Ediición nº 15 - Abril/Junio de 2011

La ofrenda, nueva novela deAna Alejandre.

Riña de gatos, Eduardo Mendoza

Riña de gatos Eduardo Mendoza Editorial: Planeta 432 páginas. 21,50 euros.

Riña de gatos
Eduardo Mendoza
Editorial: Planeta
432 páginas. 21,50 euros.


por Ana Alejandre


Esta novela, como otras del mismo autor, transcurre en plena guerra civil española, país y contienda en los que se ve inmerso su protagonista, Anthoni Thitelands, especialista en arte español, quien llega a Madrid con el encargo de tasar la colección artística del duque de Igualada, aristócrata que precisa urgentemente cierta liquidez para poder huir de la guerra y sus funestas consecuencias.

En el transcurso de su peritaje artístico descubre un Velázquez que no estaba catalogado y un bello desnudo que, posiblemente, fue realizado a la misma modelo de La Venus del espejo, la célebre obra velazqueña.

Además, esta nueva novela de Mendoza no es sólo una obra de intriga, o una crónica histórica, una reflexión sobre la guerra, ni siquiera el retrato certero de una ciudad en una época determinada, sino que es eso y mucho más, porque el resultado final de la conjunción de todos esos elementos para conseguir el resultado final de una novela narrada con un estilo magistral, con un ritmo narrativo que va creciendo a medida que va discurriendo la acción, con esos guiños narrativos a los que nos tiene acostumbrado y que despiertan y mantienen el interés del lector, mostrando en cada momento el suspense, la tensión de una ciudad que se prepara para la guerra y esa situación prebelicista obligara a los protagonista de la obra a mantener un constante y creciente tensión, envolviéndolos en una incesante vorágine.

Por el hecho de que el protagonista sea un extranjero, además experto en arte pictórico español, nos ofrece la visión que desde la mentalidad de quien no es del país y por eso parece diseccionar la realidad desde su doble condición de inglés, con la flema propia de la idiosincrasia de los nacionales de ese país, más su mirada lúcida y desapasionado de quien no está involucrado en los hechos trágicos de aquellos primeros meses de 1936, nos ofrece una visión completa del ambiente abigarrado, tenso y crispado de un Madrid que ofrece a la vista del extranjero un apasionado viaje por sus callejas, sus paseos, palacios, cafés y tugurios en los que se va dibujando la imagen de la sociedad española en plena ebullición política y social, con el temor prendido de la Guerra que se les avecina en un lucha fratricida.

En ese ambiente de crispación, miedo y exaltación política, Whitelands se queda voluntariamente, porque siente una fascinación irresistible por el país, en general, y por dos españoles en particular: Velázquez, el genial pintor, y José Antonio Primo de Rivera. Visita con asiduidad el Museo del Prado para deleitarse con las pinturas de Velázquez; y al político, fundador de la Falange, lo conoce en Madrid y tiene ocasión de tener trato con él, pudiendo así estudiarle en su proclamas políticas, observando la personalidad magnética, en muchos puntos contradictoria y su talante cuasi romántico que le propicia tener una amplia influencia en determinados sectores de la población.

En esta amalgama de crispación y exaltación política, en una sociedad fragmentada en dos, puede estudiar y vivir sensaciones que le van mostrando la realidad de la sociedad española que se encuentra representada en dos personajes distintos entre sí, y separados no por siglos que median entre uno y otro, sino porque ambos reflejan dos visiones del mundo distinta: la de Velázquez es la reflexión lúcida, a través del mensaje mágicamente bello del arte, sobre la futilidad de todo; y la de Primo de Rivera, el joven político, entusiasta en su idealismo falangista, pero con sus luces y sombras, que es una figura señera en el conflicto que acababa de comenzar y en el que tiene un gran protagonismo como ideólogo. A pesar de la diferencia abismal en la personalidad y el talento de cada uno de estas dos figuras que le fascinan al experto en arte, tienen en común lo mismo que todos los seres humanos, en general: la propia vulnerabilidad, la fragilidad y las contradicciones; y, en especial, la pasión para llevar a cabo su propia e individual labor en el arte, el primero, y a través de la política, el segundo. Han nacido ambos para llevar a cabo un misión que los mantendrá en el difícil equilibrio entre la obra soñada y lo realizada, entre el ideal –artístico o político- y la realidad que mata toda esperanza.

