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Crítica literaria por Ana Alejandre

 

La rubia de ojos negros (novela)

La rubia de ojos negros, Benjamin Black, Alfaguara, Madrid

La rubia de ojos negros,
Benjamin black
Alfaguara

Ana Alejandre

La rubia de ojos negros, es la última novela de Benjamin Black, pseudónimo de John Banville para sus obras del género negro, quien bajo el mismo ha escrito una serie de novelas, cinco en total, dedicadas al protagonista de las mismas, el patólogo forense Quirke, y todas ellas teniendo como telón de fondo al ambiente social de Irlanda en la década de los 50, además también de publicar con el mencionado pseudónimo una novela corta: El lémur.

Este autor, decantado hacia el género negro por su mayor facilidad en encontrar siempre tramas y personajes que ofrece la vida misma y las noticias de cualquier periódico, además de ofrecer una mayor comercialidad -que es siempre uno de los mayores atractivos para cambiar de género literario-, a pesar de la excelencia que consiguió con su nombre en la novelística actual, ha escrito esta novela del género negro, en la que destaca más que la trama argumental, la descripción del personaje y el ambiente en los que luce su maestría.

El autor incide en esta novela en remarcar la piscología de los personajes, tanto del protagonista, Marlowe y su impenitente ironía desencantada, como en la agudeza cáustica de la coprotagonista, ese personaje que puede ser el remedo de toda "rubia peligrosa", cara de ángel y mente diabólicamente atractiva, pero sin caer en el estereotipo siempre fácil y ramplón, porque su talento de narrador le hace salir indemne de esa trampa en la que caen muchos autores del llamado género negro.

La coprotagonista, esa rubia de ojos negros, Cave Cavendish, rica heredera de un emporio de perfumes, entra un día en las oficinas del protagonista, Philip Marlowe -personaje creado por otro maestro del género como fue Raymond Chandler(1888-1959), escritor estadounidense, y que ahora rescata Banville por encargo de los herederos del primero-, detective que está en esos momentos de aburrimientosexistencial a los que son tan proclives los detectives ociosos con pocos clientes y menos asuntos aún de los que hacen que la adrenalina se descargue de forma continua, para hacerle un encargo profesional que consiste en averiguar si el antiguo amante, Nico Paterson, de la rubia peligrosa está o no muerto en realidad.

Para ello, Marlowe, tendrá que desplazarse hasta un lugar, Bay City, en el que conviven los millonarios, y allí tendrá que pasar un tórrido verano y enfrentarse con peligrosos matones, circular entre mansiones espectaculares y visitar lugares de encuentro donde el poder y el dinero se citan, además de esforzarse para evitar enamorarse de su cliente que, además de ser una mujer muy atractiva, presenta para el investigador un cúmulo de misterio y de enigmas a resolver.

El personaje de Marlowe está dotado de ese toque siempre interesante que confiere la mezcla sabiamente dosificada de cinismo y cierta amargura desencantada, pero no exenta de una nobleza innata que le hace resistirse ante el desaliento de una vida y sus múltiples desengaños y decepciones, pero que no han matado en este personaje icónico el instinto que le hace luchar contra las injusticias que representan los que por tener el poder que concede siempre el dinero, sin olvidar los entresijos políticos, y la hipocresía moral en la que se desenvuelven todos los privilegiados por la fortuna que hacen caja mientras predican moralidad a los ciudadanos que son, precisamente, sus mayores víctimas y asisten indefensas ante los desmanes de los poderosos.

En esta novela del género negro no sólo se va a encontrar un buen exponente del mismo que demuestra que su autor no desmerece en absoluto del gran maestro que fue Raymond Chandler del que ha cogido el testigo, resucitando a un personaje ya famoso creado por aquel y que, ahora, toma carta de naturaleza en esta obra escrita por quien no es un mero discípulo o continuador del primero, sino que se alza en esta novela con la misma maestría del creador del ya mítico personaje, porque muestra, sin duda alguna, que está a su altura y ha sabido penetrar en la psicología del personaje y aprehenderlo, sin desmerecer a su creador.

