Ediición nº 19 -Abril/Junio de 2012
Aire de Dylan
Aire de Dylan
Enrique Vila-Mata
Seix Barral
Barcelona, 2012
por Ana Alejandre
La última novela de Enrique Vila Matas, Aire de Dylan, que publica Seix Barral, tiene un personaje, Juan Lacastre, que parece ser un trasunto del propio autor, pero sólo en su calidad de escritores y en la duda existencial que se plantean ambos de quiénes son y si son uno o varios al mismo tiempo. También tienen la duda de si son antiguos o postmodernos, pregunta a la que el propio Vila-Matas responde en una reciente entrevista en relación con sí mismo: “-Uno nunca sabe quién es. Ni siquiera quién quiere ser. Al menos es así en mi caso. ¿Me gustaría llegar a saber realmente quién soy, o prefiero continuar así y ser muchos? ¿Quiero ser antiguo o postmoderno?, para añadir después de un instante: “Es una posibilidad, puede que sea uno de los últimos modernos”.
El personaje de dicha novela es un escritor muerto que viene a representar la duda existencial hamletiana, aunque la trama discurre con tintes negros, asesinos y víctimas, que van confluyendo con algunas citas literarias que vienen a dinamizar e impulsar la narración, además de estimular al protagonista, Vilnius, hijo de Juan Lacastre, aunque la sombra inmensa del difunto y su talento paralizan al hijo con su peso.
Vila-Matas, además, establece un diálogo con algunos de sus personajes de años atrás, especialmente con el escritor joven que un día fue y que escribió Historia abreviada de la literatura portátil, obra de la entresaca alguna idea como la de la sociedad secreta que era el eje sobre el que giraba la mencionada obra, y por lo que ofrece al lector algún que otro guiño cómplice, a modo de secreto homenaje a dicha sociedad secreta, por lo que el título de esta última novela Aire de Dylan, hace referencia a la gota de cristal que contenía aire de París y que Duchamp, el personaje de aquella, construyó para regalársela a sus amigos y que llevaba por nombre Aire de París, a la que alude el título de su última novela. Esta sociedad secreta era el símbolo de la vacuidad porque representa el absurdo de tener una idea al día, pero sin plasmarla en hechos, como si la mera idea por sí misma, sin posterior realización, fuera suficiente para justificar su existencia. No es que el autor rechace de plano tal posibilidad, sino que, al contrario, parece justificar la actitud indiferente y abúlica, la huida del esfuerzo, al menos en teoría.La historia narrada habla de una escritor que acaba de mudarse a una casa, al igual que el propio Vila-Matas, muy cerca de donde vive este último, además de recibir una invitación para participar en un congreso, al que no podrá asistir a pesar de su interés, por lo que tendrá que imaginarse el desarrollo de éste.
Vilnius, el protagonista, quiere encontrarse a sí mismo y ser sólo uno, a pesar de su extraordinario parecido a Bob Dylan, lo que le ha valido el apodo de Litle Dylan, personaje real que es la encarnación de la multiplicidad de personalidades, lo cual es un motivo de admiración para el padre que cree que se debe siempre interpretar un personaje a lo que su hijo se niega ya que defiende la autenticidad como meta. Juan Lacastre, desde la atalaya de la muerte, intenta destruir la auténtica personalidad de su hijo, a través de la impronta y profunda huella que ha dejado en éste, pero especialmente, al sufrir su hijo un golpe en la cabeza, lo que le provoca que empieza a tener los recuerdos, la memoria del padre, como si fueran suyos, experiencia que puede conducirle hasta la locura.
El escritor-personaje que se obliga a escribir la novela, en plena contradicción con la afirmación que ha hecho de que nunca volvería a narrar otra historia, como es el caso de Vilnius, su protagonista. En el fondo, esta novela es la historia de un fracaso, porque este tema, el del fracaso, es el eje central de esta obra, idea que se resume en la conocida frase de Fitzgerald que decía “toda la vida es un proceso de demolición”. Es misma demolición que destruye a los personajes de esta extraordinaria novela a fuerza de golpes sin piedad, pero siendo siempre los peores y más destructivos los mazazos que provienen del propio interior de cada uno de ellos.
Esta novela es también un homenaje al cine y al teatro, pues en ella se incardinan tres monólogos teatrales y en la similitud de Vilnius y su padre con la historia de Hamlet; y, en cuanto al cine, porque la estructura narrativa está muy cercana a la estética del cine de los hermanos Coen.
En toda la novela flota una cierta inverosimilitud ,en ocasiones, sobre todo en cuanto a las muertes acaecidas, aunque su autor afirma que hasta la más increíble por absurda está basada en hechos reales.
Extraordinaria novela, en la que se conjugan la narración de unos hechos que alcanzan reflejos multiplicadores que se muestran así como las imágenes de una caleidoscopio que se acercan y alejan, distorsionándose, para ofrecer al final una imagen definitiva y clarificadora de auténtica buena literatura.
Enrique Vila-Matas en su estado más puro, más maduro en su escritura que vuelve a ofrecernos una novela extraordinaria.
Kafka
Kafka
Pietro Citati
Traducción de José Ramón Monreal
Acantilado
Barcelona, 2012
porAna Alejandre
Esta singular y extraordinaria obra no se puede clasificar en ningún género literario, aunque ofrece características de varios: biografía, ensayo, novela, etc., pero es por su calidad literaria, la prosa exquisita con la que está escrita y el análisis minucioso, profundo y clarificador que hace de la personalidad subyugante, extraña, atrayente y misteriosa de Kafka, una obra de excepcional importancia a la hora de conocer, experimentar y ahondar en el universo kafkiano que, a través de la magistral escritura de Pietro Citati, nos es ofrecido en su estado puro, obligando al lector a no abandonar la lectura de este libro fascinante y de hechura magistral.
