Ediición nº 21 de Octubre/Diciembre de 2012

Jose Ferrater Mora

José Ferrater Mora, filósofo.


por
Ana Alejandre

Nació en Barcelona el 30 de octubre de 1912. Estudió Filosofía en la Universidad de Barcelona.

Al inicio de la Guerra Civil española, fue el motivo de su exilio que le llevó primero a Francia y, posteriormente a Cuba, país en el que permaneció desde 1939 hasta 1941, y también residió en Chile en el que dio clases desde 1941 hasta 1947, año en el que viajó a Estados Unidos con una beca Guggenheim. En dicho país conoció al poeta español Pedro Salinas y ejerció como profesor de Filosofía en el Bryn Mawr College de Pensylvania, cargo que ocupó como emérito desde 1981 hasta su fallecimiento en 1991, que tuvo lugar en su ciudad natal. Llegó a ser nombrado director del Departamento de Filosofía en dicho centro universitario. Además, fue invitado a muchas Universidades como la de Princenton, Filadelfia, Baltimore, Barcelona y Palma de Mallorca.

Ejerció una gran influencia entre las siguientes generaciones de filósofos españoles de la segunda mitad del siglo XX, y le fue concedido, en 1985, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, en reconocimiento a su gran labor de intelectual en la difusión y la docencia de la filosofía. También, la Universidad de Gerona, creó la Cátedra Ferrater Mora en su honor, dedicada a su memoria, intensa labor intelectual y a la conservación de su obra.

Su obra más importante y de carácter monumental fue la redacción del Diccionario de Filosofía, que ha sido una de las más importantes contribuciones a la filosofía y cultura española. Su redacción que realizó sólo como autor individual fue ingente, e iniciada en 1939 y se publicó su primera edición en 1941. Después esta magna obra sufrió distintas revisiones, ampliada y actualizada hasta llegar a los cuatro volúmenes que tiene su última edición de 1994. Se le considera la obra más importante en castellano de su género y uno de los más prestigiosos diccionarios de filosofía actuales.

En esta extensa e importante obra, Ferrater Mora explica el gran interés y atención de su filosofía por la enorme variedad de problemas y tendencias filosóficas que tuvieron una gran influencia en su obra más personal y original, por lo que abarca biografías de un gran número de filósofos de diferentes épocas, desde la antigüedad hasta el presente, pero sin olvidar explicar su propio pensamiento, al que presta una especial y cuidada atención; así como también incluye conceptos filosóficos, de los que explica de forma detallada la evolución que sufrieron en el transcurso del tiempo; y también, incluye escuelas de pensamiento y distintos movimientos filosóficos. En todas estas distintas cuestiones aporta unas extensas referencias bibliográficas de gran valor.

Falleció en Barcelona el 30 de enero de 1991.

Pensamiento original y obras

Aunque su gran contribución a la Filosofía es la redacción del Diccionario, sin embargo Ferrater creó tesis propias de un carácter novedoso y original, para lo que utilizó instrumentos de la teoría analítica y cuestiones clásicas de la teoría filosófica tradicional.

Aceptaba la irreductibilidad de los diferentes sistemas filosóficos entre sí, pero creía necesaria, sin embargo, una perspectiva “integracionista”, para lo que desarrolló un pensamiento riguroso, sistemático en sus fundamentos y con un gran alcance teórico al que llamó integracionismo, con el que intentaba integrar sistemas opuestas de pensamiento. Para ello, Ferrater planteaba como primera cuestión que la oposición tradicionalmente aceptadas de conceptos que eran supuestamente irreductibles: naturaleza-razón, causalidad-libertad, ser-debe ser, ser-devenir, alma-cuerpo y otras, no es absoluta y, por tanto, se puede vencer dicha oposición. A pesar de las muchas discusiones y divisiones filosóficas, estos conceptos opuestos entre sí, no demuestran realidades existentes per se, sino que, por el contrario, son “conceptos limite”, o también se les puede considerar “polos opuestos” de la realidad pero no tiene existencia real, sino como tendencias hacia las que se inclina la propia realidad y, por tanto, son conceptos complementarios y útiles para poder comprender, aprehender y hablar de la realidad misma.

Frutos de su teoría del “integracionismo” fueron, entre otras, sus obras más importantes De la materia a la razón (1979) y El ser y la muerte: bosquejo de una filosofía integracionista (1962). En la primera de dichas obras, planteaba una aplicación de su teoría a la realidad incuestionable y esencial de la muerte. En la segunda de estas obras, su discurso presentaba a su sistema filosófico como un problema de emergencia que surgía desde cuatro niveles: el físico, el orgánico, el cultural y el social.

Su labor filosófica tenía como objeto principal las cuestiones de carácter ontológico. Llamó a su teoría ontológica “monismo sui generis”, ya que une el monismo al pluralismo, de lo cual surge la teoría del emergentismo, en el que se funden los distintos elementos según sus propiedades o funciones, o lo que denomina propiedades-funciones, binomio que incardina las unas en las otras, para hacer todo un solo concepto.

Según esta teoría, Ferrater afirma que cada estructura, aunque dependiente de los distintos elementos que la componen, no es reductible a ellos, porque surge algo nuevo y es suma de todos los elementos, pero con nuevas propiedades-funciones que no provienen de las de los elementos que la integran. Por ello, la estructura así surgida, es también susceptible de ser un elemento para otra estructura. Esta unión de elementos para configurar la estructura siempre comienza desde el nivel física y va subiendo de complejidad cada vez que las estructuras van adquiriendo propiedades-funciones más complejas y pertenecientes a un orden distinto, tanto como para permitir que aparezca un nuevo nivel biológico y así, sucesivamente, va evolucionando hasta llegar a niveles superiores como el social y, después, el cultural. Es una realidad nueva, pero el mismo continuo que no se rompe y que va subiendo progresivamente de la materia a la razón.

Ferrater Mora fue también uno de los introductores en España de la ética aplicada en el mundo hispano, y fue un destacado defensor de los derechos de los animales.

Las influencias que aparecen en sus obras son muy variadas, especialmente en cuanto se refiere a España, fueron Miguel de Unamuno. Eugenio D’Ors y José Ortega y Gasset y también de otros autores extranjeros europeos que representan a la filosofía continental y a la filosofía analítica. Todos ellos eran citados y también extraía retazos de su pensamiento que integraba en su propia obra.

Obras

Sus obras más importantes en este sentido fueron, posiblemente, En la primera de ellas planteó su sistema como un problema de emergencia desde cuatro niveles fundamentales: el físico, el orgánico, el social y el cultural. En la segunda, expuso una aplicación de su “filosofía integracionista” a la realidad esencial de la muerte.

Otra obra fundamental de Ferrater Mora, fue su Lógica matemática (1955) que supuso la introducción de la lógica formal en España y cuya obra fue muy útil y consultada por las siguientes generaciones de filósofos de nuestro país.

Fue autor, además, de varias obras de historia de la filosofía, dándole una mayor importancia a la tradición filosófica de nuestro país. También fue autor de novelas y relatos y diversas películas, en una demostración de inquietud creativa y talento creador.

Bibliografía

Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía. 4 vols. Barcelona: Ariel, 1994. La gran obra de referencia de la filosofía hispánica, que muestra la capacidad de síntesis de Ferrater y que ha ejercido una notable influencia en la filosofía hispánica contemporánea.
Ferrater Mora, José. De la materia a la razón. Madrid: Alianza Editorial, 1979. Ensayo que muestra el estadio más maduro del pensamiento de Ferrater Mora. Es una aplicación de su filosofía "integracionista".
Nieto Blanco, Carlos. La filosofía en la encrucijada. Perfiles del pensamiento de José Ferrater Mora. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona, 1985. El más completo estudio de la obra de Ferrater Mora, publicado en castellano, con útiles referencias bibliográficas.
Guy, Alain. Historia de la filosofía española. Barcelona: Anthropos, 1985. Esta obra recoge adecuadamente la relevancia del pensamiento de Ferrater en su contexto histórico.

Bibliografía y premios de José Ferrater Mora

José Ferrater Mora, filósofo.

Obras:

Diccionario de Filosofía, México, Atlante, 1941 (probablemente, su obra más conocida. Tuvo varias reediciones y ampliaciones)

España y Europa, Santiago de Chile, Cruz del Sur, 1942

Les formes de la vida catalana, Santiago de Chile, Agrupació Patriòtica Catalana, 1944

Las formas de la vida catalana, Santiago de Chile, Agrupació Patriòtica Catalana, 1944 (versión castellana de la anterior).

Unamuno, bosquejo de una filosofía, Buenos Aires, Losada, 1944

Variaciones sobre el espíritu, Buenos Aires, Sudamericana, 1945

La ironía, la muerte y la admiración, Santiago de Chile, Cruz del Sur, 1946

El llibre del sentit, Santiago de Chile, Imp. Mediterránea, 1948 (en catalán) (El libro del sentido)

El hombre en la encrucijada, Buenos Aires, Sudamericana, 1952

Cuatro visiones de la Historia Universal: San Agustín, Vico, Voltaire, Hegel, 1955 ISBN 84-206-1889-6

Reflexions sobre Catalunya, 1955 (en catalán) (Reflexiones sobre Cataluña)

La filosofía en el mundo de hoy, Madrid, Revista de Occidente, 1959

Una mica de tot, Palma de Mallorca, Mallorca, Moit, 1961 (en catalán)

El ser y la muerte: bosquejo de filosofía integracionista, Madrid, Aguilar, 1962

La filosofía en el món d'avui, Barcelona, 1965 (en catalán) (La filosofía en el mundo de hoy)

Indagaciones sobre el lenguaje, 1970

Els mots i els homes, 1970 (en catalán) (Las palabras y los hombres) ISBN 4-297-0443-4

El hombre y su medio y otros ensayos, Madrid, Siglo XXI, 1971

De la materia a la razón, Madrid, Alianza, 1979

Voltaire en Nueva York, 1985 ??

