No ficción

El Canto de las sirenes,de Eugenio Trías

El Canto de las sirenes
de Eugenio Trías
GalaxiaGutemberg -Círculo de los Lectores

por Julia Sáez-Angulo


UNA OBRA ELOGIADA

Eugenio Trías dialoga con la música en su libro “El canto de las sirenas” Para el autor, la música es una vía de conocimiento, además de una creatividad y placer estéticos. El filósofo catalán entra en la historia de la música y dialoga con sus compositores, así como con sus argumentos musicales. El resultado es un ensayo espléndido en el que la pasión se mezcla con el conocimiento y lo hacen más vivo. El libro ha sido editado por Galaxia Gutenberg Círculo de Lectores.

Eugenio Trías Sagnier (Barcelona, 1942) es catedrático de Filosofía en la Universidad Pompeu Fabra y ha divulgado su pensamiento a través de diferentes ensayos como “Drama e identidad; Tratado de la pasión; Lo bello y lo siniestro; Los límites del mundo; Ciudad sobre ciudad; La edad del espíritu o La razón fronteriza. Se trata de un pensador original que contempla al hombre como un ser distinto y fronterizo entre el ser y la nada lo que le lleva a la trascendencia.

En “El canto de las sirenas” aúna las dos pasiones de la música y la filosofía con una originalidad suma. Lo sublime de la ópera que eleva el espíritu y hace trascender el sentimiento. Véase si no la reciente puesta en escena de “Tristán e Isolda” en el Teatro Real de Madrid. Cinco horas dura la obra de Wagner y el oído y la vista se deleitan al compás de la sensibilidad que se despierta con la historia de los amantes a pesar de sí mismos.

Eugenio Trías se define como un “exorcista ilustrado” que somete a la razón filosófica a un permanente diálogo con sus sombras. En el límite entre la razón y las sombras encuentra el autor el campo de exploración de la filosofía, que el pasa a llamar “filosofía del límite” –sobre todo a partir de su libro Los límites del mundo.

Toda la obra de este autor contiene un caudal de referencias y reflexiones sobre las artes, las religiones y las creencias. Su espíritu critico combate las tendencias nihilistas en boga y ofrece alternativa de consideración y vida. Con su libro La edad del espíritu trata de acercarse al fenómeno religioso o ámbito de lo sagrado, haciendo un recorrido por la historia de las diversas civilizaciones de la antigüedad como Egipto, Mesopotamia, Irán, Iraq, Israel, Grecia, India, etc.

“El Canto de las sirenas” viene a abundar en la música como vía de conocimiento para los hombres. Un libro que vale la pena leerse.

Edición nº 2 - Abril/Mayo de 2008

Sombra de Mujer, de Nelly Gómez Márquez

Sombra de Mujer
de Nelly Gómez Márquez
Editorial Nuevos Escritores
Madrid 2008

por Julia Saéz-Angulo

Sombra de mujer fue la primera novela escrita por Nelly Gómez Márquez siguiendo la corriente más actual que se denomina autoficción y que no es otra cosa que tomar elementos de la realidad propia o cercana para, a partir de ella, fabular una novela. Es decir, ha llevado a cabo una narrativa que se nutre de los guiones de la vida.

Los pintores realistas no calcan la realidad, por medio de la diapositiva o de la foto para su obra, sino que se cuidan muy bien de advertir al público: “Yo no pinto para la realidad, sino para el cuadro, para el arte”. Una obra plástica tiene sus reglas de composición, de líneas, de colores, de ritmos... que tienen que desembocar en la armonía, de lo contrario no habría obra de arte sino copia burda del modelo exterior que se presenta a los ojos.

De igual manera los escritores que acuden –que acudimos- a la autoficción- toman elementos propios, cercanos, experimentados u observados y con “esos mimbres” han de tejer una obra literaria adecuada, una novela que hable sobre la vida pero urdida a través de la escritura. Una escritura que tiene sus propias reglas de dosificación de la historia, de ritmos, de pausas, de compensaciones de drama y sentimientos, de equilibrio narrativo, de juego de espejos a lo largo del libro...

