Ediición nº 22 Enero/Marzo de 2013

XVIII Congreso del Partido Comunista Chino

Partido Comunista Chino

ALGUNAS CONSIDERACIONES RESPECTO AL XVIII CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA CHINO

Por Ángel Maestro

El XVIII Congreso del Partido Comunista Chino está siendo noticia estos días en los medios informativos de todo el mundo, pero en el torrente de informaciones sobre el evento que inundan dichos medios resulta raro observar informaciones que trasciendan los aspectos más llamativos y analicen con rigor y sin tópicos las realidades de ese difícil y complicado mundo que supone el PCch. En base a un estudio desapasionado de los hechos, y no con informaciones tratadas en base a los deseos de los comentaristas, pero antagónicas con la realidad.

Generalmente las numerosísimas crónicas y reportajes abundan hasta la saciedad en hipotéticos cambios radicales que impondrán los nuevos dirigentes chinos, con ese afán de cambio por el cambio casi obligatorio que acompaña a los periodistas occidentales, bien se tratase en tiempos de John Kennedy, de Mijail Gorbachov o de Barack Obama. Interpretando los proyectos de cambio conforme a sus deseos, pero en el caso del PCch con un desconocimiento del asunto a tratar que invalida sus elucubraciones.

LOS ÓRGANOS DEL PODER

El Congreso del Partido, a celebrar cada cinco años, en una estructura típicamente leninista, elige al Comité Central, y este elige al Politburó, proceso piramidal donde la cúpula, teóricamente elegida por los representantes del Partido a través del Congreso y del Comité Central, será en realidad quien vaya designando a los cargos descendentes. Pero en el caso del PCch, con 80 millones de afiliados, existe una escala todavía más selectiva en el poder supremo ; el Comité Permanente del Politburó, verdadero órgano máximo de control del partido- estado de una sociedad leninista, aún dentro del “socialismo con características chinas”. Se especula que este “sancta sanctorum” del PCCh compuesto hasta estos días por nueve miembros podría quedar reducido a siete componentes, como ya lo fue anteriormente concentrando más el nucleo de poder.

LAS GENERACIONES.

Los dirigentes chinos han diseñado un particular sistema del que a la vista de los resultados parece ofrecerlos innegablemente exitosos. Una primera generación de dirigentes, a la que perteneció Mao Tse-tung, y compañeros fundadores del partido y luchadores en tiempos de la invasión japonesa y en el de la guerra civil contra el Kuomintang y Chiang Kai-chek. La segunda generación a la que perteneció el verdadero fundador de la China moderna, representada por Deng Xiaoping. Posteriormente na tercera generación, cuyo líder destacado fue Jiang Zemin, antecesor del hasta ahora dirigente, líder de la cuarta generación Hu Jintao. En estos días ascenderá al poder la quinta generación, liderada por el nuevo secretario general del PCch, Xi Jinping. Y para dentro de diez años se especula con la sexta generación, señalando incluso a un posible representante Hu Chunhua ,pero esto entraría dentro de lo especulativo.

Los lideres surgidos de los Congresos XVI, XVII y XVIII son hijos de Deng, frente a los anteriores ególatras comunistas, sustituyéndoles por una dirección colegiada y por un dirigente “primus inter pares”. El ascenso de los representantes de las nuevas generaciones no se produce de forma abrupta, rompiendo bruscamente con la que va a cesar, sino de modo paulatino. Así las dos figuras más significativas de la quinta generación, el flamante líder Xi Jinping, y el nuevo número dos, Li Keqiang, han venido ocupando puestos en el Comité Permanente del Politburó, bajo el liderazgo de la cuarta representado por Hu Jintao.

El relevo ordenado de las generaciones, obra de Deng Xiaoping, sin el que ,insistimos, no puede comprenderse a la China de hoy, ha conseguido la estabilidad del sistema. En los regímenes comunistas ha sido habitual tras la llegada, bien fuese por fallecimiento o por destitución, la condena del dirigente anterior. El caso chino significa algo inédito. Desde el ascenso al poder de la tercera generación, esa sucesión ordenada de los dirigentes ha marcado la sucesión sin sobresaltos, confiriendo una confianza en el sistema que afecta a la sociedad china toda y naturalmente a su repercusión económica y a la proyección internacional.

