Ediición nº 19 -Abril/Junio de 2012
Paul Auster presenta Diario de invierno
por Ana Alejandre
Paul Auster, a sus 65 años, es uno de los novelistas más aclamados por la crítica y el público tanto americano como europeo y ha venido a Barcelona en el pasado mes de febrero para presentar su último libro Diario de invierno (Anagrama) en el que reflexiona a través de sus recuerdos sobre lo que significa haber llegado a esta edad viviendo dentro de su piel. “Hacer este libro me ha permitido comprender que hay un empate entre las cosas buenas y malas”, afirmó durante la presentación de dicha obra que fue, como era de esperar, muy concurrida.
Sobre esta obra presentada el propio Auster afirma que “El lector se puede identificar y descubrir conmigo el misterio de estar vivo” y continuó diciendo: “Supongo que tengo este impulso autobiográfico en mí, aunque no tengo ningún interés en mí mismo: mi vida no es más interesante que la del resto de la gente, pero me utilizo a mí mismo como ejemplo de la humanidad, como quien observa una rata en un laboratorio. Si explico mis experiencias, el lector se puede identificar y descubrir conmigo algunos de los misterios de lo que significa estar vivo”. La obra es como un recorrido hecho por su autor y tomando como punto de partida y llegada su propio cuerpo y todo aquello que conforma su vida, pero sin relación con su obra literaria y actividades profesionales. Es el diario vital de un ser humano que se observa y analiza como tal, al margen de su faceta y quehacer literario.
Esta obra prosigue la línea marcada en La invención de la soledad y A salto de mata, pero añade un nuevo ángulo de visión más acusado sobre la propia biografía del autor. Por ejemplo, a través de Diario de invierno se puede llegar a conocer facetas y circunstancias vitales de Auster como puede ser que renunció a conducir desde que tuvo un grave accidente en Brooklyn; además nos ofrece una detallada relación de sus enfermedades y de todos los sitios donde ha vivido en sus todos sus años de vida. También encontramos en esta obra su época parisina buscando compañía femenina o en la siempre intensa relación que mantuvo con su madre.
La mejor definición que nos podemos encontrar de Diario de invierno es la del propio Auster cuando afirma: "Es un viaje interior, no una cuestión de lo que he hecho o he escrito; es una historia interior de una lucha, con su felicidad y su tristeza”,
En esta obra afirma tener una herida aún no cicatrizada y a la que culpa de ser el motivo principal de haber llenado páginas de forma incansable durante tantas décadas. Al referirse a esa cuestión dice tajante “Uno puede estar herido, pero la escritura no sirve para curar esta herida”,
T ambién aprovechó su estancia en Barcelona para hablar sobre la polémica suscitada con el primer ministro turco Recep Tavvip Erdogan, por la negativa de Auster a viajar a Turquía mientras existan intelectuales y periodistas presos en dicho país: Terminó afirmando sobre dicha situación turca: “Todos los países del mundo tienen problemas, y todos trabajamos duro para mejorar nuestras sociedades, y una de las maneras es dejar que la gente se exprese libremente. Sigo pensando que no ir es una forma de protestar por sus políticas”.
Paul Auster es autor de una treintena de títulos, todos ellas conocidos y aclamados en España, país en el que ha cosechado siempre un gran éxito de crítica y lectores.
Nació en Newark (Nueva Jersey) en 1947 y cursó estudios en la Universidad de Columbia. Trabajó en un petrolero durante un año y posteriormente se instaló en Paris durante cuatro años. En 1974 regresó a Nueva York, dando comienzo entonces a su carrera literaria escribiendo poesía y ensayo en las revistas New York Review of Books y Harper’s Saturday Review y, a partir de 1985 hasta 1987 publicó una serie novelesca que fue aclamada por la crítica con el título de La trilogía de Nuevas York que comprendía los títulos La ciudad de cristal, Fantasma , y La habitación cerrada. Otros títulos posteriores fueron El país de las últimas cosas (1988), El palacio de la luna (1989) y La música del azar (1991), esta última novela inspiró la película del director Philip Haas, en 1993. Otras obras son Leviatán (1992), Mr. Vértigo (1994), El cuaderno rojo (1995) y Tomboctú (1999).
También ha colaborado con el mundo cinematográfico, ya que participó en el guión de la película Smoke, del director Wayne Wang, que estaba basada en relatos suyos. También escribió el guión y dirigió la película Lulú en el puente (1988).
Ha escrito dos autobiografías: La invención de la soledad (1982) y A salto de mata: crónica de un fracaso precoz (1997), a las que se ha hecho mención anteriormente. Es autor de un libro de poemas y ensayos Cimientos (1990) y es editor de Creía que mi padre era Dios (2001) que es una colección de 180 relatos que narran historias reales, enviados por los oyentes de un programa de radio en el que el propio Auster animaba a participar.
Sus obras posteriores son El libro de las ilusiones (2002) y La noche del oráculo (2003)
Se le considera un innovador de la novela en EE.UU., ya que su obra es una mezcla que subyuga por su originalidad de elementos fantásticos, realistas, cotidianos e insólitos que atrapa al lector en el fascinante universo austeriano.
Diario de invierno es su última obra y la que más habla y retrata al autor en su dimensión humana, física, y psicológica, que deja de ser en ella escritor para ser simplemente una persona más que vive una existencia normal, como la de todos los seres humanos, a merced del transcurso del tiempo, de las desilusiones, de los fracasos, pero también experimentando el innegable gozo de estar vivo.