La técnica utilizada por Citati es narrar la vida de Kafka con minuciosidad en el detalle, además de ofrecer la relación de sus obras, incardinándolas en el discurrir vital de su autor y explicando su significado y, además, ofreciendo el análisis profundo de la obra cumbre de Kafka que es La metamorfosis, consiguiendo con esta sutil y eficaz fórmula que el lector pueda ir conociendo de forma apasionante y lúcida la mente del genial escritor, aclarando las claves que encierra una de las obras cumbres de la literatura universal, sintiéndolo tan próximo, comprensible y familiar tanto como la fina sensibilidad de Citati nos ofrece de una figura que para muchos lectores es tan conocida en apariencia, pero tan extraña e incomprensible en la verdadera dimensión de su obra, propia de una naturaleza compleja, atormentada y siempre fascinante
Pero esta apasionante labor, Pietro Citati la lleva a cabo con un talante que le caracteriza y es la alegría, la emoción, el placer y la constante fascinación que este gran estudioso y crítico de reconocido prestigio imprime siempre a sus obras, lo que le permite trasladar al lector las mismas gratificantes sensaciones que experimenta al escribir y mostrar al autor de La metamorfosis como quien presenta a un amigo muy querido del que nos ha hablado siempre con emocionado conocimiento, afecto y admiración sincera.
La figura del escritor y su obra conocida, pero poco comprendida en la verdadera dimensión del universo kafkiano para muchos, por extraño e incomprensible, nos es ofrecida con toda la claridad que la lúcida prosa de Citati nos va desvelando, quitando sombras y haciendo resaltar los matices, las vivencias de Kafka, las circunstancias que le rodearon, todo aquello que confluía y creaba su propio imaginario, su propia visión del mundo que era la arcilla con la que construía su inmortal obra. Podemos ver el mundo onírico de Kafka, y vivimos con él sus amores, sus proyectos, sus deseos y sus miedos. Todo se entrecruza en esta exposición magistral del verdadero Kafka y en ella se entrecruzan, el sueño y la vigilia, la realidad y la ficción, las luces y las sombras, pero todo ello creando delante de los ojos del asombrado lector la figura de Kafka que en cada momento se hace más real, más vivo, más auténtico, cercano y familiar, con una tensión narrativa que subyuga y emociona por tratarse de un escritor reconocido y famoso, pero, al mismo tiempo, tan incomprendido, tan oculto a las miradas de sus lectores, tan misterioso.
Todo este material es utilizado, ofrecido por Citati con verdadera pasión, pero con extremo conocimiento, lucidez y precisión. Kafka parece en esta apasionante obra no una persona real, sino un personaje que ha encontrado a un autor de su talla, que le insufla vida, lo recrea, lo matiza y define como ninguno y lo presenta ante los lectores, ante el mundo, con la satisfacción y el placer de quien, por conocer perfectamente a esa criatura a la que ha dado vida, la ama e invita a todos a conocerla en su rica personalidad, complejidad y fascinación.
Excelente obra, sin duda alguna, literatura en su máxima expresión, pero sobre todo, la mejor obra sobre Kafka que se ha escrito hasta la fecha.
Recomendable para todos los que conocen la obra de Kafka y a los que no lo han hecho todavía. Unos y otros se quedarán, sin duda alguna, fascinados por la figura universal de Kafka y por la maestría emocionante de quien es el creador de esta obra, excelente muestra de la buena literatura sobre literatura.
Recuerdos de Lisboa
Recuerdos de Lisboa
Paco López Mengual
La Sierpe y el Laud
Murcia, 2011,
por Ana Alejandre
Este libro de viajes, cuyo título hace alusión al lugar visitado y rememorado en sus páginas es, a pesar de su corta extensión, un libro que contiene, condensado en sus cincuenta y una páginas, un extenso y detallado recorrido de su autor y acompañante por la ciudad de Lisboa en la actualidad, como segunda ronda de un viaje iniciado una veintena de años atrás que quiso rememorar su autor, n esta segunda ocasión, como homenaje a una ciudad a la que visitó en otra época de su vida y a la que no pudo ver en su totalidad, dejando siempre ese recuerdo nostálgico de aquello que se ha entrevisto pero no se ha llegado a disfrutar con tranquilidad y detenimiento que el lugar y el ánimo viajero desea.
Lisboa pasa por las páginas de este pequeño libro con todo detalle y el ánimo del autor va dejando en cada lugar la impronta que lo visto le ha dejado, acompañado siempre de los detalles y sensaciones que le ha proporcionado el lugar visitado y sus gentes. Paco López Mengual deja trazado el mapa no sólo de la bella ciudad de Lisboa y sus habitantes, sino también el mapa sentimental y emocional de sí mismo en esta segunda visita, que va siendo marcado por los distintos lugares que va recorriendo con deleite y atención en un plano paralelo entre la ciudad y las emociones que le despierta, como hacían los autores de los libros de viajes que tomaron carta de naturaleza desde antes de los primeros siglos de nuestra era.
Fue a partir de la primera obra que tenía como objeto el viaje de su protagonista como es el caso de la epopeya de la Odisea, de Homero, del siglo IX a.C., que narra el accidentado viaje de Odiseo desde Troya, cuando acabó la guerra conocida con ese nombre, hasta Itaca, su isla natal. Siglos más tarde, Herodoto, en el siglo V a.C., escribió obras que hacían hincapié en las descripciones detalladas de sus viajes por Asia Menor, la región del Mar Negro o el norte de África. A pesar de ello, y sin duda alguna, la obra que más relieve le ha dado a este género literario de libros de viajes y que marcó las directrices de lo que se puede considerar el libro moderno de viajes y ha provocado un sinfín de obras de ese tipo que lo tomaron como ejemplo a seguir, fue el Libro de las maravillas del mundo, de Marco Polo, considerada una de las obras que goza de mayor difusión durante la edad media y uno de los libros más conocidos y leídos de los llamados libros de viajes de todos los tiempos, que narra el viaje y misión a cumplir de un comerciante veneciano del siglo XIII en la corte china del emperador mongol Kubali Kan. Dicha obra ofrece un conjunto muy detallado de las impresiones sobre cuestiones sociales, hechos históricos y leyendas, que le sirvió a los europeos de valiosa ayuda sobre los conocimientos de la cultura del Lejano Oriente y la sociedad china, e impulsó de manera notable el interés entre los europeos por los viajes. A estas obras le siguieron otras muchas en toda Europa, y en el caso de España el más conocido es Andanças e viajes de un hidalgo español (1454, de Peo Tafur, que trata sobre los viajes de un comerciante por los países del Mediterráneo.
