Editanet, Espacio  Literario y Artístico

Crítica literaria por Julia Sáez-Angulo

Ajuste de cuentos (memorias)

Ajuste de cuentos Mario Muchnik Editorial El Aleph (198 pags) Madrid 2013

Ajuste de cuentos
Mario Muchnik
Editorial El Aleph (198 pags)
Madrid 2013

Mario Muchnik, autor de sus memorias “Ajuste de cuentos”

Julia Sáez-Angulo

Uno de los célebres editores, Mario Muchnik ha escrito sus memorias en los varios libros, entre ellos los titulados Oficio editor y Ajuste de cuentos. El primero es un alegato a favor de una profesión, la de editor, que tiene la misma antigüedad que el libro. El segundo, Ajuste de cuentos, cuenta su recorrido personal y ha sido editado por EL ALEPH Personalia.

Mario Muchnik (Buenos Aires, 1931) estudió Fisca en la Universidad de Columbia de Nueva York en 1953 y se doctoró en Física por la Universidad degli Studi de Roma en 1957. Su entrada en el mundo editorial se produce en 1966 y comenzó en París con Robert Laffont. En 1973 fundó con su padre, Jacobo Muchnik un sello editorial con su nombre en Barcelona, que alcanzó prestigio por su trayectoria sólida. Su búsqueda ha sido sobre todo lo mejor en el campo de la escritura y la cultura. Después de perder su sello editorial Mucknik Editores, creó su sello independiente con el título Del Taller de Mario Muchnik.

El índice acoge los capítulos titulados: Parábola, Primer amor; Les amants; La línea de sombra; Mi querido don Federico; Maestros; Sesión; Un antes y un después; y Memorias. Una Nota final aclaratoria de personajes históricos centra al lector y algunas fotos en blanco y negro ambientan lo narrado.

Unas memorias llenas de datos e interés escritas con amenidad e interés

“Nuestros hijos de pronto nos preguntan como estamos; o nos invitan a cenar a solas para hablar de nosotros, no de ellos o nos confiesan algo de su infancia que nunca supimos porque nos lo escondieron (…) De ahí este libro, y los cuatro que lo preceden, escritos única y exclusivamente con la intención de que no se rompa la cadena de la memoria que, como dice Canetti, es lo único que tenemos, con concluye Mario Muchnik después de contarnos los recuerdos de su esposa y sus hijos en su vida de búsqueda de intelectual”.

 

Para consuelo de los muertos (prosa poética)

Para consuelo de los muertos Jesús Cobo; Ilustración: Ignacio Llamas Ediciones Almud. Castilla La Mancha Toledo, 2013 (126 pags)

Para consuelo de los muertos
Jesús Cobo; Ilustración: Ignacio Llamas
Ediciones Almud. Castilla La Mancha
Toledo, 2013 (126 pags)

Jesús Cobo, prosas poéticas en “Para consuelo de los muertos”

Julia Sáez-Angulo

Más de un centenar de prosas poéticas constituyen el libro Jesús Cobo, Para consuelo de los muertos, editado por Almud Ediciones de Castilla- La Mancha, en la colección Biblioteca Añil literaria.

Hombre culto, erudito, crítico de arte, Jesús Cobo (Toledo 1950) fundó y dirigió la revista Calandrajas (1985-1993) y recibió el XXI premio Cerdan de Oro, entre otros. Ha escrito los libros Veinte cuentos a deshora y Alejandra y otros temas becquerianos. Es miembro numerario del Instituto de Estudios Toledanos.

Para consuelo de los muertos es un libro de reflexiones poéticas en torno a la emoción, el sentimiento o la mirada del autor hacia los hechos y las cosas. No busca la narratividad sino la concatenación de ideas de pensamientos, de sucesión en lo mirado o contemplado.

El título de cada prosa poética, filosófica con frecuencia, se encadena con negrita a la escritura que ocupa siempre el comienzo de una página sin apenas llegar a la mitad. Prosas breves, directas, sugerentes…

Ante el misterio, la expectación. Puertas que no se abre, ventanas que no existen, ruido de agua, rumores. Ante el misterio, el asombro. Costumbre del asombro, incertidumbre de la paz. Y, ¿qué esperan los árboles? Salto mortal del pensamiento, un día se nos cierran los ojos. Y vemos”, dice una de las prosas poéticas de Jesús Cobo, que bien podrían ir en versos por línea.

“Mal año para Don Quijote…” recuerda Cobo con humor.