Sombra de mujer es un título muy comprensivo de la historia que contiene, la de una mujer anciana que ha sido muy bella y que ha tenido una vida llena de avatares personales y familiares. Una historia que tiene dos partes, porque transcurre en dos espacios muy diferenciados: la España profunda o interior de un pueblo pequeño en una provincia castellana y, después, la historia continúa en la cálida y luminosa tierra levantina junto al Mediterráneo.

El libro es todo un testimonio de época en nuestro país, de los años 50 y 60; una novela de saga de tres generaciones en “la lucha por la vida”, tomando ese título de novela tan contundente del escritor vasco Pío Baroja. Stendhal hablaba de la novela como espejo a lo largo del camino y la autora, Nelly Gómez Márquez, ha seguido un guión que ha ido nutriéndose, quitando o enriqueciéndose con otros elementos –además de los propios- en aras de una buena novela.

Como escritora diligente se ha documentado a fondo para ambientar la época. Yo he sido testigo de cómo buscaba información sobre la música y las canciones de moda para un determinado momento y ambiente. Ha tratado de insertar algunas pinceladas de la situación política y social española, para que el lector entendiera mejor el argumento que fabulaba en la escritura. Sin embargo, como el pintor realista que he mencionado antes, la autora no escribía para dar un testimonio real y puntual de unos personajes y unos hechos, sino que ha ido desarrollando su narrativa con el esquema previo que se había impuesto, al tiempo que iba moldeando la masa de la escritura buscando la mejor resolución de la novela, como género determinado que tiene sus reglas y exigencias.

Una novela con claves El resultado es el libro que tenemos ante de nosotros: Sombra de mujer. Una novela muy trabajada y elaborada por Nelly Gómez Márquez. No hay biografía calcada en sus páginas, sino referentes muy concretos que ella conoce bien y que le han permitido contar con toda autoridad sobre un tiempo y unos personajes de la España de las décadas de los 50 y 60. Según este criterio, el libro se convierte en una novela con claves para los lectores. ¿Dónde está lo cierto y donde lo fabulado? ¿Quién lo puede saber? Será un juego de acertijos en el que nadie acertará.

La autora, con muy bien criterio, decidió aparcar un tiempo la primera versión de la novela Sombra de mujer, escrita desde la autoficción. Quiso que reposara como se hace con la masa de un buen pan, para que fermente. Quizás le pareció impúdico aparecer en una primera novela con un tema tan auto-referencial en cuanto los lugares y ciertos personajes. Fue un acierto.

¿Qué ha pasado entre tanto? Que Nelly sacó otra novela titulada Tâleb o El buscador de la verdad, otro tema también conocido por la autora como es el de la inmigración, pero sin carga personal alguna. Fue una novela, un buen referente de un asunto de máxima actualidad como es el de los inmigrantes que llegan a través de peripecias inauditas a otro lugar de distinta cultura y diferente mentalidad a la suya.

Entre tanto la novela Sombra de mujer reposaba en la artesa a la espera de que la autora volviera y tomara una decisión sobre ella. Nelly Gómez Márquez regresó más sobre aquel viejo proyecto y lo tomó en sus manos con una determinación clara: entrar en la narración y darle una vuelta de tuerca más que notable, desde el título a la escritura. La primera novela de Nelly en el tiempo, aunque se haya publicado como si fuera la segunda, ganó en ligereza de estilo. La primera historia, titulada Una mujer de bandera se hizo menos densa y sobre todo, se enriqueció con la abundante documentación recabada en archivos, enciclopedias y otros referentes.

Como escritora consciente y voluntariosa, la autora rescribió la obra y ganó en estructura y ritmo. Perdió elemento referenciales –de la mencionada corriente de autoficción- y ganó en reinterpretación de los mismos, en situarlos de un modo más adecuado y firme, porque su escritura ha ganado en experiencia y vuelos. Ya no tenía por qué estar atada al primer guión.