En esta tradición, Paco López Mengual, cumple, en la obra que sirve de referencia, con los requisitos de todo libro de viajes: estar escrito en primera persona, generalmente en singular, ser un relato no ficticio, y describir con todo lujo de detalles las observaciones que sobre las gentes del lugar, la flora, la fauna, la historia, las costumbres, etc., va observando el viajero que toma así del natural y de la realidad que lo circunscribe el tema de su narración y aporta la subjetividad propia de todo observador que está sujeto a su propio estado anímico y su peculiar idiosincrasia.
Lisboa desfila así por las páginas de Recuerdos de Lisboa con toda naturalidad, sencillez y amenidad, y sus paisajes, monumentos, calles, plazas, cafés, barrios y comercios son presentados con la minuciosa, pero siempre ágil y amena narración de quien, como su autor, mira a todo lo que le rodea, pasándolo siempre por el tamiz de la literatura, porque el escritor no puede dejar de serlo para ver, observar y juzgar lo que le rodea desde el ángulo personal y crítico que le confiere su propio estilo y su capacidad de observación que le hace, como es el caso de este autor, ver todo con la mirada aguda, lúcida y siempre ecuánime de la literatura que lo envuelve todo.
Pequeño gran libro y muy recomendable para quienes sean aficionados a los libros de viajes y a las aventuras que encierran y que se ofrecen al lector que encuentra en ellas el deleite de un viaje ya realizado y al que le sirve de recordatorio, o bien, la sorpresa de encontrar una tierra ignota y a la que sirven de acicate para llegar a conocer en primera persona las descripciones que hace el autor de la obra en cuestión que ofrece así su propia y peculiar visión de unas tierras y unas gentes que invita a conocer a través de su narración y de su peculiar punto de vista.
Cuentos de una maestra rural
Cuentos de una maestra rural
Rosario Muñiz Martín
LápizCero Ediciones
Madrid, 119 págs.
por Ana Alejandre
Esta colección de relatos, escritos por una maestra rural, como su título indica, tiene varias connotaciones todas ellas sorprendentes: la primera que es el primer libro publicado de una autora hasta hora novel de sólo ¡91 años!; la segunda, que su prosa ágil, directa, sencilla y diáfana, demuestra que su autora es alguien que quiere contar historias, sabe hacerlo con amenidad y claridad y, además, destilando, en todos los relatos que conforman este pequeño gran libro, una ironía de fino calado y un gracejo irresistible que se va perfilando en cualquiera de los diez relatos de diferente extensión, algunos casi novelas cortas, pero en los que subyace la aguda mirada de una nonagenaria que ha visto ya desfilar durante mucho tiempo la vida y a los seres que la pueblan, desde la atalaya de su longeva edad, bajo el peso de su mirada entre inquisitiva y burlona, pero nunca exenta de una gran humanidad y comprensión ante las debilidades humanas.
En estos diez cuentos hay personajes tópicos y típicos de la fauna española que se han hecho ya, por méritos propios, con un puesto de honor en el catálogo de los tópicos nacionales: el militar de ultraderecha, católico a machamartillo y un montón de hijos, además de una esposa de armas tomar, “la militara”, que gobierna su casa y a su familia con mano firme mientras aguanta con resignación cristiana los adulterios de su marido; la anciana solitaria que pasea por un parque cualquiera, mientras observa a los otros usuales del recinto y cuenta lo que ve con gran sentido del humor e ironía, de lo que observa en los seres que ella llama “personas con fecha de caducidad próxima”, eufemismo de todo anciano y de su soledad y desamparo. Otros personajes, que siempre viene a ser la mujer de edad más o menos avanzada, en la que se presentan los síntomas neuróticos de la soledad, del abandono por parte del marido e hijos y la secuela de somatizaciones, etc., y un sinfín de historias todas ellas normales en apariencia, pero que encierran la crónica de toda vida humana en la que siempre late la sensación de estar en un mundo caótico, incomprensible, del que se siente parte integrante, pero, al mismo tiempo, desgajada por la lacra de la incomunicación que es el mayor mal que sufre quien vive rodeado de gente, pero inmensamente solo.
Esta continua referencia a la sensación de vacío, de desorientación, de no comprender qué pasa y por qué, late continuamente en este pequeño libro en el que su autora remarca la soledad inherente al ser humano, quizás, porque no somos capaces de escucharnos de verdad, de comunicarnos realmente, sabiendo escuchar al otro y poder así reconocernos y reencontrarnos en la humanidad doliente y desamparada que todos representamos, con igual fragilidad, vulnerabilidad y necesidad de verse reflejado y aceptado en los ojos de otro ser humano.
Este libro hace pensar, a pesar de ser historias aparentemente normales, cotidianas, llenas de las miserias y grandezas de toda vida, en la proximidad de sus personajes, mujeres y hombres normales que deambulan en busca de su propia identidad y de su lugar en el mundo, en la frase de Heiddeger que define la naturaleza del ser humano a lo largo de su vida, cuando afirmaba que “el hombre es un ser de lejanías”, incidiendo en que vamos dejando a nuestras espaldas no sólo el tiempo pasado, sino todo los que conforma la propia historia personal de afectos y desafectos, de lugares y personas, de quienes fuimos y ya no somos, de quienes soñamos llegar a ser y se quedó en un sueño incumplido.
Los personajes de esta colección de cuentos, con un tiempo narrativo lineal y sin artificios narrativos, quizás no leyeron nunca a Heidegger, pero si notan en sus propias vidas la lejanía cercana, valga la paradoja, en la que todos vivimos inmersos en una sociedad desquiciada por las prisas, los afanes, los encuentros y desencuentros en los que siempre prima la sensación de que todo, y todos, está muy cerca, pero a la vez lejos, muy lejos, tanto como la distancia que existe entre el deseo y la realidad, la soledad y la compañía, el amor y la indiferencia, sobre todo la indiferencia de unos hacia otros, aunque esté velada siempre de una aparente actitud solícita que no puede nunca atravesar la inmensa distancia que separa y aísla a cada vida.
