Edición nē 7 - Abril/Junio de 2009
Pedro Salinas
por Ana Alejandre
Su vida
Pedro Salinas, poeta, dramaturgo, crítico y ensayista español, asimilado a la generación del 27, nació en Madrid en 1891, hijo de un comerciante de paños. Estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid.
Desde 1914 a 1917 fue lector de español en La Sorbona y desde 1922 a 1923 en Cambridge.
Posteriormente, en 1918 ganó la Cátedra de Literatura de la Universidad de Sevilla, en la que permaneció durante ocho años.
Su influencia en los jóvenes poetas andaluces fue importante, según afirmaba Cernuda que decía que “Quien acude a él halla siempre, por lo menos, una palabra cordial, un gesto, un estímulo”.
Regresa a Madrid, en 1926, y colabora con el Centro de Estudios Históricos, formado por un grupo de investigadores reunidos por Ramón Menéndez Pidal.
En 1932, funda la revista “Índice literario”, que tenía como objetivo informar a los hispanistas de las novedades en la literatura española. Además, fue secretario en esa época de la Universidad Internacional de Santander que fundó, en 1933, y en la que permaneció en dicho cargo hasta 1936, año en el que comenzó la Guerra Civil y tuvo que exiliarse a América en la que ejerció como profesor invitado en el Wellesley College, en Puerto Rico y en la John Hopkins University de Baltimore.
En esta época de exilio, sin embargo, tuvo una actividad incansable, tanto en publicación de libros,como en conferencias y trabajos de índole literaria. Siguió enseñando en varias universidades americanas entre 1943 y 1946.
Murió en Boston en 1951 y está enterrado en San Juan de Puerto Rico.
Su obra
Salinas describe a la poesía como “una aventura hacia lo absoluto. Se llega más o menos cerca, se recorre más o menos camino: eso es todo”. Además, indica que son tres los elementos de su creación poética: la autenticidad, la belleza y el ingenio, por ese mismo orden. Por ello, en la poesía de Salinas se aúnan de forma perfecta la inteligencia y el sentimiento, lo que propicia que la primera ahonde en el segundo, en una simbiosis perfecta, teniendo como consecuencia inevitable una gran belleza lírica.
Se puede afirmar que su arte poético está definido concretamente en el “conceptismo interior”, según afirma Leo Spitzer. Esto se manifiesta en paradojas y en la condensación de los conceptos, como si el poeta tratara de decir mucho con poco. Por ello, prefiere los versos cortos y especialmente la silva, huyendo de la rima, lo que depara a su poesía una claridad tal que el propio Lorca la definía como “proesía”.
En su obra poética, se pueden encontrar tres etapas o períodos:
La etapa inicial (1923-1932) en la que Salinas se ve especialmente influído por la poesía pura de Juan Ramón Jiménez, además de las influencias de los movimientos futuristas y ultraístas. En este período se advierte ya el protagonismo que el tema amoroso empieza a tener en su poesía. De este período son los libros Presagios (1923), Seguro azar (1929)y Fábula y signo (1931).
La etapa de plenitud (1933-1039), destaca la trilogía amorosaformada por las obras La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento, inspirada en una estudiante americana de la que se enamoró.
La etapa del exilio (1943-1951), en la que destacan las obras El contemplado (1946), Todo más claro y otros poemas (1949) y su obra póstuma Confianza (1955).
Obra en prosa
Su primera obra en prosa es Vísperas del gozo (1926) que está influenciada por es estilo vanguardista de la época. Después de esta obra, Salinas se aparta de la narrativa durante veinticinco años y no vuelve a ella hasta la publicación de su novela La bomba increíble(1950) y El desnudo impecalbe y otras narraciones (1951).
También realizó crítica literaria por su gran formación académica y estudios sobre literatura española.
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