“Para consuelo de los muertos” es un título que sacude. El libro termina con una explosión de júbilo y esperanza en la prosa titulada “Mañana fulgurante, sol de junio. ¡Luz, luz! (…) Discretean lejanas las campanas de la ciudad. Y se pierden los pensamientos entre tanta armonía”. Para los que contemplamos en figurativo, se nos antoja la ciudad de Toledo al fondo.

 

La fiesta de un enjambre (poesía)

“La fiesta de un enjambre " Joaquín Pavía, Devenir, Editorial,

“La fiesta de un enjambre "
Joaquín Pavía
Devenir, Editorial

Julia Sáez-Angulo


El libro “La fiesta de un enjambre (Almanaque)” del poeta Joaquín Pavía se ha publicado en la editorial Devenir, dentro de la colección el otro. Un poemario que va siguiendo el pulso del año a través de un índice que recorre todos y cada uno de los meses.

El poeta Joaquín Pavía Cardell (Madrid, 1960) se abre con una cita en cada una de sus composiciones, como la de Vicente Huidobro, para el título de Febrero: El Carnaval y que dice: “Cuántas veces me he ido convirtiendo en otras cosas…”

“(…) Te engalanas con escamas locuaces. / Te disfrazas de garabato hechicero, / de estridencia en el crepúsculo, / es postura aproximada y se te nota,/ de prolongación insomne y se percibe / en los enmascarados ojos / que la luz matinal los ha vestido/ de noche descifrada disfrazada / de auténtica luz falsificada”.

En la cita de Octavio Paz, el mexicano dice: “tienes todos los rostros y ninguno, / eres todas las horas y ninguna”. Joaquín Pavía, por su parte dice en el poema de Octubre: “ El tiempo ya sabe que no existes: tiene / ese encendido color de la carne convencida. / Quisiera ser allí donde no fuimos / y sigo aquí donde la vida / parece ser feliz en su andadura”.

Es una pena que en este libro, que primero publicado pese a ser un poeta fecundo, no lleva un curriculum poético del autor o un pequeño prólogo sobre su persona que documente al lector sobre las inquietudes y el trabajo de Joaquín Pavía.

Sólo la contraportada del editor nos dice que el autor se inició en los años de adolescencia y que más tarde abandonó a mediado de los 80. Tal vez porque pensó entonces que la creación poética no era sino una forma tóxica de manifestar la experiencia de una juventud agitada, pero errática y superada. Ha pasado el tiempo y Joaquín Pavía ha comprendido que la poesía es su manera inevitable de inocua de ser y de poder estar en el mundo y la realidad”.

La obra de este autor revela en “La fiesta de un enjambre (Almanaque)” una madurez y una voz poética clara y firme.

Pavía Cardell ha participado en distintos foros poéticos entre ellos el Maratón de Poesía 2010 de la Fundación FiART, con motivo del día internacional de la poesía el 21 de abril. También fue invitado por “La Mirada Actual” en un encuentro de poetas.

 

Portada de la primera edición de las Novelas Ejemplares de Cervantes.

JOSÈ LÓPEZ MARTÍNEZ INAUGURA EL CURSO EN LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS

Julia Sáez-AnguloCon una conferencia sobre "Las Novelas Ejemplares de Cervantes en su IV centenario", el escritor y crítico literario José López Martínez ha inaugurado el curso en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, entidad de la que a su vez es director general. Fue presentado por el poeta y académico Juan Van-Halen, presidente de la mencionada Asociación. Ha sido una conferencia muy documentada y llena de matices críticos, propia de un autor con más de media docena de libros dedicados al tema cervantino. Dijo, entre otras cosas:

Su edad, de casi sesenta años, clara vejez física en aquel tiempo, su mermada salud, consecuencia, en buena parte, de tantas adversidades como se le echaron encima, llevan a Miguel de Cervantes a ir perfilando su obra y su vida con una clara conciencia de que está enfrentándose a su tiempo final. Él sabe que llega un momento en que comprendemos que el futuro se va difuminando, haciendo que vaya anocheciendo en nuestras propias ilusiones. Se ha dicho que la madurez humana es el otoño de las reconciliaciones, que quien no sabe reconciliarse de viejo es como un árbol que no supiera dar frutos en otoño. Y Cervantes se aplica estas teorías; le urge dar a su obra un punto de coherencia, de sello personal, ya diseñados en la primera parte del Quijote, mucho más cuando Avellaneda se atreve a invadir los mundos literarios de su imaginación y su talento.