Ventana al mundo. Anthropos Editorial. 1986. http://books.google.es/books?id=6rJkq2Q7UcsC.

El juego de la verdad, Barcelona, Destino, 1988

Joc de cartes. Epistolari 1948-1984, 1988 (en catalán), (Juego de cartas. Epistolario 1948-1984) ISBN 84-297-2846-5 ??

Regreso del infierno, Barcelona, Destino, 1989

La señorita Goldie, Barcelona, Seix Barral, 1991

Mujeres al borde de la leyenda, Madrid, Círculo de lectores, 1991

Mariposas y supercuerdas. Diccionario para nuestro tiempo, Barcelona, Península, 1994 (publicado gracias a Priscilla Cohn póstumamente).

Razón y verdad y otros ensayos. Editorial Renacimiento. 2007. ISBN 9788496133778. http://books.google.es/books?id=gzkb0ix7zsoC.

Premios y distinciones

Doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Barcelona (1979).

Después fue nombrado doctor honoris causa por otras Universidades: la Universidad de la República (Uruguay, 1983), la Universidad Nacional de Tucumán (Argentina, 1983), Universidad Nacional de Colombia (1983), Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED, España, 1986), Universidad Nacional de Salta (Argentina, 1986) Universidad Nacional de Cuyo (Argentina, 1988), Universidad de Barcelona (1988) y Universidad de Santiago de Compostela (España, 1991 -póstumo-).

Creu de Sant Jordi de la Generalidad de Cataluña (1984).

Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1985) en reconocimiento a su esfuerzo integrador de los mundos de la comunicación y las humanidades y de esclarecimiento y difusión de las ideas filosóficas.

Miembro numerus clausus del Instituto Internacional de Filosofía y de varias sociedades académicas, perteneció a la Academia Norteamericana de Lengua Española.

Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, la condecoración de Isabel la Católica y la de la de Universidad Internacional de Santander.


Otros enlaces:

http://www.fundacionprincipedeasturias.org/premios/1985/jose-ferrater-mora/

http://www.ferratermora.com/

http://www.udg.edu/Fonsespecials/JosepFerraterMora/tabid/12015/language/ca-ES/Default.aspx

http://www.udg.edu/Fonsespecials/JosepFerraterMora/tabid/12015/language/ca-ES/Default.aspx

http://dugifonsespecials.udg.edu/handle/10256.2/2

Introducción

Se incluyen dos artículos completos de José Ferrater Mora, cuyo orígen es la Fundación de dicho nombre.

"El Intelectual en la Sociedad Contemporánea"

José Ferrater Mora, filósofo.

José Ferrater Mora

Este artículo está siendo escrito en un momento "intelectual" se ha convertido en una palabra fea. Quizá, después de todo, es una palabra fea. Designa un tipo humano que sea más inestable e impredecible que la mayoría de las sociedades permitirá a los tipos humanos que sea. Las disputas entre los intelectuales y las sociedades en las que viven no se limita exclusivamente al momento presente. Pero hoy en día se han intensificado hasta el punto de exasperación. Hoy más que nunca la sociedad necesita de los intelectuales, y más que nunca se siente la necesidad de deshacerse de ellos. Más que nunca, el intelectual siente un profundo apego a sus vínculos sociales, y más que nunca se han vuelto muy problemático para él. No me extraña que el intelectual está constantemente meditando sobre el papel que juega, o el papel que cree que deben desempeñar en la sociedad.

Estoy incluso tentado a pensar que el pasado es en este sentido inconmensurable con el presente. Sin embargo, dos momentos, al menos en el pasado (occidental) se puede considerar que ofrecen similitudes muy notables a nuestra propia situación. Voy a llamar a estos momentos "el momento socrático" y "el momento del Renacimiento." La luz que proyectan sobre el "momento actual" no debe descartarse a la ligera.

Consideremos el caso de Sócrates. Se consideraba a sí mismo como miembro, e incluso como un siervo fiel, de su ciudad-estado. Pero su adhesión al orden social existente nunca fue total. Una sensación de inquietud le impedía vivir de acuerdo con la ecuación "= filósofo ciudadano". Probablemente fue la sensación de que había llegado el momento cuando ya no era adecuado para el intelectual para actuar como un legislador, sino que, por la misma razón, no podía limitarse a ser un mero "funcionario público". El interior daimon , aunque cauteloso de las palabras, intervino en su vida con demasiada frecuencia para hacer posible que Sócrates seguir cualquier curso tradicional de acción. Es cierto que el interior daimon nunca declaró lo que se debe hacer, y lo que el intelectual no se espera que sea, como deberíamos decirlo hoy "revolucionario". Pero desde que se declaró muy a la fuerza lo que no se debía hacer, el intelectual no podía ser totalmente "adaptado" tampoco. Así, Sócrates fue el primer pensador occidental que se percibe claramente que había una brecha entre él y la sociedad. No había llegado aún el momento de anunciar que la sociedad estaba funcionando mal y que tenía que ser drásticamente reformado. Pero, obviamente, no estaba satisfecho con el orden social y no hizo nada por ocultar su disidencia. Por lo tanto la vida de Sócrates consistía en una perpetua oscilación entre dos extremos igualmente tratando: la lealtad a su propia conciencia y su lealtad a la sociedad. Betwixt y entre él bebió la cicuta y se convirtió durante un tiempo la excelencia intelectual.

En el momento del Renacimiento carece de la atractiva simplicidad del momento socrático, pero en muchos aspectos es más cercano a nuestra propia situación. Durante el Renacimiento no había uno sino varios tipos de intelectuales. En realidad eran tantos que es legítimo preguntarse si se puede hablar de la intelectual en ese período. Porque ¿a quién nos referimos? Para aquellos que ayudaron a encontrar un compromiso entre las creencias contrastantes, como Ficino? A los que estaban preocupados sólo con ellos mismos, como Montaigne? Para aquellos que buscaban un Estado ideal gusta más? Para los que querían crear un Estado real, como Maquiavelo? Para los investigadores de la naturaleza, como Cornelio Agripa? Para los investigadores del alma, como Vives? Ninguno de ellos se expresan por completo la situación del intelectual en la sociedad de la época, pero cada uno de ellos lo expresó en cierta medida. Todos ellos reconocieron al menos la existencia de una discrepancia entre la constante profundización de las creencias a las que estaban unidas y los ideales que trataban de propagar, entre la vida y la razón, entre la acción y el pensamiento. Los intelectuales del Renacimiento trataron de poner los asuntos de la sociedad en orden, pero no pretendo jugar el papel de "sabios", y menos aún la de "modelos", sino que se limitaron a tratar de servir como "guías", la primera de ellas mismas y luego de su propia sociedad.

En el momento socrático y el momento del Renacimiento parece al nuestro en algunos aspectos importantes. Hoy en día, como las cinco y veinticinco siglos atrás, el intelectual se siente pocas garantías de que la realidad social y la actividad intelectual están de acuerdo. Pero a diferencia de los pensadores de aquellas épocas anteriores, ya no siente que puede llevar a cabo un programa claramente delineado.Él sabe que no puede convertirse en un "sabio" o un "modelo", y que tiene serias dudas de que alguna vez se consideraron una "guía". Para la sociedad de hoy en día parece pensar que lo podía hacer sin el "pensamiento" y por lo tanto sin el cerebro que producen este producto, y sin embargo no sufren aniquilación. Es cierto que la sociedad no ha llegado al punto de rechazar totalmente la actividad intelectual o "pensamiento". Pero a menudo rechaza la actividad intelectual que no está estrictamente adaptada a las demandas sociales. La actividad intelectual que no es exclusivamente el resultado de esas demandas que llamaré "actividad intelectual libre". Este es el tipo de actividad que la sociedad de hoy empieza a ver con una cantidad considerable de recelo. Sociedad de la sospecha de que tan pronto como el intelectual comienza a pensar "por cuenta propia" consecuencias no deseadas pueden sobrevenir. Ese pensamiento del intelectual puede estar orientada hacia el descubrimiento del mejor esquema para una "buena sociedad" no tiene importancia para la sociedad, a veces sólo empeora las cosas. En realidad, lo que la sociedad teme es menos indiferencia interesada del intelectual de su devoción desinteresada. El primero es, como máximo culpable, este último se convierte en intolerable.

Muy a menudo hoy en día una gran parte de la población respecto al intelectual como a la vez inútil y perjudicial. Lo acusan de no hacer nada, nada "útil", es decir, y luego declarar que él es responsable de cualquier proceso de "desintegración social". Todo esto es bastante ilógico, parece que el intelectual debe desestimar las acusaciones como infundadas. La intensificación de la búsqueda del alma más que desprecio irónico es, sin embargo, la reacción habitual de los intelectuales. Después de todo, lo que la sociedad dice que tiene sus puntos. La sociedad hace acusaciones sin el debido respeto a las leyes del pensamiento, pero con una aguda comprensión de la naturaleza del problema. No menos de cuatro preguntas están involucrados en el acoso de la sociedad de la intelectual, y estas preguntas sólo el intelectual puede dar una respuesta clara. Ellos se pueden formular de la siguiente manera: En primer lugar, ¿cuál es la intelectual? En segundo lugar, en lo que la sociedad tiene que encontrarse a sí mismo?Tercero, ¿qué puede hacer él en ella? En cuarto lugar, ¿qué debería hacer él con respecto a ella?