COMO SE PRODUCE EL ASCENSO AL PODER.

El Departamento de Organización Central del Partido es el organismo todopoderoso que aplica sus reglas para efectuar los nombramientos y quien dispone los ascensos , dependientes estos de los años de servicio, el nivel de estudios, la asistencia a las clases en las escuelas del Partido, aunque tales apabullantes requisitos se subsanan si se es considerado dentro de la medida de jóvenes directivos de excepcional talento, la cuestión es como se ha dicho, que alguien repare en uno. El Departamento de Organización presenta al Politburó los informes para ser utilizados en las deliberaciones que preceden a un nombramiento. Curiosa simbiosis entre la tradicional cultura china de los exámenes y el PCch.Los informes completos llegan sólo al Politburó, no al Comité Central al que se le facilitan sólo informes abreviados. El sistema de las generaciones a pesar de su innegable aportación a la estabilidad y el progreso ,no significa que se desarrolle en medio de un camino de rosas. Ello no sólo representaría una utopía política, sino algo antagónico con la naturaleza humana. Para que un militante destacado del partido , bien procedente de las escuelas de élite del PCch, o de las universidades prestigiosas, a ocupar cargos municipales, lprovinciales, regionales, hasta llegar al Comité Central, y no digamos al Politburó, han de transcurrir no menos de veinte años, pero sobre todo figurar en la órbita de dirigentes veteranos que puedan promocionar su carrera. Siguiendo otra de las aportaciones de Deng Xiaoping para renovar el partido, todo dirigente del PCch debe retirarse al cumplir los setenta años, pero ello no significa que el político del más alto nivel retirado pase a ser un jubilado sin más, aunque del más alto nivel. Desde ese retiro una forma de continuar su influencia la constituye la promoción de jóvenes dirigentes de carrera prometedora afectos a su persona y postura política e ideógica. Así Jiang Zemin, al cesar en la secretaría general del partido y en la presidencia de la República, promocionó a las más jovenes figuras con proyección al futuro en una buena muestra de la política china a largo plazo. Al producirse la retirada por edad de Hu Jintao, y desde hacía diez años Jiang fue preparando gente afín para situarlos en altos puestos. También el secretario general y presidente de la República ,saliente en ambos puestos, Hu Jintao ha colocado en el segundo puesto del nuevo Comité Permanente del Politburó a Li Kequiang ; no pudo situarlo en el primer puesto, pero si en una posición sumamente destacada. La lucha por el poder hoy, es un combate sumamente comedido, lleno de complejidades y ajeno a las feroces luchas por el poder de antaño . Existen facciones, pero todas respetando una norma común, el del relevo ordenado. El Partido Comunista chino ha resuelto uno de los problemas más graves a los que se han enfrentado siempre los sistemas totalitarios y aún los autoritarios: la sucesión.

LOS “PRÍNCIPES “ Y LOS CUADROS DEL PARTIDO.

En “el gran salto adelante” y en “la revolución cultural”, periodos históricos en los que la locura y crueldad maoísta produjeron a China y a su sufrido pueblo daños inmensos, aberraciones de dimensiones superiores a cuanto la humanidad había conocido, superando incluso las magnitudes estalinianas, el partido comunista chino fue también objeto de una persecución de tan enorme saña que “purgó” a la gran mayoría de su aparato dirigente, desde los de más alto nivel hasta los escalones más bajos.

Tras la muerte de Mao, y la caída de la “banda de los cuatro”, con el ascenso al poder de Deng Xiaoping se procedió a la rehabilitación y vuelta a ocupar los altos puestos del gobierno y del partido de los veteranos dirigentes que habían sobrevivido al despiadado y brutal terror maoísta y que sufrieron en sus carnes la “revolución cultural”. Naturalmente sus familias también habían experimentado las consecuencias de la época atroz, ya que el castigo y las humillaciones también alcanzaron a sus jóvenes descendientes.por lo que conocen bien el trágico pasado.