La novela Sombra de mujer goza de una sabia estructura en dos partes para diferenciar los espacios narrativos. Tiene un comienzo prodigioso: una partida de cartas que sitúa de inmediato al lector sobre el drama que se agazapa y el tipo de personajes o protagonistas que lo van a articular. Dice la crítica literaria que una buena novela ha de tener un buen comienzo, que el primer párrafo ha de ser decisivo y captar al lector. Yo les aseguro que en la primera media página de esta novela que hoy nos ocupa ya está el envite de unos jugadores de cartas que posiciona sobre la caracterización de uno de los protagonistas clave.

Sombra de mujer es una novela que habla de lucha por la vida, por el ascenso social; que habla de amor y de dolor; del sufrimiento de la condición humana; de momentos de alegría y tristeza; de sonrisas y lágrimas... En resumen sobre la vida misma. La novela es un canto coral de personajes que no son buenos ni malos, que son hombres y mujeres, por lo tanto contradictorios; que toman decisiones en sus vidas y unas veces aciertan y otras se equivocan.

Los personajes de la novela Sombra de mujer son audaces, tomas decisiones y corren riesgos. A veces se equivocan y lo pagan. No son personajes maniqueos, es decir: buenos y malos. Don hombres y mujeres de cuerpo entero, variables, poliédricos...

La vida como viaje Leyendo esta novela que sí refleja una vida aunque no su calco, uno concluye con el pensamiento clásico de que la vida no es un objetivo ni una meta, sino el viaje con sus venturas y desventuras. Hay que vivir y , por tanto arriesgar. Elegir es renunciar. Como Ulises, el personaje de la mitología griega, que surcó el Mare Nostrum para llegar a su patria Ítaca, y entre tanto va recalando en diversas islas donde le acechan placeres o peligros según el caso.

Los protagonistas de Sombra de mujer no están parados. Son gente inquieta, con sueños que a veces se trastornan en pesadillas. Son personajes con un gran sentido familiar, pese a olvidos o dejaciones puntuales; una familia donde se quiere a los niños y se procura por su bienestar y su estatus. Resulta conmovedor el capítulo en que la madre y la peluquera visten a las niñas con los trajes de falleras. Todo un despliegue verbal de la escritora para cada uno de los elementos que requiere la indumentaria; un acierto en los sentimientos y reflexiones de la madre que sabe la fortuna que ha pagado por aquellas vestes para el contento puntual de sus hijas.

Hay capítulos sobrecogedores en esta novela, que por supuesto no voy a desvelarles a ustedes para no quitarles el placer de la lectura. Doloroso el que narra el problema del contrabando, del estraperlo que hace soñar con un enriquecimiento inmediato y que se torna en saña y violencia. Tremendo el capítulo sobre el aborto de una mujer y las condiciones de rapiña que impone el médico clandestino que lo lleva cabo. Hermoso el contraste entre el pueblo de la serranía de Cuenca y la próspera ciudad levantina en desarrollo donde la luz es más luminosa y la mentalidad es más abierta.

Sombra de mujer es un libro valiente y sincero; testimonio vivo de un tiempo que fue y existió a finales del medio siglo pasado. Pero lo más importante es que Sombra de mujer es un libro bien escrito, con una prosa transparente y directa que nos permitirá disfrutar de una historia y un argumento bien trabado. Un libro bien publicado –y esto es un elogio para el editor- con una portada muy sugerente y por tanto bien elegida.