La primera pregunta no puede ser respondida por definición, descripción parece mucho más prometedor. Para ello vamos a cambiar un poco nuestra gramática, en lugar de preguntar: " ¿Qué es el intelectual? " vamos a preguntar: " ¿Quién son los intelectuales? " "Bueno", será replicó "nada es más fácil que para responder a esta pregunta: los intelectuales son todos, todos, es decir, que escribir ensayos, reseñas de libros, poemas, novelas o sinfonías; todos los que enseñan en algún respetable institución de aprendizaje, todo lo que descubren un nuevo teorema, una nueva teoría sobre la estructura de los cromosomas o enzimas, un nuevo isótopo del uranio o de litio; todos los que dan clases, todos los que asistan a congresos y reuniones, todo lo que firman manifiestos, todos los que se niegan para firmarlos, y, en primer lugar, todos los que disfrutar hablando ". los intelectuales" Desde que muchas personas caen en esta categoría, el número de intelectuales resultantes es bastante asombroso ¿No sería más pertinente preguntarse, ". ¿Quiénes son los no intelectuales? "

No caigamos, sin embargo, en un error que es muy común entre los intelectuales, el error de creer que los intelectuales deben ser pocos. Esta creencia es infundada. La cantidad no tiene importancia.Entonces es la calidad lo que importa? ¿Todos los que cuentan como intelectuales que escriben buenos ensayos, descubrir teoremas importantes, enseñan a sus sujetos con encanto inusual o profundidad?Los intelectuales se ven tentados a responder afirmativamente. Pero los hechos no los respaldan. Porque no son autores de ensayos excelentes o descubridores de largo alcance teorías que, estrictamente hablando, no son intelectuales. Ortega y Gasset escribió que el intelectual es intelectual aunque sea estúpido. Esta paradoja contiene un grano de verdad. Esto significa que el intelectual no sólo es un hombre que actúa de una manera determinada, pero también uno que vive de una manera determinada. Pero para vivir como un medio intelectual para sostener que el ejercicio de la inteligencia tiene sus propios fines. Este hombre, de hecho, no está dispuesta a tomar la tiza del queso, él puede usar su inteligencia ineficaz, sino que se lo use escrupulosamente. Él puede actuar al servicio de la sociedad, pero siempre y cuando se es un intelectual no va a ponerse al servicio de la sociedad.

Este último punto es fundamental. Al igual que Sócrates, Montaigne, Erasmo, Vives o el intelectual contemporáneo es un miembro de la sociedad y no se puede prescindir de la sociedad en nombre de una supuesta superioridad o en virtud de una independencia total del cuerpo social. Sin embargo, cualquiera que sea su actitud particular para la sociedad puede ser, no puede reducir sus actividades exclusivamente a una función social. Sin embargo, "la sociedad" es demasiado abstracta una palabra
para nuestro uso continuado, el intelectual no está a la altura "en la sociedad", pero en una sociedad determinada. Nuestra segunda pregunta, pues, responder de inmediato: "En lo que la sociedad hace el intelectual vivo hoy?"

La sociedad moderna se ha caracterizado por una serie de crisis. Cada uno de ellos parecía amenazar la disolución del cuerpo social. Pero cada uno de ellos terminó en una estabilización (transitorias).Tres de estas crisis son excepcionales. El factor principal en cada uno no es difícil de agarrar y, por supuesto, para medir, ya que es cuantitativo.

La primera crisis de la era moderna en otro lugar he [ 1 ] llamó "la crisis de los pocos", sino que culminó a principios del siglo XVII. Puede ser descrito como la crisis de un intelectual (y social) minoría que propone un modelo de sociedad que era tan admirable como lo fue esterilizada por un modelo de sociedad válida sólo para los pocos que estaban dispuestos o capaces, de formar parte de ella.

La segunda crisis que he llamado "la crisis de los muchos", sino que culminó a mediados del siglo XVIII. Fue la crisis de una gran clase social, que también buscó, y encontró, un modelo de sociedad válida sólo para sí mismo. Estos modelos, de hecho, cumplido su (limitado) propósito. Pero la crisis social e intelectual continuó creciendo y cada vez más extendido y se desbordó los estrechos límites de los modelos sociales propuestos.

La tercera crisis se puede llamar "la crisis de todos", que comenzó a desarrollarse plenamente a partir del final del siglo XIX. Es, por supuesto, "nuestra propia crisis". Los cambios que se producen hoy en día son rápidos e incesantes, los problemas que se plantean son complejos e inextricables a menudo, las soluciones que se ofrecen son numerosas y contradictorias. A diferencia de las crisis anteriores, la nuestra es verdaderamente universal. Por lo tanto, la solución debe ser, por así decirlo, "total". Cualquier modelo social o intelectual que trata de resolver o estabilizar debe cumplir con los requisitos que nunca se han oído hablar de antes. Dos de estos requisitos me parecen tan obvias como que son difíciles de satisfacer: la flexibilidad y universalidad.

La historia tiene, por supuesto, los precedentes para nuestra situación actual. Pero nunca antes se había convertido en una sociedad dolor de cabeza universal. Las tensiones internas amenazan con disolver.Nuestra sociedad está, por ejemplo, muy organizado. Pero no es menos extremadamente desorganizado. Puede ser comparado con un barco que navega a través de gran alcance en un mar tempestuoso, pero sin saber a dónde se encuentra obligada, o incluso si se vincula en cualquier lugar. Mecanismos de la nave están en manos expertas. Las partes de la máquina innumerables enorme dócilmente obedece a los trabajadores altamente cualificados se encargan de ellos. Sólo una parte de la nave resiste control del aparato de gobierno. Los que agarre el timón de la más tenazmente muy pronto descubren que responde a ninguno de los cursos para los que desea configurar. El timón es, de hecho, el trabajo, ya que el buque no se ha ejecutado en las rocas. Pero funciona a presiones inmensas de que los funcionarios son ignorantes y que sólo puede ser atribuida a la cantidad de movimiento total de la nave. Los cambios son constantes; cursos son impredecibles. Esta situación a veces he llamado "la historia como la geología", es decir, la creencia de que a veces ciertos acontecimientos históricos parece que el hombre esté catástrofes geológicas. No hay motivo para llorar sobre este hecho, por la esperanza de un curso exitoso son tan razonables como los temores de un naufragio desastroso. Pero la posición del intelectual en tales buques resulta ser bastante incómodo. A menudo se le pidió a la mejor manera de captar el timón, sólo para hacerse responsable de todos los malos resultados del gobierno torpe. Se supone que debe iluminar a sus semejantes, que, al mismo tiempo, hacen todo lo posible para evitar que iluminarlos.

Algunos intelectuales argumentan que si mi descripción es exacta, entonces las conclusiones que de ella son ilegítimos. Si funciona la sociedad en la forma de un fenómeno natural cuyas leyes son desconocidos para nosotros, no una de las tareas principales del intelectual es precisamente propuso describir el fenómeno y, en la medida de lo posible, a formular las leyes que lo gobiernan? Si esto fuera así, el intelectual no debe escuchar a aquellos que claman por la guía, sino que debe limitarse a sacar el estetoscopio y ausculating los golpes de la máquina social. Sería absurdo que el intelectual pretender convertirse en un legislador, un rey-filósofo, o incluso un asesor social, para comprender el funcionamiento de la sociedad debe ser su principal o su única preocupación.

La respuesta a la última dos preguntas, entonces sería una tarea fácil. De hecho, la cuarta pregunta no tendría ningún sentido en absoluto. No habría ningún sentido pedir lo que el intelectual debe hacer con respecto a la sociedad en la que vive si podía hacer una sola cosa. Mi digresión puede detenerse en este punto. Esto bien podría concordar con los deseos del lector. Es una pena que él no estaría de acuerdo con las exigencias de la realidad.

Que mi descripción ha sido precisa no significa, sin embargo, que ha sido completa. La historia no es como la geología, sino que sólo sucede que a veces parece como si se tratara de una naturaleza geológica. La desesperación y la resignación a continuación, puede intervenir, pero sólo para preparar la mente para una mayor cantidad de coraje intelectual. Después de todo, nuestra sociedad no se ha quedado en las rocas. No es como un accidente esperando pasivamente un inventario de las causas que produjeron el desastre, sino que se deriva tal vez, pero al mismo tiempo, se está abriendo camino con más poder que nunca. El intelectual tanto, podemos decir algo acerca de su curso. En efecto, tres posibilidades están abiertas a él a este respecto. Por un lado, se puede tratar de entender la naturaleza de su sociedad. Por otra parte, se puede tratar de justificarlo. Por último, se puede tratar de cambiarlo. Ninguna de estas posibilidades excluye a los otros, y se combinan por lo general. Pero para evitar complicaciones innecesarias voy a dejar de lado las combinaciones y concentrarse en los más simples alternativas.

