotel (1931), es un ejemplo de lo anteriormente dicho porque en dicha obra se encuentran los elementos antes mencionados: el hotel, la figura solitaria en una habitación y la presencia del viajero, de alguien que está pero no pertenece a ese lugar, como figura errante y solitaria.
Conservó y depuró ese estilo a lo largo de toda su carrera artística, sin renunciar nunca a sus principios estéticos. Casi siempre sitúa la obra en Nueva York o Nueva Inglaterra, dando a todos los paisajes, tanto urbanos como naturales, el mismo toque de sencillez e intimidad que son elocuentes en su belleza desnuda, en su soledad: calles desiertas, vías de ferrocarril, hoteles, estaciones de gasolina, teatros medio vacíos, todos estos lugares siempre están impregnados de un evidente tono de soledad, abandono y aislamiento que es predominante en toda su obra, pero también de tránsito, de desarraigo, de fugacidad y de provisionalidad. Su obra Los halcones de la noche (1942) que se encuentra en el Instituto de Arte de Chicago, representa un café por la noche, con escasos clientes que no se hablan y toda la escena aparece iluminada por una fría y definidora luz eléctrica que remarca aún más la soledad y el aislamiento de los clientes del café.
Toda su obra se mantuvo fuera de las corrientes abstractas del siglo XX y fue su estilo sencillo, esquemático y sin artificio una gran influencia en la vuelta al arte figurativo que resurgiría después y en el Pop Art.
Falleció el 15 de mayo de 1967, en Nueva York, la ciudad que le sirvió de inspiración durante décadas.

Ana Alejandre
Editora

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