“Toda vida es un naufragio” decía Ortega y Gasset. Seguramente un naufragio después de un viaje como le sucede a la protagonista del libro de Nelly Gómez. Otros autores hablan de que toda vida atiene una cumbre, a partir de la cual todos empezamos a bajar. ¿Los 30, los 40, los 50? Es muy distinta en cada caso. Lo importante es vivir. “Vivir para contarla”, según el título de las memorias del Nobel colombiano Gabriel García Márquez. La autora de “Sombra de mujer” ha narrado muy bien el ascenso, la cumbre y la decadencia de “la mujer de bandera”, una mujer que ha tenido la “suerte” –si se puede llamar así- de avanzar por todas las etapas de la vida: infancia, juventud, madurez y ancianidad. Hay mucho que contar en una vida así, por eso la vida de Lola ha merecido un libro.

No ficción

Dios ha nacido en el exilio
Vintila Horia

por Julia Sáez-Angulo

UN CLÁSICO Vintila Horia y el diario de Ovidio en Tomis Fue premio Goncourt de novela 1960 y fue un acontecimiento cultural en París. El autor, un rumano exiliado, primero en Argentina y luego en Francia durante 1960-64, no pudo soportar el ariete de una izquierda que no dejaba de exaltar el comunismo del que él y su familia había huido, después de pasar por los campos de concentración nazis. Instalado en España, donde ejerció la docencia de literatura en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid y en la Universidad de Alcalá, siguió escribiendo novelas en rumano, francés y español.

Dios ha nacido en el exilio narra la vida del escritor Ovidio, acusado de corromper a la juventud romana con su libro “Arte de amar” y condenado al exilio en el país de los dacios, actual Rumanía, lo que motivó al novelista dar una versión sobre sus reflexiones y su estancia. Destierro, soledad y nostalgia, que el mismo autor sintió al tener que exiliarse y morir fuera de su patria. Es un tiempo cargado de signos y presagios ante la inminente manifestación del nacimiento de Cristo.

Vintila Horia (Rumanía, 1915- Madrid, 1992) era licenciado en Filosofía y Doctor en Derecho. Ejerció de diplomático en Roma y Viena hasta 1994 en que fue detenido por los nazis. Su escritura revela a un gran humanista que conoce el mundo clásico y la literatura universal. En 1981, obtuvo el premio Dante Alighieri, de Florencia.

Entre las novelas de Horia figuran: “El caballero de la resignación y Marta o la segunda guerra”, que forma junto a “Dios ha nacido en el exilio”, la trilogía del exilio. La séptima carta, referida a Platón y Una mujer para el Apocalipsis, son otras dos novelas en las que el autor rumano refleja su gusto por temas o personajes históricos.

Un interesante prólogo informa al lector de “Dios ha nacido en el exilio”: “Si Vintila Horia transitó en ocasiones por insólitos caminos intelectuales y vitales, se debió tanto a la amplitud de sus conocimientos –fruto de su insaciable deseo por descubrir y unir todos los órdenes de la verdad- como al convulso siglo XX europeo que, muy especialmente a él, le toco en suerte vivir (...) No obstante, en una visión global de su producción creativa, el cristianismo, lógico reflejo de su acendrada religiosidad personal, se revela como la clave para comprender el conjunto de su obra”.

Su inquietud por el pensamiento se refleja en sus libros de ensayo periodístico como “Viaje a los centros de la Tierra”, con entrevistas a McLuhan, Heiddegger, Fellini y otros; “Encuesta detrás de lo invisible”, donde Horia como fundador y vicepresidente de la Sociedad Española de Parasicología, se adentra en el terreno de lo paranormal y recoge testimonios de personas que han tenido experiencia en ese campo.

No ficción

Retrato de un matrimonio, de Jaime Peñafiel.

Juan Carlos y Sofía. Retrato de un matrimonio
Jaime Peñafiel
La Esfera de Los Libros
Madrid, 2008

por Julia Sáez-Angulo

El periodista menos cortesano y más crítico con la Familia Real española ofrece un recorrido por la vida privada de los Reyes de España donde no faltan las dificultades, los conflictos y contradicciones, superados en todo caso por su continuada vida en común. El libro, titulado “Juan Carlos y Sofía. Retrato de un matrimonio”, ha sido editado por La Esfera de los Libros.