Sociedad La comprensión es aproximadamente equivalente a decir: "La sociedad es así y así", y esto en un doble sentido. En primer lugar, en el sentido en que el científico dice a menudo: "La naturaleza es así y así". En segundo lugar, en el sentido en que ordinariamente decir que "el mundo es como que" en la medida en que creemos que es inútil tratar de cambiarlo. Los dos significados se reduce a menudo a una afirmación aparentemente trivial: "La sociedad es lo que es." Esta afirmación es comúnmente aceptado como un axioma entre los intelectuales que han llegado a la conclusión de que el funcionamiento de la sociedad son fundamentalmente similares a las obras de la naturaleza. Sin embargo, su aceptación tiende a generalizarse en los períodos en que los hombres sienten que son, por así decirlo, aplastado bajo el peso de la sociedad. Además, los dos motivos suelen combinar: reducir los procesos sociales a los procesos naturales es a la vez la causa y el efecto de un movimiento de alejamiento de la sociedad del miedo de la sociedad. De ahí que la actitud de comprensión a menudo conduce a una actitud de justificación, para declarar que la sociedad es lo que se constituye el primer paso para proclamar que es como debe ser.

El que justificaría la sociedad ha de hecho, sólo añadir a la declaración, "La sociedad es como que," la conclusión breve ", y así debe ser." Sin duda, la conclusión contiene un juicio de valor que no se encontraba en la premisa. Pero si la conclusión no fue implicado lógicamente en la premisa, se sugirió fuertemente en él, la justificación del ser de la sociedad simplemente hace explícito lo que ya estaba implícito en la comprensión de su naturaleza. Las dos afirmaciones parten de una premisa común: la idea de que la sociedad es sólo una realidad actual, sin potencialidades implícitas. Esta suposición común es, a su vez, basado en una tesis tan simple como es famoso: el dogma de Parménides: "Lo que es, es decir," a la que se acostumbra a añadir apotegma de Hegel, "¿Qué es, debe ser." Y tal vez esto es cierto de las cosas materiales. Pero en la vida humana "ser" implica "poder ser". Las actitudes mencionados anteriormente son, entonces, realista sólo en apariencia; que amputar un fragmento significativo de la realidad humana que después de la operación el paciente es apenas reconocible.

En consecuencia, muchos han creído que sólo la tercera actitud es insostenible: "La sociedad no debe ser entendido, pero ha cambiado." ¿Cansado de contemplar el mundo, algunos intelectuales han decidido modificarla. Sin embargo, la adopción de un cambio de actitud de búsqueda como la única posición defendible puede dar lugar a resultados no fundamentalmente diferentes de los obtenidos por la adopción de los valores y actitudes que justifican. De hecho, llevado hasta sus últimas consecuencias, la posición de cambio de la búsqueda de es, a su manera, una actitud pasiva. Es pasiva con respecto al futuro, o mejor dicho, con respecto a un cierto futuro hacia el cual, se dice, la "Marcha de la Historia" es inevitable proceder. El intelectual, entonces, parte de la revuelta, pero termina en la conformidad.Para tratar de entender la sociedad es declarar que lo que es, es. Para tratar de justificar la sociedad es establecer que lo que es, debería serlo. Pero para tratar de cambiar la sociedad, y no hacer nada más, equivale a proclamar que lo que será, será.

Parece que el intelectual puede hacer nada más que conformarse a la presente o en el futuro. Pero debe de acatar? La cuarta pregunta ahora espera una respuesta. Tiene que ser una respuesta muy ambigua: sí y no, o más bien sí en un sentido y no en otro. Tengo dos razones para tomar este curso. En primer lugar, el intelectual no puede dejar de adoptar todas las actitudes anteriores, porque no puede evitar entender la sociedad y la adaptación a él de alguna manera. En segundo lugar, no debe limitarse sólo a la adopción de las actitudes anteriores, porque la conformidad puro, es decir, la adaptación a la sociedad, presente o futuro, aboliría el único bien que permite que florezca la vida intelectual, a saber, la libertad.

Si las ideas sobre la realidad social siempre estaban completamente subordinadas a la estructura actual del cuerpo social, la respuesta sería fácil: el intelectual debe adaptarse, en todo caso. Si, por el contrario, las ideas sobre la realidad social siempre estaban completamente separada del cuerpo social real, la respuesta sería igual de fácil: el intelectual siempre debe rebelarse. Afortunadamente, las relaciones entre las ideas sobre la realidad social y de la propia realidad están lejos de ser sencilla e inequívoca, sino que se combinan de maneras innumerables, constantemente se atraen y se repelen entre sí, y, sobre todo, con frecuencia se superponen. En último análisis, los partidarios tanto de la adaptación pura y de rebeldía pura negar que hay es una relación entre la realidad social y las ideas sociales; por adaptar completamente las ideas y la realidad a la otra o por completo los separa unos de otros, todas las relaciones son de hormigón eliminado. Las relaciones flexibles y sutiles, a menudo, imprevisibles y que se establecen entre las ideas y la realidad social se sustituyen por identificación o, lo que en la práctica equivale a la misma cosa, por una falta total de contacto. Para mantener el contacto entre los dos elementos, sin caer nunca en la trampa de identificar por completo hace que la respuesta a nuestra pregunta un desafío más formidable, pero da esperanzas mucho mayores. De hecho, las muchas lagunas dejadas por la interacción constante entre las ideas y la realidad social abrir el campo en el que la libertad obstinada lucha por su vida.

Las posiciones que el intelectual razonablemente debería adoptar con respecto a su sociedad están siempre dominados por la interacción constante entre los elementos mencionados anteriormente. Dos de los casos, sin embargo, pueden surgir que el intelectual debe considerar con atención particular.

Supongamos que, fiel a su misión, los intelectuales se compromete a defender la libertad de pensamiento. Supongamos que entra en esta empresa tan ardientemente y en serio que está dispuesto a sufrir el martirio en defensa de la libertad. ¿Podría hacerlo mejor? Parece como si nada más se puede decir en alabanza de su propósito. Por desgracia, estar dispuesto a aceptar el martirio sin ninguna otra consideración es equivalente a la fuerte subida en las alas de las ideas y despedir a la realidad. La existencia de la relación entre las ideas y la realidad de haber caído en el olvido, el pecado de creer en una separación completa entre los dos va a estar comprometido. La actitud del intelectual puede ser loable, sino que también puede, sin embargo, ser infructuosa. Por disposición a someterse martirio es una cosa excelente en una sociedad que cree en mártires, o que al menos contiene un grupo razonablemente grande que cree en ellos. Pero ¿y si nadie le presta la menor atención a ellos? Incluso si consumó el martirio del intelectual será inútil. No va a ser un testimonio, sino una aniquilación física pura. Algunos, lo sé, que sostienen que toda la sangre derramada por una causa noble es fructífera. Pero innumerables hechos históricos hablan en contra de esta metáfora. En ciertas ocasiones, pues, el deber del intelectual bien puede consistir en hacer un esfuerzo dirigido hacia un egoísta aparentemente final supervivencia.

¿Significa esto que la supervivencia es lo que se persigue siempre ya toda costa? Lejos de ello. Imaginemos ahora que, a fin de preservar la libertad de pensamiento, o un grado razonable de que un intelectual-se dijo que sería conveniente ceder, al menos parcialmente, a la coacción externa. A primera vista, nada parece más razonable. Pero los resultados desastrosos puede sobrevenir si, una vez más, las relaciones existentes en un momento dado entre las ideas y la sociedad no son considerados. El cumplimiento de la sugerencia puede ser la premisa de un resultado catastrófico. Después de todo, la insinuación de que el intelectual debe ceder el paso a la coerción no es sólo una hábil maniobra destinada a arruinar su posición. En algunas otras ocasiones, pues, el deber del intelectual es resistir a la última trinchera, siendo ésta la única acción que puede ser a la vez eficaz y genuina. Otros ejemplos son apenas necesario. Los precipitadamente esbozado será suficiente, espero, para mostrar hasta qué punto una simplificación de las relaciones entre el intelectual y su sociedad puede, dependiendo de las circunstancias, hacer la primera un extraño o un esclavo, y el segundo, también en función de las circunstancias, un fantasma impotente o una realidad aplastante.

Estos ejemplos, lo reconozco, son más bien desalentadores. ¿Debe el sucumbir a un relativismo intelectual desnudo, siempre se dedicaba a la elaboración de una estrategia suelto ya menudo peligrosas que no ve más allá de los medios a emplear y que no tiene ningún objetivo fijo a seguir?

A mi modo de ver, este no es el caso. Sin duda, la insistencia en los medios nos puede hacer perder de vista extremos. Pero los diversos medios y cambiante que se fuerza el intelectual a emplear debe ser siempre único medio en virtud de sus extremos. Lo que estos fines son es una pregunta que tengo que dejar abierta para el presente. Me limitaré a señalar dos de ellos: la libertad y la objetividad. Finaliza, en todo caso, nunca debe convertirse en absolutos metafísicos, sino que deben estar íntimamente conectado con la realidad. Por lo tanto yo no abogo por la subordinación de los fines a los medios, así como yo no propongo la justificación de los medios por sus extremos. De hecho, los medios y los fines son igualmente necesarios e igualmente operativa. Actuar de una sociedad, el intelectual requiere de dos cosas a la vez, inevitables: la ética y la política. Si él tiene sólo el primero, va a terminar en la abstracción pura. Con el segundo, terminará en confusión abominable. Así, el problema del intelectual en la sociedad demuestra que es un aspecto fundamental del eterno problema de la relación entre fines y medios. Este problema, quizás el problema más significativo en la ética-no puede ser resuelto mediante el sacrificio de uno a otro, pero sólo haciendo hincapié en uno de vez en cuando con el fin de salvar al otro. En rigor, el problema no puede ser resuelto por completo, ya que medios y fines nunca son bien conceptos abstractos o realidades absolutas, sino una mezcla constante cambio de los dos. Es, por cierto, una mezcla tan difícil de entender, ya que es imposible de evitar.