Más una vez rehabilitados y de nuevo en el poder ,los hijos de los altos dirigentes vieron florecer sus carreras protegidos por las influencias paternas. Así los padres de Xi Jinping, del defenestrado Bo Xilai, ,dieron toda clase de facilidades en sus casi meteóricas carreras a sus vástagos, como los hijos del ex primer ministro Li Peng, de Zhu Ronji, y la enorme influencia y fortuna personal adquirida por un hijo nada menos que de Jiang Zemin. Esos hijos citados son solo una muestra representativa del poder adquirido por los llamados “Príncipes”, herederos en las altas esferas de la influencia política y económica.

Pero aparte de los “Príncipes”, y siguiendo las directrices de Deng Xiaoping de alentar a jóvenes cuadros, su “Programa de las Cuatro Transformaciones“, hombres en torno a los cuarenta años con formación universitaria, experiencia, lealtad al Partido y buenos administradores, surgieron personas que reunían esas condiciones , fuera de los lazos familiares de los “Príncipes”. De esta forma aparecieron Hu Jintao, Wen Jiaobao, Wu Bangguo, Luo Gan, Wu Guanzheng. Hu Jintao,profesionalmente ingeniero hidráulico, fue un buen ejemplo al llegar a la cumbre del poder, sin deber nada a la promoción familiar. Hu ha sido un claro ejemplo de la organización comunista china, yendo adonde se le dijese y haciendo lo que se le ordenase. El PCCh. Recompensó esa lealtad elevándolo al puesto número uno.

Se especula con los choques y rivalidades entre los “Príncipes” y los cuadros para situar a sus partidarios, pero lo cierto es que el PCCh no se comporta como un partido revolucionario a la vieja usanza, sino a través de unas normas totalmente consensuadas para los procedimientos y ascensos, de ahí su estabilidad y la ausencia de convulsiones demasiado peligrosas. La calidad de los dirigentes del PCch es en estos momentos bastante alta, antitética con las aberraciones de los trágicos tiempos maoístas.

CONCLUSIONES ANTE LOS POSIBLES CAMBIOS EN CHINA.

Las conclusiones ante los posibles cambios en China derivadas del XVIII Congreso del PCch no presentan resultados espectaculares, tales como anheleban tantos políticos e informadores, generalmente desconocedores e la realidad china interpretándola con areglo a sus prejuicios, aunque se estrellen una y otra vez frente a la implacable realidad.

1º. De no ocurrir una catástrofe de dimensiones incalculables, el Partido Comunista chino seguirá durante años no sólo ocupando el poder, sino plenamente inmerso en la concepción leninista de Partido-Estado.

2º. La política del nuevo Comité Permanente del Politburó como órgano máximo efectivo del poder, bajo la dirección de Xi Jinping no presentará ninguna diferencia sustancial en el modelo de Estado y sociedad, con la sostenida por el liderazgo saliente bajo Hu Jintao.

3º. Una vez más se ha puesto de manifiesto lo acertado en lo dispuesto por Deng Xiaoping, al asegurar uno de los problemas más graves en los estados totalitarios : el de la sucesión.

4º. El avance cada día más activo a través de lo que ellos denominan “socialismo con características chinas”, alejado del radicalismo y fanatismo maoísta hacia la consecución de una sociedad modestamente acomodada, con mejora constante del nivel de vida de la población, pero sin pensar en proyectos utópicos.

5º. La ya producida por primera vez superación de la población urbana respecto a la campesina, producirá demandas crecientes de la población en sus mejoras laborales y económicas. Ello no tiene porqué conducir inexorablemente a reformas políticas radicales, que pongan en duda el papel director del PCch.

6º. El problema de la corrupción ha quedado de manifiesto que no era algo limitado sólo a los cuadros locales o provinciales, sino que afecta incluso a familias de miembros del Politburó, lo que presenta un problema de difícil solución para los nuevos dirigentes. Pero si basándose en ello se produjese cualquier veleidad de retorno a las ideas maoístas, como demuestra la defenestración de Bo Xilai, parece definitivamente apartada

7º. Una de las grandes directrices de la economía china,cambiante respecto a la actual será la de no dependencia de la prosperidad china sustentada en la exportación, tan sensible a repercusiones internacionales, sino la de actuar preferentemente con vistas al gigantesco mercado interior. China, salvo en las épocas decadentes de los siglos XIX y XX ha sido el Imperio del Centro.