Buena parte de este libro ha sido ya publicado en la crónica semanal que el autor lleva a cabo en el periódico “El Mundo”, práctica habitual en las publicaciones de Peñafiel, pero en todo caso la visión de conjunto, al lado de las ilustraciones, muchas de ellas del archivo particular del escritor, ofrecen una lectura amena e ilustradora frente a la mucha información edulcorada que con frecuencia se ofrece de La Zarzuela.

Un matrimonio de cuarenta y cinco años como el de Don Juan Carlos y Doña Sofía ha dado de sí hasta una nueva generación de nietos que aseguran la dinastía, objetivo clave de la familias reinantes. El libro hace un recorrido por capítulos que va desde la juventud del rey y su relación con diversas mujeres de la aristocracia europea, entre las que destacó Gabriela de Saboya, hasta la actualidad.

Para el autor, la relación con Sofía de Grecia fue “un chispazo, no un flechazo”, pero el matrimonio ha sido fructífero pese a los distintos avatares, a veces críticos en la pareja. El libro está contado al estilo Peñafiel, es decir con el ego de autoría y relación personal de devoción y deterioro con los reyes a lo largo de los años.

Peñafiel se detiene en la boda de Don Juan Carlos por el rito católico con una princesa que todavía no se había convertido de credo y la versión de la misma según la reina Federica, madre de Doña Sofía. También destaca los matrimonios no excesivamente afortunados de los hijos del rey, al insistir en la separación de la infanta Doña Elena y el matrimonio del Príncipe de Asturias con una mujer divorciada y el abandono a su padre el rey el día 12 de octubre, el año antes de casarse, en medio de una tensión que el autor califica de “golpe de Estado”.

El libro revela el episodio de Bárbara Rey con “cartas, videos y cintas”, de la manera más amplia y clara que se ha contado hasta ahora. Peñafiel estima que Don Juan Carlos y Doña Sofía son muy diferentes, pero ahí siguen con una vocación de permanencia y supervivencia que caracteriza a todos los Borbones.

El libro concluye con las cartas abiertas a la Reina, el Rey, la infanta Elena y a Jaime de Marichalar, al que califica de “el gran perdedor”. Entre las fotos más singulares destaca el beso público reciente que Don Juan Carlos dio a Doña Sofía, un beso “inesperado y morrudo”, que se publica en las guardas del libro como documento elocuente de la situación actual.

“Juan Carlos t Sofía. Retrato de un matrimonio” es un libro periodístico de reportajes al estilo Peñafiel, que informa, ilustra y aclara aspectos no instituciones que revelan la psicología de los personajes reales, algo clave también para entender comportamientos y actitudes, porque cada día se comprende mejor el aserto práctico sajón de que “los políticos –también los reyes- no tienen vida privada”.

Poesía

La luz ardida
de Juan Carlos Rodríguez Búrdalo,
Miembro de la Academía de Letras de Córdoba

porJulia Sáez-Angulo

El poeta Juan Carlos Rodríguez Búrdalo (Cáceres) ha pronunciado el discurso de ingreso en la Academia de Letras de Córdoba y ha pronunciado una conferencia en la sede de la Tertulia Ilustrada en Madrid, presidida por María Eugenia Martínez. También se ha celebrado una presentación académica de su obra en la Biblioteca Histórica de la UCM Marqués de Valdecilla. El autor, que ha creado dos aulas poéticas en Aranjuez y Valdemoro, por donde desfilaron en su momento diversos vates, es general de la Guardia Civil y trabaja en Presidencia de Gobierno.

Rodríguez Búrdalo ha publicado recientemente la antología de su obra poética titulada La luz ardida (1985 -2006), que acoge una selección de dieciocho libros publicados anteriormente, muchos de ellos premiados en concursos públicos como los de Alcalá de Henares o Huesca. El autor, que recordó la cita de José Carlos Llop: lo que no es autobiografía es plagio, e hizo un recorrido por su creación artística nacida de la vida, desde su infancia y juventud en una pequeña calle empedrada de Cáceres, hasta que cumplió 50 años, lo que le motivó un poema elegíaco sobre el paso del tiempo.