"Los lenguajes de la historia"

José Ferrater Mora

Comencemos con un sueño, tal vez una pesadilla: soñamos que estamos vagando por los pasillos interminables, flanqueada por estantes con los libros apretados, colecciones de publicaciones periódicas, y reimpresiones. Después de un rato nos tememos que se nos ha atrapado en Jorge Luis Borges "Library total", pero nos sentimos aliviados al descubrir que la biblioteca está rodeada por murallas. La Biblioteca no es infinita, pero no deja de ser colosal. Tiene que ser porque tiene todos los escritos producidos hasta el momento en que se pueden presentar bajo la etiqueta de "Historia", con lo subetiquetas que sea necesario. Vamos a darle un nombre: el "Herodoto Biblioteca Memorial", o HML para abreviar.

Con el fin de evitar ensuciar las cosas más de lo necesario, propongo la adopción de una variante de la regla de Occam. Lo llamaré "Salustio" Scissors "(en honor a uno de los historiadores más concisas que yo sepa). Mi regla tiene dos secciones: 1. "Historia" se debe entender como "humano history'-historia de los seres humanos y de sus logros no menos que de sus fracasos más abundantes. Por lo tanto, vamos a permitir que en los escritos no HML sobre temas como "Historia Natural", aunque vamos a permitir, por supuesto, las historias de investigación en seres humanos en el campo de la Historia Natural. 2. HML será estrictamente historiográfico. Se llevará a cabo sólo los escritos históricos, es decir, piezas escritas por los historiadores, ya sea profesional o amateur. Podrá tener listas de tales escritos, o bibliografías de los escritos históricos, pero no los materiales que los historiadores hayan utilizado, o podrían utilizar, para escribir sus piezas. La correcta aplicación de la regla 2 puede requerir algunas pautas, ya que no siempre puede ser perfectamente claro si se trata de "obras históricas" o con "materiales para escribir la historia". Es una autobiografía de una escritura de la historia o se trata de un material para la historiografía? Obviamente, podría ser a la vez. Por otro lado, se puede asumir con seguridad que los documentos, pergaminos, sermones, discursos políticos, los registros bautismales, inscripciones, las listas de los hallazgos arqueológicos, etc no será parte de la HML. Lo mismo sucede con mayor razón con películas, discos, videocasettes y objetos tales como frascos, ropa o muebles.

Incluso con la ayuda de tijeras Salustio ', la HML probablemente será enorme en tamaño y desconcertante en la variedad. Esta contendrá crónicas (que son las descripciones, a menudo bastante detallados y sofisticados, de los acontecimientos históricos), historias de todo tipo, de las comunidades humanas (tribus, naciones, razas, partidos políticos, asociaciones religiosas e iglesias, clases sociales); historias de determinados períodos en la vida y desarrollo de dichas comunidades humanas, historias de interrelaciones entre al menos algunos de ellos, las historias de las llamadas "edades" (la "edad de la razón"), la historia diplomática, la historia poco diplomático, las historias de las instituciones, las revoluciones, las guerras , los tratados de paz; historias de los condados, ciudades, pueblos, aldeas, etc. Sin duda, la HML también contendrá historias de determinadas actividades humanas: la política, la economía, la agricultura, la industria, la tecnología, el arte, la religión, la ciencia, con cualquier número de subdivisiones para la filosofía, la historia de la lógica o la epistemología, la ciencia, historia de la física o la biología, el arte, la historia de la literatura o la música. No hace falta decir, contendrá historias en las que los diversos asuntos posibles sujetos se combinarán, vamos a tener una o dos historias de la lógica india, uno o dos de música folclórica húngara, uno, al menos, de la arquitectura siciliana entre 1415 y 1567.El tema puede ser tan variada como sea posible, tendremos historias de supersticiones, de las luchas contra las supersticiones, de las modas, jardinería, canciones infantiles, mala poesía, las artes culinarias, burlesque, y así sucesivamente. Escritos históricos en sí no escapará a los tentáculos de la historiografía. Una parte razonable del HML se dedicará a la historia de la historiografía, y cuando habrá bastantes de ellos, una sección se agregará con las historias de tales historias, y, por supuesto, bibliografías de todos ellos, además de bibliografías de bibliografías tales , y así ad infinitum , si no hasta la saciedad .

En vista de esta variedad estupenda, empezamos a tener dudas sobre la pertinencia o viabilidad de cualquier tema llamado "Historia", independientemente de cómo se especifica minuciosamente. ¿No sería más sensato organizar nuestras bibliotecas nonhistoriographical otras tantas secciones o sucursales, según sea necesario, con subsecciones llamadas "Historia de ..." añadido a cada uno? Por lo tanto, si tenemos una sección dedicada a, por ejemplo, la astronomía, le reservamos un apartado para la Historia de la Astronomía; Si tenemos una sección llamada "Sri Lanka", tendremos secciones reservadas para la historia de Sri Lanka, por la la historia de sus instituciones políticas, de su música y de su literatura. 'History' significa sólo una cierta descripción y / o explicación de "lo que ha sucedido" en la zona, la comunidad, o en el campo considerado.

El problema es que los historiadores pueden afirmar que su actividad es perfectamente legítimo y no necesariamente accesoria a cualquier otro, por lo que tienen sus propios problemas para hablar y sus metodologías propias para luchar de nuevo. El hecho de que estos problemas no son siempre fáciles de resolver, y esas metodologías son objeto de grandes disputas, no es una razón suficiente para acabar con la historiografía como una empresa de gran envergadura. La historia no puede ser, como los antiguos reclamado, una de las musas, pero es el nombre de una disciplina de pleno derecho que necesita su organización propia biblioteca. ¿Cómo debería organizarse Es decir, si por supuesto, un problema interno de la historiografía. Algunos han afirmado que la historiografía se pueden dividir en dos tipos de empresas: uno podría ser "la historia en general"-es decir, en su mayoría "historia total de una comunidad", y la otra sería "historia especializada", que significa "la historia de algún aspecto concreto de una comunidad o de alguna actividad humana en particular. " ¿Cómo se relacionan la historia especializado en historia total es un dilema perenne historiador. Los historiadores de mentalidad más filosófica adoptar, consciente o inconscientemente, lo que en otros tiempos fue reconocido como una visión del mundo, con énfasis, según el caso puede ser, en la política, la economía, o ideas. Los historiadores filosóficamente más cautelosos adoptar algún tipo de "parámetro", como la llamada "mentalidad". "Historia total", sin embargo, sigue siendo un ideal, porque no hay final en la serie de posibles "puntos de vista", "parámetros" o "contextos". Ni siquiera Montalliou es una historia total de Montalliou, ya que presupone una serie de contextos histórico-por ejemplo, el contexto de la historia de la herejía cátara, que a su vez presupone el contexto de las herejías cristianas en general. De ahí que algunos historiadores reconocen que los escritos históricos son inevitablemente especializada: una historia de la geometría griega es una historia de la geometría griega, y una historia de la pintura flamenca es una historia de la pintura flamenca. Lo que los historiadores decida hacer, sin embargo, no cabe duda de que su problema labores en un cierto tipo de disciplina o empresa intelectual, que no debe confundirse con ninguna de las ciencias de la naturaleza y que no se reduce a ninguna de las ciencias sociales, a pesar de sus estrechas relaciones con este último. En cierto modo, la historiografía es, como se ha sugerido, un apéndice de cada una de las ciencias. En alguna otra forma, sin embargo, abarca todas las ciencias, ya que todos ellos tienen una historia. Por lo tanto, nuestro HML es todavía vale la pena mantener, aunque sea en nuestra imaginación. El problema es saber qué tipo de escritos que se hicieran realidad.

A esto podemos responder diciendo la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad: "El HML debe contener todo tipo de escritos históricos", pero esto es cierto sólo porque es tan trivial. Para decir algo que es a la vez verdadera y sustantiva, debemos seguir otro camino.