El autor de esta obra nos da otra lección más de consumada maestría al mezclar sabiamente estos elementos diferentes, pero no dando un tono trágico, como se pudiera esperar, sino que consigue dibujar un escenario en el que se puede encontrar el tono irónico con el que se dibuja una sociedad en la que se puede encontrar todo tipo de personajes:, vendedoras callejeras, tullidos, enanos, mujeres ataviadas con mantillas, y todo el variopinto conjunto de seres del más rancio sabor madrileño que deambulan con frescura, como si por el escenario de una zarzuela se tratara, lo que no resta un ápice de credibilidad, de gravedad de la situación descrita, pero sin dejar de usar la sátira, la ironía de la que este autor ya ha dado muchas muestras en obras anteriores. Y todo esto lo ha escrito un catalán que describe al Madrid de principios de la Guerra Civil, cuando aún no había sido castigada por los bombardeos, con sensibilidad, humor, ironía y sin caer en los tópicos habituales, dejando un retrato de una ciudad que siempre ha gozado de ser una ciudad abierta para todos y en la que todo es posible.





Marea de sangre José Luís Muñoz Erein Donostia, 2010

Marea de sangre
José Luís Muñoz
Erein
Donostia, 2010

por Ana Alejandre


En la trama argumental y su desarrollo, esta novela demuestra el largo oficio de su autor, un afamado y experto escritor del género negro, pues la obra transcurre con un pulso y ritmo narrativo que no deja ni un momento de atrapar al lector, envolviéndole en el suspense de la historia bien tramada y desarrollada, eliminando toda explicación innecesaria que impida el normal avance de la historia, con un ritmo que va creciendo a medida que la narración avanza.

El sargento Ortiz, de la Policía Municipal de Playa de Aro, se ve envuelto en un supuesto suicidio de una extranjera y va encontrando cabos sueltos que le llevan a un asunto turbio que afecta a muchas otras personas de su entorno.

La investigación que realiza le va sirviendo para colocar las piezas desordenadas de un puzle mortal y siniestro en el que se ven atrapadas muchas vidas de gente anónima, en una localidad costera desierta en el invierno, solo visitada por la Tramontana que enerva mentes y ánimos.

El erotismo envuelve la historia en escenas continuas en las que se entremezclan otras de cierta violencia, pero sin llegar nunca a traspasar ciertos límites, por lo que, a pesar de ser una novela del género policíaco o negro, no deja mal sabor de boca al lector por exceso de tremendismo que no siempre resulta soportable.

Los diálogos numerosos y bien dosificados van aportando datos esenciales al lector, sin que resulten necesarias las explicaciones en voz en off que suele acompañar a muchas novelas de éste y otros géneros y que es, sin duda, lo que esperan los lectores de este tipo de narrativa: acción continua, intriga sabiamente dosificada y una tensión permanente que facilita que el lector se implique emocionalmente en la novela y este acierto, José Luís Muños, lo consigue plenamente.

El propio autor explica, en el video que se expone en esta nueva edición, que la obra se la inspiró el hecho de haber presenciado la defenestración de una extranjera que vivía en un apartamento de Playa de Aro, próximo al apartamento del autor. Naturalmente, todo escritor va empapándose de la realidad en la que vive y se nutre para poder llevarla después al escenario narrativo de una obra literaria, sea cual fuere su género.

En este caso, ese hecho macabro le sugirió la trama de esta novela que ha desarrollado con acierto, basando las pesquisas de su protagonista en la investigación in situ, con evidente peligro para su integridad física, y las declaraciones de testigos, tan propias del género policíaco; pero con un sistema muy alejado de la fría asepsia basada en la simple deducción lógica de otros famosos personajes del género policíaco: Sherlock Holmes, Mrs. Marple, Poirot, etc.,. basada en simples testimonios y pruebas físicas, pero sin correr los riesgos inherentes y necesarios del policía que sigue su olfato como un perro de presa hasta que le lleva a los autores del hecho, con el peligro consiguiente.

Precisamente, la novela Mar de sangre ofrece uno de los alicientes que más gustan a los lectores: el protagonista, policía en esta ocasión, se inmiscuye en la vida de los sospechosos, creando una tensión permanente y basada no solamente en el descubrimiento de los hilos de la trama criminal, sino también, y en mayor medida, en las continuas peripecias peligrosas que vive el sargento Ortiz que se convierte así en un personaje con doble vertiente: la de cazador en peligro de ser cazado.