Para Rodríguez Búrdalo, “la poesía es un género de minorías para las que poesía es algo muy importante”. Se confiesa poeta elegíaco, que canta lo que se pierde, frente a poetas hímnicos como Claudio Rodríguez o Luis López Anglada; con todo se siente un gran entusiasta de la vida, lo que no obsta para que sienta de vez en cuando “un desasosiego interior” como el que manifestó en el poema del 50 aniversario.

El autor recordó los versos del poeta Lavier Lostalé: “No preguntéis al misterio/ la belleza al final es triste”, para explicar que la “poesía en cuanto manifestación de la belleza, es también triste”. También citó a Benjamín Prado en su libro Marea humana cuando señala que “de un solo golpe, la tristeza puede ser un cuchillo que hiere el corazón y abre la poesía”.

En el debate de la Tertulia se discutió sobre la poesía de la experiencia, del sentimiento artístico, del poeta fingidor a lo Pessoa... Intervinieron en el debate, distintos miembros como la profesora Dolores Gallardo, la escritora Ana Alejandre, Antonio Ramos, Aurelio Tadeo, etc. “Un poema que no provoca en el lector un pellizco artístico o emocional es un poema fallido”, concluyó Rodríguez Búrdalo.

Poesía

Antología poética, de Francisco Brines.

Antología Poética de Francisco Brines
de Dionisio Cañas
Galaxia Gutemberg

por Julia Sáez-Angulo


Ama profundamente la vida y por eso sus versos son elegíacos de lo que se va perdiendo camino de la muerte que es la negación de la vida. El poeta valenciano es una de las voces más señeras en el panorama lírico español del siglo XX, junto a Claudio Rodríguez y José Angel Valente; las tres figuras poéticas han sido estudiadas por el ensayista Dionisio Cañas, que ha llevado a cabo la antología para Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores.

Nicanor Vélez, responsable de la colección poética de la editorial, ha destacado el hecho de que los versos de Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932) son como flechas lanzadas por un mismo arco hacia el tiempo. “Todos los rostros del pasado” es el título de la antología de Brines, quien ha declarado que “el milagro de la poesía es que resulta útil y nos enseña a vivir mejor”.

El antólogo Dioniso Cañas declara que ha hecho una lectura fresca del siglo XXI en la obra del poeta para extraer su mensaje del paso del tiempo, muy existencialista en la poesía de la segunda mitad del siglo XX, así como sus intuiciones y emociones de la vida en el universo. Francisco Brines recuerda que la poesía no tiene público sino lectores; que lector es también un creador y puede mejorar la escritura. “Cuando los poetas escribimos no buscamos únicamente encontrarnos a nosotros mismos, sino a los otros”. “Emociona la poesía porque tocamos lo que podríamos haber sido. Esa es su moral, el aprendizaje de la tolerancia por el asentimiento estético”, dijo el poeta en otro momento de la presentación de su libro.

“Yo más que escribir libros escribo poemas que expresan la persona poética que yo soy en el tiempo en que lo escribí”, afirma Brines, quien anima a llegar a vijo “porque se aprenden cosas maravillosas, entre ellas la de preocuparse menos de las cosas. La vida se hace más ligera. La maravilla de la vida es cualquier momento del día que nos espera. Estoy instalado en el vivir, por eso me siento poeta elegíaco e hímnico al mismo tiempo”.

“Uno no dirige la poesía, es la poesía la que dirige a la persona y el poeta se descubre ante ella”, dice Brines, admirador de poetas como Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda y Azorín. “Nunca releo mis poemas publicado; yo regreso a mis poetas”, declara. “El nervio principal de la literatura es el tiempo y hoy está volviendo a tocar al hombre”, añadió.

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