Los filósofos, que, o bien les gusta meterse en todo, o bien permanecer completamente al margen, tienen en sus estados de ánimo más accesible dado una serie de respuestas a la pregunta: "¿Cuál es la historia?" tanto especulativa, en el sentido de "¿Cuál es la realidad (o significado) de la historia?" y metodológicamente, en el sentido aquí elucidado de "¿Qué es la escritura de la historia, o historiografía?"A tal efecto, se han escrito abundantemente acerca de cosas tales como la estructura de los hechos históricos, la posibilidad o imposibilidad de leyes históricas, la naturaleza de la explicación histórica, y así sucesivamente. Además, se han discutido a menudo "qué" es, o en ocasiones "quién" es el sujeto de la historia, por ejemplo, los grandes hombres (como Carlyle afirmó) u "hombres pequeños" (como Tolstoi afirma). Han hablado largo y tendido sobre si las civilizaciones existen y si es así ¿cuántos hay, y sobre si la historia es progresiva, degenerativa o meramente repetitivo. Incluso han inventado una disciplina llamada "filosofía de la historia", que se han clasificado en dos tipos: formales de análisis, y la crítica, o sintético, materiales y especulativo, con un montón de debates sobre el carácter legítimo o ilegítimo de cada uno de estos "filosofías". Por encima de todo, ellos han llegado con sus propias ideas acerca de lo que los historiadores "debe hacer". Entre sus propuestas, selecciono el siguiente:Los historiadores deben "atenerse a los hechos", y no preocuparse por "lo que significa que los hechos", pues bien puede no significar nada en absoluto, pero incluso si significan algo, no sería negocio de los historiadores para tratar de averiguarlo. Encontrar esto es o negocio de un filósofo o de nadie más. Escritura de la historia debería ser el principal, si no exclusivamente, descriptivo.Escritura de la historia sería imposible o poco interesante a menos que algunos acontecimientos fueron reconocidos como hechos históricos. Ahora, un hecho histórico que cuenta como sólo en determinadas condiciones las cuales es la tarea del historiador de dilucidar. No hay simples "hechos duros" de la historia, los acontecimientos pueden, o no, se convierten en hechos históricos, de acuerdo a cómo les va con posterioridad. Por lo tanto, se limita a seleccionar lo que va a ser considerado como un hecho histórico es un paso importante por el historiador. Es por el momento una cuestión discutible si esa medida es de hecho una "interpretación".

Los historiadores deberían estar preocupados por los acontecimientos-o con aquellos eventos que cuentan como hechos históricos y que no tiene que preocuparse acerca de los objetivos, intenciones, sentimientos o pensamientos de los seres humanos que promueven, o experiencia, estos pares. Después de todo, los hechos históricos pueden ser independientes de los objetivos, intenciones, pensamientos, etc, de los seres humanos.

Los historiadores deberían estar preocupados, sobre todo, con los pensamientos, propósitos, intenciones, etc, de los seres humanos. Los hechos históricos son, por lo tanto, "interior", si ni siquiera en un sentido estrictamente psicológico de la "interna". El hecho de que César cruzó el Rubicón no es en sí mismo un hecho histórico objetivo de César al cruzar el Rubicón, en cambio, es-o era-como un hecho.

Los historiadores deben tratar a la historiografía como una empresa científica. En cualquier caso, se debe tratar de encontrar la manera o maneras en que casos particulares están "cubiertos" (y por lo tanto ", explicó") por las leyes generales. El llamado "modelo nomológico"-como originalmente propuesto por Hempel, es el modelo histórico adecuado, incluso si, como él mismo sugirió-Hempel refinamientos son necesarios con el fin de hacerlo más adecuado para el desarrollo de la ciencia histórica

Los historiadores deberían tratar los hechos históricos y / o eventos como único e irrepetible. Algunas ciencias nomotéticas "" ciencias, en los términos Windelbands-establecer leyes; otras ciencias "ideográficas" ciencias del filósofo mismo los Términos de describir los acontecimientos singulares. La historiografía es, según Windelband, una totalmente "idiográfico" ciencia.

Hay dos procedimientos cognitivos principales. Uno se basa en la explicación, y el otro, al "entendimiento". Explicación es en gran parte analítica. La comprensión es en gran medida, si no exclusivamente, interpretativo o hermenéutico. Algunos dicen que si quiere que la historiografía, como Kant diría, "para entrar en el camino seguro de la ciencia", debe ser capaz de proporcionar explicaciones. Esta afirmación se contradice con los que afirman que la propia ciencia, incluidas las ciencias naturales, no puede evitar algún tipo de enfoque hermenéutico, de la verdad científica, si es contagiosa en absoluto, debe ser intersubjetivo, y por lo tanto debe depender de supuestos reconocidos por la comunidad científica o , como algunos lo puso, sobre la "autoridad epistémica" de la comunidad.Sin duda, cada una de estas propuestas tiene algún mérito, sobre todo cuando, como sucede a menudo, cada uno está debidamente cualificado. Por lo tanto, podemos refinar los modelos que abarcan el derecho hasta que alcancemos una explicación razonable de conjuntos de hechos históricos o podemos utilizar procedimientos ideográficos como puntos de partida para nuevas generalizaciones. También podemos construir todo tipo de puentes entre el método llamado "explicación" y el método llamado "entender", hasta que llegamos a la conclusión de que estos dos métodos, no son tan excluyentes como lo fue originalmente proclamado.

Ahora bien, todas estas propuestas, incluso el más abierto de mente y menos dogmática, tienen un defecto: la misma falla, me temo, que hace tick filósofos. Todos ellos están dirigidos a proporcionar los historiadores de las reglas, o al menos con sugerencias, para la "escritura correcta de la historia". El problema es que los historiadores realizar su tarea sin consultar a los filósofos de la historia, ya sea analítico o especulativos que tanto en la misma forma que los científicos realizan sus tareas sin elaborar análisis epistemológicos. Me parece que debemos comenzar con una declaración de confianza: los historiadores saben lo que están haciendo, y normalmente lo hacen de la mejor manera posible. Debemos, por lo tanto, examinar sus procedimientos y, finalmente, extraer de ellos algunas consecuencias filosóficas. Esto lo hará por medio de un examen de "las lenguas de la historia", es decir, de la historiografía, o escritura de la historia. El plural de "lenguas" es la palabra esencial aquí. Los historiadores usar, y tienen derecho a utilizar, diferentes tipos de idiomas, a saber, "muchos tipos de expresiones lingüísticas." De hecho, cualquier tipo de expresión que se utiliza (de buena fe) por cualquier historiador de renombre voy a considerar como un buen ejemplo de "lengua histórica".

Ahora, cuando leemos obras históricas, nos damos cuenta de que, de los muchos tipos de expresiones lingüísticas que los historiadores utilizan, tres pueden ser elegidos para la distinción. Voy a agrupar bajo el nombre "I Idioma", "Lenguaje II" y "III Idioma". Antes de boceto en lo que cada uno de estos "lenguajes" consiste, quiero hacer dos observaciones preliminares.Estos tres "lenguas" No, de hecho, no es necesario-siempre aparecen muy claramente separados el uno del otro en la literatura historiográfica. Hay en esta literatura una mezcla constante de los tipos de estados. Vamos a abrir al azar un texto clásico en la historia: Edward Gibbon es la decadencia y caída del Imperio Romano . Las siguientes declaraciones son parte de este texto. "Durante la ausencia del emperador [Maximin], un destacamento de la guardia pretoriana se mantuvo en Roma para proteger, o mejor dicho, de mandar, de la capital." "Cada movimiento de Julián traicionado su perplejidad temblor." "Los últimos años de Galerio fueron menos vergonzoso y lamentable, y aunque se había llenado de tanto mayor gloria de la estación subordinada de César que el rango superior de Augusto, que conserva hasta el momento de su muerte, el primer lugar entre los príncipes de la mundo romano ". "La religión cristiana, que se dirigió a toda la raza humana debe ... recoger un mayor número de prosélitos de la menor de las filas superiores de la vida". "Los diecinueve años que precedieron a la victoria [Constantino] final sobre Licinio había sido un período de licencia y guerra intestina". "Los restos de Julian fueron enterrados en Tarso, en Cilicia, pero su tumba majestuosa, que surgió en esa ciudad en las orillas de los Cydnus frío y límpido, fue desagradable a los fieles amigos que amaban y veneraban la memoria de ese hombre extraordinario. " Todas estas declaraciones bien puede ser falsa. O historiadores actuales pueden ser menos favorable que Gibbon inclinado a hacer juicios, o adjetivos inserción ('vergonzoso', 'desafortunado'), pero el trabajo de Gibbon es una pieza muy respetable de la historiografía. Contiene, como se puede ver a partir de los ejemplos presentados, bastantes tipos buen número de estados, incluyendo inferencias y conjeturas. Diferentes historiadores escribir en diferentes estilos, pero en la medida en que escribir algo de "historia de ..." especialmente antecedentes de una o varias comunidades humanas, no pueden evitar el uso de diferentes tipos de expresiones lingüísticas, incluso en un pêle-Mele, o aparentemente pêle-Melé, moda. Lingüísticamente hablando, los historiadores parecen ser más bien "indiscriminada" o "informal", aunque siguen un orden (principalmente, aunque no exclusivamente, temporal).

Las expresiones de cualquiera de estos tres idiomas se pueden encontrar en cualquier tipo de historiografía-en las historias de la agricultura, de las instituciones jurídicas, de la química orgánica, de los métodos educativos, etc, - pero se encuentran en abundancia, así como la forma más compacta, en las obras que retratan la historia de una comunidad humana-obras que antiguamente eran en su mayoría "historia política", y que ahora son una mezcla de la historia política, social, económica y cultural. Mis ejemplos de los tres idiomas se tomará de este tipo de historia, con especial énfasis en los más generales, los aspectos "políticos". La llamada "historia total", o "historia de las mentalidades", a un lado, éste puede ser el tipo más común y permanente de la historia. Después de todo, tiene más sentido-puede ser también más difícil de escribir una historia de Francia, Estados Unidos, China, la Unión Soviética, Roma, Grecia, y así sucesivamente, que a confinarse a la historia de la arquitectura Lethonian o albanés música. Es bastante probable que el "estudio adecuado de los historiadores" es alguna comunidad humana, o algún conjunto de las comunidades humanas.Daré tres ejemplos de cada una de las "lenguas de la historia (o historiografía)" y examinar algunas de sus características interesantes.