Esta novela es de imprescindible lectura para los amantes del género negro y de quien quiera iniciarse en él de manos de un autor de la categoría que es Banville, disfrazado de Benjamin Black.

 

Treblinka (Memorias-testimonio)

Treblinka, Chil Rajchman, Epílogo de Vasili Grossman, Seix Barral, 2014 240 páginas

Treblinka
Chil Rajchman
Epílogo de Vasili Grossman
Seix Barral, 2014
240 páginas

Ana Alejandre

Esta sobrecogedora obra en la que narra Rajchman, judío polaco nacido Lódz, Polonia, en 1914, que cuando Hitler invadió su país contaba 25 años y huyó de su ciudad junto a su hermana Rivke. Fueron detenidos y trasladados a un campo de extermino judío. Cuenta su terrorífica experiencia vivida en el campo tristemente famoso y cuyo su solo nombre provoca pavor: Treblinka, donde llegó junto a su joven y bella hermana, en octubre de 1942. Al llegar a ese siniestro lugar, su hermana fue enviada directamente a la cámara de gas y el autor pudo sobrevivi sólo porque se fugó diez meses más tarde. En estas memorias cuenta al mundo su terrible experiencia como testimonio veraz del horror hecho realidad en Treblinka -al igual que otros campos de exterminio, mal llamados de concentración, porque su único fin era exterminar, no conservar con vida a los prisioneros de todas las edades, sexos, condición e identidad.

Estas memorias fatídicas comienzan narrando el autor, en primera persona, la llegada en tren a Treblinka, entre el hacinamiento, el miedo, la angustia y la incertidumbre de todos los desdichados que se preguntan dónde van y para qué los trasladan, aunque temen saber la respuesta que intuyen y que les llena de terror e impotencia. La narración comienza de forma directa y objetiva, casi desapasionada, pero en cuya aparente frialdad se contiene toda la tragedia, el horror de unos hechos que sobrecogen al lector desde las primeras líneas hasta el final de la obra.

Comienza con un párrafo que ya anuncia lo que le espera al lector a lo largo de estas impresionantes memorias, escritas con la sinceridad de quien ha vivido lo que narra, pero con la fría objetividad de quien desea poner de manifiesto una realidad que parece inverosímil por el horror que encierra:

"Los tristes vagones me conducen hacia alli, hacia aquel lugar. De todas partes nos llevan: del este y del oeste, del norte y del sur. De día y de noche. En todas las estaciones del año, viajan los trenes: primavera y verano, otoño e invierno. Los transportes viajan hacia allí sin obstáculos ni restricciones y Treblinka se vuelve cada día más rica en sangre. Cuanta más gente llevan allí, más crece su capacidad para recibirla".

Continúa la narración explicando cómo fue obligado a rapar la cabeza de las mujeres antes de ser ejecutadas, de robar dientes de oro a los cadáveres hacinados, de transportar la ropa de los ejecutados de un lugar a otro entre latigazos, insultos, vejaciones, humillaciones sin fin. Escribe de toda la ignominia en la que participó obligado, de la que fue testigo, víctima y verdugo a la vez, en esos diez meses que estuvo prisionero en Treblinka, hasta que logró escapar de ese infierno durante una rebelión de los prisioneros.

Esos diez meses, aún siendo un corto período en otras circunstancias normales, fue una eternidad infernal para quienes la vivieron, y llevaban en sus pupilas, en sus cuerpos exhaustos, lacerados y famélicos el recuerdo sangriento del horror, el sufrimiento y la muerte a los que habían sobrevivido. Por eso, para no perder ni un sólo recuerdo que se desdibujara en su memoria, Rajchman, uno de los 57 supervivientes, escribe en yidish (el idioma de los judíos polacos) durante su fuga sus recuerdos de ese infierno llamado Treblinka -trasunto de otros muchos campos de exterminio que crearon los nazis-, toda la verdad de lo que había vivido, de ese piélago de crueldad, exterminio, terror y muerte.