María Zambrano, Obras Completas
María Zambrano Obras Completas III Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores Barcelona, 2012 (1536 pp., 35 Euros)
Obras Completas III
Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores
Barcelona, 2012 (1536 pp., 35 Euros)
María Zambrano, Primer tomo de sus Obras Completas
Julia Sáez-Angulo
El editor Joan Tarrida hizo la presentación del ambicioso proyecto de Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores, publicar seis tomos con las Obras Completas de la filósofa María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904 –Madrid, 1991). Se comienza por el tomo III porque es el núcleo de su obra dispersa y no siempre bien editada. El proyecto cuenta con la colaboración de Cultura y la Junta de Andalucía. El próximo tomo será el VI con los Escritos Autobiógráficos.
El tomo III abarca los títulos “El hombre y lo divino”, “Persona y democracia”; “La España de Galdós”, España, sueño y verdad”; Los sueños y el tiempo”, “El sueño creador y la tumba de Antígona”. La edición está dirigida por Jesús Moreno Sanz, con la colaboración de Sebastián Fenoy Gutiérrez, María Luisa Maillard García, Fernando Muñoz Vitoria y Virginia Trueba Mira.
La presentación del III tomo de las O.C. de María Zambrano contó con una nutrida presentación, desde el alcalde de Vélez-Málaga y presidente del patronato de la Fundación María Zambrano sita en la ciudad natal de la escritora, que habló del rico legado de Zambrano, propiedad de la Fundación que preside, de la denominación de la estación del AVE con el nombre de la filósofa y de los proyectos de creación de un premio con ese nombre para una institución que promocione la igualdad de las personas. También citó la creación de una futura “Ciudad del Pensamiento”.
Javier Gomá, ensayista, elogió el plan de las O.C. de Zambrano y lo parangonó con el de las O.C. llevadas a cabo sobre Manuel Azaña o José Ortega y Gasset. “Hay mucha filosofía en esta edición de las O.C de Zambrano, clave para lectores e investigadores”, subrayó, al igual del hecho que se tratara de una mujer gran pensadora.
Agustín Andreu calificó de “descomunal y quijotesco” el proyecto dirigido por Jesús Moreno sobre su “dulcinea” María Zambrano, una mujer que “no temblaba ante los hombres ni siquiera ante el maestro Ortega y Gasset”, declaró.
Pedro Cerezo subrayó que el proyecto asumiría la totalidad e integridad del pensamiento de Zambrano. Señaló que sus escritos tienen las “cicatrices de una vida trágica y dispersa por revistas y ciudades en las que residió”, por lo que se requería la “mano piadosa” que los recuperase de manera prístina, algo que ha hecho la Fundación bajo la dirección de Jesús Moreno, que ha llevado a cabo un verdadero rescate”.
Jesús Moreno, director de las O.C. recalcó lo “costoso” que ha sido poner en marcha el proyecto y la “razón nuclear del III tomo en la obra de Zambrano” por su título “El hombre y lo divino”. Destacó la cantidad de documentos y manuscritos que salvó pese a su vida dispersa y la relación de la filósofa y Cela. Al igual que Nietzsche, María Zambrano concebía un libro cada día, lo que la podía dispersar en extremo. Además es una escritora a la que no le gustaba corregir lo escrito; para ella era una tortura.
Una persona espiritual que rezaba al Espíritu Santo
“No todo gustará de María Zambrano a los que gustan de María Zambrano, porque era una persona espiritual”, señaló Moreno. En la obra de Zambrano “hay tragedia, mística y filosofía”. Su espiritualidad le lleva a declarar que reza todos los días, sobre todo al Espíritu Santo (se refería, sin duda, a los lectores o pensadores, fundamentalistas laicos, que desconocen la Antropología).
Fernando Muñoz ha sido el colaborador atento a la dispersión de los libros sobre los sueños que escribiera María Zambrano, alguno de ellos considerado como póstumo, si bien fue escrito en los años 50. Destacó la forma espiral de su pensamiento. “La tumba de Antígona” (1954) es claro ejemplo de la mala recepción de la obra de Zambrano por los lectores y que las O. C. va a poner en claro.
María Luisa Maillard dijo que las O. C de Zambrano se había abordado desde el corazón o lo que es lo mismo desde la admiración por el pensamiento de la autora. Como los otros intervinientes destacó los problemas de fijación de texto.
El canon de la novela, Harold Bloom
El canon de la novela Harold Bloom, Novelas y novelistas Traducción de Eduardo Berti Editorial Páginas de Espuma Madrid, 2011 (878 pags.)
Harold Bloom, Novelas y novelistas
Traducción de Eduardo Berti
Editorial Páginas de Espuma
Madrid, 2011 (878 pags.)
Harold Bloom, solo dos narradores en español en el canon personal sobre novelas y novelistas
Julia Sáez-Angulo
Considerado una autoridad en la crítica y ensayo literarios, el norteamericano Harold Bloom, catedrático de Humanidades en la Universidad de Yale, ha establecido un nuevo canon en la novela, como antes lo hiciera en la literatura universal y en la Poesía, generando siempre cierta polémica.“Harold Bloom, Novelas y novelistas. El canon de la novela” ha sido editado por Páginas de Espuma.
El escritor Francisco Umbral decía que todo crítico es subjetivamente injusto, aserto no descabellado que bien pudiera aplicarse a Bloom, que mira y enfoca con mentalidad anglosajona. En la introducción Bloom nos recuerda que “la novela empezó como la hija ingrata del romance en prosa, pero el romance novelístico está vengándose en la actualidad con la supuesta muerte de la novela y con el nacimiento (bajo extraños aspectos) de la picaresca”.
Pocos autores extrae Bloom de la literatura en español, si biren a Cervantes lo pondera y muestra como cabeza de fila. “Cervantes se burló del romance y exorcizó sus formas en el Quijote, pero desde Mark Twain hasta hoy la influencia de Cervantes ha invertido su dirección por medio de la parodia y la fantasmagoría, como la encarnada en el Caballero de la Triste Figura, hasta superar al realismo y al naturalismo dominantes”, añade Bloom.