Ejemplos de Lengua I:

-Dispatch de Bismarck Elms se hizo público el 12 de junio de 1870.
-Felipe II fue rey de España entre 1556 y 1598.
-Constantinopla cayó ante los turcos en 1453.

(A) En la historiografía, estas declaraciones parecen jugar un papel similar al que jugó en algunas de las ciencias naturales por expresiones tales como "el agua hierve a 104 grados pesados ​​Celsius ', o' Gelandine tiene pequeñas flores amarillas. Sin embargo, hay una diferencia importante entre los dos tipos de estados. Los enunciados científicos como el establecido anteriormente contienen nombres de las clases de objetos-o, como en el caso de "agua pesada", los llamados "términos de comunicación". Por otra parte, las declaraciones históricas en un lenguaje que normalmente contienen nombres de elementos y directamente se refieren a hechos concretos.

(B) La "forma" de las afirmaciones históricas en un lenguaje que parece estar más cerca de la de afirmaciones como: "La distancia entre la Tierra y la Luna en el momento t es 201,213 millas. A pesar de esta distancia puede, por así decirlo, se repiten periódicamente, la declaración relativa a esta distancia se refiere a un hecho concreto (o evento) determinado por el tiempo t . Sin embargo, mientras que 'La distancia entre la Tierra y la Luna en el momento t es 201.213 millas ' puede servir para describir las condiciones iniciales de un sistema, ninguno de los tres ejemplos históricos aportado describir las condiciones iniciales de cualquier sistema.

(C) Todos los estados mencionados, tanto históricos y científicos, se puede verificar o, en su caso, falsificada. Las formas de verificar las afirmaciones históricas son, sin embargo, a diferencia de los modos de verificación o falsificación, de muchas afirmaciones científicas del tipo indicado. Se ha dicho, en su mayoría por partidarios de la doctrina cargada de teoría en la filosofía de la ciencia, que las verificaciones científicas y / o falsificaciones tener lugar dentro de un contexto determinado, y, en todo caso, se llevan a cabo con la ayuda de instrumentos que a su vez presupone la aceptación de una teoría científica. En este sentido, parece que hay cierta similitud entre algunos tipos de enunciados científicos y declaraciones históricas de Idioma I. Esta similitud se acentúa cada vez cargados de teoría-doctrinarios combinar una teoría científica con algún tipo de hermenéutica. Dos puntos, sin embargo, vale la pena notar. En primer lugar, las doctrinas sobre carga teórica se puede interpretar de varias maneras. Decir que una teoría científica determina lo que ha de ser considerado como un hecho no siempre implica necesariamente que los hechos derivan de las teorías científicas, sino que simplemente puede significar que se puede hablar de hechos sólo por medio de alguna teoría. En segundo lugar, las teorías científicas no necesitan ser equiparada con la hermenéutica. ¿Qué se considera un hecho en la historiografía es cierto contexto histórico, no una vista hermenéutico de hechos o datos falsos.

(D) Los ejemplos de lenguaje que indicar acontecimientos que, por el momento, sólo se presentan como tales. Son descriptivo hasta la médula. Con el fin de hacer una declaración pertinente es posible que tengamos que estar familiarizado con una gran cantidad de conocimiento histórico, pero la declaración no dice (o la intención de decir) más de lo que dice. No sabemos lo que impulsó a Bismarck a hacer públicos los Elms Despacho el 12 de junio de 1870, aunque estamos seguros de que no tenía razones para hacer lo que hizo cuando lo hizo. Las razones, sin embargo, no altera el hecho en lo más mínimo.

(E) Los tres ejemplos históricos aducidos son, incluso gramaticalmente hablando, "simple". Sin embargo, esto no los hace similar a lo que algunos filósofos llaman "hechos atómicos", ni siquiera a los "históricos hechos atómicos". "Constantinopla cayó ante los turcos en 1453" se puede decir que se refieren a: algún grupo en particular de los turcos, cada uno de los invasores turcos, cada uno de los defensores de Constantinopla, y cada una de las armas utilizadas para el ataque como para la defensa , así como a una gran multiplicidad de acontecimientos que tuvieron lugar en el momento de la caída de Constantinopla (aunque no es, o era, ningún momento particular, cuando en realidad esta ciudad "cayó"). Ejemplos históricos en un lenguaje que puede referirse a alguna colección de hechos, que simplifican y abrevian por medio de uno, y sólo uno, comunicado.

Ejemplos de lenguaje II:

Políticas de Bismarck causado (al menos "indirectamente") el 1870 Guerra Franco-Prusiana.
II-Felipe defendió a la Iglesia Católica, o la creencia, contra Gran Bretaña.
-Constantinopla caída marcó el fin del Imperio Bizantino.

(A) la verificación directa, o falsificación de éstos, y declaraciones similares, no es posible. Si tenemos que hablar de la verificación o falsificación, siempre es como un procedimiento indirecto. Los eventos pueden estar relacionados de manera tal que la afirmación "la política de Bismarck causaron el 1870 Guerra Franco-prusiana", entonces se convierte en realidad, o al menos altamente probable. Escrito documentos, así como las cuentas de las decisiones y acciones emprendidas por Felipe II, contribuyen a certificar que este Rey defendió a la Iglesia Católica, o la creencia, contra Gran Bretaña. Si alguien afirma que no lo hizo, él estará en serios problemas desde el punto de vista del historiador. Sin embargo, las intenciones también hay que tener en cuenta aquí, y a menudo estos propósitos son meramente el objeto de conjeturas más o menos inteligente. Que la caída de Constantinopla marcó el fin del Imperio Bizantino es un "hecho" que consiste en un gran número de hechos, lo cual se comprueba cada vez que nos fijamos en lo que quedaba del Imperio Bizantino después de la caída de Constantinopla (aún queda de lo que ha sido en general asumido). Si aún desea utilizar el "verificacionismo" lenguaje, podemos decir que tenemos en estos ejemplos no simples, o de uno a uno, sino múltiple, es decir, uno-a-muchos, muchos-a-uno , y muchos-a-muchos verificaciones. Los datos utilizados en estas verificaciones son más complejos que los utilizados en la verificación de las declaraciones de Lengua I. De hecho, no sólo tenemos que hacer frente a los "hechos", sino también, y sobre todo, con las intenciones, datos demográficos e ideológicos luchas, las condiciones económicas y las relaciones, etc

(B) Como se sugiere por los ejemplos, los estados en el Lenguaje II puede ser de varios tipos. Lengua II no resiste a la Lengua I como "el lenguaje explicativo" se refiere a un "lenguaje descriptivo". Por otro lado, todas las declaraciones de Lengua II tienen algo en común: se exhiben grados variables de "generalidad", en contraste con lo particular, aparentemente irreductible, el carácter de las declaraciones en un lenguaje I. Estados de Lengua II no surgen como consecuencia de generalizaciones inductivas de los estados de Lengua I. Actual escritura de la historia, en todo caso, no consiste en afirmar hechos en sucesión (principalmente cronológico) simplemente con el fin de llegar al final un poco de "conclusión general". Así, podemos describir los reales decretos de Felipe II, Antonio Pérez enfrentamiento con el rey, la construcción de la Armada, etc, y aún así no ser capaces de concluir que Felipe II defendió a la Iglesia Católica, o la fe. Para defender una Iglesia, o una fe, no es ni un hecho singular ni tampoco es una generalización de hechos singulares. Es más bien un estado de cosas que, por supuesto, hechos singulares pueden probar o refutar. Del mismo modo, las "causas" no son hechos, sino formas de relacionarse hechos.

(C) Una declaración en un lenguaje que no es equivalente a cualquier otra declaración en el mismo idioma, puede haber un cierto grado de equivalencia entre una serie de declaraciones en Lengua II. No estoy hablando de "equivalencia lógica", sino más bien de un cierto grado de'' alternativamente ", que hace algunas afirmaciones mutuamente" comparable ". Así, la afirmación" la política de Bismarck hizo que el 1870 Guerra Franco-Prusiana, "es en este sentido equivalente o "comparable" a la afirmación "la política de Bismarck roto el equilibrio político de poder que prevalece en Europa occidental en 1870," pues aunque el equilibrio de poder podría haber sido interrumpido por medios distintos de la década de 1870 Guerra Franco-Prusiana, esta guerra debe entenderse en relación muy íntima con la ya mencionada "ruptura del equilibrio político del poder." De hecho, algunas declaraciones en función Idioma II como formas diferentes de hablar sobre el proceso histórico mismo. Por lo tanto, las declaraciones de Lengua II son objeto de disputa constante y revisión, pero es dudoso que la escritura histórica sería posible, o en todo caso interesante, sin ellos.

Ejemplos de lenguaje III:

-El 1870 Guerra Franco-prusiana de manifiesto la unidad de Europa, paradójicamente, se manifiesta por medio de una serie de conflictos internos económicos y las tensiones ideológicas.
-La decadencia de España y de la expansión imperial de Gran Bretaña comenzó con Felipe II.
-Con la caída de Constantinopla en 1453 , el último bastión de la cultura antigua desapareció en la parte oriental del antiguo Imperio Romano.

(A) Algunos muy controversial términos "unidad", "conflicto interno", "tensión ideológica", "decadencia", "bastión de la cultura antigua, 'se introducen aquí y algunos otros, como" la falta de unidad, de "desintegración" , "progreso", "etcétera, están implicados. Puede afirmarse que estas condiciones deberían ser prohibidos de la historiografía, pero puede ser también argumentó que la ausencia de estos, y términos similares, dejaría lagunas lamentables en la descripción de la historia de cualquier comunidad humana. Desde que he tomado como punto de partida los procedimientos normales de los historiadores, considero que estos términos son aceptables, aunque me inclino a creer que se debe utilizar con parsimonia.