Cierto que las Novelas Ejemplares no despertaron el interés que produjo el Quijote, porque el Quijote es la más alta ocasión de la literatura española. Pero las Novelas Ejemplres también armaron un gran revuelo, comenzando por la hondura y honestidad que Cervantes imprime al prólogo y a otras advertencias preliminares. Cervantes nunca escribió nada que se contradijera con su pensamiento, con su manera en entender la realidad humana. "Las esperanzas dudosas han de hacer a lo hombres atrevidos, pero no temerarios", nos dirá en el capítulo sesenta y tres de la segunda parte del Quijote.

Incluso en este prólogo de las Novelas Ejemplares nos ofrecerá el apunte de su propio retrato, mucho más real que el que le hizo Juan de Jauregui por encargo de la Real Academia Española: "Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de ojos alegres, y de nariz curva, aunque bien proporcionada, las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grande, la bocapequeña, los dientes no crecidos, porque no tiene sino seis y esos mal acondicionados los unos con los otros, el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies: este digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijotes de la Mancha, y del que hizo El Viaje del Parnaso a imitación de César Caporal Perusino, obras que andan por así descarriadas y quizá sin el nombre de su dueño; llámase comunmente Miguel de Cervantes Saavedra".

Efectivamente, nos hallamos ante una páginas que nos hacen pensar lo mucho que Cervantes meditaba todo aquello que escribía, teniendo en cuenta que la inquisición se hallaba en uno de sus momentos de mayor rigidez, y dirigiéndose al lector le advierte que estas novelas no tienen pies ni cabeza, ni entrañas ni cosas que les parezca. "Quiero decir", escribe, "que los requiebros amorosos que en algunas hallarás son tan honestos y tan medidos con la razón y discurso cristiano, que no podrá mover a mal pensamiento al cuidadoso o descuidado que las leyere. Heles dado del nombre de ejemplares, y si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se pueda sacar un ejemplo provechoso; y si no fuera por no alargar este sujeto, quizá te mostrara el sabroso y honesto fruto que se podría sacar, así de todas juntas, como de cadauna de por sí. Mi intención ha sido poner en la plaza de la república una mesa de trucos, donde cada pueda llegar a entretenerse sin daño del cuerpo ni del alma".

Valladolid, Esquivias, Madrid. Había comenzado el siglo XVII y Cervantes tenía conciencia de que había llegado el momento de tomar determinaciones. Regresa a Madrid y comprende que su camino legítimo, definitivo, va a ser el de la literatura. Sabemos que a partir de 1609 residirá la calle de Atocha, en esa zona que ahora llamamos "Barrio de las Letras", cerca de la librería de Robles y de la imprenta de Juan de la Cuesta, lugares en los que solían reunirse los escritores y empresarios teatrales, incluso los actores que formaban parte de las principales compañías. Porque el autor del Quijote sentía una profunda vocación teatral. Y un reconocimiento. Por cada una de sus comedias recibía una cantidad de dinero igual a la que cobraba Lope de Vega, es decir, 50 ducados. Pero la competencia y, sobre todo, los favoritismos fueron demoledores.

Cervantes, al publicar estas doce novelas nos hace figurar cómo ni cuando las fue escribiendo, es decir, su orden cronológico, aunque contamos con claras referencias de que empezó a escribirlas en 1590. Comienza con La Gitanilla y termina con El coloquio de los perros. ¿A una por año?, cabe preguntarse. Se trata de novelas de porte muy diferente, aunque podríamos agruparlas en dos grandes bloques: las que tienen por argumento enredos de faldas, encuentros, desencuentros y sorpresas finales, un poco al gusto de aquellos públicos, y las de naturaleza realista, las italianizantes y las españolas, en la línea de La Celestina y El Lazarillo de Tormes. Incluso las hay, como ha señalado Andrés Trapiello, "que no parecen, en corto, sino un ensayo general de Los trabajos de Persiles y Segismunda, novelas de las llamadas bizantinas.

Las Novelas Ejemplares, insiste José López Martínez, suponen toda una literatura, una pugna contra el esfuerzo creativo, con la capacidad sobrecogedora de la imaginación, con los apuros económicos de Cervantes. También, como siglos después escribiría Pío Baroja, las convierte en un saco donde cabe todo, donde los más diversos géneros literarios tienen su asiento y habitación, dicho, faltaría más, al puro estilo cervantino. El ingenio y su preceptiva, envueltos en la mejor literatura dan consistencia y autoridad a buena parte de estas novelas; las otras parecen tomadas del natural, como una figuración siempre atacada por los valores poéticos. Cierto que no siempre son los argumentos el principal aliento de la narración. Hay otras muchas cosas que las acercan, como sucedía en su teatro, a la narrativa moderna. De ahí que novelistas de la talla de Carlos Fuentes o Camilo José Cela hayan sido tan admiradores de Cervantes.

 

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