Estas memorias permanecieron ocultas hasta la muerte de su autor, acaecida en 2004, por su manifiesta voluntad de que fueran publicadas después de su muerte. Esta obra ha sido epilogada por Vasili Grossman -el famoso autor de Vida y destino, impresionante novela basada en lo que conoció de primera mano como corresponsal del periódico La Estrella Roja, en la II Guerra Mundia- ratificando así un testimonio sobrecogedor en forma de memorias que sólo intenta manifestar su atroz realidad, ante los ojos horrorizados del mundo actual que muchas veces intenta negarla, por parecerle imposible que tal terrorífica y siniestra maquinaria de muerte hubiera podido existir con esa magnitud en la vieja, caduca y civilizada Europa en pleno siglo XX. De esa capacidad de matar, Vasili Grossman dice en su epílogo, hablando de la maquinaria de muerte nazi en dicho campo de exterminio que el «infierno de Treblinka, en comparación con el cual, el de Dante resulta un juego inofensivo e inocente de Satán».

Esta obra tiene, pues, el valor de ser un terrible testimonio de una realidad que su autor vivió y padeció y que no quiso que, a su muerte, sus estremecedores recuerdos desaparecieran con él, porque era un legado debido a la Humanidad que ésta debía conocer para evitar la siempre y terrible posibilidad de que esa trágica historia pudiera repetirse por el olvido imprudente de los hombres.

 

El amuleto (novela)

El amuleto Emilio Porta Ediciones Atlantis Madrid, 2013, 173 pp.

El amuleto
Emilio Porta
Ediciones Atlantis
Madrid, 2013, 173 pp.

Ana Alejandre


El amuleto, segunda novela de Emilio Porta y novena de sus obras publicadas, es una obra que está a caballo entre la novela como género propiamente dicho y el ensayo por las continuas reflexiones que realiza el protagonista, Cimbalé Entwonga, escritor de raza negra y profesor de literatura en Alcalá de Henares, trasunto intelectual del propio autor de esta novela, que va describiendo su vida en España donde llegó siendo un niño en una patera junto a su madre, la bella Arhwenna.

Aparecen todas las relaciones sentimentales del protagonista y lo que supusieron en su propia evolución personal, su concepto de lo que debe ser la literatura, sus ideas del pequeño mundo, de ese microcosmos inaprehensible que es el propio "yo" que nos diferencia del "otro" y que conforma la psique humana, la propia identidad y la personalidad de cada individuo.

En esta novela se encuentran también elementos que son ajenos a la misma, pero que se imbrican en un continuum temporal y narrativo como son textos de un supuesto profesor de literatura en la Universidad de Adelaida, David Nihalat, de origen armenio-judío -¿un heterónimo del autor que pasa a ser un personaje más de la novela?-, y que van conformando no sólo la realidad intelectual que el protagonista va degustando y añadiendo a su imaginario, además de sustentar sus propias ideas sobre problemas del mundo actual que van desde el problema judío-palestino y la crisis económica occidental hasta la corrupción política, pasando por su concepción de la literatura.

La obra, dividida en dos partes, en la primera la adolescencia y primera juventud del protagonista y, la segunda, narra la madurez, el presente en tiempo narrativo real, en el que el narrador en primera persona, va desgranando sus sentimientos, ideas y vivencias, tratando de entender la vida que se le antoja un enigma a desvelar que sólo ofrece reflejos momentáneos de la verdad de su esencia, ese tesoro siempre buscado por todo ser humano que se hace preguntas sobre el misterio de la vida, pero que sólo unos pocos privilegiados pueden hallar por un acto de iluminación interior, de sabiduría largamente buscada con esfuerzo, pero sobre todo con autenticidad, con sinceridad absoluta, sin querer engañarse a sí mismo ni a los demás. Sólo así puede llegar a encontrar la respuesta a ese enigma en ese lugar profundo, siempre desconocido para todos, como es el propio corazón. Es ahí donde radica la capacidad de amar, de generosidad, de entrega a los demás, a la propia vocación, a la lucha para vencer la injusticia, la búsqueda de la verdad y el conocimiento y la aceptación de la propia finitud, de las limitaciones de la vida, del incumplimiento de las ilusiones, de los fracasos después de la lucha para alcanzar los más preciados sueños.