Leyendo su lista de elegidos, Bloom parece decantarse por un cierto popurrí de nombres de diversas literaturas, dentro del gran lecho anglosajón. Cita a Cervantes y Gabriel García Márquez como únicos en español,; Saramago en portugués; Honoré de Balzac, GustaveFlauvert, Emile Zola; Albert Camus y André Malraux en francés; Dostoievski y Leon Tolstoi en ruso ( a Vladimir Nabokov en inglés americano)…
El grueso está compuesto por novelistas ingleses, norteamericanos, sudafricanos… Entre los nombres: Paul Auster; Toni Morrison; Philip Toth; Anthony Burgess; John Steimbeck; James Joyce; Henri James; Thomas Pynchon…
El capítulo de mujeres es reducido: Charlotte Brontë; Virginia Woolf; Ursula L. Le Guin; Iris Murdoch; Amy Tan; Kate Chopin…
En suma, 57 novelistas y cien novelas son el grueso de la elección de Bloom con el añadido de algunos ensayos de James Baldwin y de una pieza teatral de Oliver Goldsmith. “Obras de estructura colosal, como el “Ulises” de Joyce o la vasta narrativa de Proust, han sido excluidas y destinadas al volumen consagrado a la épica. Lo mismo ha ocurrido, en forma inevitable, con “Moby Dick” de Meleville” explica el autor de este libro interesante y discutible.
“Filosophari”
Filosophari La furia y la armonía Poesía Carmen Bermúdez Melero Ediciones Vitrubio Colección Baños del Carmen, Nº 289 Madrid, 2011 (44 páginas)
Filosophari
La furia y la armonía
Poesía
Carmen Bermúdez Melero
Ediciones Vitrubio
Colección Baños del Carmen, Nº 289
Madrid, 2011 (44 páginas)
Carmen Bermúdez publica el poemario “Filosophari. La furia y la armonía”
Julia Sáez-Angulo
La poetisa, pintora y crítica de arte Carmen Bermúdez Melero (Jaén, 1940), residente en Madrid desde 1979, ha publicado su libro “Filosophari. La furia y la armonía” en el rincón de Don Antonio del Café Comercial de Madrid, en la glorieta de Bilbao.
María José Pérez Grange ofició la ceremonia de la presentación en un acto que estuvo muy concurrido y en el que no faltaron el poeta Antonio Hernandezó Tomás Paredes, también poeta y presidente de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte, AMCA, quien ha escrito sobre la autora:
“Filospfhâri” huele a naturaleza, a campo; en sus poemas se desata un ritmo que nos impregna de música; sueños, ensoñaciones, imaginación y fantasía cabe una lisura campechana del decir. Sin dejar de ser profundo es sencillo, sin renunciar a la dureza es se-da; sin levantar la voz, canta con los pájaros que vuelven. Y nostalgia, hay melancolía, soledad, dolor, y un son de despedida. “Fue ciego el corazón creyendo/ que siempre vol -verían las primaveras”.
Treinta y dos poemas donde la autora reflexiona sobre la vida, su sorpresa y su sentido, en definitiva filosofa en el sentido de preguntarse por las cuestiones más arduas y esenciales del vivir y el existir, la ansiedad, el deseo, la esperanza...
“¿Por qué no puede un deseo remover el mundo”, se pregunta en uno de sus poemas. “Ruge la noche en el ánfora del tiempo,/ rugen los deseos removiendo las pupilas,/ los abismos, los vacíos, los espacios; un azar exigente, cruel, trazó el camino; la vida se llenó de errores rompiendo la armonía…”
El poemario “Filosophari” termina con el poema titulado “Mi legado”: “Os dejo tanto inacabado, tanto…, / porque he vivido soñando distraída/ y me faltó llegar a todos los planetas”.
“Que no conste en acta”
“Que no conste en acta” Dibujos en el pleno de la Academia Editorial Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Madrid (113 pags)
“Que no conste en acta”
Dibujos en el pleno de la Academia
Editorial Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Madrid (113 pags)
Dibujos de los académicos en el Pleno de sesiones de San Fernando
Julia Sáez-Angulo
El pintor francés Odilón Redon decía que todo papel en blanco le inquietaba, porque le impelía a dotarlo de un dibujo, definido por algunos como “una pintura sin color”. Algunos miembros de la Real Academia de bellas Artes de San Fernando deben de pensar lomismo cuando se dedican a dibujar en el papel blanco o de periódico que tienen ante sí, durante los plenos de la Academia.
La periodista Pura Ramos (¡cómo la echamos de menos sus colegas), que estuvo al frente del gabinete de prensa de la docta institución pensó que sería buena idea coleccionar esos dibujos libres, ideas automáticas o germinales que salían de la mente y la mano de los artistas allí presentes. De ahí a su publicación sólo hubo un paso.
Entre los dibujantes académicos ilustres que dejaron esa huella mientras escuchaban o hablaban, como sucede a otros mientras hablan o escuchan al teléfono, se encuentran: Manuel Alcorlo, Fernando Chueca Goitia, José Luis Picardo, Joaquín Vaquero Turcios, Rafael Manzano, Miguel de Oriol e Ibarra, Joaquín Garcñia Donaire, Antonio Fernández de Alba, Venancio Blanco, José Luis Álvarez, Antonio Baso Andreu, Antonio Bonet Correa, Luis Feito, Rafael de la Hoz, Ángel del Campo y Francés, José Antonio Mesa, Jordi Teixidor y Joaquín Soriano.
Ninguna mujer, porque pocas académicas hay en la institución y mucho menos artistas plásticas. Una cuestión pendiente para la Academia de San Fernando, que debiera conocer las estadísticas que cantasobre la situación en cuanto a académicas, premios nacionales, número de mujeres en los museos clásicos y contemporáneos… Cuando se conocen, una se sienterealmente segundo sexo en la sociedad de la cultura.