El protagonista y demás personajes secundarios se debaten entre el tedio de una pequeña localidad desierta azotada por la Tramontana que enerva mentes y ánimos, y una vida sin horizontes atrapada, alguna, en el alcohol como única escapada de la realidad, como es el caso de Lola, la mujer del sargento Ortiz y, en el de este último, atrapado en el tedio de un trabajo rutinario, pero sin dejar de lado el sexo, permanentemente presente como un telón de fondo sugerente y contrapunto perfecto a la macabra sucesión de muertes y violencia soterrada que envuelve el caso que sirve de punto de partida a esta novela.

Novela ésta, por tanto, que gustará tanto a los amantes del género negro como a los que sólo quieran leer una novela con intriga y suspense, porque en esta obra se sentirán inmersos en una aventura excitante que tiene como trasfondo el tranquilo pueblo costero de Playa de Aro, que se ve sorprendido, un frío día invernal, por una metafórica y siniestra marea de sangre.



El último barco a América Paco López Mengual Temas de Hoy Madrid, 2011

El último barco a América
Paco López Mengual
Temas de Hoy
Madrid, 2011

por Ana Alejandre


La segunda novela de este autor tiene como telón de fondo la Guerra Civil española, pero esa circunstancia aparece solo vislumbrada como algo lejano que sirve de referencia solamente para ubicar lo relatado.

Dos hermanos, Marcial y Negrillo, protagonizan la narración, aunque el verdadero y único protagonista es el primero de ellos. Su labor de pastoreo les lleva a estar y vivir unas situaciones que se balancean entre el realismo narrativo y el realismo mágico, porque muchas de las peripecias vividas, especialmente por el protagonista, son situaciones poco “reales” (apariciones de espectros, tesoros a descubrir, un árbol mágico y otras cuestiones) que quieren incidir en el suspense de la novela, pero lo resta verosimilitud a lo narrado que se debate así entre el realismo del ambiente rural y la imaginería fantástica. Todo ello muy de moda en la actualidad al mezclar elementos fantásticos y reales, con muertos y aparecidos de por medio, historias de amor imposibles y lugares con misterio que en esta ocasión en vez de ser una mansión abandonada es un paraje rural con el elemento mágico de un árbol que provoca ensoñaciones.

El sueño del protagonista de marchar a América, especialmente de poder navegar en el último barco que zarparía desde Bermeo y que da título a la obra, le sirve de hilo narrativo al autor para ir encadenando los sucesos, uno tras otro, en los que se advierte una actitud, tan de moda, de crítica a un bando y defensa del otro, aunque haya pasajes en los que la barbarie puesta de manifiesto por ambos, no por ello les concede un empate en crueldad sanguinaria, sino que haciendo gala del pensamiento “políticamente correcto” deja de manifiesto cuál es su ideario político.

La escritura de esta novela se basa en frases cortas con las que se manifiesta los hechos con un lenguaje casi periodístico, relatando los acontecimientos con brevedad y asepsia. Los diálogos están casi ausentes y el tiempo narrativo es lineal desde el presente narrativo al futuro, con la sorpresa final que extiende el arco del tiempo en un salto imprevisto.

Los personajes femeninos siguen siendo en la obra de este autor casi fantasmales. Todos ellos tienen nombre, ciertas características, pero están ausentes de la narración, ya que sólo aparecen como figuras fugaces en busca de autor que defina su psicología –no el físico, edad y circunstancias que si están marcados-. También la psicología del personaje central lleva al lector al estupor, porque se producen actitudes repentinas, fueras de control, que sorprenden, cuando menos, por lo inesperado.

Paco López Mengual ha escrito una novela que podrá gustarle al público juvenil, tanto por la edad de los personajes como por las peripecias que relata, aunque no faltan momentos de erotismo patente y explícito, pero en toda la novela se encuentra la continua y esforzada lucha de su protagonista para huir de una realidad que le asfixia ypoder llegar ese paraíso soñado que es América, tierra de promisión, en la que sueña que podrá encontrar un destino mejor que el que le aguarda en un país dividido por una lucha fratricida, aunque el lector se queda con la duda de si lo ha conseguido o no hasta el final de la obra.

Una novela, El último barco a América, que está basada en la tendencia actual de mezclar la realidad con los sucesos prodigiosos, lo que le asegurará muchos lectores que encontrara en ella los elementos que definen este género literario que tiene tantos adeptos.