Por esta novela deambulan personajes como Atocha, la simpática adolescente, al principio y después convertida en una mujer adulta, de origen argentino, primer amor de adolescencia de Cimbalé; Luna, la mujer vitalista, apasionada, que hace realidad sus sueños o, al menos, lo intenta sin pensar en el posible fracaso, porque en el intento encuentra sentido a la vida. La madre de Cimbalé, la bella Arhwenna, prostituta por necesidad, de piel negra y alma blanca, y un largo etcétera de alumnos, profesores, personajes más o menos permanentes en la narración, que sirven para que en los diálogos con ellos pueda el protagonista expresar sus propias ideas.

Novela, pues, con un discurso temporal lineal con el que se entrecruzan en forma de cartas, recuerdos, lecturas, momentos y personajes del pasado que vuelven a tomar contacto, lo que hace de feed-back momentáneo para volver a momentos anteriores como digresión del presente narrativo en una elipse temporal del tiempo.

El título se refiere a un amuleto que el protagonista conserva, como objeto protector, y que recibió de su madre con tal fin, nexo de unión con su cultura africana, con sus orígenes ancestrales; pero también es un motivo de reflexión sobre lo que los orígenes culturales, creencias, supersticiones, ideas y leyendas pueden ayudar a cada ser humano a construir un núcleo de creencias en las que apoyarse y también que les sirve de espejo, de tamiz, de explicación del mundo real, muchas veces caótico, en el que le toca vivir y en el que, a menudo, se siente perdido.

Esta novela-reflexión cuenta una historia que no es otra que la de quien se siente extranjero en su propia patria, extraño entre los suyos, y que trata de responder a las muchas preguntas que la propia vida le sugiere, el paso del tiempo, la fugacidad de la vida, de las emociones, de los proyectos e ilusiones, y en todas esas interrogantes siempre está contenida otras muchas y de más enjundia: ¿quién se es?, ¿para qué se vive?, y ¿cuál es el sentido de la vida? Preguntas todas estas que tendrá que responderse el lector, porque se sentirá identificado con las tribulaciones del protagonista y también con las dudas existenciales que plantea y que no son diferentes a las de cualquier otro ser humano sea del color, raza, sexo y condición que fuere, quien repetirá las mismas preguntas sin respuestas que se hicieron sus antepasados, eslabón más de la larga cadena que forma la humanidad, generación tras generación, en una constante interrogación que define al ser humano como ser pensante y consciente de su propia existencia y del enigma que ello representa.

El amuleto, pues, es una obra de reflexión en la que los personajes y hechos sólo sirven de soporte para la expresión de los muchos interrogantes que plantea la existencia, con el pretexto de narrar una historia sencilla, pero dotada de una gran autenticidad, con toques de una indefinible ternura e ironía, en la que lo que sucede es una argucia narrativa para la exposición de los problemas existenciales que nos afecta a todos los humanos y que el autor plantea desde la sinceridad y el convencimiento de que en esas incógnitas se resume el secreto de la vida.

 

Bajo el agua (novela)

Bajo el agua Alberto Infante Endymion Madrid, 217 pp.

Bajo el agua
Alberto Infante
Endymion
Madrid, 217 pp.

Ana Alejandre

En esta novela de Alberto Infante, poeta y narrador, se encuentra un claro ejemplo de lo que se llama narrativa realista, en cuanto que ofrece todos los elementos clásicos del género: narración lineal en el tiempo, descripción pormenorizada de escenarios y ambientes, y una constante acción en la que prima el elemento objetivo en la narración de los hechos más que en realizar el estudio pormenorizado de los personajes y su mundo interior, siendo esto último lo que está menos acorde con la narrativa actual en la que lo subjetivo tienen especial preponderancia.