Son cuartillas “muy curiosas. Han servido de soportes a dibujos que reflejaban el asunto de que se estaba tratando o a caricaturas de los compañeros o a la preocupación o alegría que les recorría el ánimo”, explica M Pura Ramos en la introducción al libro.
José Luis Borau, académico de San Fernando, también escribe en la entrada del libro y reflexiona: “¿En que piensa un hombre cuando escucha si es que escucha? ¿Qué dibuja mientras piensa, tanto escuche como no? ¿En qué piensa cuando dibuja? ¿ O qué dibuja sin pensar en lo que oye, ni en lo que dibuja?
Obras de Chagall
Chagall, en el Museo Thyssen-Bornemisza
Chagall
Comisario Jean-Louis Prat
Museo Thyssen-Bornemisza
Madrid
Del 14 de febrero la 20 de mayo de 2012
Marc Chagall, un pintor ruso, francés y judío que ilustró la tradición y la Biblia
Julia Sáez-Angulo
Pintor narrativo y fantasioso hasta la saciedad, Marc Chagall(Vitebsk, 1887 – Saint Paulde Vence, 1885) es objeto de una amplia exposición monográfica y retrospectiva –la primera en España- en el Museo Thyssen-Bornemisza y en la Fundación Caja Madrid. Chagall ha sido calificado como “El poeta con alas de pintor”. El padre del surrealismo, André Bretón, dijo: “Con él, la metáfora se hizo triunfante en la pintura moderna”
Se puede contemplar un total de 169 obras, que muestran pintura, escultura, cerámica y obra gráfica de un autor que también hizo vidrieras, y que ilustró la Biblia en ambos campos, vetero y neo-testamentario, además de las fábulas de Lafontaineo el circo, entre otros temas.
Chagall es un pintor sobre el que cierta crítica le aplicó el sambenito de “gran ilustrador”, restando así méritos a su pintura.Artista literario y narrativo, en la mayor parte de su obra prescindió de la realidad como modelo, para hacer de ella un referente sobre el que aplicaba su libertad y fantasía.
Artista francés nacido en Bielorrusia y fagocitado por el panhebraismo de Israel, dada su condición de judío, Chagall ha manifestado en su obra elementos de los tres países a que se hace referencia, según explica Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen.
Chagall no olvida sus raíces y la representación o alusión a sus raíces y en especial a su pueblo natal, Vitebsk, es continua en sus cuadros. No olvidemos que Vitebsk era una localidad que tenía setenta mil habitantes, la mitad de ellos judíos. Allí se crío entre su comunidad judía y viendo animalescontinaumente, sobre todo cabras y vacas que aparecen profusamente en su pintura a lo largo del tiempo.
Puede afirmarse que Chagall fue siempre fiel a su Rusia natal de la que tomó el color de los iconos o los textiles étnicos, así como los temas de sus leyendas, particularmente de la comunidad judía.
Las vanguardias francesas lo asombraron, cuando viajó a París en 1911 y tomó buena cuenta de ellas en los cuadros de su primera época, presente en el Museo Thyssen. En 1922 abandonó Rusia para siempre y, tras una corta temporada en Berlín, se instaló en Francia.
El éxito del pintor se catapultó con el marchante George Berhein, que movió su obra. La comunidad judía de Francia, Estados Unidos e Israel lo apoyaron mucho. El pintor recibió importantes encargos del último país citado. Francia le encargó las nuevas pinturas de la Ópera de Granieren París y el boceto se muestra en la Fundación Caja Madrid.
La exposición resulta a veces demasiado monocorde temáticamente, como si el comisario no hubiera querido buscar la diversidad iconográfica sino su vocabulario icónico. La pareja de novios, las bodas, la doble faz, los ramos de flores, las cabras o bueyes cornudos –algunos como figuras tiernas y otros, de aquelarre- se repiten en exceso. Cierto que todo gran artista suele ser espléndidamente monótono, pero quizás no le favorezca una exposición tan extensa como la actual y hubiera bastado un solo edificio de los dos que exponen.
Destacan algunos cuadros singulares como “La habitación amarilla” (1911), que trae a la memoria la de Van Gohg; “El violinista” (1912 -1913), “Soledad” (1933), “Los tejados rojos” (1953) cuadro del CengroPompidou; “La Guerra” (1964 – 66); “La casa azul” o “El muro de las lamentaciones”, que crea un espacio singular con un trazo casi naif. “El título del cuadro “Entre perro y lobo” podría estar mal traducido de la expresión francesa “Entre chien et loup” , que significa “Entre dos luces”, tal y como señala la escena del cuadro.
En suma, una exposición para disfrutar de un artista que cuenta historias con gran sentido del trazo y el color –incluido el negro-; que logró un propio lenguaje y que atraerá público, como se desea con este tipo de muestras en el Museo Thyssen.
Gloria Vázquez, Éxito de su pintura en Japón
Julia Sáez-Angulo
La pintura de la artista Gloria Vázquez Paul (Madrid, 1944) tiene una gran acogida en Japón, país en el que ella expone desde hace dos décadas. La fidelidad de su marchante y las galerías a la obra de esta pintora es exponente del éxito de su arte en el país nipón.
Con motivo del último terremoto y tsunami en 2011 en Tonohu, localidad situada las costas de Pacífico, se produjo cierta interrupción con el mercado artístico entre Japón yEuropa, pero las cosas volvieron a reanudarse, por lo que Gloria Vázquez goza de nuevo del reconocimiento japonés.
Formada en la Academia Peña y en el Estudio del peruano Leovigildo Cristóbal Valverde, radicado en Madrid, Gloria Vázquez confiesa su predilección por la pintura de artistas como Nicolás de Stäel, Esteban Vicente, Cirilo Martínez Novillo…, con los que siente una afinidad espiritual y plástica.
La pintora madrileña, que utiliza fundamentalmente el óleo como pigmento, con algunas incursiones en el acrílico, ha obtenido numerosos premios y medallas a lo largo de su trayectoria artística, que se inició muy pronto pero que comenzó a exponer en los 80. Entre los galardones recibidos, la medalla del BMW (1996); la de Puerto Banús; el primer premioFermín Santos2004, en Sigüenza; el Ciudad de Quintanar, 1997 y varios salones de Otoño en Madrid.