(B) Estas declaraciones no pueden ser verificadas por medio de documentos, o incluso por medio de declaraciones de intenciones expresadas en los documentos debido a que en este último caso, tales declaraciones de intenciones son ya interpretaciones de un hecho histórico o un proceso. De hecho, estas declaraciones no pueden ser verificables o falsables, en absoluto.

(C) La mayoría de los términos introducidos en Lengua III son "términos de valor." Esto no significa que sean necesariamente arbitraria, sino que sólo significa que se debe abordar la forma en que nos acercamos a una luz roja intermitente en un cruce peligroso: con extrema precaución. Sin duda, estos términos, así como las declaraciones pertinentes, son de interpretación, aunque no más que palabras tales como 'vocación', 'abulia', o 'entusiasmo', en la biografía de un individuo humano. "Interpretación", por otro lado, no debe ser objeto de temor, al menos en la historiografía. De hecho, ya hay interpretación, aunque de un tipo más suave, desde el principio de cualquier empresa historiográfica. Como EH Carr ha señalado:

Vamos a echar un vistazo al proceso por el cual se transforma un mero hecho del pasado en un hecho de la historia. En Stalybridge Wakes en 1850, un vendedor de pan de jengibre, como resultado de una disputa mezquina, fue pateado deliberadamente a la muerte por una turba enfurecida. ¿Es este un hecho de la historia? Hace un año sin vacilar debería haber dicho "no". Fue grabado por un testigo ocular en algunas memorias poco conocidas, [ 1 ] pero yo nunca lo había visto juzgados dignos de mención por cualquier historiador. Hace un año, el Dr. Kitson Clark lo citó en sus conferencias de Ford en Oxford. [ 2 ] ¿Esto lo hacen en un hecho histórico? No, me parece, sin embargo. Su estado actual, sugiero, es que ha sido propuesto para ser miembro del selecto club de los hechos históricos. Se espera ahora la secunde y patrocinadores. Es posible que en el curso de los próximos años veremos este hecho aparece por primera vez en las notas al pie, luego en el texto de los artículos y libros sobre la Inglaterra del siglo XIX, y que dentro de veinte o treinta años, puede ser un bien establecido un hecho histórico. Por otra parte, nadie puede tomarla, en cuyo caso recaerá en el limbo de los hechos no históricos sobre el pasado a partir de la cual el Dr. Kitson Clark ha intentado valientemente para rescatarla. ¿Qué va a decidir cuál de estas dos cosas va a suceder? Dependerá, creo, acerca de si la tesis o interpretación en apoyo de la cual el Dr. Kitson Clark citó este incidente es aceptada por otros historiadores como válidos e importantes. Su estatus como un hecho histórico a su vez sobre una cuestión de interpretación. Este elemento de interpretación entre en todos los hechos de la historia. [ 3 ]

Si se asume que puede haber varios "idiomas de la historia"-los que más me propuso o de otra persona elección-la pregunta es ¿cómo pueden estar relacionadas. Podemos, por supuesto, dicen que no pueden relacionarse en absoluto, así que vamos a terminar resolviendo el problema de su relación asumida por el truco de larga tradición de declarar que se trata de un problema pseudo-pero luego nos quedamos con una distinción que es totalmente inoperantes, y que puede ser un pseudo-distinción. Obviamente, como he propuesto una distinción entre los "tres idiomas:" Estoy presuponiendo que puedan ser mutuamente relacionados. Ahora, hay por lo menos tres formas en que puede ser una relación establecida. Voy a llamar a estas formas "positivista", la "hermenéutica", y por falta de una palabra mejor, "el recurrente". Cada uno tiene dos versiones: una fuerte y otra débil.

La forma positivista en su versión fuerte consiste en negar que puede haber una relación ya que es, de hecho, nada que se refieren. El lenguaje histórico único aceptable es el Lenguaje I, que es totalmente descriptivo y le dice, en términos de Ranke, wie es Wirklich gewesen ista , o en la jerga de Walter Cronkite, "Esa es la forma en que es (o era)" (ni Ranke ni Cronkite, para diferentes razones, son fieles a sus consignas respectivas).

La versión débil de la manera positivista afirma que si los tres idiomas de los que he hablado se aceptan en absoluto, el segundo debe basarse en la primera, y la tercera, debe basarse en el segundo, mientras que el primero no tiene fundamento alguno, excepto " datos ". La mayoría de los positivistas sólo aceptaría Idioma I (para describir las condiciones iniciales) y una forma de lenguaje II (para formular leyes, la mayoría de las leyes probabilísticas). Algunos positivistas, ya al borde del colapso a partir de su posición original, permitiría Idioma III también, pero sólo como una especie de "lenguaje reglamentario", pragmáticamente justificable en la medida en que nos puede permitir a "hacerse una idea" de algunos hechos.

La forma hermenéutica admite a todos los tres idiomas-de hecho, puede admitir muchos más, tal vez el más mejor. En su versión fuerte, la hermenéutica es exactamente lo contrario del positivismo. Por lo tanto, expresa una preferencia indiscutible de Lengua III. Después de todo, la hermenéutica es la forma más sofisticada de cualquier método interpretativo. Por lo tanto, desde el punto de vista de la forma hermenéutica, en su versión fuerte, explicación y descripción de reglas de interpretación. Versiones fuertes de la hermenéutica son como versiones fuertes de "holismo": en ellos "la verdad es", como decía Hegel, "la totalidad".

Versiones débiles de la hermenéutica son dos. Por un lado, un practicante de la hermenéutica puede limitarse a mantener que las totalidades y partes no presentan un uno-a-uno, sino más bien una relación de uno a muchos, los conjuntos históricos mismas pueden persistir a lo largo de una serie de hechos, o descripciones. Por otro lado, un practicante de la hermenéutica pueden tener una gran hincapié en lo que se ha llamado, desde Heidegger, "el círculo hermenéutico", una comprensión de los enteros presupone un entendimiento de las partes, mientras que la comprensión de las partes presupone una comprensión de la totalidad . En nuestro vocabulario, las declaraciones en un lenguaje que presuponen las declaraciones de Lengua III, mientras que el segundo no puede formularse sin la ex-II con el lenguaje que sirve tal vez como un intermediario.

En el caso de la manera recursiva, la versión fuerte debe ser interpretado como una "versión rigurosa", y la versión débil debe ser considerado como un "flojo" o versión "informal". El sentido estricto, o significados, de 'recursive' tiene poca o ninguna aplicación a nuestro problema. No me interesa aquí con definiciones recursivas, funciones recursivas, o la teoría de números recursiva. Por otro lado, un significado "flojo", "informal" o menos definidos estrictamente de 'recursive' puede ser de alguna ayuda. 'Recursivo' es entonces el nombre de un procedimiento que, como Douglas R. Hofstadter [ 4 ] indica, tiene su análogo en el "push, pop, y la pila" o "push-down" operaciones de pila. A grandes rasgos, consiste en la posibilidad de suspender o posponer una tarea en favor de otro. En un sentido más cercano a la definición estricta de "recursivo", la segunda tarea es a menudo, como señala Hofstadter señala, "una tarea sencilla, a menudo del mismo tipo". Pero es posible aumentar esta concepción de "suspensión, o posponer, una tarea", suponiendo que la tarea realizada en el lugar de la original puede ser simple o más complejo y puede ser del mismo tipo o de un tipo diferente. Así, en una investigación histórica, e incluso en su posterior presentación de sus resultados, la forma recursiva consiste en suspender o posponer las tareas realizadas en cualquiera de los tres idiomas con el fin de realizar alguna tarea en cualquier otro, siempre que la tarea original se reanuda cuando sea necesario. Esto significa que podemos empezar con cualquiera de los tres idiomas, e incluso equiparar con tres "niveles de comprensión histórica"-y, después de un tiempo, apilar temporalmente para ocuparnos de otro idioma. Lo que se ha explorado en un idioma no es el olvido, pero finalmente es "reutilizar". Así que ir constantemente de una lengua a la otra hasta que podamos armar un cuadro histórico coherente. Este cuadro histórico se convierte, entonces, en una especie de "red".

Lo que he estado diciendo todo el tiempo que me lleva a proponer una "débil" o "informal" procedimiento recursivo en la historiografía. Este procedimiento tiene una serie de ventajas, entre ellas las siguientes: (1) se trata de un verdadero orden, o systematizable, procedimiento, (2) se hace eco de la intuición del hermeneutician de que las partes y las totalidades están inextricablemente entrelazados sin necesariamente caer en circularidad, (3 ) también se hace eco de la visión holística que las partes de un idioma, y, en particular, las declaraciones en un lenguaje que puede estar relacionado con segmentos de otras lenguas, especialmente a las declaraciones de Lengua III, en una gran variedad de formas, poniendo de relieve al mismo tiempo la función propia de cada "lenguaje", es decir, de cada "nivel". Todo esto se debe, por el momento, es suficiente.


Los textos y videos expuestos en esta web están protegidos por el Copyright. No está permitido su reproducción, total o parcial, en ningún tipo de soporte o medio, sin la expresa autorización de sus autores.
© Editanet 2008-2012.Reservados todos los derechos.