La estructura narrativa está dividida en once apartados, a modo de capítulos que, a su vez, pueden constituir un conjunto de relatos independientes, que va desgranando cada uno de ellos las peripecias de los personajes que habitan esta narración, un grupo de chicos a caballo entre la niñez y adolescencia, primero, y de la adolescencia a la juventud y madurez, después, además de describir los diferentes ambientes en los que transitan los seres que habitan la narración, desde diversos barrios de Madrid en las décadas de los 60 y 70, hasta otros parajes de la Albufera valenciana.

Con este mosaico de personajes anclados en una época y un ambiente mediatizado por el régimen franquista, los chicos protagonistas van pasando la frontera de la niñez y descubriendo un mundo que se abre ante sus ojos con el desconcierto, el entusiasmo, la inquietud y el miedo que siempre provoca lo desconocido, en ese momento tan crucial en el que se abandona el mágico territorio de la infancia para pasar a las turbulencias de una adolescencia que está marcada por el despertar de la sexualidad, los estudios, las relaciones con los amigos y compañeros, el ambiente religioso impuesto del nacional-catolicismo, además del descubrimiento de secretos familiares que desconciertan, cuando no abruman y avergüenzan, a quienes empiezan a comprender las claves ocultas que se esconden en el siempre misterioso e inquietante mundo de los adultos.

Después, el ingreso en la Universidad marca otra frontera a cruzar .que les lleva a nuevos retos y experiencias en quienes se preparan para entrar en la juventud hasta instalarse definitivamente en la adultez con todas las exigencias y compromisos que conlleva y las desilusiones y fracasos que se han ido acumulando.

El Madrid de los 60/70, cuando aún estaba en los albores de la especulación inmobiliaria que amplió barrios hasta límites insospechados, borró limites, abrió carreteras y avenidas y creo nuevas urbanizaciones en el extrarradio, va desfilando en las páginas de esta novela al mismo tiempo que narra las peripecias de los personajes, en una especie de rememoración de una época vivida por su autor, quien afirma que todo parecido con la realidad no es pura coincidencia.

Esta novela, aunque, según su autor, sea plural y cuyos capítulos tengan vocación de relatos independientes, posee la unicidad de toda obra literaria, aunque esté dividida en partes distintas y conexas; pero no por ello deja de ser una obra única nacida, quizás, de la unión de varias partes escritas por separado para terminar conformando una novela que trata de reflejar una época y unos personajes que, situados en aquélla, luchan por encontrar su propia identidad en el marco de una sociedad que estaba entrando, poco a poco, en un marco de profundos cambios sociales y políticos imparables que cambiarían definitivamente el mapa mental y vital de unos seres atrapados en una época de transición y derrumbe del mundo anterior y de sus singularidades ya irrepetibles. Esta obra es, pues, la narración de una historia anclada en un tiempo y una sociedad ya desaparecida, escrita con un lenguaje preciso y cuidado y con un ritmo narrativo en el que los hechos contados van creando la tensión narrativa que se mantiene a lo largo de la obra sin descanso y que hará sonreir al lector en algunos momentos por las imágenes que le fendrán a la mente y los recuerdos que puedan despertarle, además del tono irónico y con cierto humor implícito que recorre toda la obra.

Novela que narra una historia en la que la realidad y la ficción se entremezclan, escrita sin más pretensiones que el deseo de contarla y dar testimonio de esa época, desconocida para los jóvenes de ahora y tan diferente a la actual, en la que el tiempo parecía estar detenido en unas costumbres sociales que favorecía un régimen político impensable en la sociedad de hoy que marcó a quienes vivieron en esa España ya desaparecida en sus planteamientos morales y políticos ya caducos.

Bajo el agua es, pues, una novela que saca a la superficie, en forma de historia novelada, los recuerdos de su autor mezclados en distinta medida con la ficción, y con la que se sentirán identificados muchos lectores que también vivieron y crecieron en una época que ha quedado prendida en la memoria colectiva del pueblo español como la huella de una concepción del mundo ya desaparecida por el devenir imparable de la historia y los cambios que ésta origina en la vida de las sucesivas generaciones.

 

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