Una buena colección de dibujos
El comienzo de la pintora, como tantos otros, fue figurativo, pero paulatinamente la autora fue deshaciendo las formas para dejarlas en esencia de evocaciones, de luces o sombras, que juegan con fondos azules, ocres, rojos o malvas. No hay que olvidar que la pintora guarda una buena colección de dibujos de su primera época, que hablan de la disciplina de Vázquez para el género de la línea.
“Soñando en azules” (150 x 150 cm.) es el título de unos de su cuadros de gran formato, que expuso recientemente en México y que define una de las características y apuestas de su obra. Los azules han dado color a muchos de sus cuadros –casi monocromos- en los que, a modo de nocturnos, envolvían las formas de alacenas, mesas, veladores o puertas. Posteriormente, las gamas calientes de los ocres han dado representación y luces a numerosas piezas de su creatividad. Últimamente ha retado a los rojos.
“Curiosamente comencé con el paisaje porque me atraía mucho más que el bodegón, pero poco a poco me encontré muy a gusto en este último género”, explica Gloria Vázquez. Sus bodegones frutales con peras, higos o manzanas…, de formas, más insinuadas que perfiladas, constituyen un rico repertorio iconográfico de la autora. La figura humana también figura en sus lienzos.
A Vázquez le gusta investigar con materiales y recientemente está incorporando el collage a su pintura, de manera gradual y sutil, al pegar textiles o fragmentos de su antigua figuración sobre grandes cuadros abstractos, creando una tensión plástica muy interesante. Su alfabeto propio de formas abiertas e indefinidas dotan a su abstracción de una gran belleza plástica.
Anteriormente, Gloria Vázquez experimentó con los brillos intensos y envolventes del barniz y las resinas sobre los cuadros, de manera que las figuras o las formas quedaran fundidas de modo singular. “Fue una etapa en la que indagué mucho, pero cuando logré dominarla la dejé. Necesito explorar nuevos territorios”, declara la pintora, que también juega en ocasiones con el fondo limpio del soporte para hacerlo competir con el pigmento.
Mercedes Ballesteros y Pablo Reviriego
Mercedes Ballesteros y Pablo Reviriego, Dos Proyectos de Arte en Ávila
Julia Sáez-Angulo
Después de preparar un carnaval artístico en el gran taller de estudio, trabajo y cursos de acuarela, collage y pintura, Mercedes Ballesteros (Noblejas, Toledo, 1955) y Pablo Reviriego(Santa María de Berrocal. Ávila, 1948), retoman su trabajo con proyectos inminentes como la exposición “Veinte pintores unidos por la acuarela” en el abulense Palacio de los Guzmanes, comisariada por Reviriego y la exposición retrospectiva de 30 años de trayectoria artística de Ballesteros en las Salas de Exposiciones de la Diputación de Ávila. Pablo Reviriego, imparte actualmente clases de acuarela en su estudio.
“Veinte pintores unidos por la acuarela”, exposición itinerante por diversas ciudades españolas, cuenta con nombres de buenos acuarelistas como Isabel Alosete, Mercedes Ballesteros, Francisco Bertrán, José Bielsa, Lola Catalá, Antonio de Ávila, Magdalena España, Blas Ferreras, Francisco Jiménez Castro, Jesús Lozano Saorín, José A. Marticorena, Francisco Recuero, Miguel Recuero, Lucio Sobrino, Olegario Úbeda, M Carmen Vera Vallejo, José Ismer y José Zorita y doña Ana de Orleáns, duquesa de Calabria, acuarelista de honor.
Se sabe que su historia está unida fundamentalmente al papel y que constituye uno de los medios artísticos y expresivos más antiguos. La acuarela, esa sutil manera de pintar al agua, tiene tras de sí una tradición sólida de grandes escuelas, nombres y maestros. También se sabe que es un arte de precisión, porque en ella hay que dominar de entrada soporte y materia, ya que no caben arrepentimientos como en otros géneros pictóricos.
Algunos quieren ver la arqueología de la acuarela en los frescos, ya que los colores se aplicaban al yeso húmedo sin posibilidad alguna de rectificación. Sin ir tan lejos, cabe recordar las hermosas miniaturas medievales para llegar al gran maestro alemán Alberto Durero (1471 -1528), bajo cuya influencia se creó la primera escuela europea de acuarelas.
Despliegue de la Acuarela
El siglo XVIII fue el del gran despliegue de la acuarela por la manufactura del papel y perfeccionamiento de los pigmentos. Los exploradores viajeros de ese siglo trajeron bellísimas láminas de botánica, animalística y paisajes exóticos a la vieja Europa que se creía el ombligo del mundo.
Pero iban a ser los nombres de Jean Honoré Fragonard (1732 -1806), en Francia, y Joseph William Mallord Turner (1775 – 1851), en Inglaterra, los que darían el do de pecho en el arte de la acuarela y lo encumbrarían al prestigio que hoy tiene. Más adelante, en el siglo XIX y el pasado XX, artistas norteamericanos como John LaFarge, Thomas Eakins, John Singer Sargent, Whistler, consiguieron un dominio asombroso de efectos en transparencias, reflejos, luminosidad. También las vanguardias históricas de París, a primeros del siglo pasado, utilizaron la acuarela como técnica pictórica de muchas de sus obras.
Comienzan a fundarse asociaciones de acuarelistas en distintos países: la British Society of Painters in Watercolours, en 1804; la American Society of Painters in Watercolours, en 1866... En la familia real inglesa, el príncipe Carlos destaca hoy como notable acuarelista. Son numerosas las mujeres inglesas del XIX que han dejado magníficas acuarelas, -algunas en el anonimato-, y que hoy puede adquirirse a buen precio en las galerías de arte y subastas. La acuarela es una técnica que permite la intimidad del taller sin contaminación alguna, de igual manera que se explaya al aire libre. Algunos críticos de arte han llegado a afirmar que el impresionismo, la pintura plain air por excelencia, no es otra cosa que el óleo acuarelado.