8º. A diferencia de otras potencias, decididamente el régimen chino no alberga deseos expansionistas- bastante tiene con sus problemas internos- , y lo que le ha dado, y seguirá dando buenos resultados, es el principio de no ingerencia en los asuntos internos de otros países, fuese cual fuese el sistema político de los mismos. Más el régimen si se muestra inflexible respecto a los separatismos que amenacen la unidad de la patria.

9º. La necesidad energética de China- donde hoy día el carbón representa el 70 % de su energía- apuesta decididamente por la energía nuclear proyectando la construcción de 30 centrales nucleares en un plazo rápido, pero sus necesidades de petróleo le hacen sensible a cualesquieras alteraciones en el suministro exterior del mismo

10 º. La modernización de sus Fuerzas Armadas, ante la suspicacia – razonablemente motivada –de envolvimiento de China mediante aliados de EE.UU. va a seguir desarrollándose de modo decidido. Por ejemplo el incremento de su Marina de Guerra siquiera de cara al exterior es significativo.

11º. Continuando la línea del equipo dirigente anterior se van a incrementar las inversiones en alta tecnología, por ejemplo la exploración espacial, tratando de alejar el concepto de China como fabricante de productos baratos.

Y por último.y reiterando lo expuesto para frustación de tantos utópicos, la llegada de la reforma política al estilo partitocrático occidental no se va a producir, ni entra siquiera entre los proyectos de los gobernantes chinos, ni del pueblo que no puede añorar algo que desconoce. ´Por el contrario, el control de la sociedad china por el PCch se adivina largo y dilatado.

Los nuevos dirigentes chinos y Taiwan

por Angel Maestro

Hace tan sólo unos días se ha cursado por las autoridades taiwanesas la solicitud para que Taiwán ingrese en la Organización Internacional de Aviacion Civil, petición sumamente justificada en base a los abrumadores datos del millón de vuelos anuales que vuelan por el espacio aéreo de Taiwán y el control aéreo de 1,5 millones de vuelos.

La política pragmática del presidente Ma Ying-jeou de mantenimiento y mejora paulatina de relaciones entre ambos lados del estrecho ha demostrado su eficacia con el considerable incremento de relaciones comerciales, de transporte, turísticos, entre China continental y Taiwán ha demostrado su eficacia. Por parte continental ,los gestos y actitudes también han sido igualmente positivos , llegándose a situaciones inconcebibles para ambas partes hace tan sólo unos años, como entrevistas a alto nivel tanto en Taiwán como en el continente entre dirigentes del Kuomintang y del PCCh.

Pués bien, tratando del tema del ingreso de Taiwán en la OACI, según ha manifestado Ma Ying-jeou, nada menos qu el ex –máximo dirigente chino, Hu Jintao, político también pragmático dentro del PCCh, en una ocasión comentó hace poco tiempo, que “ China continental estaba dispuesta a buscar una fórmula viable para facilitar la participación de Taiwán en la OACI “.

Dentro del tema de las relaciones entre ambos lados del Estrecho, algunos observadores plantearon sus dudas sobre posibles cambios en la política de China respecto a Taiwán por parte del nuevo equipo dirigente del Comité Permanente del Politburó, encabezado por Xi Jinping. Conforme a fuentes solventes ,tanto continentales como taiwanesas, y también en opinión del autor, no parece que vayan a producirse cambios sustanciales en la línea de Hu Jintao respecto a la de Xi Jinping .Más bien al contrario, pues quien se haya tomado el trabajo de analizar la carrera política del dirigente de la quinta generación habrá podido observar que siendo una prometedora joven promesa del Partido, en 1985 con 32 años de edad, por tanto uno de los “jóvenes príncipes”, fue destinado a la provincia costera de Fujian, en el sureste de China, frente a Taiwán, donde trabajaría a lo largo de diecisiete años. En la ciudad portuaria de Xiamen, conocida por sus atractivos naturales, ocuparía el cargo de alcalde suplente y miembro del Comité Permanente del Partido.

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