Poesía

El padecimiento continuo Charles Bukowski Traducción: Silvia Barbero. Visor. 151 página

El padecimiento continuo
Charles Bukowski
Traducción: Silvia Barbero.
Visor. 151 página

por Ana Alejandre

El siglo XX se distinguió, entre otras cuestiones, por ser un siglo en el que fue protagonista la locura en forma de guerras mundiales, exterminios masivos, uso de la energía atómica y otras formas tecnificadas de la barbarie y el horror. Charles Bukowki fue un escritor en el que se encarnó el espíritu demencial del siglo en el que vivió, y en su obra y vida dio un ejemplo dramático de toda la tragedia humana protagonizada por los perdedores, por los seres anónimos que viven sus existencias sumidos en el caos de la sociedad que los aplasta, de los marginados, de los seres sin más protagonismo que el de sus propias vidas abocadas al fracaso, a la resignada aceptación de ser un número más en las listas de ciudadanos que sólo tiene un valor estadístico y demográfico.

Bukowski rechazó la seguridad de un empleo estatal y decidió hacer el guión de su propia vida situado en su propia atalaya de maginado que clama contra la sociedad a la que rechaza y que le margina, a su vez, en su calidad de poeta heterodoxo. Aunque nació en Alemania, se trasladó a Los Angeles (EE.UU) cuando contaba tres años de edad y allí permaneció durante toda su vida y reflejó ,como pocos autores americanos, la vida en ese país, especialmente de los marginados, de los seres fracasados y elienados que, como él, se debatían entre el alcohol, la poesía y su propio talento que parecía ser su mascarón de proa para no ahogarse en la desesperación y en sus vómitos de borracho.

En este libro extraordinario, aparecen sesenta y dos poemas inéditos. El título es claramente definidor porque se refiere a ese padecimiento continuado que no cesa porque forma parte de la propia mente psicótica de su autor. En estos poemas se advierte a un Bukowski en su más pura esencia y con sus características más definitorias, honesto, desagradable, irónico, violento, obsceno, apasionado y constante en sus obsesiones.

Leyendo estos poemas es fácil recordar la frase de Sartre cuando afirmaba:”El hombre nace libre, responsable y sin excusas”. Y esta afirmación parece hacerla suya Bukowski cuando afirma implícitamente que la culpa de los problemas y desgracias de cada ser humano no lo tiene la sociedad ni los demás, ya que no tienen el poder los otros de redimir o condenar al prójimo, pues ésta es una labor que cada ser humano hace por sí solo, quiera o no aceptar esa verdad.

Habla siempre del tema que a todos nos interesa primordialmente: uno mismo. Es su tema favorito y recurrente. Su mala opinión es generalizada contra las mujeres, hombres y cosas, pero no es por unas creencias o fobias personales, sino ayudado por sus propias experiencias que lo marcan. Todos sus personajes inspiradores son siempre un trasunto de sí mismo: fracasados, seres anónimos con pasados no siempre edificantes, pero sin futuro, y a algunos personajes arquetípicos de nuestra época como pueden ser Ginsberg, , Kerouac, Salinger, Burroughs, etc. La mezcla de personajes reales e irreales es completamente irreverente, porque todos ellos procedan de una misma fuente: la mente, la imaginación creadora y todo ello con una métrica más musical que poética, pues el ritmo de rock lo invade todo, y también en el lenguaje de los comics que él conocía tan bien.

Bukowski en su soledad buscada, no por misoginia, sino por su propia y libre decisión de psicótico que busca en el alcohol nuevas vías de expresión, rehúye cualquier contacto social o participar en las múltiples variedades de las ceremonias sociales, porque en su propio aislamiento se siente a salvo de los peligros de la supuesta civilización en la que encuentra más ecos de violencia y barbarie que de convivencia pacífica. Para él no existen más lugares donde está que entre las cuatro paredes de un bar, ni más posibilidades que buscar la propia evasión a través del turbio laberinto del alcohol.

Esta poesía de Bukowski no es para espíritus delicados, sino para los que buscan la poesía más honda, humana, trágica y desestabilizadora, pero toda ella atravesada por una belleza sin paliativos y sin misericordia , por una constante y permanente sinceridad en la que intenta insertar todo su deseo de matar a una realidad que lo rodea y que está protagonizada por los poderosos, los siempre triunfadores, haciéndolo desde el lado del caído, del vencido y del que sabe que no existe salvación para él nada más que la muerte que se aproxima lentamente, pero siempre a lomos de la desesperación vital que anida en el corazón humano, lugar en el que sólo existe la posible salvación de la locura, de la propia aniquilación.

Excelente poemario que nos muestra el verdadero rostro de un Bukowski más lúcidamente desesperado por su padecimiento continuo, el mismo que el de muchos otros seres a los que les da voz a través de sus poemas transidos de verdad y belleza perturbadora .