Agrupación Española de Acuarelistas desde 1945
En España se crea la primera Sociedad de Acuarelistas en 1866 pero no cuajó tan pronto y dio lugar a sucesivos y meritorios intentos de afianzarla, hasta que en 1945 llegó la definitiva fundación de la Agrupación Española de Acuarelistas (A.E.D.A), que ha registrado nombres señeros. La revista Acuarelia da cuenta periódica de sus actividades.
Los pintores españoles que han dejado en su haber notables y sobresalientes acuarelas para la Historia del Arte, van desde Mariano FortunyMarsal a Eduardo Rosales, pasando por R. de Madrazo, Ferrant, Agrassot, Casado del Alisal, Plácido Francés, Moragas, José Tapiro... Y mas cercanos a nuestros días, célebres intérpretes como Francisco Esteve Botey -catedrático de la Escuela Superior de Bellas Artes y alma de los primeros tiempos de AEDA-; José Prados López, José Valenciano, María Mira, Ceferino Olive Cabré, Ángel del Campo, Manolo Lamadrid, Julio Quesada Guilabert, Vicente Pastor Calpena, Rafael Sempere, Pedro VillarroigAparici, Ismael de Osma o Rafael Requena, con museo monográfico en Caudete – pueblo de otro acuarelista histórico, Cosme Algarra.
De los artistas españoles activos se podría dar una nutrida nómina de buenos maestros, pero baste por hoy los nombres aquí presentes, aunque no puedan estar, por cuestiones de espacio, todos los que son.
Recientemente, en marzo de 2009, en la Casa de la Moneda en Madrid, se celebró la I Bienal Iberoamericana de la Acuarela, comisariada por Pablo Reviriego –siendo presidente de la Agrupación, Jaime Galdeano-, en la que se pudo contemplar lo mejor de la creación en este campo. Ese mismo año tuvo lugar el Simposium Europeo de Acuarela, XI exposición internacional en Segovia durante el mes de junio. En ambos eventos –hitos importantes pudieron contemplarse acuarelas de muy distinto signo y factura: abiertas a grandes manchas de color o perfiladas en líneas, a modo de dibujos. Un estilo u otro, poco importa, lo que cuenta es el resultado final artístico.
Dominio del concepto y ejecución
Del buen acuarelista se espera dominio del concepto y ejecución, sentido de la transparencia del color, luminosidad y reflejos en acertados contrastes cromáticos, equilibrio compositivo, agilidad de resolución, espíritu sensible, fuerza expresiva, sutileza en la aplicación de la pintura al agua... Hoy podemos contemplar acuarelas de gran formato, algo impensable en períodos anteriores, junto a excelentes dibujos o ilustraciones de tamaño más contenido y similar valor artístico. La acuarela no es cuestión de formato sino de maestría y poética. En suma, de arte.
A finales de 2010 se inauguró en Madrid el Museo ABC del Dibujo y la Ilustración, donde se muestran y conservan numerosas acuarelas de autores españoles que han colaborado con el insigne rotativo. Un museo especializado en su género que bien merece una visita para contemplar acuarelas de Rafael Baldrich, Salvador Bartolozzi, Emilio Ferrer, Enrique Ochoa, Rafael de Penagos, Esplandiu, Sáenz de Tejada, Máximo Ramos, Eduardo Vicente, Francisco Sancha y tantos otros.
La acuarela tiene tras de sí una fecunda historia, pero tiene aun camino muy esperanzado por recorrer. La veintena de artistas, que se presentan en este catálogo “unidos por la acuarela”, son una clara muestra de buen saber hacer. Se cuenta en esta ocasión con S.A.R. Anned´Orleans, Duquesa de Calabria, que declaró en su día la gran afición de su familia a la pintura y en particular a la acuarela ya que, desde muy niños, los Orleáns han contado con preceptores de esta especialidad.
Dibujos de Ricardo Mauler
Ricardo Mauler, Dibujo desde el lado derecho del cerebro
Julia Sáez-Angulo
Ricardo MaulerGruber (OuroPreto, Minas Gerais. Brasil, 1057), profesor de dibujo, ha introducido en España el método del dibujo inteligente desde el hemisferio derecho del cerebro, ideado por la norteamericana Betty Edwards.
Con este método, se consigue que una persona de cualquier edad aprenda a dibujar en sólo unos cuatro meses, ante el asombro de sí mismo, quizás escéptico en sus comienzos.
“Tengo alumnos de ochenta años que desconfiaban de obtener unos prontos logros satisfactorios y en sólo cinco o seis meses pueden ver con asombro su progreso”, explica Ricardo Mauler.
Para el profesor brasileño, la explicación radica en que la enseñanza de Occidente utiliza sobre todo el hemisferio izquierdo del cerebro, que es el lógico, en la creencia de que es más útil e importante para los ciudadanos y aparcan en exceso el desarrollo del hemisferio derecho, el de las artes, que ayuda con creces a la creatividad de los hombres.
Ricardo Mauler, amante del Museo del Prado, ha expuesto entre otros sitios en la Casa del Brasil de Madrid y ha impartido cursos en diversos colegios profesionales como el de Ingenieros o entre los Médicos, para ayudarles en su destreza a la hora de realizar dibujos anatómicos o histológicos.
La práctica del dibujo es también una gran terapia, por lo que el profesor Mauler ha enseñado a personas deprimidas con resultados óptimos. El arte es siempre el gran lenitivo de la vida.El dibujo es la idea germinal de la forma, la esencia de lo que absorben las retinas.
Entre los dibujos realizados por Ricardo MaulerGruber destacan los retratos de cabezas de personajes como la soberbia de John Lennon, que se encuentra en la colección del Doctor Calvo en Madrid, la de Luwing van Beethoven o del escritor brasileño Aeitor Villalobos. El profesor de dibujo prepara una cabeza del poeta chileno Pablo Neruda para la Biblioteca Nacional de España.
Artista creativo, Ricardo MaulerGruber, es también un excelente tenor, está casado con la soprano madrileña Carolina Calvo y es hermano de la soprano MaristelaGruber.
Más información
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